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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Las autopistas de peaje han costado casi 5.000 millones en dinero público


No vull pagar, No quiero pagar. Con este lema centenares de catalanes se rebelaron, en abril de 2012, contra el pago de las autopistas de peaje. La realidad, sin embargo, es algo más complicada: las autopistas de peaje, como ocurre con las otras, las pagan todos los contribuyentes. Impuesto tras impuesto, para garantizar la financiación de las concesionarias de estas carreteras España se ha gastado, entre 1977 y 2008, 4.773,62 millones de euros. Para hacerse una idea de las magnitudes, la cifra representa algo más que un tramo de la ayuda que la 'Troika' inyectó en las arcas públicas griegas para rescatar al país entero. Se trata de un dato cuyo origen se remonta a mediados de los años 80 y que El Confidencial hace público gracias a la colaboración de un ciudadano común. Pedro Egea lo ha obtenido y compartido con este periódico tras realizar una petición de acceso a la información a través de la plataforma tuderechoasaber.es. El Ministerio de Fomento ha hecho pública, por primera vez en un documento único, la cantidad que, año por año, ha sido abonada a las mayores concesionarias del sector como "seguro" por la financiación exterior que tuvieron que buscar hace 30 años. Acesa, Europistas, Betica, Aumar, Avasa, Audasa, Eurovias, Aucalsa, Vasco Montañesa y Audenasa son las concesionarias que recibieron los pagos “con objeto de lograr la más pronta amortización de la deuda del sector”, según reza la ley que regula el procedimiento de revisión de las autopistas de peaje.



Esta deuda exterior provenía del llamado “seguro de cambio”, una fórmula con la que, a comienzos de los años 80, la administración garantizó la viabilidad de la construcción de las autopistas de peaje. El Estado impuso a las empresas concesionarias que buscaran financiación en el exteranjero, liberando a bancos y cajas de ahorro de los posibles préstamos en un periodo de profunda crisis de liquidez. Para no perjudicarlas, se estableció que esas sociedades pagaran los créditos obtenidos en divisas a un tipo de cambio fijo e independiente del valor de la peseta -entonces en vigor- frente a las monedas de fuera.

“Se consideró necesario establecer un mínimo de financiación procedente del exterior que se situaba generalmente en torno al 40 o 45%, de la que el Estado avalaría el 75% y proporcionaría un seguro de cambio”, detallan los académicos Carmen Lozano Gutiérrezy Federico Fuentes Martín en un estudio sobre los efectos de este seguro. “A estas ayudas se sumaban subvenciones a fondo perdido, anticipos reintegrables durante los primeros años y bonificaciones sobre impuestos”, añaden. En otras palabras, manteniendo un valor fijo, el Estado garantizaba con este acuerdo que el valor de las divisas no fluctuara con los altibajos del mercado. Además se comprometía a pagar los vencimientos del capital principal y sus intereses. Año tras año, la cifra ha llegado a los más de 4.000 millones de euros de 2008.

La medida no estuvo exenta de polémica. La hemeroteca de 1984 recuerda cómo el Estado tuvo que desembolsar, hasta ese año, 120.000 millones de pesetas por el seguro de cambio. Según el ministerio, sin esa cifra las autopistas de peaje habrían estado abocadas a la quiebra, hasta el punto de que los críticos con este método hablaron de “subvenciones encubiertas”. Por su parte, buena parte del sector defendió que se había llegado a la situación por la “imposición” de buscar financiación exterior por parte del Gobierno. “Era un periodo de crisis, sobre todo del petróleo, y esa fue la solución que se encontró para las autopistas construidas hasta entonces”, recuerda el experto del sector consultado por este periódico.

En su estudio sobre la aplicación de este seguro, Gutierrez y Martín llegan a una clara conclusión: “Las consecuencias para el Estado fueron evidentes, ya que soportó un fuerte coste debido a las coberturas prometidas”. Un coste que se arrastró hasta 2008.

jueves, 20 de junio de 2013

Portugal cobrará el peaje por kilómetro controlando las entradas y salidas

Después de tres años de polémica Portugal sigue sin dar con el sistema más efectivo para cobrar el peaje en sus siete autovías. Los 77 pórticos de control implantados en dichas carreteras, que costaron 130 millones de euros, serán relevados el próximo año por otro sistema, ya en pruebas, con el que se pasará a cobrar por kilómetro recorrido y que supondrá el fin de la gratuidad en los tramos hasta ahora exentos.

La decisión fue revelada por Estradas de Portugal como medida para atajar los impagos y reducir los costes por las gestiones de cobro a los usuarios que no portan dispositivos de pago. Las siete autovías generaron el año pasado unos ingresos de 212 millones de euros (104,8 menos de lo previsto), de los que el 29 % fueron absorbidos por el mantenimiento del propio sistema.

El nuevo modelo grabará las entradas y salidas de los vehículos en cada autovía cobrando telemáticamente, como ahora, el importe de los peajes, que por tanto seguirán sin poder ser pagados manualmente.

La interoperabilidad de los telepeajes españoles y portugueses será por tanto esencial. Pero mientras será necesario aguardar al 31 de julio a que todos los operadores de dispositivos españoles sean habilitados en Portugal, tras haberse activado ya los de NCG Banco y Ressa, los aparatos portugueses han comenzado esta semana a operar en Galicia, por ahora en fase de pruebas. El lunes fueron ya 1.417 los telepeajes lusos utilizados en la AP-9 sin problemas técnicos y seis meses antes del plazo acordado entre los Gobiernos de los dos países, aunque por ahora su uso se circunscribe solo a Galicia.

sábado, 1 de junio de 2013

Las autopistas y el déficit del estado


La idea del Ministerio de Fomento de integrar en una sociedad pública a las autopistas de peaje que hoy en día están en riesgo de quiebra, por no decir que técnicamente ya lo están, es el resultado oportunamente creado para evitar que una nacionalización incluyera la deuda estimada de las concesionarias, de entre 3.000 a 4000 millones de euros, en el déficit del estado. Si la Troika (BCE, FMI y la UE) admite, tal como se está ahora mismo negociando, otros 2.000 millones de euros más en este déficit, las deudas podrían ser totalmente cubiertas, sin necesidad de la creación de una empresa pública que a la larga costaría más al bolsillo del contribuyente.

Pero esto desmentiría algo que el Gobierno de Mariano Rajoy ha estado repitiendo como una letanía desde que ganara las elecciones y el pastel de las autopistas de peaje le explotara en la cara, que no se asignarían recursos públicos en las concesiones de autopistas que están en “serios problemas económicos”. Desgraciadamente, este gobierno del Partido Popular nos tiene ya muy acostumbrados a incumplir sus promesas electorales y más aún si cabe a lo que dijo ayer.

El Ministerio de Fomento se disculpa en que "Todas (las autopistas de peaje en quiebra o en riesgo de quiebra) juntas y con la sostenibilidad financiera que le puede otorgar el Estado, tendrían una viabilidad distinta que por separado" pero eso supondrá de todas maneras que la maltrecha economía del ciudadano tenga que soportar un enésimo rescate de empresas privadas que socializan pérdidas pero que no reparten beneficios. Y a esto, los bancos y concesionarias llaman “Comunismo bananero”, cuando en realidad, lo que está haciendo el Ministerio es garantizar las concesiones futuras, pues está más que claro que una vez se remonte la actual situación de crisis, o estafa, y las autopistas puedan volver a ser mínimamente rentables, volverán a las mismas manos que no supieron gestionar correctamente.

Y ya que nos ponemos a hablar de las concesionarias, fundamentalmente formadas por constructoras y las extintas cajas de ahorros, habrá que ver como evoluciona todo sobre los donativos que estas (como FCC) hicieron de manera “ilegal” al Partido Popular y como estas tuvieron trato de favor, por no decir que con estos donativos ganaron directamente la concesión de las autopistas que no supieron gestionar y que ahora tenemos que sostener los demás.

viernes, 12 de abril de 2013

El Escrache del Partido Popular

Escrache se define en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, en su primera acepción, como: Romper, destruir, aplastar. Advierte el Partido Popular que este tipo de manifestación que está realizando la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), es un acto antidemocrático y terrorista.

Pues bien, en estos días el Ministerio de Fomento negocia a espaldas y en contra de la ciudadanía con la banca, acreedora de la deuda contraída con las autopistas de peaje que el Partido Popular permitió construir en tiempos de José María Áznar, para que estás puedan hacer frente a sus pasivos y se den créditos en condiciones más favorables de las que se conceden a los ciudadanos de a pie y que ven como cada día les es más difícil hacer frente a sus deudas, e incluso a las hipotecas contraídas con estas mismos bancos.
 
Esto si que es Escrache. El Escrache que realiza y lleva realizando desde Noviembre de 2011 el Partido Popular, el de romper el estado de bienestar, el de destruir cualquier servicio público y el de aplastar a la clases medias y bajas y sumirla en la pobreza. ¿Qué no se lo creen? Mirénse los bolsillos y me cuentan.
 
Y sin embargo, el gobierno del Partido Popular, sigue dando la espalda al ciudadano, endeudándole a sus espaldas, deuda que permitánme es ilegítima, deuda odiosa. Como mencioné en una anterior entrada, nadie nos pidió nuestra opinión a la hora de construir o no estas autopistas de peaje que hoy tenemos que sostener con nuestros impuestos. 
 
¿Tenemos entonces que, viendo como día a día el presupuesto en Sanidad, Educación o Servicios Sociales mengua, sostener los casi 4.000 millones de euros que la AP-41, que conecta Madrid y Toledo; la AP-36, que discurre entre Ocaña (Toledo) y La Roda (Albacete); la R-3, entre Madrid y Arganda; la R-4, cuyo trazado discurre desde la M-50 (Madrid) hasta Ocaña (Toledo); la R-5, entre Madrid y Navalcarnero, y la que discurre entre Cartagena (Murcia) y Vera (Almería) deben?

Esto, permitánme, además de un Escrache, es una Estafa en toda regla.

sábado, 30 de marzo de 2013

Estalla la tercera burbuja a pagar por el contribuyente, tras la banca y la vivienda

La tercera burbuja explota. Tras el estallido de la inmobiliaria y la banca, le toca a las autopistas de peaje en quiebra, ya que está relacionada con las otras dos. Acumulan una deuda financiera de casi 3.500 millones un total de doce vías de gran capacidad construidas al inicio de este siglo que apenas son utilizadas. El Estado es el responsable de asumir el pago de esa deuda si las autopistas se liquidan, y si la asumiera tal cual distorsionaría los objetivos de déficit público para el ejercicio y los españoles tendrían que asumir otro quebranto de miles de millones.


Estas autopistas se diseñaron pensando en un desarrollo constante de la economía española y de su sector inmobiliario. Ese es el problema. De hecho los trazados discurren cerca de desarrollos urbanísticos que luego se han visto truncados por el colapso del ladrillo. Al no habitarse esas zonas y caer la actividad económica, casi nadie usa esas autopistas.

Los ingresos por peajes no dan ni para atender los intereses de esos créditos, y por eso todas ellas van camino de la quiebra. El Gobierno, que es el responsable patrimonial final de esos negocios,busca una solución a la desesperada para resolver esta patata caliente sin que esa deuda acabe sumándose a la que ya arrastran las administraciones públicas.

De momento, ya han entrado en concurso de acreedores, la antigua suspensión de pagos, las gestoras de la Madrid-Toledo (AP-41), Radial 4, Radiales 3 y 5, la de Ocaña-La Roda (AP-36) y Cartagena-Vera (AP-7).

Para solucionarlo, el Gobierno quiere nacionalizar todas esas vías de pago y con todas ellas crear una sociedad estatal. Los bancos españoles, a quienes las autopistas deben 2.300 millones, comprarían la deuda de 1.200 millones que las vías tienen con entidades extranjeras. De este modo, la banca pasaría a tener todo el pasivo (3.500 millones de euros) y el Estado sería el deudor.

La clave de la operación es que esa deuda no genere déficit ni más deuda a efectos de las cuentas que examina Bruselas. Se trata de evitar que la foto de las cuentas pública salga peor de lo que ya está. Por eso el Gobierno baraja crear una sociedad estatal que asuma el negocio y la deuda. La entidad generaría ingresos, los peajes, con los que iría afrontando el pago de la deuda y por tanto, formalmente, ésta no sería considerada deuda del Estado a la hora de pasar los exámenes europeos. Sería la manera de nacionalizar las autopistas sin dañar el déficit. Un truco contable que no evitará en todo caso que el país, todos los ciudadanos, apechuguen con 3.500 millones más.

sábado, 23 de marzo de 2013

Portugal estudia un nuevo sistema de peaje que elimina los tramos gratuitos de autovía

La bolsa de entre 47 y 70 millones de euros que puede inyectar los peajes de autovía a las arcas lusas vuelve a captar la atención de Portugal. Hace meses el Ejecutivo de Pedro Passos Coelho ponía sobre la mesa de la "troika" -FMI, UE y BCE- una fórmula para sumar 15 nuevos pórticos en sus antiguos viales gratuitos (Scut). Cuando la medida se hizo público la presión social que desató le obligó a "aparcarla". Pero no a olvidarla. Al menos no en sus objetivos. El diario luso Jornal i revelaba ayer que Estradas de Portugal -EP- maneja ya un segundo estudio que, con un fin similar, apunta una receta alternativa: controlar todas las entradas y salidas a las autovías a través de un sistema electrónico similar a Via Verde. El cambio supondría gravar tramos ahora exentos, como los cerca de 30 km de A-28 que separan las localidades de Caminha y Viana.

El nuevo modelo de peajes se desprende de un documento interno de EP fechado en febrero. Sus conclusiones preliminares son fruto de un grupo de trabajo integrado por Cap Gemini, la propia EP, Ascendi y Via Verde. Para saltar del papel al asfalto deberían recibir ahora el visto bueno del equipo de Passos Coelho y colarse así entre las negociaciones con la "troika".

FarodeVigo.es 14/03/2013