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jueves, 9 de junio de 2016

Rechazados dos recursos para compensar a las concesionarias de las autopistas R-2 y R-4

La Sala de lo Contencioso-administrativo ha rechazado, en dos sentencias, los recursos de las sociedades Henarsa (concesionaria de la autopista radial de Madrid R2) y Autopista Madrid Sur Concesionaria Española, S.A. (concesionaria de la R4) contra la denegación por parte del Gobierno, entre 2011 y 2013, de varios préstamos participativos por el sobrecoste de las expropiaciones.
Según se especifica en la sentencia relativa a Henarsa, esta sociedad reclamaba que la Administración fuese condenada a abonarle dichos préstamos por un total de 97,8 millones de euros más intereses.
Las dos sociedades, en sus recursos, basaban su petición de préstamos participativos en la Disposición Adicional 41 de la Ley 26/2009, de Presupuestos Generales del Estado, para 2010, que reconoce a las concesionarias de una serie de autopistas, entre las que se incluía las suyas, un derecho al reequilibrio financiero de la concesión, derivado de la ruptura de la economía del contrato producida por sobrecoste de las expropiaciones.
La decisión del Supremo se basa en que la disposición adicional 41 de la Ley 26/2009 no prevé que empresas concesionarias en situación de concurso pueda ser beneficiarias de uno de estos créditos participativos (definidos como instrumentos de financiación ventajosos).
Las dos sentencias cuentan con votos particulares de 3 de los 7 magistrados que formaron el tribunal, partidarios de haber estimado los recursos y dado la razón a las sociedades concesionarias.

lunes, 23 de mayo de 2016

El Supremo rechaza compensar a la empresa concesionaria de la R2 Madrid-Guadalajara

El Tribunal Supremo ha rechazo la compensación demandada por la empresa Autopistas del Henares (HENARSA) como concesionaria de la Radial 2 entre Madrid y Guadalajara en una sentencia que la señala como responsable de haber inflado su plan económico financiero con el que se aprobó la adjudicación de dicha autopista de pago. "Existió una valoración excesiva de tráfico y de ingresos por peaje", asegura la sentencia. 

La Sala de lo Contencioso-Administrativo desoye la petición de "restablecimiento del equilibrio económico-financiero" demandado por este consorcio de empresas constituido, entre otras mercantiles, por Dragados, Acciona y Necso Entrecanales Cubiertas y que consiguieron la explotación durante 24 años de esta radial de pago alternativa a la A-3.

El alto tribunal no ve lugar a que el Estado asuma una indemnización debido a la "grave y prolongada reducción del tráfico que circula por la autopista y, en consecuencia, de los ingresos por peaje".

HENARSA alegó un "riesgo imprevisible como la crisis económica iniciada en 2008" para justificar la compensación y también responsabilizó a la Administración por no continuar las obras de las autopistas Madrid-Eje del Ebro, la A-2 y el retraso en la puesta en servicio del cierre norte de la M-50.

Sin embargo, la Sala culpa a la empresa concesionaria de incurrir en una "valoración excesiva" de sus estimaciones, "muy superiores a las del estudio del Ministerio de Fomento" que figura en el anteproyecto de adjudicación de la radial.

"Variables propias de un escenario socio-económico optimista sin que a juicio de esta Sala pueda calificarse como imprevisible el cambio de tales circunstancias, máxime atendiendo el plazo dilatado de la concesión", subraya la sentencia, que rechaza que haya lugar al recurso por silencio administrativo.


miércoles, 6 de agosto de 2014

La justicia obliga a Fomento a pagar 33 millones a la familia Abelló

La familia Abelló tiene que ser indemnizada por el Estado por la expropiación de parte de una finca sobre la que se construyó la autopista Radial 2 de Madrid, el corredor de pago que comunica la capital de España con Guadalajara, actualmente en concurso de acreedores debido, precisamente, a los sobrecostes de las expropiaciones.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) fijó la indemnización en 33 millones de euros, pero el Ministerio de Fomento ha evitado pagar, de momento, tras presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

Fuentes próximas al proceso judicial calculan que la indemnización es sensiblemente mayor a la indicada por el TSJM, próxima a los 46 millones de euros, ya que, además del principal, «hay que sumar los intereses acumulados durante los años que ha durado el pleito», indican.

La finca, denominada Quintana del Jarama, tiene una extensión de 200 hectáreas y pertenece a la familia Abelló desde hace más de 40 años. «En concreto, desde 1967», indican fuentes próximas al financiero Juan Abelló, cuya participación en el solar se eleva al 20% a través de Torreal, su brazo inversor.

Desde Torreal apuntan que el terreno afectado por las expropiaciones se acerca a 150 hectáreas, mientras que fuentes jurídicas próximas a la sociedad concesionaria limitan la superficie a 44 hectáreas, es decir, la indemnización equivale a más de un millón de euros por hectárea de suelo, teóricamente, destinado a uso agrícola y ganadero.

Fomento tiene que hacerse cargo de esta millonaria indemnización por la doctrina generada tras una sentencia del Supremo de diciembre de 2013. El Alto Tribunal sentenció que, a pesar de que por ley el único obligado al abono de los justiprecios expropiatorios es el beneficiario de la expropiación (la concesionaria), en caso de que no pudiera hacerlo (por haber entrado en concurso de acreedores), será el Estado el obligado a hacerse cargo de la deuda.

En el caso concreto de la autopista de peaje entre Madrid y Guadalajara, la sociedad concesionaria (Henarsa) presentó concurso voluntario de acreedores en septiembre de 2013. Sus accionistas (ACS, Abertis, Acciona y Bankia) tomaron esa decisión ante la imposibilidad de hacer frente a una refinanciación de 400 millones de euros y al pago de las indemnizaciones por las expropiaciones de suelo dictadas desde los tribunales.

En los presupuestos iniciales de Henarsa y Accesos de Madrid (Radial 3 y 5) se estimó un coste de expropiación conjunto de 80 millones de euros. Tras las repetidas sentencias dictadas por los tribunales desde 2003, el sobrecoste se eleva a 1.600 millones de euros, lo que representa un incremento de casi el 2.000%.

En principio, Juan Abelló estuvo al corriente desde el comienzo de este proceso, ya que el financiero fue accionista y vicepresidente de Sacyr hasta 2013 y la constructora figuraba como socio de Henarsa a través de Avasa, sociedad que, tras la venta de Itínere en 2009, está controlada íntegramente por Abertis.

La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha dado orden de recurrir cualquier decisión judicial en contra del Estado sobre expropiaciones, ya que el agujero provocado por los sobrecostes se eleva a más de 2.000 millones de euros. El precio de las expropiaciones y el incumplimiento de las previsiones de tráficos son los factores que han provocado la suspensión de pagos de nueve autopistas de peaje.

Expansión.com 22/07/2014 

jueves, 22 de mayo de 2014

Sacyr y ACS ganan a Abertis y Bankia el pleito por las radiales

El conflicto accionarial en Accesos de Madrid, una de las concesionarias de autopistas en riesgo de liquidación, se ha decantado del lado de ACS y Sacyr, según apuntan fuentes de toda solvencia. Los otros dos partícipes de la operadora de las radiales madrileñas 3 y 5, Abertis y Bankia, quisieron tomar la puerta de salida pidiendo una compensación que partía de unos 60 millones y que podía alcanzar los 120 millones, en virtud de la opción de salida (put option) a su favor. Las constructoras entendieron que no se daban las circunstancias que permitían ejecutar la put y llevaron el caso ante el Cima, que ha dictado un laudo obligatorio que deja el pacto de accionistas en via muerta.

Las empresas que presiden Florentino Pérez y Manuel Manrique fueron quienes construyeron las citadas autopistas radiales junto a FCC, pero esta última vendió su paquete a Abertis. El proyecto contó con modificados solicitados por la Dirección General de Carreteras que supusieron unos sobrecostes de 147 millones que jamás cobraron las constructoras. Y era en el supuesto de que estas liquidaran esa factura adicional cuando Abertis y Bankia podían exigir la toma de sus participaciones.

ACS y Sacyr han argumentado a su favor el impago por parte del Gobierno de las obras adicionales, así como las fuertes pérdidas que han sufrido las autopistas desde su entrada en servicio. Todo ello ha desbaratado el equilibrio económico financiero de las concesiones y desencadenó el citado concurso de acreedores con una deuda de 660 millones ante una treintena de bancos.

El arbitraje del Cima ha aclarado que las opciones de venta no están vigentes. El capital de Alazor Inversiones, único partícipe de Accesos de Madrid, tiene como primer integrante a Abertis, con el 35%, seguido de Sacyr (25%), Bankia (20%) y ACS (19,6%). Henarsa y Ciralsa, también en riesgo de liquidación, son otras concesionarias en las que estas empresas comparten inversión.

El conflicto entre socios se ha mantenido en el marco de otro proceso con fuerte impacto en los medios de comunicación, el del rescate de una decena de autopistas quebradas por parte del Ministerio de Fomento, entre ellas las dos que opera Accesos de Madrid.

La nacionalización, según coinciden distintas fuentes del sector, se espera en cuanto se despeje el actual horizonte electoral, por lo que podría llegar el próximo mes de junio. OHL, titular de la autopista madrileña M-12, ya ha dejado de contabilizarla en su cesta de activos a la espera de una inminente nacionalización.

La solución impuesta por el Ministerio de Fomento deja sin participación en la futura concesionaria pública a los actuales accionistas de las carreteras de peaje al borde de la liquidación. Ante esta circunstancia, Abertis y Bankia han tratado de recuperar el capital aportado en las radiales 3 y 5.

Entorno Inteligente.com 21/05/2014

martes, 6 de mayo de 2014

De Madrid a Guadalajara, ¿pagando?

Uly Martín

Viernes por la tarde. Plena hora punta de salida de Madrid. Ni siquiera en estas condiciones ideales, con el fin de semana por delante, la autopista R-2, que une la capital con Guadalajara, puede presumir del teórico gran potencial que se le atribuyó cuando fue inaugurada en 2003.

Apenas circulan algunos coches y ni asomo de colas en los peajes. “Esta carretera es para quien pueda permitírsela; muy poca gente pasa por aquí”, explica un empleado de la única gasolinera que hay en la vía. La cafetería que había al lado de la estación de servicio tuvo que cerrar hace unos meses por falta de clientes. Tras cobrar el importe del peaje hasta Guadalajara, una trabajadora de la concesionaria, Henarsa, explica: “Si la autovía A-2 está aquí al lado, es gratuita y encima tiene tres carriles, ¿quién va a pagar para ir por la radial?”.

Los expertos del Ministerio de Fomento que calcularon en su día las previsiones de tráfico para la R-2 no pensaron igual. Según sus estimaciones, la autopista iba a absorber un 30% de los 100.000 vehículos que circulaban a diario por la A-2, la alternativa libre de peaje. Unos 21 coches por minuto. La realidad ha demostrado que sus pronósticos no podían estar más equivocados. En 2013 utilizaron esa vía una media al día de 5.928 usuarios, cuatro por minuto, lo que supone un descenso del 24% respecto al año anterior y un desplome del 46,2% respecto al máximo de tráfico contabilizado en 2007, según Fomento.

También fallaron los estudios de tráfico de las otras tres radiales, fraguadas durante el Gobierno de José María Aznar para descongestionar los accesos a Madrid. Todas han acabado solicitando el concurso de acreedores. También hay que incluir en este club a otras vías de peaje de la época: la autopista que une la capital con el aeropuerto de Barajas, la Madrid-Toledo, la Ocaña-la Roda, la Cartagena-Vera y la circunvalación de Alicante. Rescatarlas costará al Estado al menos 2.400 millones de euros, tras aplicar una quita del 50% sobre la deuda, según la última propuesta del Gobierno que analizan las concesionarias y la banca.

La R-2 fue la primera radial en abrirse al tráfico y la última en tirar la toalla, en septiembre pasado, con una deuda financiera de 450 millones. Como el resto de peajes en quiebra, la R-2 nació al calor del mayor periodo de bonanza económica que haya conocido España. En esa época de vacas gordas fueron ideados muchos de los grandes proyectos de obra civil fracasados, como los aeropuertos de Ciudad Real (inversión de 450 millones), Castellón (190 millones) y Murcia (200 millones).

El proyecto de la R-2 fue aprobado en 1997, con Rafael Arias Salgado como ministro de Fomento, y fue adjudicado por su sucesor, Francisco Álvarez Cascos, en 2000 a Henarsa, la sociedad concesionaria que debía construir y explotar la vía. En el momento del concurso de acreedores, estaba participada por Abertis, ACS, Acciona y Globalvía (firma concesional de FCC y Bankia). “Esta es una de las obras de infraestructuras más importantes de los últimos años”, afirmó Aznar en la inauguración en 2003. “Ya no somos el viejo país atrasado que se queja, sino un país moderno y próspero”, proclamó. La inversión alcanzó los 563 millones para 62 kilómetros de peaje, con un plazo de la concesión de 24 años.

Dos años después ya estaba claro que las expectativas de esta autopista no iban a cumplirse. En mayo de 2005, Henarsa llegó a poner en marcha una campaña de promoción que consistía en repartir cupones entre las empresas cercanas para realizar trayectos gratis con el objetivo de que los usuarios comprobaran “las ventajas” de circular por esta vía.

La polémica rodea a los estudios de previsión de tráfico de estas vías. Los expertos destacan que fueron elaborados en un momento de grandes expectativas económicas y que nadie parecía tener en cuenta la posibilidad de una crisis como la que se desencadenó años más tarde. Para calcular la demanda futura de tráfico de la R-2 “se utilizaron las proyecciones de construcción de viviendas, localización de población y empleo de la Comunidad de Madrid”, explica en su tesis doctoral el ingeniero Carlos Ursúa, disponible en Internet, y centrada en las radiales. “Es reseñable la importancia y protagonismo que el estudio de tráfico da al futuro desarrollo del sistema aeroportuario en torno a Barajas”, añade sobre la R-2. La construcción de la terminal 4 iba a ampliar considerablemente la capacidad del aeropuerto, pero el tráfico aéreo también se desplomó con la crisis.

Además, la idea de hacer peajes en paralelo a autovías gratuitas resultó ser poco acertada; todas las radiales se basan en esa filosofía y, menos en momentos de vacaciones con mucho tráfico, los conductores han optado por circular gratis aunque el tráfico sea más denso. “Casi nunca usamos la R-2, solo algunos fines de semana para salir de Madrid, pero a la vuelta el domingo iremos por la A-2 porque no vale la pena pagar el peaje”, cuenta una pareja que ha parado para poner gasolina en la estación de servicio.

Con el paso de los años, las cuentas de la concesionaria Henarsa se han ido hundiendo poco a poco —perdió 16 millones de euros en 2012, último ejercicio depositado en el registro mercantil—, ante la falta de ingresos por peajes y otro coste inesperado: el de las expropiaciones. En la R-2 la partida para este fin estaba prevista en 40 millones pero ascendió a 430. Se expropió a tres euros el metro, pero luego las compensaciones se dispararon porque los jueces valoraron el terreno rústico como urbanizable: la ley del suelo en vigor, la misma que alentó la burbuja inmobiliaria, permitía incluir las expectativas de revalorización en el valor del bien, lo que provocó que se disparara.

En el total de las autopistas de peaje en crisis, el coste de las expropiaciones se calcula entre 1.200 y 1.800 millones.

El País.com 30/04/2014

sábado, 5 de abril de 2014

¡Es la economía, estúpido!

Foto: Efe.

Por Rubén Madrid

Ya no somos el viejo país atrasado que se queja, sino un país maduro y próspero”. Lo dijo Aznar el día en que inauguró la autopista de peaje R-2, tras una inversión de 563 millones de euros y una concesión a Henarsa por 24 años. Barreda aplaudía en segunda fila. Alguien, qué rabia da no recordar quién, añadió en aquella carrera de onanistas satisfechos de sí mismos que sería una autopista buena para todos: para los ricos, porque irían mejor por la nueva calzada; y para los pobres, porque algo notarían el descenso de tráfico.

Eran los tiempos del milagro económico, de las liberalizaciones del suelo que abaratarían el precio de la vivienda y de las privatizaciones en la telefonía que darían el impulso necesario (la competencia es buena) al sector, algo que los consumidores nunca les podremos agradecer lo suficiente: todos, los de MoviStar y los de Vodafone. Eran los tiempos, también, en que los proyectos se hacían por cataplines (Cañete, año 2000: “el Plan Hidrológico se hace por cojones”) y eran, y tal vez no vuelvan más, los tiempos de los polvos.

Ahora estamos en los tiempos de los lodos. Se nos enfangan los proyectos. Estamos de barro, si es que no es mierda, hasta el cuello. Y el tema de las autopistas de peaje es un asunto particularmente complejo. A grandes rasgos, cabe decir que todas las radiales de Madrid están en quiebra. La última en sumarse al serial de concurso de acreedores fue Henarsa, adjudicataria de la R-2 (Madrid-Guadalajara), en septiembre. Tiene una deuda de 450 millones de euros. El conjunto de todas suma una deuda de 4.000.

El tráfico en estas autopistas nunca estuvo, aunque se le esperó. Ni antes de la crisis, ni mucho menos ahora. Según los últimos datos, por la R-2 circulan cada día unos 4.100 vehículos, incluyendo los que entramos por despiste. Son menos que los casi 6.000 del año anterior, un 24% menos que en 2012 y una caída del 46% respecto de 2007. Las cifras siempre estuvieron muy lejos de los 30.000 vehículos diarios que se suponía que absorbería esta autopista, casi uno de cada tres de los 100.000 que venían transitando por la A-2, la autovía de acceso libre con un trazado seguro a la que sólo le faltaba lo que además ya tiene: un tercer carril desde Guadalajara.

Las perspectivas, por tanto, son de caída libre para un negocio que nunca fue tal. Fallaron las previsiones y falló el modelo de gestión: la apuesta por unas autopistas realmente estupendas y angostas por las que transitar sin parones entre Madrid y Guadalajara no la compró casi nadie. Era un lujo innecesario las más de las veces. La inactividad de la R-2 fue un tema recurrente en los debates locales, no faltaron propuestas, pero pasó el tiempo y vino la crisis. La Crisis.
Foto: Europa Press.

Las firmas que estaban detrás de la marca Henarsa, ninguna de ellas pequeña (Abertis, ACS, Acciona y Globalvía, de FCC y Bankia) emprendieron, perdieron y ahora pretenden declarar el concurso de acreedores y que, gracias a la Responsabilidad Patrimonial de la Administración, sea el Estado el que se quede con el pufo. El mal menor, dice Fomento, pasa por asumir ‘sólo’ 2.400 millones de deuda, después de una quita del 50%, a través de la creación de una Sociedad Pública de Autopistas, que viene a ser una suerte de ‘banco malo’ para estas infraestructuras. La ministra Ana Pastor ha venido a excusarse con que el problema le ha sido legado. Lo que otros colegas llaman la herencia recibida…

El tema no acaba ahí. Hay una propuesta para la conformación de esta sociedad, con una negociación en la que Gobierno y empresas no se ponen de acuerdo en la cuota de participación y, en definitiva, una negociación abierta en la que cada parte defiende sus intereses. Hay varios reportajes en la prensa local y la nacional que permiten seguir de cerca el asunto.

Hay, en todo este entramado, otro punto importante: el Estado debe a las constructoras más de 470 millones de euros por las modificaciones que se introdujeron en los proyectos de las autopistas, en los que también se aplicaría una quita del 50% y el pago de los casi 240 millones con un bono a treinta años. Con esta manera de titulizar la deuda pretende el Gobierno que su intervención no afecte directamente al gasto de las arcas públicas y ni tenga un efecto negativo en el déficit.

Probablemente al grueso de los lectores les ocurra como a un servidor y les resulte grotesco que, con los tiempos que corren (dicho con este otro tono: ¡¡con los tiempos que corren!!), el Estado tenga que saltar al ruedo con el capote hecho jirones a quitarle el morlaco de encima a estos figuras del toreo después del revolcón. El problema está viciado de inicio: ¿Había alguna necesidad de hacer estas autopistas de pago además de “dejar de ser el viejo país atrasado que se queja” para convertirnos en el exitoso “país maduro y próspero”? El problema sigue resultándonos insultante en su derivación actual.

Veníamos oyendo en los últimos tiempos de nuestros dirigentes que con el dinero público hay que ser muy cuidadosos: siempre, pero más ahora en tiempos de crisis. Que no hay para todo. Y a este lado de la R-2 habíamos aprendido a pelearnos hasta el último céntimo de cada gamba que echamos en la paella de Ferias.

El capitalismo de manual, el que enseñan en los libros, nos dice que un empresario arriesga: cuando hay ganancias, gana; cuando hay pérdidas, pierde. Y eso sigue siendo válido para quien abre una ferretería.

En el capitalismo real, en cambio, las cosas son muy diferentes si se trata de hacer una gestión privada de un servicio público. Cuando el empresario que arriesga obtiene beneficios, gana; cuando no gana, quiebra, pero no pierde. Porque en el capitalismo real existen cosas como la Responsabilidad Patrimonial de la Administración o la conveniencia de inyectar liquidez en la banca para que no derrumbe el sistema (no sea, pongamos por caso, que acabemos teniendo seis millones de parados). La mano invisible del mercado no compensa las pérdidas, pero los brazos acogedores de Papá Estado siempre están dispuestos a reparar los daños con el dinero de todos los contribuyentes. Que para eso estamos, oiga.

A estas operaciones les asistirá la legalidad pertinente y se escudarán en los requiebros técnicos que vengan al caso. Pero la desafección hacia la clase política también es esto: la incomprensión de muchos hacia las facilidades que existen para tapar los agujeros de la banca o de las constructoras. Y cuando decimos desafección decimos cada vez más aversión e impotencia, cuando hay que asistir, y sin rechistar en la calle, al cierre de plantas de hospitales, a la congelación de los sueldos de los trabajadores de las administraciones y de las pensiones, a la reapertura del debate del copago, del repago y de todos los ‘no-nos-queda-más-remedio’, al incremento de las matrículas universitarias, a la supresión de las becas para comedores escolares, al cobro de entradas en los museos que eran de entrada gratuita, al cese de ayudas para asociaciones culturales o sociales o a la imposibilidad, dicen tan anchos, de ampliar las ayudas para los parados…Llevamos pagados demasiados peajes.

En los tiempos de los polvos, pero también en estos de los lodos, cuando desde los despachos de nuestros ministerios hacen números, ¿en quiénes están pensando verdaderamente? Se ve que, como dijo aquel: “¡Es la economía, estúpido!”.

lunes, 31 de marzo de 2014

De Madrid a Guadalajara, ¿pagando?

Uly Martín

Viernes por la tarde. Plena hora punta de salida de Madrid. Ni siquiera en estas condiciones ideales, con el fin de semana por delante, la autopista R-2, que une la capital con Guadalajara, puede presumir del teórico gran potencial que se le atribuyó cuando fue inaugurada en 2003.

Apenas circulan algunos coches y ni asomo de colas en los peajes. “Esta carretera es para quien pueda permitírsela; muy poca gente pasa por aquí”, explica un empleado de la única gasolinera que hay en la vía. La cafetería que había al lado de la estación de servicio tuvo que cerrar hace unos meses por falta de clientes. Tras cobrar el importe del peaje hasta Guadalajara, una trabajadora de la concesionaria, Henarsa, explica: “Si la autovía A-2 está aquí al lado, es gratuita y encima tiene tres carriles, ¿quién va a pagar para ir por la radial?”.

Los expertos del Ministerio de Fomento que calcularon en su día las previsiones de tráfico para la R-2 no pensaron igual. Según sus estimaciones, la autopista iba a absorber un 30% de los 100.000 vehículos que circulaban a diario por la A-2, la alternativa libre de peaje. Unos 21 coches por minuto. La realidad ha demostrado que sus pronósticos no podían estar más equivocados. En 2013 utilizaron esa vía una media al día de 5.928 usuarios, cuatro por minuto, lo que supone un descenso del 24% respecto al año anterior y un desplome del 46,2% respecto al máximo de tráfico contabilizado en 2007, según Fomento.

También fallaron los estudios de tráfico de las otras tres radiales, fraguadas durante el Gobierno de José María Aznar para descongestionar los accesos a Madrid. Todas han acabado solicitando el concurso de acreedores. También hay que incluir en este club a otras vías de peaje de la época: la autopista que une la capital con el aeropuerto de Barajas, la Madrid-Toledo, la Ocaña-la Roda, la Cartagena-Vera y la circunvalación de Alicante. Rescatarlas costará al Estado al menos 2.400 millones de euros, tras aplicar una quita del 50% sobre la deuda, según la última propuesta del Gobierno que analizan las concesionarias y la banca.

La R-2 fue la primera radial en abrirse al tráfico y la última en tirar la toalla, en septiembre pasado, con una deuda financiera de 450 millones. Como el resto de peajes en quiebra, la R-2 nació al calor del mayor periodo de bonanza económica que haya conocido España. En esa época de vacas gordas fueron ideados muchos de los grandes proyectos de obra civil fracasados, como los aeropuertos de Ciudad Real (inversión de 450 millones), Castellón (190 millones) y Murcia (200 millones).

El proyecto de la R-2 fue aprobado en 1997, con Rafael Arias Salgado como ministro de Fomento, y fue adjudicado por su sucesor, Francisco Álvarez Cascos, en 2000 a Henarsa, la sociedad concesionaria que debía construir y explotar la vía. En el momento del concurso de acreedores, estaba participada por Abertis, ACS, Acciona y Globalvía (firma concesional de FCC y Bankia). “Esta es una de las obras de infraestructuras más importantes de los últimos años”, afirmó Aznar en la inauguración en 2003. “Ya no somos el viejo país atrasado que se queja, sino un país moderno y próspero”, proclamó. La inversión alcanzó los 563 millones para 62 kilómetros de peaje, con un plazo de la concesión de 24 años.

Dos años después ya estaba claro que las expectativas de esta autopista no iban a cumplirse. En mayo de 2005, Henarsa llegó a poner en marcha una campaña de promoción que consistía en repartir cupones entre las empresas cercanas para realizar trayectos gratis con el objetivo de que los usuarios comprobaran “las ventajas” de circular por esta vía.

La polémica rodea a los estudios de previsión de tráfico de estas vías. Los expertos destacan que fueron elaborados en un momento de grandes expectativas económicas y que nadie parecía tener en cuenta la posibilidad de una crisis como la que se desencadenó años más tarde. Para calcular la demanda futura de tráfico de la R-2 “se utilizaron las proyecciones de construcción de viviendas, localización de población y empleo de la Comunidad de Madrid”, explica en su tesis doctoral el ingeniero Carlos Ursúa, disponible en Internet, y centrada en las radiales. “Es reseñable la importancia y protagonismo que el estudio de tráfico da al futuro desarrollo del sistema aeroportuario en torno a Barajas”, añade sobre la R-2. La construcción de la terminal 4 iba a ampliar considerablemente la capacidad del aeropuerto, pero el tráfico aéreo también se desplomó con la crisis.

Además, la idea de hacer peajes en paralelo a autovías gratuitas resultó ser poco acertada; todas las radiales se basan en esa filosofía y, menos en momentos de vacaciones con mucho tráfico, los conductores han optado por circular gratis aunque el tráfico sea más denso. “Casi nunca usamos la R-2, solo algunos fines de semana para salir de Madrid, pero a la vuelta el domingo iremos por la A-2 porque no vale la pena pagar el peaje”, cuenta una pareja que ha parado para poner gasolina en la estación de servicio.

Con el paso de los años, las cuentas de la concesionaria Henarsa se han ido hundiendo poco a poco —perdió 16 millones de euros en 2012, último ejercicio depositado en el registro mercantil—, ante la falta de ingresos por peajes y otro coste inesperado: el de las expropiaciones. En la R-2 la partida para este fin estaba prevista en 40 millones pero ascendió a 430. Se expropió a tres euros el metro, pero luego las compensaciones se dispararon porque los jueces valoraron el terreno rústico como urbanizable: la ley del suelo en vigor, la misma que alentó la burbuja inmobiliaria, permitía incluir las expectativas de revalorización en el valor del bien, lo que provocó que se disparara.

En el total de las autopistas de peaje en crisis, el coste de las expropiaciones se calcula entre 1.200 y 1.800 millones

El País.com 30/03/2014

sábado, 8 de marzo de 2014

Seopan y Aseta dan luz verde a su fusión bajo la presidencia de Julián Núñez

La patronal que agrupa a las grandes constructoras, Seopan, y la asociación que aglutina a las concesionarias de autopistas de peaje, Aseta, han aprobado hoy por unanimidad la fusión de sus actividades, con efectos operativos desde el pasado 1 de enero.

El proyecto de fusión por absorción de Aseta en Seopan, que ha contado hoy con el respaldo de los socios de ambas patronales, tiene como objetivo aprovechar sinergias, potenciar la defensa de sus asociados, ampliar su actividad nacional e internacional y ganar representatividad, según han señalado en un comunicado.

La nueva organización será presidida por el actual presidente de Seopan, Julián Núñez, elegido hace un año en sustitución de Baldomero Falcones, que salió de FCC el 31 de enero de 2013.

En consecuencia, el hasta ahora presidente de la patronal de las autopistas de peaje, José Luis Feito, abandonará la entidad.

Según señalaron recientemente a EFE fuentes cercanas a las negociaciones, el deseo inicial de Feito era haber dejado la asociación de concesionarias de autopistas, túneles, puentes y vías de peaje el pasado enero.

Lo que por el momento sigue sin cerrarse es la absorción en Seopan de la Asociación Tecnológica para el Tratamiento de Agua (ATTA), cuya integración en la patronal de las grandes constructoras sigue negociándose.

El objetivo de estas absorciones no es otro que el de ahorrar cuotas, ya que los miembros de Aseta son prácticamente los mismos que los de Seopan, según explicaban fuentes del sector.

La fusión de ambas patronales representará a 42 empresas y 12 grupos empresariales dedicados a la construcción y gestión de infraestructuras públicas mediante concesiones, nueve de ellos grupos cotizados en la Bolsa de Madrid.

En conjunto, los asociados representan un volumen de producción de 73.565 millones de euros, gestionan más de 3.400 kilómetros de carreteras en régimen de concesión en nuestro país y 10.866 kilómetros fuera de España, proporcionando empleo a más de 418.000 personas.

Seopan, creada en 1957, agrupa entre sus socios a los seis grandes grupos constructores cotizados (FCC, Acciona, ACS, Ferrovial, OHL y Sacyr Vallehermoso).

Por su parte, Aseta, que se constituyó en 1973, integra a Accesos de Madrid (R-3 y R-5), OHL, Itínere, Iridium (ACS), Globalvía, Cintra (Ferrovial), Abertis Autopistas, Iberpistas, Henarsa, Ausol, Aucosta o a Autopista Eje Aeropuerto, entre otras concesionarias.

La Vanguardia.com 26/02/2014