Después de tres años de polémica Portugal sigue sin dar con el sistema más efectivo para cobrar el peaje en sus siete autovías. Los 77 pórticos de control implantados en dichas carreteras, que costaron 130 millones de euros, serán relevados el próximo año por otro sistema, ya en pruebas, con el que se pasará a cobrar por kilómetro recorrido y que supondrá el fin de la gratuidad en los tramos hasta ahora exentos.
La decisión fue revelada por Estradas de Portugal como medida para atajar los impagos y reducir los costes por las gestiones de cobro a los usuarios que no portan dispositivos de pago. Las siete autovías generaron el año pasado unos ingresos de 212 millones de euros (104,8 menos de lo previsto), de los que el 29 % fueron absorbidos por el mantenimiento del propio sistema.
El nuevo modelo grabará las entradas y salidas de los vehículos en cada autovía cobrando telemáticamente, como ahora, el importe de los peajes, que por tanto seguirán sin poder ser pagados manualmente.
La interoperabilidad de los telepeajes españoles y portugueses será por tanto esencial. Pero mientras será necesario aguardar al 31 de julio a que todos los operadores de dispositivos españoles sean habilitados en Portugal, tras haberse activado ya los de NCG Banco y Ressa, los aparatos portugueses han comenzado esta semana a operar en Galicia, por ahora en fase de pruebas. El lunes fueron ya 1.417 los telepeajes lusos utilizados en la AP-9 sin problemas técnicos y seis meses antes del plazo acordado entre los Gobiernos de los dos países, aunque por ahora su uso se circunscribe solo a Galicia.
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