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jueves, 13 de noviembre de 2014

La concesionaria de la autopista autonómica ARA A-1 suspende pagos


Otro de los grandes proyectos del megalomaníaco inicio de siglo en Aragón entra en barrena: Concesionaria Puente del Ebro, la empresa adjudicataria del concurso para gestionar la primera y hasta la fecha única autopista autonómica de la comunidad, ha suspendido pagos cuando han transcurrido apenas seis de los treinta años que contempla la contrata.

La sociedad, liderada por Acciona (50%) y creada con las firmas Arascón y Brues y Fernández como socios minoritarios (25% cada una), ha sido declarada en concurso de acreedores por la magistrada del Juzgado Mercantil número 2 de Zaragoza. La empresa no ha podido cerrar durante los cuatro meses de preconcurso un acuerdo de refinanciación con sus acreedores, principalmente un grupo de bancos a los que adeuda 45 millones. Esta situación ha llevado a la empresa a solicitar la declaración de insolvencia, situación que el juzgado le reconoció en un auto emitido el pasardo martes.

Se abre ahora un periodo para que la concesionaria busque un nuevo modelo de subsistencia económica. Si no logra un acuerdo para acordar con los bancos un plan para saldar esa deuda, con la condonación y los aplazamientos que acepten los acreedores, Puente del Ebro entrará en fase de liquidación.

La autovía aragonesa sigue de esta manera los mismos pasos que la práctica totalidad de los proyectos de gestión privada de infraestructuras del transporte promovidos en las últimas dos décadas en España bajo la fórmula del peaje en la sombra, también llamado modelo alemán: la constructora ejecuta la obra y la explota mediante un canon que le paga, en función de su uso, la administración que se la ha adjudicado.

La clave del fracaso de la ARA-1, el puente que une sobre el Ebro, a la altura de El Burgo, la N-II y la AP-2 con la N-232, se encuentra en el escaso uso que (o las disparatadas previsiones) que ha tenido. Concesionaria Puente del Ebro aceptó construir la infraestructura, de 5,3 kilómetros de longitud y con un presupuesto de casi 55 millones, a cambio de explotar un peaje en la sombra que debía reportarle 154,6 millones de euros entre los años 2008 y 2038.

Sin embargo, los 6.300 vehículos diarios (más de mil de ellos pesados) que sobre el papel iban a circular se quedaron en la práctica en menos de la mitad: 3.160 en el primer semestre de este año. Eso redujo de manera sustancial los ingresos de la concesionaria, ya que el canon contemplado en el contrato dependía de la intensidad de la circulación.

jueves, 28 de agosto de 2014

Aragón, al rescate de su autopista

La primera y única autopista autonómica de Aragón, la ARA-1, inaugurada en 2008 por el entonces presidente de la Comunidad, el socialista Marcelino Iglesias, ha resultado ser una auténtica ruina.

La falta de usuarios ha motivado que la sociedad concesionaria Puente del Ebro -conformada en origen al 50% por Acciona y al 25% por Arascon y Brues y Fernández, respectivamente-, presentara el pasado junio preconcurso de acreedores.Lo cierto es que su tráfico ha sido, desde el principio, la mitad del previsto. El Gobierno aragonés, por su responsabilidad patrimonial, ha tenido que acudir a su rescate y pagar a los bancos los 45 millones de euros todavía pendientes de las obras de construcción de la autopista.

La concesionaria pretendía subir el peaje en sombra, es decir lo que cobra de la Administración autonómica en función del número de usuarios, a lo que se ha negado el Ejecutivo regional, que sí está dispuesto a negociar otras fórmulas antes de que la autopista entre en quiebra.

La Chunta Aragonesista (CHA) e Izquierda Unida (IU) rechazan que el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi acuda al rescate de la autopista y se preguntan de dónde van a salir los 45 millones en un momento de crisis y de recortes.

Los grupos que respaldaban el Gobierno autonómico cuando se construyó, PSOE y Partido Aragonés (PAR), se muestran más comprensivos y estarían dispuestos a apoyar cualquier fórmula que adopte el Ejecutivo.

El principal objetivo de la ARA-A-1 es comunicar las carreteras N-II y AP-2 con la N-232, entre Villafranca de Ebro y El Burgo de Estro, sin necesidad de pasar por la ciudad de Zaragoza. Ahorra a los coches una vuelta de 40 kilómetros para enlazar las carreteras de Castellón y Barcelona.

La construcción de la vía, tan sólo 5,3 kilómetros, costó más de 54 millones de euros, que fueron asumidos por la UTE Acciona, Arascón y Brues, con una concesión hasta el año 2038. Acciona se quedó después sola al quebrar sus dos socios.

En el primer semestre de este año la autopista no registró ni el 40% de la circulación prevista, pues sólo transitaron 3.160 vehículos por ella frente a los 7.921 que deberían hacerlo para que la infraestructura fuera rentable. La concesionaria lo atribuye a la crisis. No obstante, se trata del mejor dato de la serie de la infraestructura desde que se inauguró.

El Mundo.es 11/08/2014

martes, 24 de junio de 2014

La autopista autonómica ARA A-1 entra en preconcurso de acreedores


La primera autopista autonómica, la ARA A-1, está al borde de la quiebra. La sociedad concesionaria Puente del Ebro, una UTE formada al 50% por Acciona y al 25 % por Arascon y por Brues y Fernández, notificó la pasada semana a la Consejería de Hacienda su situación de preconcurso de acreedores. El próximo martes, el Consejo de Gobierno abordará la situación de esta infraestructura de 5,3 kilómetros que se inauguró en julio del 2008 para unir la N-232 y la A-2 mediante un largo puente sobre el río Ebro.

A partir de ahora, se abre un plazo de cuatro meses para que se aborde la situación de esta empresa y se pueda encontrar una salida favorable tanto para la continuidad de la sociedad como para evitar que el Gobierno de Aragón tenga que acudir al rescate. Por este motivo, en los próximos días se van a producir diversos encuentros entre el Gobierno de Aragón (a través de la Consejería de Hacienda y la de Obras Públicas), las entidades financieras y los responsables de la sociedad.

Fuentes cercanas a la situación se mostraron optimistas y confiaron en que se resolverá de forma favorable para todas las partes. Ello permitiría a la concesionaria salir de esta delicada situación.

La principal causa del estado al que se ha llegado tan solo seis años después de la entrada en funcionamiento de esta infraestructura es que el aforo de tráfico de esta autopista es muy inferior a lo que se estimó inicialmente, lo que hace que la elevada inversión de la empresa (que obtuvo la concesión por un plazo de 30 años y un importe de 154,6 millones) no recupere beneficios ya que el Gobierno de Aragón debía abonar una tasa que se calculaba multiplicando una cantidad por el número de vehículos que la usaban por kilómetro. Así, se cifró que el Gobierno de Aragón debía abonar entre los 5,6 millones del 2008 hasta los aproximadamente 6,4 del último año de la concesión, en el 2035. La infraestructura costó unos 50 millones de euros.

Estas cantidades anuales se cifraron con unos cálculos aproximados según los estudios en los que se estimaba que diariamente usarían utilizarán la nueva carretera 4.800 vehículos ligeros y entre 1.200 y 1.300 pesados. Lo cierto es que desde su apertura, el tráfico siempre ha rondado la mitad de las previsiones.

De este modo, todo indica que se va a renegociar el contrato para que la empresa encargada de su explotación y mantenimiento perciba unos ingresos acordes a la situación y se evite así un rescate. La situación de la autopista autonómica aragonesa no es una excepción en la red viaria estatal, ya que la misma situación se da en la Comunidad de Madrid.

El Periódico de Aragón.com 20/06/2014