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miércoles, 4 de mayo de 2016

Nuevas emisiones de obligaciones Aucalsa y Audasa mayo 2016

Autopistas
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El pasado 21 de abril se registraron en la CNMV dos nuevas emisiones de obligaciones de Audasa mayo 2016 y Aucalsa mayo 2016. Ambas emisiones de deuda son ya un clásico en el mercado de renta fija español, que vuelven esta vez con intereses más bajos, acorde con el contexto actual.

Aun así la rentabilidad que ofrecen las emisiones de deuda de Audasa y Aucalsa 2016, bien merecen dedicarles un tiempo a su análisis.

Además las obligaciones de las concesionarias de autopistas, están bonificadas fiscalmente, por lo que su rentabilidad financiero-fiscal es aún mayor.

Estas emisiones pueden suscribirse a través de las entidades colocadoras desde hoy día 25 de abril, hasta el próximo 10 de mayo. El nominal de cada obligación es de 500€ y el desembolso por el número de obligaciones adjudicadas se hará el 17 de mayo. Las entidades a través de las que pueden suscribirse son, Caixabank, Bankia, Banco Popular, Kutxabank, Abanca, Norbolsa, Auriga valores, Renta4, Ahorro Corporación, GVC Gaesco y Beka Finance. Veamos más información para valorar si te puede interesar esta inversión.

Se trata de emisiones de deuda de concesionarias de autopistas. Audasa gestiona el tramo de Ferrol a Tui y Aucalsa es la concesionaria de la autopista astur-leonesa.

Ambas emisiones, son títulos de renta fija sin calificación crediticia. Según la escala de valoración de riesgo de la CNMV, son de máximo riesgo. Por lo que no pueden invertir en ellas los fondos de inversión de renta fija por política de inversión, pero paradójicamente si lo pueden hacer los inversores minoristas.

Las emisiones de obligaciones de Audasa y Aucalsa, llevan muchos años emitiéndose. Renovándose sucesivamente a medida que van venciendo, con colocaciones por mismo principal.

domingo, 1 de mayo de 2016

En Marea pide en el Congreso que se inicien los trámites para transferir la AP-9 a la Xunta de Galicia

En Marea --la confluencia gallega con la que Podemos concurrió a las elecciones generales de diciembre-- ha presentado en el Congreso una proposición no de ley para que el Gobierno inicie los trámites de transferencia a la Xunta de Galicia de la autopista AP-9, algo que todos los grupos del Parlamento gallego solicitaron el pasado mes de marzo.

Según la iniciativa, que recoge Europa Press y que será debatida en la Comisión parlamentaria de Fomento, la autopista que une Ferrol y Tui lleva 36 años de explotación privada con "peajes totalmente abusivos" y sin que la concesionaria, Audasa, esté invirtiendo sus "cuantiosos beneficios" en el mantenimiento y mejora de la infraestructura.

"El negocio es totalmente redondo", critica En Marea, que recuerda que la autopista está "más que amortizada a estas alturas" y que, sin embargo, la concesionaria "continúa incrementando los peajes, reduce la plantilla, no realiza actuaciones de mejora y mantenimiento, no aprueba un programa de descuentos para usuarios habituales ni adopta medidas ante los enormes atascos en las cabinas de peaje" que se producen frecuentemente.

A juicio de la confluencia gallega, esta situación supone "un auténtico chollo" para Audasa y un gran problema para los gallegos al que el Ministerio de Fomento "no ha prestado ninguna atención", pese a tratarse de una autopista que "vertebra el territorio gallego y que no tiene ninguna alternativa adecuada.

De hecho, el pasado 15 de marzo el Parlamento gallego aprobó "por unanimidad" una proposición de ley demandando la transferencia a la Xunta de la Autopista del Atlántico. Sin embargo, este tipo de iniciativas autonómicas tienen unos periodos de tramitación en el Congreso muy largos, lo que se une al previsible retraso que sufrirá por la probable convocatoria de nuevas elecciones generales.

"Este tema debe ser abordado por la Cámara Baja cuanto antes", defiende En Marea, que por ello solicita al Congreso que emplace al Ministerio de Fomento a iniciar los trámites necesarios para proceder a esta transferencia de modo que la AP-9 "pueda ser una autopista libre de peajes".

lunes, 25 de abril de 2016

Uno de cada tres euros de peajes se convierten en beneficio para Audasa

FOTO: 

El precio de los peajes se congeló el año pasado, pero los ingresos y beneficios de Audasa no. La concesionaria de la AP-9 incrementó por segundo año consecutivo el volumen de su recaudación en la principal vía gallega gracias a la recuperación de sus tráficos, todavía lejos de los registros anteriores a la crisis, pero que se han convertido en los mejores de los últimos cuatro ejercicios.

Durante el 2015 la concesionaria del principal vial de Galicia ingresó 134,24 millones de euros en peajes, cifra a la que se suman 1,5 millones más por la explotación de sus áreas de servicio. El balance remitido ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores por la empresa estrella del grupo Itínere refleja un incremento de 6,5 millones de euros respecto al año anterior en la cifra de negocio que engrosa el pago de los peajes. Cada día del año pasado los usuarios de la AP-9 dejaron en las cabinas de la vía de pago una media de 367.797 euros, que descontados los gastos financieros y de explotación han reportado a Audasa un beneficio final de 44,66 millones de euros, descontados ya los 17,3 millones que la concesionaria abonó en concepto de impuestos sobre sus ganancias. De un año a otro la autopista ha reportado un aumento de los beneficios de 16,1 millones, cifra en la que redundan 10 millones recuperados en exceso de provisiones de ejercicios anteriores.

El balance del último ejercicio supone que por cada tres euros que la responsable de la explotación de la autopista ingresa en peajes uno se transforma en beneficio para la sociedad cuya mayoría comparten la americana Citi Group y la vasca Kutxabank. En el informe anual de gobierno corporativo de Audasa, también depositado ayer en la CMNV, se hace constar que el año pasado ha repartido entre sus accionistas 39,5 millones de euros en dividendos, es decir, la práctica totalidad de los beneficios, una vez descontados 3,7 millones en cánones pagados a ENA Infraestructuras, sociedad del grupo Itínere que a su vez es la firma matriz de la concesionaria.

Tras 37 años de explotación la AP-9 ha recaudado en peajes hasta el cierre del ejercicio pasado 2.519 millones de euros, aunque durante la primera década y media del vial no fueron suficientes para evitar los números rojos de la infraestructura. Superada la fase de arranque de la autopista del Atlántico ha generado en total unos beneficios de 815 millones de euros antes de impuestos, resultando rentable su explotación desde 1994.

La amortización de la autopista no ha alcanzado sin embargo ni un tercio de la inversión a recuperar por la concesionaria al final de la explotación de la infraestructura, fijada tras tres ampliaciones para agosto del 2043. El año pasado Audasa destinó a tal fin 32,6 millones de euros, según el balance presentado ayer.

En el se da cuenta también de un casi invariable gasto en personal, cifrado en 9,7 millones de euros para una plantilla de 220 trabajadores, cinco menos que en el ejercicio precedente.

El balance de Audasa señala entre los principales riesgos de su negocio la regulación legal que se pueda hacer del sector de las autopistas, su imagen y reputación y las operaciones financieras que lleve a cabo, si bien se apunta que ninguno de ellos se ha materializado durante el año pasado.

jueves, 21 de abril de 2016

¿Más peajes para la comarca?

El municipio de Arteixo es un mapa de guerra entre el Concello y el Ministerio de Fomento. Este último dibuja líneas que el gobierno municipal quiere disolver para proponer alternativas que no acaban de convencer a quien pone el dinero sobre la mesa. Hablamos del enlace del puerto exterior, que el Concello quiere reconvertir en beneficioso para sus vecinos.

¿Cuál es el plan de Fomento?

Una vez concluido el enlace de Langosteira, cuya entrega por parte de la constructora está prevista para el 15 de mayo, el plan del Ministerio de Fomento es una nueva inversión de 32 millones para conectar la nueva vía con la AC-14 a la altura de As Rañas, donde debe construirse un enlace, lo que eleva el gasto total hasta las 40 millones de euros.

¿Qué pide el Concello de Arteixo?

El alcalde propone olvidar esa obra y destinar esa cantidad para negociar con la concesionaria de la autopista AG-55 para que liberalice el peaje. Para Carlos Calvelo se trata de una oportunidad histórica que permitiría disponer de una vía de alta capacidad para canalizar el tráfico rodado. Según estudios económicos del Concello presentados a Fomento, el coste por retirar el peaje es de 22,3 millones de euros, mientras la Xunta lo cifra en más de cuarenta (aún así, sería el mismo coste que el enlace que propone el Ministerio). Por otro lado, el colectivo de camioneros también previene de que el trazado de Fomento es de subida para los camiones que cargan en Langosteira.

¿Por qué el alcalde asegura que habrá un nuevo peaje en Meicende?

Calvelo solicitó desde el inicio del proyecto la ejecución de un enlace en el vial de Langosteira a la altura de Meicende para eliminar el tráfico pesado que atraviesa este núcleo procedente de la refinería. Este enlace es el único beneficio para los vecinos del municipio en el que se ejecuta el total de la obra. Una vez que se construya, toda la ciudad de A Coruña y Arteixo, vía Meicende, tendrán un acceso a la nueva autovía de Langosteira y la AG-55 (a través de unos carriles construidos para burlar el peaje), es decir: la concesionaria se encuentra con un tráfico que no pasa por caja. Y aunque nadie lo ha dicho aún, el alcalde sospecha de Audasa no dejará que esto ocurra. La situación se repetiría con el enlace en Suevos (este todavía sin proyecto). Consultado por este periódico, el Ministerio de Fomento aún no se ha manifestado sobre la opción del peaje.

lunes, 21 de marzo de 2016

344.027 euros en peajes al día en la AP-9




Cada hora que pasa las cabinas de peaje de la autopista del Atlántico recaudan 14.334 euros. Así ocurrió en el primer semestre del año pasado, escenario de un crecimiento continuado en el número de usuarios que se inició en septiembre del 2014 y no ha dejado de incrementarse desde entonces tras haber caído con la llegada de la crisis.

Fruto de esa recuperación, Audasa, la concesionaria del vial, obtiene de los automovilistas, fundamentalmente gallegos, 344.027 euros al día, cifra que en todo caso está aún un 18,2 % por debajo del mejor resultado de la concesión, el del 2009, cuando los peajes de la principal carretera de Galicia reportaron a la joya de la corona del grupo Itínere el ingreso de 156,2 millones de euros en tasas cobradas.

Desde que el 27 de abril de 1979 el padronés Francisco Mene cruzó la primera barrera de la AP-9 en Santiago junto a su mujer y su nieta en un Seat 1430 para ir al médico a A Coruña, vehículo a vehículo han ido dejando hasta el último balance presentado a mediados del año pasado un total de 2.384,9 millones de euros en peajes. Pero a pesar de dicha cifra de negocio, la actual concesionaria solo ha amortizado, según datos del Ministerio de Fomento, un 26,6 % de los gastos contraídos en la construcción y mantenimiento del vial y sobre todo en la recuperación de la inversión realizada en las sucesivas adquisiciones de la concesión desde que dejó de estar en manos públicas en el 2003, casi veinte años después del rescate por parte del Estado de la sociedad inicial.


Los primeros quince años de la infraestructura fueron deficitarios. Hasta que se conectó todo el eje entre Vigo y A Coruña con la apertura del tramo Caldas-Pontevedra en 1992, la AP-9 no dio beneficios. Diez años más tarde, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) adjudicaba la Empresa Nacional de Autopistas a un consorcio liderado por SacyrVallehermoso y con ella la autopista del Atlántico incluida.

El sucesivo cambio de manos de la concesión, que ahora tiene a un fondo de pensiones americano como propietario último, ha puesto el contador de la amortización a cero con cada modificación en la titularidad del vial, incrementándose por otra vía el capital a recuperar a cuenta de las obras añadidas al proyecto inicial y que ha acabado por alejar la gratuidad del vial primero al 2013, después al 2023 y finalmente hasta las cero horas del 18 de agosto del año 2048.

Por ambas circunstancias Fomento estima, según sus cuentas, que de los 1.507,7 millones de euros invertidos en la principal arteria de Galicia solo están amortizados 400,3 después de 37 años de peajes.

Teniendo en cuenta el número de vehículos que transitan por kilómetro al año, la AP-9 es la tercera autopista de España, con un 7,9 % del tráfico total. Solo Acesa, concesionaria de la autopista Zaragoza-Mediterráneo, y Aumar, Sevilla a Cádiz -ambas del grupoAbertis- superan en el ránking a la gallega.

El Ministerio de Fomento y la Xunta mantienen una postura diametralmente opuesta respecto a la posibilidad de traspaso de la AP-9 a cuenta del supuesto carácter internacional del vial. Tan dispares son las posiciones que el Ejecutivo gallego planteó el pasado enero un conflicto de competencias, que bien podría acabar en el Tribunal Constitucional si no hay un acuerdo antes. El departamento de Ana Pastor, que señala ahora que está dispuesta a consultar de nuevo a los técnicos y juristas de la Administración central por si es revisable su postura, mantiene que la autopista gallega no es traspasable por conectar España con Portugal y enlazar puertos y aeropuertos de interés general.

La Xunta no lo ve así. No comparte siquiera que la autopista tenga carácter internacional. En su argumentación, el Ejecutivo de Núñez Feijoo mantiene que no existe convenio internacional alguno con Portugal que defina a la AP-9 como internacional, carácter que recuerda sí tiene el puente que une Goián (Tomiño) con Vila Nova de Cerveira y en cambio no ha pasado a formar parte de la Red de Interés General del Estado. Por negar, la Xunta niega además que la autopista conecte incluso con la frontera, dado que la AP-9 desemboca en la autovía A-55 Vigo-Tui, que es la que concluye en el puente que une los dos países.

Añade el Gobierno gallego en la argumentación que está en la mesa de la ministra, que tanto puertos como aeropuertos quedarían enlazados por otras carreteras del Estado, recordando incluso que el puerto exterior coruñés tendrá acceso por una autopista autonómica.

Y su último argumento: tanto las catalanas A-17 y A-19, como lavasca A-8, forman parte de la red del Estado y fueron traspasadas a sus autonomías.

viernes, 4 de marzo de 2016

Las autovías de peaje encubierto superan el tráfico que llevó a la Xunta a pagar más




La recuperación de la actividad económica ha propiciado un incremento del tráfico en la red viaria gallega que está permitiendo a las concesionarias de autopistas y autovías remontar el impacto de los años de recesión. En el caso de los cuatro viales en concesión adjudicados por la Xunta y que están en servicio, en el 2015 afianzaron el incremento de tráfico que ya habían registrado durante el año anterior. De este modo, remontan una crisis que llevó a la Administración autonómica a adaptar los contratos concesionales y elevar el canon que paga a las empresas, ante el riesgo de quiebrade las autovías de Barbanza (AG-11), O Salnés (AG-41) y Celanova (AG-31). La solución permitió a las tres concesionarias ingresar el año pasado 7 millones más de las arcas de la Xunta en peajes encubiertos. Por cada trayecto en esos tres viales, el Ejecutivo gallego ha presupuestado en sus cuentas de este año un canon que ronda los 2 euros.

Coincidiendo con esa inyección extra de recursos públicos, el tráfico empezó a repuntar. En el 2014, el de O Salnés incrementó su circulación en 350 vehículos diarios. El de Barbanza ganó 136. Y el de Celanova, 177. Al margen de las tres en las que la Xunta subió el peaje en la sombra, la autovía Santiago-Brión (AG-56), la única de las cuatro con una intensidad media de tráfico próxima a la prevista antes de su construcción, sumó 513 usuarios más al día en el 2014. Todas han conseguido mejorar estos números en el 2015. La AG-56 pasó de 17.460 a 18.306 vehículos de media diaria, su mejor resultado en cinco años. Y de la misma dinámica se beneficiaron también las empresas que gestionan las tres autovías auxiliadas por la Xunta. La de Barbanza elevó su tráfico de 12.168 usuarios al día a 12.809.

Por las cuatro autovías operativas que fueron adjudicadas por sistema concesional, que en el verano serán cinco con la apertura de la de la Costa da Morte, circularon diariamente el año pasado 1.889 vehículos más que en el 2014. Desde el 2013, esos cuatro viales han incorporado 3.237 usuarios más al día, cuando en los dos años anteriores los tres que estaban en servicio entonces (el de Celanova abrió en el 2013) habían perdido 5.858.

Pero a pesar de esta recuperación, en línea con la que también está permitiendo a Audasa subir la recaudación en las cabinas de la AP-9, las autovías con peajes indirectos siguen ingresando mucho menos de la Administración que las cifras que se estimaron antes de la adjudicación de los proyectos. En el caso del vial de O Salnés, la previsión para el 2013 era que superaría los 22.000 vehículos de media diaria, cuando no llega ni a 14.000.

Esas expectativas desproporcionadas son las que han deparado un problema añadido para la Xunta en la gestión de las autovías con sistema concesional. Como las tarifas que la Administración paga a las adjudicatarias se fijaron con esas estimaciones, al captar menos tráfico del previsto las empresas ingresan menos de lo esperado. Esto provocó un desequilibrio en sus cuentas que llevó al Gobierno de Feijoo a aprobar en diciembre del 2014 una subida del peaje encubierto que paga por vehículo para evitar una posible quiebra que abocaría a un rescate muy costoso. Por esa subida de tarifas, la Xunta abona a las concesionarias esos 7 millones adicionales al año.

El incremento del tráfico en las autovías en régimen de concesión implicará un ligero ajuste de las tarifas que la Xunta pagará este año a las adjudicatarias. Será una rebaja prácticamente testimonial. Por ejemplo, si el vial de O Salnés tuviera este año la misma intensidad circulatoria del 2015, la Administración pagaría unos 2.000 euros menos en peaje encubierto a la concesionaria. Tras el ajuste aplicado en las tarifas para este ejercicio, la más baja corresponde a la autovía de Barbanza, a cuya adjudicataria la Xunta paga 4 céntimos por cada vehículo ligero que circula por su trazado (que son 5,5 en el caso de los vehículos pesados). Y la más elevada está en la de Celanova, donde la Administración abonará 31 céntimos por vehículo ligero (44 en el caso de los pesados). A diferencia de las autopistas, donde es el usuario el que paga el importe del peaje en las cabinas, en las autovías adjudicadas por el modelo concesional es la Xunta la que liquida la tarifa fijada previamente en el contrato. Por tanto, esas autovías también suponen un peaje que los gallegos financian a través de sus impuestos, con independencia de que usen o no esas infraestructuras.

Es una contrapartida más de un sistema acuñado en Galicia en la etapa de Fraga, y utilizado también por el bipartito y por el Gobierno actual, que permite acelerar la ejecución de infraestructuras, pero que genera una gravosa hipoteca para las cuentas de la comunidad, sobre la que el Consello de Contas alertó en sucesivos informes. Esas cargas han llevado al Ejecutivo a desistir de un modelo que aplica por última vez en la autovía Carballo-Berdoias, y que también empleó en el hospital de Vigo.

El fiscalizador cifró en 3.111 millones la factura que la Xunta tendrá que afrontar en los próximos 60 años por las autovías en concesión y la supresión y rebaja de tarifas de autopistas, aunque con los nuevos términos de gestión de la AG-53 serán 2.510.

viernes, 12 de febrero de 2016

Audasa quiere desbloquear la ocupación de las viviendas para ampliar la autopista en Chapela

Audasa quiere desbloquear el conflicto con los propietarios de viviendas situadas en los márgenes de la autopista AP-9 a su paso por Chapela que hasta ahora se han resistido al proyecto.

Hay una docena de dueños de casas y pisos que se niegan a abandonarlas y no han aceptado las actas de valoración que les ofrece la empresa concesionaria de la autopista. Ninguno de ellos está dispuesto a dejar su hogar si no le ofrecen dinero para adquirir una vivienda similar en la misma zona. Otro de los amenazados con el desahucio es el dueño de una cafetería mesón que tiene una clientela fija acostumbrada al local y al que un traslado le supondría una pérdida notable de ingresos y un cambio radical en su modo de vida.

En septiembre, Audasa citó a los vecinos pero no acudieron. A la empresa de autopistas le urge tener libre el camino para ocupar las casas y fincas afectadas y por eso ha convocado a los propietarios a una nueva reunión que se celebrará el próximo día 29 en el Concello de Redondela.

Entre los inmuebles afectados se encuentra un edificio de cuatro alturas más ático bajo cubierta y varias viviendas unifamiliares. La dueña de una casa colindante tuvo que ser internada en un centro por la crisis y la enfermedad que sufrió a raíz del proceso de ocupación.

lunes, 8 de febrero de 2016

La A-57 y la PO-531 reabren la demanda de suprimir el peaje entre Pontevedra y Curro

El alcalde de Barro, a la derecha, ya ha convocado una asamblea vecinal para el miércoles. // G. Santos
El alcalde de Barro, a la derecha,
ya ha convocado una asamblea vecinal para el miércoles.
G. Santos

El nuevo proyecto de la autovía A-57 entre Pontevedra y Curro, que acaba de presentar el Ministerio de Fomento, y los fallos de seguridad vial que registra la PO-531 en ese mismo tramo se mezclaron ayer en varias instituciones gallegas para relanzar la vieja demanda de que se suprima el peaje de la AP-9 entre ambas localidades. Así, todos los grupos del Parlamento gallego salvo el PP, instaron ayer a la Xunta a negociar la eliminación de esa tasa y convertir la autopista en una "alternativa segura" a la carretera de Vilagarcía. Y esa misma solución es la que plantea el Concello de Barro para evitar que la A-57 atraviesa en núcleo habitado de Curro, "ya castigado ahora por varias infraestructuras viarias", según apuntó ayer su alcalde, Xosé Manuel Fernández Abraldes.

El proyecto recién presentado por Fomento, que plantea crear una rotonda de conexión entre la futura A-57 entre Pontevedra y Curro en la PO-531 a 950 metros de este último punto "no resuelve el problema que sufrirán los vecinos ya que esa autovía pasará por el medio de las casas" para desembocar en las inmediaciones del "macronudo". Tras una reunión política y vecinal el pasado miércoles, Abraldes insiste en solicitar a Fomento que apuesta por otro trazado para la A-57 en su kilómetro final, de modo que en lugar de cruzar bajo la AP-9 para atravesar Curro, la futura autovía discurra en paralelo a la autopista hasta la zona de peaje.

Incluso plantea el alcalde que el punto donde se cruzarían, a distinto nivel, ambas vías, se convierta en realidad en una conexión real de ambas, si bien para ello sería necesario reordenar las entradas y salidas de la AP-9 y cambiar de lugar la estación de peaje. Abraldes sostiene que ese problema se resolvería con la gratuidad, si bien añade que "eso implicaría un debate del ministerio con Audasa del que el Gobierno central trata de escapar".

Tras la presentación de estas últimas modificaciones por parte de Fomento en el tramo final de la futura autovía A-57 Pilarteiros-Curro, el Concello de Barro dispone de treinta días para formular observaciones. En ellas se insistirá en la alternativa de conectar este futuro vial con la playa de peaje actual, una propuesta que se formulará ante los responsables ministeriales una vez que se concreta el nuevo Gobierno central.

En todo caso, y ante la "elevada preocupación en la zona", ya está convocada para el próximo miércoles una asamblea vecinal para debatir este asunto, informar a los residentes y recoger sus sugerencias. Será a las 20.30 horas en la Casa do Monte de Curro.

La A-57 y la PO-531 reabren la demanda de suprimir el peaje entre Pontevedra y Curro

El alcalde de Barro, a la derecha, ya ha convocado una asamblea vecinal para el miércoles. // G. Santos
El alcalde de Barro, a la derecha,
ya ha convocado una asamblea vecinal para el miércoles. // G. Santos

El nuevo proyecto de la autovía A-57 entre Pontevedra y Curro, que acaba de presentar el Ministerio de Fomento, y los fallos de seguridad vial que registra la PO-531 en ese mismo tramo se mezclaron ayer en varias instituciones gallegas para relanzar la vieja demanda de que se suprima el peaje de la AP-9 entre ambas localidades. Así, todos los grupos del Parlamento gallego salvo el PP, instaron ayer a la Xunta a negociar la eliminación de esa tasa y convertir la autopista en una "alternativa segura" a la carretera de Vilagarcía. Y esa misma solución es la que plantea el Concello de Barro para evitar que la A-57 atraviesa en núcleo habitado de Curro, "ya castigado ahora por varias infraestructuras viarias", según apuntó ayer su alcalde, Xosé Manuel Fernández Abraldes.

El proyecto recién presentado por Fomento, que plantea crear una rotonda de conexión entre la futura A-57 entre Pontevedra y Curro en la PO-531 a 950 metros de este último punto "no resuelve el problema que sufrirán los vecinos ya que esa autovía pasará por el medio de las casas" para desembocar en las inmediaciones del "macronudo". Tras una reunión política y vecinal el pasado miércoles, Abraldes insiste en solicitar a Fomento que apuesta por otro trazado para la A-57 en su kilómetro final, de modo que en lugar de cruzar bajo la AP-9 para atravesar Curro, la futura autovía discurra en paralelo a la autopista hasta la zona de peaje.

Incluso plantea el alcalde que el punto donde se cruzarían, a distinto nivel, ambas vías, se convierta en realidad en una conexión real de ambas, si bien para ello sería necesario reordenar las entradas y salidas de la AP-9 y cambiar de lugar la estación de peaje. Abraldes sostiene que ese problema se resolvería con la gratuidad, si bien añade que "eso implicaría un debate del ministerio con Audasa del que el Gobierno central trata de escapar".

Tras la presentación de estas últimas modificaciones por parte de Fomento en el tramo final de la futura autovía A-57 Pilarteiros-Curro, el Concello de Barro dispone de treinta días para formular observaciones. En ellas se insistirá en la alternativa de conectar este futuro vial con la playa de peaje actual, una propuesta que se formulará ante los responsables ministeriales una vez que se concreta el nuevo Gobierno central.

En todo caso, y ante la "elevada preocupación en la zona", ya está convocada para el próximo miércoles una asamblea vecinal para debatir este asunto, informar a los residentes y recoger sus sugerencias. Será a las 20.30 horas en la Casa do Monte de Curro.

sábado, 30 de enero de 2016

Las retenciones siguen haciendo de la AP-9 la autopista con más reclamaciones, pese a bajar las quejas un 10 %

La autopista del Atlántico se ha convertido por segundo año consecutivo en la concesión vial que mayor número de reclamaciones generó en un año, según el informe anual sobre el sector de autopistas que acaba de presentar el Ministerio de Fomento.

La autopista AP-9 sumó 254 quejas en el 2014, el último año analizado, un 9,9 % menos que las registradas en el ejercicio anterior. Aunque la principal autopista gallega despunta por el número de reclamaciones respecto a las demás existentes en España, el índice de quejas por cada 100 millones de vehículos que transitan por kilómetro es de 15, algo más del doble de la media estatal, pero ocupa el décimo puesto en el ránking de las concesiones, en el que se sitúan por delante las dos autopistas autonómicas gallegas.

Las retenciones de tráfico siguen siendo el principal motivo de las reclamaciones de los usuarios, seguidos de problemas surgidos en el uso de tarjetas de crédito a la hora de pagar, el sistema de peajes y la conservación del vial.

El estudio del Ministerio de Fomento apunta que 877.460 usuarios utilizan al año los tramos gratuitos de la AP-9 del total de 7,5 millones de vehículos que la transitan, mientras que en la autopista Santiago-Dozón son 354.780 los que no pagan de los dos millones que usan la AP-53.

La autopista AP-9, que gestiona en régimen de concesión la empresa Audasa, es según Fomento la tercera con más intensidad media de tráfico, absorbiendo el 7,9 % de los usuarios de todos los viales de pago estatales y autonómicos. Por precio de peaje por kilómetro, el vial Ferrol-Tui ocupa el puesto 14 de las 21 concesiones estatales, con 0,1057 euros, mientras que la AP-53 se sitúa en 0,1051.

En número de accidentes es la décima concesión de España, aunque por cada cien millones de vehículos la que mayor siniestralidad presenta en Galicia es la autonómica A Coruña-Carballo (con un índice de 11,5), seguida de la Vigo-Baiona (7,09), la AP-9 (3,49) y Santiago-Alto de Santo Domingo (1,72).

lunes, 11 de enero de 2016

La AP-9 sigue al alza con 316.000 usuarios más en diez meses

La AP-9 acumula por primera vez desde el estallido de la crisis en el 2008 catorce meses de crecimiento ininterrumpido en su número de usuarios. El termómetro económico en el que se ha convertido la principal vía de comunicación de Galicia dejó de caer en intensidad de tráfico desde septiembre del año pasado tras seis años seguidos de pérdida de usuarios, que tuvieron en el 2012 su pico más agudo con una bajada de casi el 12 % respecto al ya mal ejercicio anterior.

Los datos difundidos ayer por el Ministerio de Fomento respecto a laautopista gallega en los diez primeros meses del 2015 refleja esecambio de tendencia con el paso de 316.980 vehículos más que de enero a octubre del año anterior, lo que supone un crecimiento en dicho plazo del 4,96 %. En los 304 primeros días del año circularon por la autopista 6.706.786 vehículos, cifra que pese a suponer la vuelta a la senda del crecimiento queda aún lejos de los 8,3 millones de usuarios en el mismo plazo del 2007, el mejor ejercicio en la historia de la AP-9, en el que Audasa llegó a ingresar 154,3 millones de euros por el cobro de peajes. En el último balance presentado, el de la primera mitad del 2015, las cabinas de la autopista ingresaron 62,2 millones de euros, en un ejercicio en el que permanecieron congeladas las tarifas, como en la práctica sucederá en el 2016 al concentrarse la bajada anunciada del 0,6 % en un descenso de cinco céntimos en seis subtramos y de igual importe para todo el recorrido a lo largo del vial entre Ferrol y Tui.

La intensidad media de vehículos diaria en la AP-9 fue en los primeros diez meses de 22.061 unidades, 1.042 más que en el año anterior, al tiempo que en octubre el uso medio diario fue de 21.808 vehículos, convirtiéndose en el mejor octubre desde el 2010.

Pese a estar todavía en vigor hace dos meses la bonificación de entre el 35 y 50 % en el precio de los peajes a los camiones que transitasen entre Puxeiros (Mos) y Tui, el tráfico de transportes pesados por la AP-9 cayó nada menos que en seis puntos, mostrando prácticamente todos los meses peores índices de utilización que los vehículos ligeros.

Mejor evolución que la autopista del Atlántico, aunque con resultados mucho más bajos en usuarios y beneficios, está mostrando la AP-53 Santiago-Alto de Santo Domingo, al encadenar 20 meses de crecimiento y solo uno de caída en los últimos 34. En los diez primeros meses han utilizado la segunda autopista estatal en Galicia 1,8 millones de vehículos, 120.187 más que en el 2014.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Audasa exprime el filón de la AP-9

FOTO: ÁLVARO BALLESTEROS
Más de 2.400 millones recaudados en 36 años de explotación y margen para seguir haciendo caja durante otros 33 a razón de unos 130 millones por ejercicio. Son algunas de las cifras de negocio de una de las concesiones más rentables de Galicia, la AP-9. Por encima incluso los grandes embalses de la comunidad que gestionan las hidroeléctricas, la autopista del atlántico es un filón para Audasa. Los últimos datos económicos, revelados por la concesionaria con motivo de una emisión de obligaciones por 63,45 millones, confirman que la recuperación en el tráfico de la vía de pago ya tiene reflejo en la contabilidad de la empresa. La recaudación en las cabinas alcanzó los 62,26 millones durante el primer semestre de este año, un 5,3 % más que en el mismo período del 2014. Este repunte en los ingresos por los peajes que pagan los usuarios coincide con un incremento de la circulación que está haciendo de los resultados de tráfico de este año los mejores de la AP-9 desde el 2011, con picos mensuales que llegan al 7,6 % respecto al ejercicio pasado.

Los gestores de la autopista han rentabilizado un encarecimiento de las tarifas que, especialmente en los últimos años, ha superado con holgura la evolución del IPC. Desde el 2008, coincidiendo con los años más duros de la profunda crisis económica, los peajes de la AP-9 acumulan una subida media del 26,5 %. El incremento casi alcanzó los 14 puntos en el 2012. A la actualización de precios con arreglo al IPC (que implicó una subida tarifaria del 3,29 %) se sumaron en aquel ejercicio las consecuencias de dos decisiones adoptadas por el Gobierno: el incremento del IVA (que encareció el peaje un 3 %) y, sobre todo, la apuesta del Ministerio de Fomento por cerrar el grifo y dejar de pagar la parte que sufragaba desde el año 2000 (con un impacto adicional para el bolsillo de los usuarios del 7,5 %).

Ahora, después de la congelación de tarifas en este ejercicio, el Gobierno ha decidido aplicar una rebaja del 0,25 % a partir del próximo 1 de enero. La Xunta ya había marcado el camino, al decantarse por un recorte de tarifas del 2 % en la vía de pago que comunica A Coruña con Carballo (AG-55), que llegará al 3 % en la que conecta Vigo con Baiona (AG-57). Pero el ajuste será casi anecdótico en la AP-9, donde inciden distintos factores.

La política que ha prevalecido entre la administración pública y la concesionaria ha sido la de obra a cambio de subida de tarifas. Por ejemplo, las obras de ampliación del trazado que están en marcha en el puente de Rande y en el tramo gratuito que circunvala Santiago darán lugar a un repunte tarifario. Con independencia del comportamiento del IPC en los próximos ejercicios, ya es seguro que la concesionaria encarecerá el peaje un 1 % para todos los usuarios de la autopista. Con esa subida, cobrará la inversión que ahora está anticipando para ejecutar esos proyectos. La empresa lo explica en el referido informe económico. «Audasa construirá, conservará y explotará las obras objeto de la ampliación íntegramente a su cargo, siendo el plazo máximo de construcción recogido en dicho convenio [el que la concesionaria suscribió con la Administración General del Estado] de 36 meses y el coste estimado de las obras de 300 millones de euros, si bien tanto el plazo como el importe finalmente adjudicados son inferiores a los recogidos en el referido convenio. Como sistema de compensación por la inversión a realizar se establece un incremento extraordinario de tarifas del 1 % anual acumulativo a partir del año siguiente a aquel en que finalicen las obras de ampliación de capacidad y hasta que se alcance el equilibrio concesional». En principio, esa subida adicional del 1 % estará vigente durante 20 años.

Será un incremento extra en unas tarifas de la AP-9 que, como ocurre con las que aplican las otras tres vías de pago gallegas (AP-53, AG-55 y AG-57), penalizan doblemente al usuario, al obviar cualquier tipo de rebaja vinculada a tramos horarios o determinados días de tránsito. Galicia es, de hecho, una de las contadas comunidades cuyas autopistas quedan al margen de ese tipo de bonificaciones. Al contrario que la mayor parte del resto de vías con peaje, la AP-9 renuncia a aplicar descuentos en días laborables o por un número de determinado de desplazamientos al mes, una política comercial con la que otras concesionarias tienen deferencias con los usuarios que utilizan las autopistas con mayor frecuencia por motivos de trabajo.

Esto no quiere decir que la primera autopista gallega no tenga tramos bonificados, incluso gratuitos. Son los casos de Rande y A Barcala. Pero la concesionaria nunca pierde. Lo que los clientes de la AP-9 no pagan en caja lo abonan al 50?% el Ministerio de Fomento y la Xunta. Las dos administraciones han reservado en sus cuentas 11,6 millones para hacer frente a esas obligaciones en el 2016. Son parte de los 191,26 millones que el Consello de Contas calcula en su último informe de fiscalización que la concesionaria de la AP-9 ingresará de las arcas de la Xunta por la gratuidad de esos dos tramos hasta que expire el contrato concesional, en el 2048. Como a la Administración gallega le corresponde pagar la mitad de esa factura, Audasa recibirá en total más de 380 millones por ese concepto.

La empresa sale favorecida, además, por el elevado recorrido que le resta a la concesión. Fue el Gobierno de Aznar el que reforzó el negocio, cuando en el 2000 decidió prolongar hasta agosto del 2048 una concesión que expiraba en el 2023. Previamente, el Ejecutivo de González ya había prorrogado en los años ochenta el contrato que finalizaba en el 2013. Con esa segunda ampliación, el Gobierno del PP compensó a la empresa para que completara trazados pendientes en las proximidades de Tui y la frontera lusa. Pero en ese paso también influyeron cálculos estratégicos. La extensión del contrato engordó la Empresa Nacional de Autopistas (ENA) a la que el Gobierno de González había encomendado la gestión de una vía en riesgo de quiebra. 

La jugada se completó en mayo el 2003 cuando, todavía con Aznar al frente del Ejecutivo, se concretó la privatización del 100 % de ENA. La Sepi adjudicó todas las acciones por 1.586 millones a un consorcio liderado por Sacyr (50 %) y participado también por SCH (20 %), Caixanova (10 %), Caixa Galicia (10 %), Torreal (5 %) y la Caja de Ahorros de Huelva y Sevilla (5 %). Ese momento de la venta era el propicio para que el Gobierno pusiera condiciones a la concesión, con el propósito de reservarse un margen de maniobra. Pero no lo hizo. En diciembre del 2005, Sacyr se hizo con el 100 % de Audasa, que tres años después pasó al control del grupo Citi.

Pero el máximo accionista de la sociedad de infraestructuras Itínere vendió a principios de este año la cartera de Citi Infrastructure Partners a otro fondo estadounidense, Corsair Capital, por 3.170 millones. Lógicamente, la operación incluyó la participación en Itínere. 

Ahora Corsair controla alrededor del 45 %; Abanca, el 23,8; Sacyr, el 15,5; Kutxabank, el 9,2; y Cajastur, el 5,8.

sábado, 12 de diciembre de 2015

La AP-9 se encareció en 10 años un 35 %, 17 puntos más que el coste de la vida

La bajada de cinco céntimos en el recorrido completo de la AP-9 entre Ferrol y Tui -la primera desde el 2008- es un alivio mínimo en la escalada de precios que han experimentado los peajes desde el 2006, cuando todavía la crisis no había llamado a la puerta y las autopistas no se resentían de la cruda bajada de tráfico que provocó la recesión y que ahora se está empezando a recuperar. En enero del 2006 costaba recorrer de norte a sur la Autopista del Atlántico 14,85 euros, mientras que a partir del próximo 1 de enero esa tarifa pasará de 20,20 euros a 20,15. A pesar del descenso moderado, el panorama general del último decenio es de una subida desbocada del 35,6 %, diecisiete puntos por encima del aumento del coste de la vida en el mismo período. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC subió en Galicia desde el 2006 un 18,1 %.

La razón de este desfase radica en el sistema proteccionista que regula las concesiones de autopistas en España, que de alguna manera responsabiliza a la Administración de que estos contratos gocen de estabilidad económica mientras dura la concesión pública. Esta filosofía es la que subyace a los importantes crecimientos de las tarifas en los tramos de la AP-9 pues, además de los aumentos coyunturales de los precios, la fórmula para calcular el precio de los peajes incluye correcciones por la bajada de tráfico. Pero no solo por las reales, sino sobre las previsiones de tráfico que calcula la concesionaria para cada ejercicio económico. Así, el precio se calcula al final de año teniendo en cuenta la evolución del IPC entre los dos últimos noviembres, así como el comportamiento del tráfico en la autopista en los últimos 24 meses.

A esta fórmula de cálculo, siempre beneficiosa para las empresas concesionarias, hay que añadir una serie de subidas extraordinarias, como la que elevó en agosto del 2012 los precios de los peajes un 7,5 %, después de que en enero de ese mismo año aumentaran un 3 % debido al abrupto descenso de la intensidad media diaria de vehículos en plena crisis económica. El tasazo del 7,5 % se justificaba en la supresión de una compensación que el Estado abonaba a las concesionarias por una rebaja de peajes del 7 % aprobada en 1999.

Este sistema proteccionista se refleja también en las subidas de peajes a cambio de obras necesarias como la ampliación de Rande o el tercer carril en la circunvalación de Santiago, o las compensaciones que deben asumir todos los contribuyentes por las exenciones de pago y rebajas en distintos tramos -fundamentalmente urbanos- de la AP-9.

Xosé Ramón Nóvoa, sociólogo de la plataforma Todos Contra los Peajes, creada tras la fuerte subida de las tarifas a partir del 2012, considera que tras la «testimonial» bajada de precios para el 2016 se esconde una estrategia frente a los cambios en movilidad que ha habido en Galicia. «Antes la AP-9 era un monopolio. Ahora el tren ha dejado en 80 minutos el viaje entre A Coruña y Vigo y eso puede hacer que el tráfico en la autopista, a pesar de la recuperación, termine estancándose». Nóvoa cree que Fomento ha ejercido un escaso control sobre la concesión. «Audasa mantuvo sus beneficios a pesar de la crisis, mediante la subida de peajes, un bajo mantenimiento y reducción de plantilla. Y se lo han permitido», argumenta.

El futuro Gobierno socialista portugués podría tener una política diferente con las autovías, presionado por sus socios del Bloco de Esquerda, que ayer presentaron una iniciativa para eliminar el peaje en el Algarve. El Partido Comunista quiere ampliar esta medida a otras autovías que en el 2010 dejaron de ser gratuitas. Y diez alcaldes del distrito de Viana solicitan que esa exención se aplique a la autovía que conecta con Galicia.


lunes, 30 de noviembre de 2015

La AP-9 debe un respiro al usuario, tras subir un 26 % con la crisis

La decisión de la Xunta de rebajar las tarifas de las dos autopistas de competencia autonómica, las de Carballo y Baiona, marca el camino que debe seguir por Fomento en la AP-9. La subida está descartada, porque un IPC negativo no la justificaría. Pero la caída de los precios de bienes y servicios debe traducirse en un respiro para los sufridos usuarios de la primera vía de pago de Galicia, que durante los años más duros de la crisis, entre el 2008 y el 2014, soportaron un encarecimiento de las tarifas del 26,5 %. El contexto preelectoral también resultará propicio. Como ya sucedió este año, cuando la congelación del peaje coincidió con la doble convocatoria de las municipales y las generales, la celebración en el otoño próximo de los comicios autonómicos puede ser un factor que estimule una rebaja que, en cualquier caso, difícilmente llegará en la AP-9 a los porcentajes acordados por el Ejecutivo de Feijoo para la AG-55 y la AG-57.

La autopista que vertebra el eje atlántico está registrando este año sus mejores resultados de tráfico desde el 2011. Esto le ha permitido recaudar en el primer semestre del año 3,2 millones más en las cabinas que en el mismo período del 2014. Pero todavía está lejos de las cifras del 2008. Aunque en algunos meses ha ganado hasta un 7,6 % de clientes respecto al año pasado, por su trazado todavía circulan entre 4.000 y 5.000 vehículos menos al día que antes de la crisis. El dato ilustra la dimensión de una pérdida de usuarios que alcanzó sus mayores cotas entre el 2012 y el 2013. Ese retroceso tuvo lugar en un contexto de fuerte escalada de las tarifas. En el 2012, el peaje de la AP-9 se encareció en casi un 14 %. Esa escalada fue el resultado de una tormenta perfecta en la que la actualización de precios del ejercicio (3,29 %) se agravó con el impacto del incremento del IVA (3 %) y con la decisión de Fomento de poner punto final al pago de parte de las tarifas que sufragaba desde el 2000 (7,5 %). El repunte acumulado desde el estallido de la crisis se traduce en que por el trayecto entre A Coruña y Vigo hay que abonar en cabina un 28 % más.

Los usuarios de las cuatro autopistas gallegas salen penalizados, además, por una política comercial que excluye de rebajas por tramos horarios o por días de tránsito, que sí aplican casi todas las vías de pago del resto del país. Es el doble peaje de Galicia.

Pero la AP-9, que todavía tardará 33 años en ser gratuita, también tiene garantizada una subida adicional. Al margen del comportamiento del IPC, Audasa cobrará las obras de ampliación de Rande y el tramo que circunvala Santiago con un incremento del peaje del 1 % durante 20 años.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Audasa recaudó 62 millones por peajes durante el primer semestre, un 5 % más que en el 2014

FOTO: FUCO REI
El incremento del tráfico en la AP-9 ya tiene reflejo en la cuenta de resultados de su concesionaria. Audasa recaudó en el primer semestre del año 62,26 millones por los peajes de la autopista gallega, lo que supone un incremento del 5,36 % respecto al mismo período del 2014. Este repunte consolida la tendencia del ejercicio pasado, que la concesionaria cerró con unos ingresos en cabinas de 127,75 millones, que le permitieron romper un ciclo de cuatro años de recaudación a la baja. Con todo, los ingresos anuales por peaje han caído en casi 39 millones desde el 2009, cuando la AP-9 reportó a Audasa 156,27 millones.

La empresa ha difundido estos datos con motivo de una emisión de obligaciones con un importe nominal de 63,45 millones. Audasa ya suscribió otra emisión en marzo pasado por 400 millones, destinada a pagar las obras de ampliación de la autopista. Esa inversión la recuperará a través de una futura subida del 1 % en los peajes de todos los tramos de la AP-9, por un plazo de 20 años y al margen de las actualizaciones que se apliquen por el IPC.

Por otra parte, la propuesta de las constructoras para reducir el alcance de la ampliación del puente de Rande no tendrá recorrido. La construcción de un tercer carril diseñado por el Ministerio de Fomento y Autopistas del Atlántico (Audasa) fue licitado y adjudicado, pero tras ello las constructoras plantearon su anulación. Aduciendo dificultades técnicas y diversos inconvenientes, sugirieron una reestructuración de los espacios del actual puente para incluir este tercer carril sin ampliar el actual tablero.

Ahora, tras varias semanas de incertidumbre, fuentes de Audasa han descartado esta opción y garantizado además que las obras se van a ejecutar en el plazo previsto. Insisten en que no habrá retrasos.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Colapso en la AP-9 al negarse policías de Nigrán a pagar el peaje por la nueva ley

Los agentes de Nigrán, Porriño y Mos,
desplegados en el peaje de Alba,
en las proximidades de Pontevedra.
La nueva Ley 37/2015 d e Carreteras, en vigor desde el pasado 1 de octubre, exime en su artículo 23 a todos los vehículos de las fuerzas de seguridad de los peajes. La normativa genera conflicto y hasta colapsos de tráfico en Galicia. El último se produjo en el acceso a Pontevedra por autopista y lo protagonizaron policías locales de Nigrán. Los efectivos, que regresaban de un curso en la Academia Galega de Seguridade de A Estrada acompañados de agentes de Porriño y Mos, se negaron a pagar en cumplimiento de la norma. Y la concesionaria, Audasa, rechazó inicialmente abrirles la barrera. El enfrentamiento ocasionó un monumental atasco durante 45 minutos.

Ocurrió a última hora de la tarde del lunes. Los efectivos viajaban en cuatro coches patrulla: uno de Nigrán, otro de Porriño y dos de Mos. Tras asistir a una jornada de formación sobre reformas legales, se dirigían a sus jefaturas para dejar los vehículos.

Al llegar a la primera estación de peaje, la de Alba, antes de la capital de la provincia, comenzó la trifulca. Según explica el inspector jefe de la Policía Local nigranense, José Manuel Estévez, los operarios tenían orden de no dejarlos pasar. Tras la primera discusión, mantuvieron una conversación telefónica con un responsable de la concesionaria, que se mostró conocedor de la nueva ley, según indicó el oficial. No obstante, argumentó que los coches patrulla tendrán que abonar la tasa hasta que no se realice un protocolo de actuación para estas situaciones. "La ley dice que no tenemos que pagar y no vamos a hacerlo por culpa de que las administraciones no resuelvan el problema", señaló Vázquez.

Los agentes se bajaban de los vehículos oficiales y permanecían en torno a la cabina, mientras los conductores hacían cola paralizados y protestaban por la situación. Algunos incluso hicieron circular fotografías a través de las redes sociales denunciando el caso.

Tras más de media hora de atasco, una de las operarias trataba de descongestionarlo ayudando a los conductores a pagar a través del sistema automático. Hasta que finalmente, se les entregó una carta de paso a los policías.

El documento les sirvió para atravesar sin problemas la siguiente estación de cobro, en Figueirido, antes de llegar a Vigo. Los agentes de Porriño y Mos tomaron la autovía gratuita para dirigirse a sus municipios, pero los de Nigrán todavía se encontraron otro atranco al llegar a Porto do Molle. Allí no les valió la carta de paso y la compañía volvió a requerirles el pago. El enfrentamiento se repitió durante otros 45 minutos y al lugar acudió la Guardia Civil además de otra patrulla de la Policía Local, aunque en este punto las retenciones fueron menores.

Audasa podrá elevar hasta un 1,5% la subida del peaje a cambio de ampliar una Avenida de A Coruña

Automóviles en Alfonso Molina, a la altura del parque ofimático.
Carlos Pardellas
El protocolo firmado entre el Ministerio de Fomento y Audasa para ampliar Alfonso Molina y construir el Vial 18, que unirá la autopista con la tercera ronda, abre la puerta a que la concesionaria eleve el peaje hasta el 1,5% anual en los próximos 20 años, una subida añadida a las revisiones ordinarias de tarifas. Las expropiaciones, según el mismo convenio, han de ser asumidas por la Administración central y el Ayuntamiento coruñés, algo que tiene que quedar estipulado en un acuerdo a dos bandas que no se ha llegado a firmar.
En diciembre de 2012, Fomento y Audasa firmaron un protocolo para la mejora de las comunicaciones de la AP-9. En él, el departamento de Ana Pastor ve "necesario, a corto o medio plazo, un desarrollo viario", dada la construcción de los nuevos acceso a la ciudad (tercera ronda). Con esa finalidad, el ministerio informaba de que ya tramitaba "la ampliación y mejora" de Alfonso Molina, "con desarrollo de algunos de sus enlaces". También consideraba "conveniente" la construcción del enlace entre la nueva circunvalación y la AP-9, "aproximadamente a la altura del kilómetro 3,8 de esta".
En el convenio, Audasa se compromete a asumir los trabajos, tanto en A Coruña como en otros puntos de la autopista, hasta un máximo de 32,75 millones, de los que 25 serían para "la ampliación y mejora de Alfonso Molina y para la ejecución del vial entre la AC-14 y la autopista AP-9". Audasa se encargaría de esta inversión, dice el convenio, a través de "la emisión de obligaciones fiscalmente bonificadas".
¿Qué se le permite a la concesionaria a cambio? La cuantía de la inversión realmente ejecutada, dice el protocolo, "se incorporará en el sistema de compensación" a la sociedad concesionaria establecido en las cláusulas sexta y octava de un Real Decreto aprobado en noviembre de 2011, en el que se ratifica un pacto entre Administración y Audasa para fijar cómo se recompensa a la concesionaria por asumir mejoras en la autopista.
En la cláusula sexta, se establece "un incremento extraordinario de tarifas en los recorridos con pago directo por los usuarios de la autopista AP-9, en todos sus tramos, del 1% anual acumulativo durante 20 años". Se comenzará a aplicar al año siguiente al que finalicen las obras. En la cláusula octava, por otra parte, da la posibilidad a Fomento de revisar dicho porcentaje de compensación, según las previsiones del IPC y de tráfico.
Según el convenio, este incremento puede llegar a un máximo del 1,5%. La revisión se podrá hacer cada cinco años, a partir de la aprobación del real decreto -por tanto, en noviembre del próximo año- y en tanto en cuanto "no se haya compensado íntegramente a la sociedad concesionaria".
La subida del peaje, aclara la cláusula sexta del citado convenio entre Audasa y Fomento, es un "incremento extraordinario que se aplicará simultáneamente con las revisiones ordinarias de tarifas".
El protocolo entre Fomento y Audasa indica que el pago de las expropiaciones, de dos millones de euros, debe asumirse por parte del Concello y del ministerio. Esto quedaría fijado en otro acuerdo bilateral entre la Administración central y la municipal, que no se llegó a firmar. En marzo del pasado año, el ministerio informaba al senador Javier Losada que el borrador estaba hecho pero que estaba pendiente de informes técnicos previos para la firma. No se llegó a rubricar.
En octubre de 2013 el exalcalde Carlos Negreira sentenciaba que la avenida de Alfonso Molina estaría ya con trabajos preliminares "en el 2014", algo que no dio comienzo. Un año después, el popular los aplazaba hasta la apertura de la tercera ronda. En junio de 2014, se aprobaba el expediente de información pública y el proyecto de construcción de la ampliación de la avenida, que el nuevo Gobierno local pretende modificar para "humanizar", afirman, el acceso a la ciudad, con más espacio para peatones y transporte alternativo. Para ello, se renunciaría a la ampliación de carriles, algo que critica el PP, partidario de extender el espacio para el tráfico rodado y que augura que el plan del Ejecutivo municipal convertirá la avenida en un embudo.