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miércoles, 8 de junio de 2016

El Supremo restringe las opciones de las autopistas en quiebra para ser rescatadas

Vista de un peaje de la Radial 4, una de las autopistas de pago que hay en Madrid. :: Javier Prieto
Vista de un peaje de la Radial 4, una de las autopistas de pago que hay en Madrid. :: Javier Prieto

Las opciones de las ocho autopistas de peaje que se encuentran hoy en día en concurso de acreedores para ser indemnizadas por el Estado se han estrechado en las últimas semanas. Y quien las ha restringido no ha sido esta vez el poder político, a través de posibles atajos legales o reformas normativas sorpresivas, sino el propio poder judicial y, además, mediante su principal instancia: el Tribunal Supremo.

En lo que va de año la Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal ha ido resolviendo los recursos planteados por distintas sociedades concesionarias en todo el país contra la negativa de la Administración, y en concreto del Ministerio de Fomento, a compensarles por las pérdidas multimillonarias acumuladas en los últimos años. De hecho, desde la patronal del sector (Seopan) se estima que si esas compañías terminan quebrando la factura final para el Estado superaría los 5.000 millones de euros.

Técnicamente, si una de esas empresas entra en proceso de disolución -todas están en concurso hace meses- se activaría el pago de la Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA). Desde Fomento estimaron que por esa vía deberían abonar, en total, «más de 3.300» millones. Sin embargo, desde el Ministerio de Hacienda calculan que la suma final podría bajar de los 2.500 millones tras varios descuentos.

Para tal ajuste, la Administración tiene en cuenta varios factores. Uno de ellos es la reforma legal de la RPA que hizo a principios de 2014 -en abril de 2015 realizó nuevos cambios en la normativa sobre contratos públicos, aunque no tuvieron carácter retroactivo-, que luego restaría a las indemnizaciones correspondientes el coste que tuvo en su día la expropiación de los terrenos afectados. Otro es la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo, que establece que las autopistas de peaje no serán resarcidas por la caída del tráfico que han sufrido desde el inicio de su explotación, al estimar que «la merma de flujos de vehículos no constituye un riesgo imprevisible».

Y es que, salvo en casos concretos, la batalla judicial no le ha deparado hasta ahora victorias destacadas a las concesionarias. La más reciente fue a principios de mes, cuando el alto tribunal condenó al Estado a indemnizar con 6,7 millones de euros a la empresa que gestiona la denominada Autopista del Sureste (Alicante-Cartagena), un tramo de la AP-7 de pago. Dicha compañía reclamó en su día por el sobrecoste que tuvo que asumir en las expropiaciones de terrenos, una demanda que solo obtuvo el silencio administrativo.

Los magistrados, una vez analizados todos los detalles, consideran que sí estaba justificado que el Gobierno le compensara (mediante préstamos participativos) por el dinero que tuvieron que pagar de más, rechazando además la consideración de la Abogacía del Estado de que sus problemas financieros venían de no haber reducido antes su deuda y, con ello, no haber podido devolver un crédito de 211 millones. Pero es solo una victoria parcial para las concesionarias en general, puesto que los jueces rechazan la otra «pretensión» de la gestora de la citada autopista levantina para ser «indemnizada por los daños y perjuicios causados».

De hecho, en otros dos fallos conocidos este mes el Supremo deja claramente en entredicho uno de los principales argumentos de ese sector a la hora de reclamar un resarcimiento económico al Estado. Ya no es que la «merma de flujos de vehículos» no constituya en si un riesgo «imprevisible», algo que su Sala de lo Contencioso-Administrativo ya estableció en otras sentencias anteriores, sino que además ahora tampoco cabe escudarse en la crisis.

«Las crisis económicas acontecidas en los siglos XX y XXI -señalan los jueces- han sido cíclicas» y, a su vez, el desarrollo urbanístico «no siempre progresa sino que, en ocasiones, se paraliza». Por eso, concluyen, ni uno ni otro factores constituyen «una realidad inesperada aunque pueda conocerse el momento exacto de producción».

«Los estudios de viabilidad de una autopista -advierte el tribunal- han de prever no solo un contexto, el alza, sino también las circunstancias económicas que pueden provocar la disminución del consumo». A su entender, el problema radica en que las concesionarias hicieron en este caso «una valoración excesiva en las estimaciones de tráfico, muy superiores» incluso a las contenidas en los estudios de Fomento.

Pero aún en el caso de que «ambas partes contratantes» hubieran «errado de forma amplia en sus cálculos» por no prever otros factores, apunta el Supremo, «no puede ahora la concesionaria imputar tal error solo a la Administración».

martes, 7 de junio de 2016

El conseller de Territorio ve "positivo pero no creíble" el anuncio de Fomento de retirar el peaje de la AP-7

El conseller de Territorio de Cataluña, Josep Rull, ha valorado este miércoles el anuncio de la ministra de Fomento, Ana Pastor, que no renovará las concesiones de los peajes de la AP-7, ha expuesto: "Lo considero positivo pero no creíble".

Así lo ha dicho en respuesta a una interpelación del diputado del PP Alejandro Fernández sobre los peajes, en la que ha criticado que no explicara que existe un litigio de 1.300 millones de euros con la empresa concesionaria de la vía por la ampliación de un tercer carril

"Mientras aquí teníamos peajes a la sombra, en el resto del Estado se hacían autovías libres de pago", ha comparado, y ha defendido que en Catalunya se optara por construir vías de peaje porque la alternativa, ha asegurado, era no tener autopistas.

Rull ha anunciado que el Govern no renovará las concesiones de las autopistas C-33 y C-32, vía a la que el diputado popular se ha referido como "la autopista más cara de Europa". Fernández ha reprochado a Rull que, cuando se acerca la fecha de finalización de alguna concesión, "empieza el 'pressing' convergente, piden obras de mejora, más carriles o peajes a la sombra".

lunes, 6 de junio de 2016

ACS, Abertis y Bankia devuelven 278 millones de deuda de las radiales


ACS, Abertis y Bankia devuelven 278 millones de deuda de las radiales

ACS, Abertis y Bankia han comenzado a devolver un total de 278 millones de euros a una veintena de entidades financieras, tenedores del 51% del crédito sindicado empleado en la construcción de las radiales 3 y 5. Estas tres empresas, junto a Sacyr, son los accionistas de Accesos de Madrid, concesionaria de las mencionadas infraestructuras que entró en concurso en 2014, y que habían sido ordenados por el juez para que procediesen a los ingresos correspondientes.

En 2014, los prestamistas de Accesos a Madrid reclamaron la devolución anticipada de la deuda y el juez les dio la razón; si bien los concesionarios apelaron, el juez les ha ordenado realizar las transferencias a la espera de que se falle el recurso. Solo Sacyr ha presentado alegaciones a la decisión de juez.

Por empresas, Abertis deberá ingresar 131 millones de euros, ACS 73 millones de euros, y Bankia 74 millones de euros.

El resto de prestamistas, entre los que se encuentran CaixaBank, el ICO y la propia Bankia no se han adherido a la reclamación judicial para recuperar la deuda.

Una vez las empresas lleven a cabo los ingresos, se estará a la espera de la resolución del recurso, en lo que promete ser un proceso que durará años. En conjunto, todos estos problemas repercuten muy negativamente en el desarrollo de nuevas concesiones, pues ponen en la práctica en cuestión la seguridad jurídica de este modelo de construcción y gestión de infraestructuras. 

domingo, 5 de junio de 2016

El Supremo da la razón al Gobierno por denegar préstamos por sobrecoste a las concesionarias de la R-2 y R-4

La sala tercera del Tribunal Supremo ha desestimado los recursos que Henarsa, concesionaria de la autopista radial de Madrid R-2, y Autopista Madrid Sur Concesionaria Española, concesionaria de la R-4, habían interpuesto por la denegación por parte del Gobierno de varios préstamos participativos por el sobrecoste de las expropiaciones entre 2011 y 2013.

En sus recursos, ambas empresas basaban su petición de préstamos participativos en una disposición adicional a la Ley de Presupuestos Generales del Estado que reconoce a las concesionarias de una serie de autopistas, entre las que se incluyen las suyas, un derecho al reequilibrio financiero de la concesión derivado de la ruptura de la economía del contrato producida por un sobrecoste de las expropiaciones.

La decisión del Supremo se basa en que esta disposición no prevé que empresas concesionarias en situación de concurso puedan ser beneficiarias de uno de estos créditos participativos.

Henarsa reclamaba que la Administración fuese condenada a abonarle dichos préstamos por un total de 97,8 millones de euros más intereses, según se especifica en la sentencia.

sábado, 4 de junio de 2016

Los expropiados de las radiales recurren al CGPJ para cobrar



Los jueces han fallado a favor de los expropiados para construir carreteras en Madrid, pero el Estado no termina de pagar las indemnizaciones y los afectados piden al Poder Judicial que haga cumplir las sentencias.

Tras años de conflicto legal, cuando creían que ya habían ganado, los afectados por la expropiación de terrenos para construir varias carreteras en Madrid están a punto de escribir un nuevo capítulo en su lucha contra la Administración para que ésta les abone los cerca de 80 millones de euros que les debe.

En esta ocasión, no piden que se haga justicia. Lo único que quieren es que ésta se cumpla, porque en los tribunales la batalla está ganada desde hace tiempo. De hecho, las sentencias que han dictado los jueces les es favorable. Entonces, ¿dónde está el problema? Según explican, en que Fomento no les paga y los jueces no hacen nada para que esta situación cambie.

Por ese motivo, han recurrido a la última vía que les queda para ejercer algún tipo de presión: el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). "En estos casos, la ley señala que cuando el Estado no paga, el juez puede incluso multar a la Administración", explica José Manuel Serrano, presidente de Serrano Alberca & Conde, bufete especialista en expropiaciones.

Sin embargo, los afectados consideran que los jueces no están ejerciendo esta labor activa de obligar a que se cumplan sus propias sentencias y, por tanto, han recurrido a título individual ante el Poder Judicial para que intervenga en el conflicto.

Son conscientes de que el CGPJ no tiene competencias para obligar a Fomento a ejecutar los pagos pendientes por las expropiaciones, algunas de ellas realizadas en 2011, pero sí confían en que el organismo de gestión de los jueces pueda adoptar algún tipo de medida disciplinaria contra su propio colectivo, especialmente contra la sección 4ª del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que es donde se ha llevado el caso de las expropiaciones.

No existen cálculos oficiales de cuántos propietarios faltan por cobrar, pero sí se conoce que los afectados que están presentando las reclamaciones ante el CGPJ son los expropiados por la Radial 2, la carretera de circunvalación M-50 y el Eje Norte-Sur, y que los terrenos enajenados se encuentran en los municipios de Madrid, Alcobendas y San Sebastián de los Reyes.

De momento, sólo se han presentado diez reclamaciones, aunque la cifra total que se maneja en el mercado podría superar las 250 en los próximos días. Hay que tener en cuenta que se presenta una petición por cada finca y no por cada propietario. Aun así, este número podría ser incluso superior si se suman a esta iniciativa afectados de otras infraestructuras que tienen exactamente el mismo problema.

Las propietarios que han tomado esta decisión de presentar los escritos ante el Consejo General del Poder Judicial no saben cuánto tiempo se tomará el organismo en contestar, ni siquiera, si éste los admitirá e iniciará algún tipo de procedimiento. No existen dudas sobre que Fomento debe pagar e, incluso, de que hará frente a los intereses por los retrasos sufridos, pero ya se han cansado de esperar indefinidamente.

  • Un conflicto sin resolver desde hace 16 años
  • Algunas de las expropiaciones que todavía no se han pagado se produjeron en el año 2001.
  • Se trata de los expropietarios de los terrenos de la Radial 2, la carretera M-50 y el Eje Norte-Sur (Madrid).
  • En total, según cálculos del sector, la deuda del Ministerio de Fomento con los expropiados asciende a 80 millones de euros.
  • Tras la batalla legal previa, los afectados no pueden presentar recursos ni reclamar por vía judicial alguna.
  • El Consejo General del Poder Judicial no puede obligar a Fomento a pagar, pero sí vigilar que los jueces hagan cumplir sus propias sentencias.
  • Actualmente, sólo se han presentado diez reclamaciones, pero la cifra total podría ascender a 255 solicitudes.
  • Los escritos se presentan por finca expropiada, no por número de afectados.

viernes, 3 de junio de 2016

El Supremo avala negativa del Gobierno a ofrecer créditos a dos radiales (R2 y R4)

Así lo ha acordado el Alto Tribunal en dos sentencias en las que explica que la ley no prevé que empresas concesionarias en situación de concurso -como es el caso de las recurrentes- puedan ser beneficiarias de un crédito participativo, considerado instrumento de financiación ventajoso por la propia normativa.

Un argumento con el que la Sala desmonta el principal alegato de las empresas, que basaban su petición en el contenido de los Presupuestos Generales del Estado para 2010 que reconocía el derecho al reequilibrio financiero de varias de estas sociedades concesionarias.

En el caso concreto de Henarsa, la empresa reclamaba que la Administración fuese condenada a abonar 97,8 millones de euros más intereses en concepto de estos préstamos no concedidos en su momento, a pesar de que existía dotación presupuestaria suficiente para hacerles frente, aseguraba en su recurso.

La decisión no ha sido unánime, ya que las sentencias cuentan con los votos particulares de 3 de los 7 magistrados que formaron el tribunal, partidarios de haber estimado los recursos y dado la razón a las sociedades concesionarias en virtud de la normativa sobre los presupuestos de 2010.

El magistrado José Díaz considera que dicho texto preveía la posibilidad de otorgar el préstamo participativo aún cuando la solicitante pudiera entrar en concurso de acreedores, en cuyo caso sería el Ministerio de Fomento, previo informe del Ministerio de Economía, el que solicitara una modificación de las concesiones.

Los jueces Pablo Lucas Murillo y Nicolás Maurandi han señalado directamente al Estado, ya que estiman que "contribuye a que estas sociedades sean declaradas en concurso" al no otorgar tal ayuda.

viernes, 27 de mayo de 2016

Fomento paralizará en el Supremo la liquidación de las primeras radiales

Fomento paralizará en el Supremo la liquidación de las primeras radiales
Playa de peajes de la autopista Radial 3.(Reuters)

Con la legislatura ya agotada e incertidumbre sobre el color del próximo Gobierno, Fomento batalla contra el reloj en el anunciado cierre de las primeras autopistas quebradas. El departamento que dirige Ana Pastor va a tratar de neutralizar en el Tribunal Supremo el match ball del juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid, cuyo último auto fija para el 1 de octubre el cierre al tráfico de las radiales R-3 y R-5 de Madrid, y de la circunvalación de Alicante, si el ministerio no asume su gestión antes de esa fecha.

Para evitar este fuerte revés entra en juego la Abogacía del Estado con un recurso que, según ha podido saber CincoDías, será presentado esta semana. Tanto en Fomento como los abogados del Estado entienden que el juzgado en cuestión carece de competencias para suspender un contrato de concesión administrativa. Siguiendo este argumento de conflicto de jurisdicción, se va a pedir que el Supremo se pronuncie sobre esta controversia. Desde el Gobierno se defiende que la vía adecuada sería la del contencioso-administrativo y que, en todo caso, es la Administración la que tiene capacidad para cancelar una concesión.

La primera derivada del recurso, según fuentes jurídicas, es que se detiene la cuenta atrás que marca la clausura de estas tres autopistas de peaje. Un hecho capital por cuanto están en fase de liquidación la AP-36, que gestiona Ferrovial entre la localidad toledana de Ocaña y la albaceteña de La Roda, y la M-12 de OHL que da acceso al aeropuerto de Barajas desde Madrid. También están en situación concursal la R-3, R-4, la AP-41 Madrid-Toledo, y la autopista Cartagena-Vera.
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El auto del juzgado Mercantil fue emitido “sin efectos suspensivos”, lo que pone trabas a la congelación del mismo si es recurrido ante la Audiencia Provincial. De hecho, el juez usa el imperativo ante las concesionarias para que bajen definitivamente las barreras de las autopistas, con la orden de “dejar de cumplir el contrato concesional y el cese total de la actividad empresarial de la concursada a las 00,00 horas del día 1 de octubre de 2016”.

Con el caso de Accesos de Madrid (R-3 y R-5), operada por Abertis, y de Ciralsa (circunvalación de Alicante), controlada por ACS, es la primera vez que la justicia pone fecha en un auto de liquidación. El próximo Ejecutivo se estrenaría con un grave problema que no ha podido resolverse tras un duro pulso con los bancos acreedores de las concesionarias, una vez que los accionistas de las autopistas –Abertis, Ferrovial, Sacyr, ACS, Acciona, Isolux, Globalvía y Bankia, entre otros- dan por perdido el capital invertido y que las constructoras estaban dispuestas a una nueva quita en la deuda comercial, de unos 500 millones de euros, por obras.

Además, entre las ocho quebradas suman una deuda bancaria de 3.200 millones de euros a la que, en función del plan de rescate, también se haría una quita del 50% y se canjearía por bonos de la sociedad estatal que agruparía las carreteras.

Tras la nacionalización está el riesgo para el Estado la responsabilidad patrimonial (RPA), por un valor cercano a los 4.500 millones de euros, una vez que se han visto incumplidas las expectativas de tráfico, lo que ha quebrado los modelos económico-financieros. Alimentadas ahora por los bajos costes del combustible y el inicio de la recuperación económica, la R-3 culminó 2015 con un incremento del 12,5% en el tráfico, sobre una base ínfima, mientras la R-5 ganó un 9,7% de usuarios.

Vuelve el debate del peaje en autovías, avanzando el arranque de una nueva legislatura, y las concesionarias reactivan su discurso del pago por uso para “armonizar” la situación de la red de carreteras de alta capacidad. Mientras Abertis, Cintra, Itínere, Sacyr, OHL o Globalvía defienden el peaje blando en las autovías, la ministra de Fomento, Ana Pastor, trató la semana pasada otro asunto convergente: el de la finalización de algunas concesiones. Un caso que va precisar una solución política que, vaya en el sentido que vaya, pondrá patas arriba el sector. El frente de operadoras tiene presentado un plan de inversiones multimillonarias en mejoras a cambio de extensiones de plazo de explotación. Una oferta que se ha quedado en los cajones de la Administración. Pastor adelantó que no se renovará ninguna concesión de autopista mientras sea ministra de Fomento. Que ella decida en el futuro depende del resultado electoral e incluso de que repita en la cartera de Fomento.

En noviembre de 2018 vence el tramo de la AP-1 entre Burgos y Armiñán, operado por Itínere, después de 34 años de peaje. Lo que suceda sentará un precedente para el vencimiento en 2019 de Aumar, que incluye el tramo valenciano de la AP-7 y la AP-4 entre Cádiz y Sevilla, y de Acesa en 2021, ambas explotadas por Abertis. La última de ellas es el gran activo del grupo catalán en España, con 480 kilómetros que comprenden la AP-7 entre La Jonquera y Salou; la AP-2 Zaragoza-Mediterráneo, y AP-2 Molins de Rei-El Papiol.

El próximo Gobierno puede abrirlas al tráfico sin peaje y asumiendo el coste de conservación; ampliar plazos a las actuales operadoras a cambio de inversiones de las operadoras, o hacer caja promoviendo nuevos concursos.

Los rigores del objetivo de déficit restan posibilidades a la primera opción. En cualquiera de los otros dos escenarios seguiría habiendo barreras. “¿Cómo se explicará en Burgos que la AP-1 seguirá tarificada, después de 30 años, si en el resto de España hay autovías gratuitas?”, se pregunta un alto directivo del sector.

jueves, 26 de mayo de 2016

Fomento reitera su intención de no renovar ninguna concesión de autopista

El Ministerio de Fomento ha reiterado hoy nuevamente que no se renovará ninguna concesión de autopista mientras Ana Pastor siga siendo ministra, de forma que el objetivo pasa por que la vía pase de nuevo a manos del Estado.

Según han señalado fuentes del ministerio, durante la gestión de Pastor no se ha prorrogado ninguna concesión a pesar de las peticiones que se han recibido y no es hasta 2018 cuando vence la primera concesión, la de la AP-1 en Burgos.

En este sentido, recuerdan que Pastor se ha comprometido en numerosas ocasiones a no prorrogar concesiones de autopistas, no sólo aquellas que finalizan en 2 ó 3 años, sino a las que les quedan 10 o más.

No obstante, es improbable que una decisión de estas características la adopte un Gobierno en funciones, ya que además quedan cerca de dos años para que finalice la primera concesión, por lo que no hay una urgencia inmediata que obligase a prorrogar alguna.

Además, el compromiso de Pastor dependerá, en el supuesto de que el PP gane las elecciones, de si repite al frente de la cartera de Fomento, así como de la conformación del nuevo Gobierno y sus planteamientos en este sector.

En el caso de que la autopista pase a manos del Estado, éste tendrá que asumir los gastos de mantenimiento de la infraestructura.

Desde el sector concesional, muchas empresas, como es el caso de Abertis, han señalado que esperan a la formación del nuevo Gobierno para "empezar de nuevo a trabajar" en la posibilidad de alargar sus concesiones a cambio de inversiones, tal y como han hecho el grupo en Francia con el "Plan Relance".

Entre las críticas que plantea el sector a la propuesta de Fomento es la capacidad del Estado para asumir las inversiones en mantenimiento de todas aquellas concesiones que pasen al Estado, especialmente notables en el caso de la AP-7.

Dichas autopistas se podrían integrar en Seittsa o en la Dirección General de Carreteras, entre otras opciones.

Además, el próximo Gobierno deberá abordar de nuevo las negociaciones entre concesionarias, constructoras y banca acreedora para buscar una solución ante la situación de insolvencia en la que se encuentran algunas autopistas de peaje después de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no haya conseguido sacar adelante su plan de crear una sociedad pública que aglutine a estas carreteras.

Seopan calculaba que abordar una liquidación de las autopistas de peaje en quiebra (responsabilidad patrimonial de la Administración y costes judiciales) tendría un coste superior a 8.000 millones.

Recientemente, el juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid ordenó, como ya han hecho otros juzgados, la liquidación de las sociedades concesionarias de las autopistas radiales R3 y R5 de Madrid y de una circunvalación de Alicante, todas ellas en concurso de acreedores, decisión que el Ministerio de Fomento va a recurrir.

En los dos primeros meses del año, el tráfico en las autopistas de peaje en España se incrementó el 7,5 %. En el caso concreto de los vehículos pesados, su circulación por estas vías creció el 4 %.

miércoles, 25 de mayo de 2016

El Estado quiere hacerse cargo de las autopistas



Se ha filtrado que el Mº de Fomento trabaja en un documento que podría convertirse en ley tras las elecciones del 26/6 (en caso de que haya continuidad en el gobierno, se sobreentiende) que establece que todas las concesiones de autopistas revertirían al Estado al vencimiento de su plazo natural, de manera que no tendrían lugar más prórrogas en los plazos de las concesiones a cambio de otras contraprestaciones (ampliación de carriles, construcción de tramos, etc.). Esto haría necesario crear una empresa pública de autopistas nacionales, que se haría cargo de las concesiones cuyo plazo expirase. 

Parece que la idea es que la participación estatal en esa sociedad sea del 49% para que su deuda no compute como deuda pública, para lo cual tendrían que incorporarse otros socios con participaciones de menor peso, de manera que el Estado retuviera las decisiones de gestión como principal accionista minoritario. El objetivo sería dotar a la nueva sociedad estatal de autopistas de una serie de autopistas rentables que compensen aquellas que no lo sean. 

Opinión Bankinter: Es una mala noticia para el sector (Abertis, Sacyr y Ferrovial como principales perjudicadas) puesto que normalmente una concesión de autopista es más rentable a medida que se acerca a al final de su plazo concesional y, sobre todo, continúa siéndolo si se prorroga esa concesión a cambio de mejoras negociadas en la infraestructura. Esto restará atractivo a las nuevas concesiones que puedan autorizarse y reducirá la capacidad de crecimiento a las compañías concesionarias privadas, puesto que no puede contar con prórrogas para las concesiones que ya tienen en cartera y las nuevas concesiones probablemente serán menos rentables en la medida que sólo podrán contar con el plazo concesional inicial, sin dar por supuesto que luego se concederán prórrogas.

Entendemos que este planteamiento es consecuencia de las malas experiencias sufridas con las denominadas “autopistas radiales”, cuyos rescates ante la falta de rentabilidad económica ha derivado en negociaciones y soluciones muy duras tanto con los bancos que las financiaban como con las constructoras que las construyeron y posteriormente gestionaron. Si este planteamiento saliera adelante, las primeras autopistas afectadas serían la AP-1 Burgos – Guipúzcoa de Itínere/Sacyr cuyo plazo concesional expira en 2018 y la AP-7 del corredor del Mediterráneo de Abertis que vence en 2019. Por tanto, es probable que las cotizaciones de ambas compañías se vean hoy negativamente afectadas por esta noticia.

martes, 24 de mayo de 2016

El Supremo rechaza el rescate a la R-2 porque la empresa calculó mal el tráfico



Autopista Radial R-2 Madrid-Guadalajara.
El Tribunal Supremo ha rechazado el recurso presentado por Henarsa, concesionaria de la autopista de peaje radial R-2 Madrid-Guadalajara, que solicitaba que fuera rescatada por el Estado alegando que el Ministerio de Fomento era el responsable de la quiebra al haber hecho unas estimaciones de tráfico muy por encima de la realidad.

El Supremo rechaza el argumento de la concesionaria de que la grave y prolongada reducción del tráfico obedezca, con carácter principal, a un “riesgo imprevisible”, como es la crisis económica iniciada en 2008 “y sin visos de concluir en breve plazo”. El fallo añade que es la empresa la que asume con sus propias previsiones ese riesgo, y es ella la que debe tener en cuenta la situación económica, y las posibles fases de crisis.

Y como ya ha hecho en anteriores sentencias, el Supremo concluye “la imposibilidad de imputar dicho error a la Administración al ser consecuencia del riesgo y ventura contractual que la licitadora debió examinar y examinó al participar en el concurso".

Según el Supremo, esa responsabilidad recae en la concesionaria cuando realizó el plan económico-financiero que determinó la adjudicación de la concesión de la R-2, que incluía cifras de tráfico muy superiores a cualquier estudio presentado por la Administración.

Henarsa -participada por Abertis, ACS y Bankia- se declaró en concurso de acreedores en septiembre de 2013 por el Juzgado de lo Mercantil número 5 de Madrid, con una deuda financiera de unos 450 millones de euros.

La concesionaria, que inició el proceso judicial en 2012, también basaba su petición de rescate en la responsabilidad del Estado por no haber continuado las obras de la autopista Madrid- Eje del Ebro, la ampliación y mejora de la autovía A-2 y el retraso en la puesta en servicio del cierre norte de la M-50, lo que ocasionó una menor tráfico por la R-2. Pero el Supremo también rechaza este argumento al considerar que no se trataba de proyectos en firme cuando se hizo la concesión de la R-2.

Además de la R-2, también están en concurso de acreedores las tres radiales de Madrid (R-3, R-4 y R-5), la que une la capital con el aeropuerto de Barajas, la Ocaña-La Roda, la Madrid-Toledo y la Cartagena-Vera.

Tras no fraguarse un acuerdo sobre el plan de rescate que propuso el actual Gobierno en funciones, que pasaba por nacionalizar las vías tras aplicar una quita del 50% en la deuda de 3.200 millones que suman, alguna de las autopistas han entrado ya en fase de liquidación.

En el caso de la R-3 y la R-5, el auto de liquidación insta a la concesionaria a dejar de prestar servicio el próximo 1 de octubre, con lo que las vías dejarán de estar operativas en esa fecha en caso de que Fomento no las asuma.

lunes, 23 de mayo de 2016

Así de bien nos vendieron las autopistas de peaje allá por el año 1972


Sobre el apasionante mundo de las autopistas en España hemos hablado en innumerables ocasiones. Que si las hay que quiebran porque hay demasiadas y no las utiliza ni Peter, que si las hay que las utiliza todo quisque porque no existe una alternativa razonable,pagando aunque estén más que pagadas
Sin embargo, lo que todavía no habíamos hecho es trasladarnos hasta aquel mágico momento en el que se decidió dotar de autopistas al entramado circulatorio patrio. España arrastraba años de caminos y carreteras proyectados sobre la marcha, siguiendo la Ley de Carreteras de 1877 —firmada por el Rey Alfonso XII y por el ministro de Fomento Francisco Queipo de Llano— y se puso el acento en crear una red de infraestructuras acorde con el país.


Corrían los años 60 y en pleno desarrollismo España decidió incorporar un total de 7.000 kilómetros de vías de alta capacidad. La primera autopista de España, que unía Madrid y Santa Eugenia antes de poder llegar a Valencia a través de Castilla La Mancha, llevaba en funcionamiento desde 1960, y la Jefatura del Estado fue a por más.
Pero como no había ni un duro en la caja —y como había una buena colección de empresarios dispuestos a dar lo mejor de sí mismos en aras del progreso— se recurrió a un programa de concesiones que permitió acometer las obras necesarias sin cargas las arcas, aparentemente, pero estableciendo una curiosa relación entre lo público y lo privado, por la cual lo público promocionaba lo privado, para que lo privado se nutriera con ayuda de lo público.


La Ley 8/1972, de 10 de mayo, de construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión. se encargó de poner en letra legal lo que era una realidad desde hacía unos años. No en vano el primer tramo de peaje había sido puesto en funcionamiento antes. De hecho, la Ley lo dejaba claro:
Iniciado el Plan de Autopistas, fue preciso arbitrar con carácter urgente una regulación jurídica de las concesiones, mediante la promulgación de Decretos-leyes específicos para cada uno de los concursos que al efecto se convocaron, con la consiguiente dispersión y casuística de las normas sobre concesión de autopistas de peaje, lo que aconseja la elaboración de una legislación que, recogiendo toda la experiencia propia y ajena en este tipo de gestión del servicio público, constituya, por otra parte, un sistema normativo general aplicable a todas las autopistas sin que en cada caso sea necesario acudir a una norma concreta y de carácter excepcional.
“Fue preciso arbitrar con carácter urgente una regulación jurídica de las concesiones” que se hizo de decreto en decreto, y luego el Estado se planteó un marco normativo que diera cobijo a aquel festival de la infraestructura privada.

El 2 de julio de 1969 se inauguró en la provincia de Barcelona (oh, sorpresa) el tramo de autopista entre Montgat y Mataró, que se convertía así en la primera autopista de peaje española. Si bien la concesión inicial venció en 2004, la que se inauguró como A-19 y hoy es C-32, ya en manos de la Generalitat de Catalunya, mantendrá sus peajes a pleno rendimiento hasta, por lo menos, el año 2021.


De aquella época data también la autopista A-17 (hoy, C-33), que enlaza Barcelona y Granollers (1969), así como el tramo de la actual AP-8 que une Bilbao con Eibar (1971-1972). Por su parte, en Madrid el túnel de Guadarrama de la actual AP-6 (1963) fue el precursor de hacer realidad en España la idea del pago por utilización del servicio de carreteras.


Con la reciente ley de autopistas de peaje en la mano, llegamos al siguiente trabajo realizado por Noticiarios y Documentales (NO·DO), un reportaje propagandístico de apenas un cuarto de hora (12:27) donde nos explicaron que las autopistas de peaje eran lo mejor que nos podía pasar. Para muestra, algunas de las perlas que alguien tuvo que redactar para facilitar que las autopistas de peaje fueransocialmente aceptadas —entiéndase como sinónimo de utilizadas—:
“A veces se hace preciso romper el paisaje para podernos acercar a él.”
“El peaje, es decir, el pago por utilizar la autopista, es práctica común en todo el mundo. Se trata de que sea precisamente el usuario quien pague por el servicio que recibe, y no el resto de la comunidad.”
“Por el precio del peaje, el usuario de la autopista obtiene una serie de ventajas. Ante todo, una mayor rapidez de traslado, mayor comodidad y mayor tranquilidad. En la autopista no se producen situaciones como la que estamos presenciando [se contrapone un atasco en carretera y la marcha fluida de un vehículo en una autopista colindante], mayor seguridad, ya que la autopista tiene unos índices de accidente muy inferiores a los de las carreteras ordinarias que llegan a reducirse a la quinta o sexta parte.”
En el Artículo 13 de la Ley 8/1972 de construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión se establecieron los “beneficios económico-financieros” de que podrían disfrutar las concesionarias, como por ejemplo el “aval del Estado para garantizar los recursos ajenos procedentes del mercado exterior de capitales”.
Pero lo más importante, y que en contra de lo que se explicaba hemos acabado pagando “toda la comunidad”, venía reflejado más adelante, en el mismo artículo de la citada ley:
“El Estado facilitará al concesionario las divisas o monedas extranjeras precisas para el pago de las principales e intereses de los préstamos y obligaciones que éste concierte en el exterior, al mismo tipo de cambio de compra vigente el día en que se constituya el depósito o se efectúe la venta al Instituto Español de Moneda Extranjera de las divisas a que se refiere el préstamo.”
Para la construcción de las autopistas de peaje, fueron necesarios créditos internacionales para los que el Estado garantizó un tipo de cambio fijoSegún detalla el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga Rafael Esteve Secall, este tipo estaba en torno a 70 pesetas por dólar concedido. Cuando las sucesivas crisis de los años 70 y 80 dispararon la disparidad entre divisas, la diferencia tuvo que ser sufragada por todos los ciudadanos, por medio de los Presupuestos Generales del Estado.
De hecho, en 2013 el Ministerio de Fomento reconoció que entre 1977 y 2008, España se gastó 4.773,62 millones de euros en garantizar la financiación de las concesionarias de autopistas Acesa, Europistas, Betica, Aumar, Avasa, Audasa, Eurovias, Aucalsa, Vasco Montañesa y Audenasa. Todas, beneficiarias del llamado seguro de cambio, que permitió endeudarse en el extranjero sin preocuparse por el tipo de cambio entre divisas.


Por otra parte, el Estado fijaba también un par de cláusulas absolutamente garantistas para los intereses de las empresas concesionarias, a saber:
“Excepcionalmente, de subvenciones a fondo perdido en los casos en que, por motivos de urgente interés nacional, sea aconsejable la promoción de una autopista antes de alcanzar ésta el umbral mínimo de rentabilidad. Podrán consistir en metálico o en aportaciones no dinerarias, tales como terrenos necesarios para la construcción de la autopista, obras ya ejecutadas que puedan integrarse en la misma o cualquiera otra que contribuya a reducir la inversión.”
“Excepcionalmente, de anticipos reintegrables durante los primeros años de explotación de la autopista en los supuestos en que la recaudación sea insuficiente para atender los compromisos financieros adquiridos.”
Con unas condiciones como estas, ¿quién se habría resistido a construir miles y miles de kilómetros de autopistas de peaje?

El Supremo rechaza compensar a la empresa concesionaria de la R2 Madrid-Guadalajara

El Tribunal Supremo ha rechazo la compensación demandada por la empresa Autopistas del Henares (HENARSA) como concesionaria de la Radial 2 entre Madrid y Guadalajara en una sentencia que la señala como responsable de haber inflado su plan económico financiero con el que se aprobó la adjudicación de dicha autopista de pago. "Existió una valoración excesiva de tráfico y de ingresos por peaje", asegura la sentencia. 

La Sala de lo Contencioso-Administrativo desoye la petición de "restablecimiento del equilibrio económico-financiero" demandado por este consorcio de empresas constituido, entre otras mercantiles, por Dragados, Acciona y Necso Entrecanales Cubiertas y que consiguieron la explotación durante 24 años de esta radial de pago alternativa a la A-3.

El alto tribunal no ve lugar a que el Estado asuma una indemnización debido a la "grave y prolongada reducción del tráfico que circula por la autopista y, en consecuencia, de los ingresos por peaje".

HENARSA alegó un "riesgo imprevisible como la crisis económica iniciada en 2008" para justificar la compensación y también responsabilizó a la Administración por no continuar las obras de las autopistas Madrid-Eje del Ebro, la A-2 y el retraso en la puesta en servicio del cierre norte de la M-50.

Sin embargo, la Sala culpa a la empresa concesionaria de incurrir en una "valoración excesiva" de sus estimaciones, "muy superiores a las del estudio del Ministerio de Fomento" que figura en el anteproyecto de adjudicación de la radial.

"Variables propias de un escenario socio-económico optimista sin que a juicio de esta Sala pueda calificarse como imprevisible el cambio de tales circunstancias, máxime atendiendo el plazo dilatado de la concesión", subraya la sentencia, que rechaza que haya lugar al recurso por silencio administrativo.


miércoles, 18 de mayo de 2016

El Estado financiará 6,7 millones de sobrecostes a la autopista de la Vega Baja


Una imagen del peaje de Los Montesinos, uno de los tres que existen en la autopista y todos situados en la comarca de la Vega Baja; los otros dos están en Orihuela.

El Tribunal Supremo (TS) ha condenado al Gobierno a conceder dos préstamos participativos por un total de 6,7 millones de euros a Autopista del Sureste (Ausur), la concesionaria de la vía rápida de pago entre Crevillent y Cartagena a través de la Vega Baja, para que esta pueda hacer frente a los sobrecostes derivados de las expropiaciones, algo que le reclamó el 26 de abril de 2013 y que el Estado ni siquiera contestó, lo cual dio lugar a la presentación de un recurso por silencio administrativo. Ahora se ha sabido que el Gobierno se negó por la mala situación económica de Ausur y consideraba que nunca se lo devolvería con lo cual el préstamo se iba a convertir en una subvención. La resolución, que ayer hizo pública el gabinete de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, desestima en cambio la pretensión de la actora de cobrar daños y perjuicios por el incumplimiento de la obligación y fija en 6.000 euros las costas.

La dilación de los procedimientos judiciales de expropiación es lo único que explica que 15 años después de la entrada en funcionamiento de esta vía rápida todavía haya pleitos en marcha por aquellos terrenos. Autopistas del Sureste ha hecho valer en este asunto el pliego de condiciones que le sirvió para adjudicarse la obra en 1998, aprobado por el Ministerio de Fomento, en la que tenía que invertir 260 millones de euros y que fijaba, entre otros derechos, un reequilibrio económico cuando el gasto previsto no se ajustara el real, como fue el caso. ¿Cómo se hubiera producido finalmente ese reequilibrio? Permitiendo un aumento escalonado de las tarifas para hacer frente a los ingresos necesarios para su amortización; es decir, siendo los ciudadanos los que finalmente cargaran con ello.

Ausur rechazó en su recurso el argumento de que se le pudiera negar los dos préstamos por su mala situación ya que la petición de ambos se produjo en abril y octubre de 2012, un año largo antes de presentar ante el juzgado de lo Mercantil número 3 de Alicante, con sede en Elche, el concurso de acreedores. En cambio, el Gobierno sí preveía su mala situación económica porque lo indicaba la memoria de 2011, datos que demostraban a su juicio que «existía la imposibilidad material de su devolución por lo que realmente aquello no sería un préstamo sino una subvención y los préstamos participativos sólo cabían a empresas solventes». El Supremo entiende que la mala situación economía de la empresa antes de que esta se produjese no puede ser un argumento para denegarle algo a lo que tenía derecho; es más, un año después, en 2014, mejoró resultados por la tendencia del tráfico, gracias a lo cual había aumentado ingresos. De hecho, suscribió un préstamo de 196 millones de euros refinanciando toda su deuda. El fallo recuerda al Estado sus obligaciones para garantizar la viabilidad económica de sus concesionarias, como es el caso.

Que el Gobierno tenía miedo a quedarse sin cobrar es algo que se repetía en su argumentario de la contestación al recurso y que los jueces rechazan como justificación de peso o el que pusiera como excusas que estos prestamos debían ser considerados a efectos de contabilidad como transferencia de capital y, por lo tanto, con base a «las actuales circunstancias económicas, que obligan a una estricta disciplina presupuestaria», decía el Secretario de Estado de Presupuestos y Gastos del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, no eran una prioridad como sí, en cambio, «la consecución de los objetivos de control del déficit». Y todo eso lo decía aunque uno de estos préstamos, el más importante por 5,3 millones de euros, sí se había autorizado dentro de los Presupuestos Generales del Estado, para denegarlo más tarde; mientras que en el segundo de 1,4 millones de euros el Estado alegaba que no se había verificado por la Administración el sobrecoste de las expropiaciones por justiprecios e intereses de demora.

La concesionaria lleva entablados varios procedimientos administrativos contra la Administración porque no le salen las cuentas de la obra por el volumen de tráfico y ni de lejos se han cumplido las expectativas para cubrir los costes debido también es cierto a la crisis. A diario la cifra media de turismos es de 6.000, menos que muchas carreteras de la comarca de la Vega Baja; el hecho de que, además, la Generalitat desdoblara años después de su inauguración de la autopista (en 2001) la nacional que discurre paralela a la costa –a excepción del casco urbano de Torrevieja–, no ha hecho más que convertirse en un duro competidor porque esta obra no estaba prevista ni mucho menos cuando ésta estaba en proyecto.

No es la privatización, es que hay demasiadas: el problema de las autopistas rescatadas en España


Una década después de la puesta en funcionamiento de las autopistas radiales de acceso a Madrid,orquestada durante la segunda legislatura del gobierno de José María Aznar, el modelo de autovías yautopistas español vuelve a ocupar el centro de la actualidad informativa. La posible liquidación y futuro cierre de dos de ellas, la R-3 y la R-5, vendría a resumir los numerosos errores cometidos en la planificación de vías de alta capacidad durante los últimos veinte años. ¿Pero qué hay de excepcional en el modelo de autovías y autopistas español comparado con Europa? ¿Sucede algo parecido en el continente?

Lo cierto es que España sí cuenta con algunas particularidades, pero no se orientan tanto a la fórmula de inversión y concesión privada durante un periodo determinado de tiempo como al alcance de las autovías y autopistas, superior en kilómetros y en ratio por habitantes y por superficie a la de cualquiera de los socios europeos. Para entender mejor qué problemas afrenta el gobierno español a corto plazo ante la quiebra de las autopistas privadas y para conocer cómo se ha llegado esta situación, resulta útil observar cuáles han sido los modelos imperantes en nuestro entorno y a qué retos se enfrentan.

La mayor parte de las vías de alta capacidad para vehículos motorizados en España no están gestionadas por empresas privadas. Algunas de las más importantes sí lo están, sin embargo. El caso más destacado es el del corredor del noreste, que conecta Cataluña con el País Vasco a través del valle del Ebro, así como tramos de la AP-7. Fueron las primeras autopistas, diseñadas y construidas durante los años sesenta, y puestas en funcionamiento a través del modelo APP(alianza público-privada). La vía es de titularidad pública, pero su construcción corre a cuenta de una constructora, que se encarga de su explotación durante un determinado tiempo (concesión). Lo amortiza con peajes.

La autopista de la circunvalación de Alicante es otra de las autopistas rescatadas por el estado ante la escasa utilización de la infraestructura y las pérdidas de la empresa concesionaria.
Como se explica en este profundo artículo sobre la historia de las autovías y autopistas en España, a partir de los años setenta el modelo cambió. Vertebrado el principal corredor económico del país, el estado, ya en los ochenta, comenzó a optar por el modelo alemán: a partir de entonces, será el estado quien correrá con la inversión requerida para mallar la vetusta y anticuada red de carreteras con nuevas y flamantes autovías. La inversión en infraestructuras se multiplica y se construyen las autovías radiales y las transversales (Galicia, la cornisa cantábrica, las diversas andaluzas, etcétera). Desde el inicio, todas estas autovías estaránlibres de peaje y su acceso será libre. Así se mantienen a día de hoy.

De forma paralela, se construyen otras autopistas privadas, en ocasiones con criterios de uso y rentabilidad demasiado optimistas. Es lo que ha sucedido con las radiales de Madrid: todas están por debajo de sus propias expectativas (lo que les ha llevado a la quiebra, al no poder rentabilizar la inversión necesaria), y una gran parte de ellas por debajo de los 10.000 vehículos diarios estipulados de forma general para asegurar la utilidad técnica de construir una autovía. A día de hoy, la red de autovías y autopistas española forma un híbrido: por un lado, las de acceso libre, mayoritarias; por otro, las de peaje.

Tanto en un caso como en otro, hay vías que no cumplen los criterios de rentabilidad por uso.

En base a lo anterior, España no es demasiado excepcional, y suma elementosprovenientes de diversos países.

Por un lado, hay países donde el estado mantiene un férreo control de las vías de alta capacidad. Es el caso de Reino Unido y Alemania, por ejemplo. En ambos países las autopistas privadas y de peaje, construidas bajo el modelo APP, son casi inexistentes. En Reino Unido tan sólo se cuenta una excepción, un breve tramo de la M6 pasado Birmingham, dirección norte, además de diversos puentes, túneles y de algunas zonas urbanas, como el centro de Londres. En Alemania todas son de libre acceso. En los dos casos, como en aquellas homólogas españolas, la red se sufraga con el dinero del contribuyente.

En Alemania no hay autopistas de peaje.
No es necesariamente la norma. El extremo contrario lo representa Italia: desde sus inicios a principios del siglo XX, la red de autovías italianas se ha articulado sobre el modelo APP, y a día de hoy la gran mayoría de su clase funcionan a través de concesiones que, en aras de rentabilizar la inversión, explotan la autovía con diversos peajes. En Irlanda sucede algo parecido. En Francia el modelo es, como el español, de carácter híbrido: hay autovías de acceso libre donde el gasto recae en todos los contribuyentes, y hay otras muchas de peaje donde la mayor parte del gasto recae sobre los usuarios.

Lo anterior, por cierto, no implica que el estado de turno no tenga la capacidad para imponer peajes en autovías que haya construido de forma exclusiva, sin recurrir a la alianza público-privada. De hecho, Francia privatizó la gestión de las tres principales empresas participantes en autovías en 2005. De forma más reciente, Portugal ha impuesto peajes obligatorios en todas las autovías a cargo del estado luso. Lo hizo en aras de disminuir el agujero presupuestario que le empujó al rescate. Las autovías son públicas, pero el estado obliga a los usuarios a pagar por su uso en función de la distancia recorrida. Es otra forma de financiar la inversión. En Motorpasión te explicamos cómo funciona.
El volumen, el factor diferencial español

La concesión privada de infraestructuras públicas, por tanto, no es un modelo en absoluto ajeno al resto de países de nuestro entorno. En muchos es la norma.

¿Por qué han quebrado numerosas autopistas españolas, entonces? Una forma de acercarse al problema es observando los números en bruto. España es el país con más kilómetros de autovías y autopistas de todo el continente. En total, Eurostat contabiliza 14.701 kilómetros de vías de alta capacidad (datos de 2012). Alemania, por ejemplo, uno de los países con el parque automovilístico más grande de Europa (tan sólo superado por Italia, cuyas cifras de vehículos por habitante juegan en otra liga), no supera los 13.000 kilómetros. Francia cuenta con unos 11.000, e Italia, el cuarto, tan sólo con 6.000.


La red de autovías y autopistas española. El gráfico es de El País.
El volumen es desproporcionado. Aunque en bruto los datos puedan resultar engañosos, en perspectiva comparada también son muy superiores al resto de países. Los españoles contamos con más de 30 kilómetros de autovía por cada 100.000 habitantes, frente a los 15 de Alemania o a los 17 de Francia. Y en la ratio de superficie, allí donde quizá tuviera sentido la mayor expansión de la red de autovías española (es el tercer país más grande de la Unión Europea), sus cifras también son comparativamente exageradas: hay 29 kilómetros de autovía por cada 1.000 kilómetros cuadrados, nueve más que en Francia, más grande.

Volvamos a los 10.000 vehículos diarios como medida de éxito de una autovía o autopista cualquiera. Desde un punto de vista meramente técnico, y dejando a un lado criterios de vertebración territorial que no han de tener en cuenta de forma necesaria el uso de una vía, el problema de las radiales y de las autopistas rescatadas no ha sido tanto su carácter privado como su mala planificación. Simplemente no eran necesarias, como su reducido uso ha puesto de manifiesto. El gobierno considera autovías de muy baja ocupación aquellas que estén por debajo de los 7.000 vehículos diarios. ¿Cuántos tenía la R-3?

Qué mejor que acudir a los datos del Ministerio de Fomento. En este extenso mapa se puede observar cuál es la ocupación de las carreteras, autovías y autopistas más importantes del estado español. La R-3, según los datos de 2014, contaba con unos 5.400 tránsitos diarios, una intensidad no sólo muy por debajode las expectativas de las empresas concesionarias, sino del criterio mínimo de inversión para cualquier otra autovía pública. La R-5 mejoraba esas cifras por poco: unos 5.700 tránsitos. La R-4 superaba los 6.000, mientras que la R-2, dirección Guadalajara, se quedaba en los 5.500.

En rojo, las vías de alta capacidad más transitadas anualmente en España.

Por ofrecer algo de contexto: la A-23, la autovía mudéjar que conecta Valencia con Zaragoza a través de la deshabitada provincia de Teruel y que está por debajo de los criterios mínimos técnicos para poner en marcha una autovía, suma unos 9.000 vehículos diarios. Es pública, y conecta el corredor cantábrico con el Mediterráneo, dado que sus objetivos no son tanto de rentbailidad como de vertebración del territorio. Otras autopistas privadas exitosas, como la AP-2 entre Zaragoza y Lleida, tiene una intensidad media diaria por encima de los 12.000.

Las radiales de Madrid, además, han tenido que competir con otras vías de acceso libre que cubrían las mismas rutas. Mientras la R-3 y la R-5 languidecen fruto de una dudosa planificación, la A-5 y la A-3 suman 53.000 y 81.000 tránsitos en idéntico trayecto. Ante la posibilidad de elegir una autopista libre de tráfico pero de peaje y una autovía saturada pero de acceso libre, los conductores han elegido de forma sistemática la segunda opción, llevando a la quiebra a las vías radiales, ineficientes y demasiado optimistas en sus planteamientos iniciales. Más de una década después, están en bancarrota, y podrían cerrar para siempre.

El caso de las autopistas es particularmente llamativo, porque a su rescate, de forma obligada, tiene que acudir ahora el estado español, pero no es el único. Hay otras autovías que también están por debajo de los 10.000 vehículos diarios, tanto construidas como en planificación. La crisis y los recortes del gasto público han recortado las inversiones en infraestructuras, lo que en muchas ocasiones ha paralizado proyectos que, como la A-40 entre Teruel y Cuenca, contaban con previsiones de partidas extremadamente pobres (además de serios riesgos para ecosistemas naturales privilegiados).

Viñetas, ¿las autovías del futuro?


El debate se inserta, además, en el contexto de los progresivos peajes y viñetasintroducidos en todo el continente europeo. Primero a los vehículos de transporte pesados, una medida ya casi generalizada en Europa que España aún se resiste a implementar, pero también, de forma progresiva, el vehículo particular. Las viñetas, pagos anticipados que los conductores realizan al estado de turno para poder circular durante un determinado periodo de tiempo a lo largo del país, son la norma ya en Suiza, Austria o República Checa. El actual gobierno se planteó tal posibilidad en 2012, desechándola.

Es el modelo portugués, quizá el que vivamos en el futuro, al margen de la gestión y/o concesión de la vía que empleemos. Un dilema que pone de manifiesto los altos costes asociados a la construcción de una infraestructura de las características de una autovía, y que se dirige directamente al corazón de las decisiones y las planificaciones de nuevas vías de alta capacidad. Una cuestión relevante, cuya mala gestión, como el caso de las autopistas rescatadas muestra, puede costar mucho dinero.