Cuando uno escucha al político de turno hablar que España es el tercer país con más kilómetros de vías rápidas (Autopistas y Autovías) del mundo con la boca llena de autosatisfacción, uno no tiene más remedio que preguntarse a estas alturas de esta crisis estafa que "para qué diablos nos vale".
Esta política que han llevado a cabo varios de los gobiernos que han dirigido el país, ha traído como consecuencia una sobredimensión de las infraestructuras, ya no sólo carreteras, también aeropuertos, ferrocarril de alta velocidad, etc. Todos los presidentes del gobierno, todos los autonómicos, todos los alcaldes querían una autopista en su puerta, un AVE en su pueblo y un Aeropuerto en su comarca, pero ninguno se paró a pensar cómo se iba a mantener todo eso y si de verdad era viable a medio y largo plazo . Ahora, nos encontramos un país con más kilómetros de vías rápidas que otros con mayor PIB y mayor densidad de población (Alemania) o más grandes (Francia).
Pero, no contentos nuestros gobernantes con esto, ahora, en un alarde de políticas demagógicas, se privatiza lo público y se hace público lo privado. Es decir, se vende lo que es rentable y se paga con dinero público lo que tiene pérdidas, como son en este caso las autopistas de peaje en quiebra.
Este principio que se acaban de inventar de "Todo lo público para unos, y todas las deudas para todos" es uno de los principales problemas con el que nos encontramos los españolitos (griegos, portugueses, irlandeses, italianos, etc) en el que las cuentas públicas han acabado esquilmadas, teniendo que ser los bolsillos del ciudadano, vía impositiva o vía recorte o vía privatización, los que acaban pagando el dispendio y mala gestión del gobierno de turno.
Esta política que han llevado a cabo varios de los gobiernos que han dirigido el país, ha traído como consecuencia una sobredimensión de las infraestructuras, ya no sólo carreteras, también aeropuertos, ferrocarril de alta velocidad, etc. Todos los presidentes del gobierno, todos los autonómicos, todos los alcaldes querían una autopista en su puerta, un AVE en su pueblo y un Aeropuerto en su comarca, pero ninguno se paró a pensar cómo se iba a mantener todo eso y si de verdad era viable a medio y largo plazo . Ahora, nos encontramos un país con más kilómetros de vías rápidas que otros con mayor PIB y mayor densidad de población (Alemania) o más grandes (Francia).
Pero, no contentos nuestros gobernantes con esto, ahora, en un alarde de políticas demagógicas, se privatiza lo público y se hace público lo privado. Es decir, se vende lo que es rentable y se paga con dinero público lo que tiene pérdidas, como son en este caso las autopistas de peaje en quiebra.
Este principio que se acaban de inventar de "Todo lo público para unos, y todas las deudas para todos" es uno de los principales problemas con el que nos encontramos los españolitos (griegos, portugueses, irlandeses, italianos, etc) en el que las cuentas públicas han acabado esquilmadas, teniendo que ser los bolsillos del ciudadano, vía impositiva o vía recorte o vía privatización, los que acaban pagando el dispendio y mala gestión del gobierno de turno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario