Éramos pocos y la abuela se dedica a coquetear con las autovías radiales, al borde de la liquidación. La ministra de Fomento, Ana Pastor (en la imagen), ha vuelto a meterse en un charco. Sí, es cierto que sigue presionando a la banca para que acepte dos cosas: comprar a la banca extranjera su deuda con las radiales y financiar, con escasa rentabilidad, el salvamento de las autopistas.
La banca sigue diciendo que ya tiene provisionado todo y que lo mismo le da que vayan a liquidación. Aunque, al final, el Gobierno puede torcerles el pulso.
Por de pronto, Pastor ha presionando a Fomento para que no liquide una de las radiales afectadas. Es decir, que Pastor presiona.
Pero no. El nuevo charco consiste en que acreedores -fondos y bancos- extranjeros han abierto un nuevo frente. Esta vez contra el decreto de cinco meses atrás en las que Pastor descontaba el coste de las expropiaciones y los alejaba de la responsabilidad patrimonial de la administración (RPA).
Pues bien, no se sabe si los interesados cálculos de la patronal SEOPAN, que cifra el coste de la liquidación de las radiales en 8.000 millones de euros son ciertos, pero lo que sí se sabe es que la RPA actual a la que tendría que hacer frente al Gobierno es de 4.100 millones de euros, a los que habría que sumar, si pierde, los costes judiciales (intereses de demora, daños y perjuicios, etc.). Pues bien, ahora añadan a eso el otro volumen de reclamaciones judiciales que pueden venir de dar marcha atrás al cobro de expropiaciones. Otro frente, demasiados frentes.
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