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martes, 21 de junio de 2016

La plataforma contra el peaje en A-8 rechaza la nueva tarifa anual de 30 euros para los vizcaínos

Representantes de la plataforma A-8 Peajerik Ez, contraria al pago por el uso del tramo vizcaíno de esta autopista, han expresado hoy su rechazo a la nueva tarifa de 30 euros mensuales aprobada por la Diputación foral para tres vías de este territorio y han dicho que emprenderán nuevas movilizaciones.

La Diputación foral de Bizkaia anunció ayer que los conductores vizcaínos pagarán un máximo de 30 euros al mes a partir del 1 de enero de 2017 por usar las tres vías de peaje dependientes de la institución: la AP-8, la Supersur y los túneles de Artxanda.

En declaraciones a Efe, representantes de la plataforma A-8 Peajerik Ez han mostrado su oposición a esta tarifa, de la que han asegurado que "no es plana", ya que la Diputación foral limitará el número de viajes.

También han afirmado que responde al hecho de que los responsables forales se han puesto "nerviosos" ante las movilizaciones realizadas por esta plataforma, que ha llegado a recurrir al Ararteko para pedir la eliminación del pago por el uso de este vial.

Responsables de esta plataforma han anunciado que la próxima semana prevén organizar una nueva caravana para reclamar la gratuidad de esta autopista en Bizkaia.

La plataforma reunirá a sus miembros a las siete de esta tarde para consensuar su respuesta a la iniciativa de la Diputación foral.

miércoles, 1 de junio de 2016

¿Es legal no pagar el peaje de la autopista AP-4?



¿Es legal cruzar un peaje sin abonar la tasa correspondiente? Es lo que se están preguntando muchos a raíz de un vídeo que, a las pocas horas de subirse a Youtube, ya cuenta con decenas de miles de visitas y se ha hecho viral en redes sociales. En el mismo se ve a un joven en su coche, en plena AP-4, afirmando que no va a pagar el peaje a Sevilla (que actualmente cuesta 7,20 eurospara los turismos) porque "la ley nos lo permite" y porque "desde el año 93 está amortizado". "Todos los gobiernos los han renovado porque les sale de los mismísimos", señala el joven, que anima a hacer "lo mismo que hacen nuestros vecinos del norte", en referencia a la campaña ciudadana "no vull pagar" que desde hace años se lleva a cabo en Cataluña como protesta por los peajes que ya se han amortizado.

En el vídeo, el joven llega a la cabina del peaje y señala a la encargada del mismo -con cierto tono machista, todo hay que decirlo- que no va a pagar el peaje. Tras un pequeño corte en la imagen -¿alguna discusión con los empleados?- finalmente le levantan la barrera, previa información de que le llegará una denuncia, algo que el joven afirma que es "mentira" ya que los ciudadanos "están en su derecho" y que "todo lo que no está prohibido está permitido". 

Lo cierto es que siempre ha habido cierta duda al respecto de la legalidad de estos hechos, pero según fuentes jurídicas consultadas por este medio, este hecho supondría una sanción administrativa ya que el Gobierno modificó la Ley 8/1972, que se publicó en los presupuestos generales del Estado para 2013, que regula la explotación de las autopistas. Si bien en la anterior normativa de circulación no quedaba clara la obligación del pago del peaje o que se pudiera sancionar en caso de impago, con esta modificación se establece la obligación de pagar el peaje y de denunciar en caso de que no se abone la cantidad indicada. 

A su vez, sabiendo que las autopistas de peaje, en general, son gestionadas por concesiones privadas y cobran un importe por los servicios que prestan, es decir, el uso de una vía rápida, que está bien acondicionada y que no cuenta con injerencias externas de otros usuarios, el no abonar el canon correspondiente, supondría un derecho a la empresa concesionaria de reclamar el importe al titular del vehículo, por realizar un uso de ese servicio sin abonar la cuantía correspondiente. La multa, en estos casos, está fijada en 200 euros.

De otro lado, hay que recordar que en septiembre de 2015 el presidente del PP andaluz, Antonio Sanz, confirmaba que la intención del Gobierno es la de no prorrogar el peaje de la AP-4, que expira en 2019. 

sábado, 14 de mayo de 2016

La falta de criterios para desviar el tráfico hace de la C-31 una ratonera

El accidente que se produjo el jueves volvió a provocar largas caravanas. Foto: DT


El accidente sin heridos graves que sufrió el jueves un coche que quedó volcado en la C-31 en las Costas de Garraf provocó largas retenciones y la indignación de los conductores por la falta de información sobre el estado que presentaba la vía. A la situación se añade la falta de un protocolo que fije en qué casos debe desviarse la circulación a la autopista C-32 de forma gratuita.

La plataforma No Vull Pagar de C-32 de Cunit, que pide la gratuidad del peaje en desplazamientos internos del Baix Penedès, la rebaja en los túneles del Garraf y el protocolo para desviar a la circulación por la autopista, señala que «muchos conductores volvieron a estar en la ratonera que es la carretera de las costas».

Los Mossos d’Esquadra optaron por dar paso alternativo a los conductores, pero desde No Vull Pagar C-32 consideran que precisamente esa solución en las costas no evita las largas retenciones. La carretera es muy estrecha y está delimitada por la montaña y los acantilados al mar.

El problema es fijar quién debe abonar a la concesionaria Abertis el peaje de los coches desviados. El Síndic de Greuges de Catalunya ya instó el pasado año a la Generalitat, Abertis y al Servei Català de Trànsit (SCT) a redactar el protocolo de funcionamiento en estos casos.

En un último informe el Síndic explica que las partes se limitan a responder que están preparando el documento. Para la plataforma No Vull pagar C-32 en esos casos la administración no debería pagar el peaje, sino que la concesionaria debe asumirlos. Para la plataforma dar largas al protocolo supone priorizar intereses económicos a la seguridad o a la facilidad de movilidad de la población, que debe pasar por uno de los peajes más caros de Catalunya, ya que la C-31 no tiene otra alternativa.

El Síndic destaca que la voluntad del conductor que va por las Costas del Garraf es utilizar una carretera gratuita. Pero en caso de afectaciones y desvío a vías que sean de pago debe facilitarse a los conductores la gratuidad del peaje.

Según el SCT el desvío por fuerza mayor a la C-32 «no da derecho a la concesionaria a cobrar peaje» y en cortes parciales se aconseja usar la autopista pero advirtiendo que es una vía de pago. En situaciones como un accidente que impida el paso, los Mossos d’Esquadra determinan la alternativa más adecuada y se comunica al centro de control de la concesionaria para que no cobre peaje.

En los desvíos programados como las pruebas deportivas lo habitual es que los organizadores del certamen abonen los peajes de los coches desviados que previamente deben recoger un pase pero que la plataforma denuncia que se recoge tras una larga caravana.

La plataforma pidió hace un mes a la Generalitat que los medios de información públicos, como ya hace con otras vías del país, también informen de las incidencias que haya en la carretera que es la más utilizada y de la conexión gratuita entre el litoral del Penedès y Barcelona.

Guillem Eroles, de la plataforma, destaca que en el accidente del jueves las primeras informaciones se lanzaron a través de las redes sociales desde la asociación «y luego ya fueron emitidos por las de los medios de las administraciones». Eroles destaca que esa información del estado de la vía debe hacerse de toda la C-31, también en su paso por El Vendrell, Calafell y Cunit.

lunes, 7 de marzo de 2016

Baix Penedès y Garraf coordinan acciones por la gratuidad de la C-32


La movilización para reclamar la gratuidad del peaje de la C-32, o una significativa rebaja, saldrá a la calle. La Associació d’Empresaris de l’Alt Penedès, el Baix Penedès i el Garraf (Adepg) organizó un encuentro en el que participaron representantes del sector empresarial, instituciones públicas y entidades privadas que denunciaron el agravio que la autopista C-32 supone para el Penedès y el Garraf.

La reunión de lo que se denominó Grup de treball C32 cristaliza el acuerdo que ya había en el Baix Penedès y Garraf para denunciar el impacto que para los vecinos y empresas del territorio tiene la autopista. Ahora se consensuarán acciones de protesta después de que las relizadas durante los últimos años no han dado resultados.

El elevado peaje de la C-32 es motivo de queja de vecinos, ayuntamientos y empresas que denuncian que, además de penalizar a los residentes, supone una barrera para la llegada de inversiones empresariales. Además, la alternativa gratuita es una saturada carretera C-31 que atraviesa por zonas urbanas como Cunit o Segur de Calafell.

En el Baix Penedès se pide que la C-32 sea gratuita entre El Vendrell y Cubelles para que la autopista sea una ronda litoral para desplazamientos ágiles y seguros y que la C-31 haga las veces de calle, como de hecho ya es. En la comarca se pidió que la C-31 dejase de ser carretera de la red básica para que la vía de gran capacidad natural sea la C-32.

Además de representantes políticos de Calafell, Cunit, Llorenç del Penedès, Vilanova o Sant Pere de Ribes, entre otros, en la reunión del Grup de Treball C32 también participó el Campus de la UPC de Vilanova y el Gremi d’Hostaleria de Sitges y empresarios de la zona.

La unión política, social y empresarial busca fuerza ante la Generalitat, titular de la C-32. Representantes del Baix Penedès alertaron de las reiteradas reuniones que han mantenido en los últimos años con el Govern para pedir la gratuidad de la C-32 sin que se haya logrado nada, por lo que los pasos a dar no pueden contemplar iniciar unas reuniones y conversaciones que ya se han hecho. En este sentido, destacan que la Generalitat y la concesionaria Aucat conocen las reivindicaciones. La plataforma de Cunit No Vull Pagar C-32 y la Coordinadora de Calafell esperan desde hace meses que la Generalitat presente un estudio del coste que tendría eliminar los peajes para analizar la viabilidad.

domingo, 30 de agosto de 2015

'No Vull Pagar C-32' reclama el coste de liberar el tramo El Vendrell-Sitges

       Las plataformas de Calafell y Cunit contra los peajes de la C-32 han acudido en diversas ocasiones al Parlament. Foto: DT

La Plataforma No Vull Pagar C-32, que reclama la gratuidad de esta autopista en el tramo entre El Vendrell y Sitges, denuncia que «la Generalitat incumple los compromisos adquiridos» al no hacer público lo que costaría liberar de pago ese trazado.

Como recogió el Diari el domingo la Generalitat ha presentado un estudio de lo que costaría rescatar toda la C-32 entre El Vendrell y Castelldefels y que supondría entre 902 y 945 millones de euros. Pero la plataforma No Vull pagar C-32 destaca que «en las informaciones filtradas a los medios del coste del rescate de las autopistas catalanas no se da ninguna cifra del tramo concreto».

El estudio debería haber sido presentado el 31 de julio, como prometió la conselleria de Movilitat de la Generalitat en sede parlamentaria y ante los ayuntamientos y colectivos ciudadanos y políticos el pasado año.

La plataforma de Cunit dice que «el coste del rescate del peaje es sólo una parte del estudio que debía presentarse». El colectivo considera que el trazado de la autopista C-32 entre El Vendrell y Sitges está infrautilizado y su rescate no sería elevado. Sin embargo la C-32 entre Sitges y Castelldefels tiene un gran número de usuarios que dispara la indemnización a la concesionaria Abertis.

Para la plataforma de Cunit la negativa a separar los dos tramos muestra una cifra que es imposible asumir por parte de la Generalitat. Y menos cuando el propio conseller Santi Vila se niega a rescatar una autopista en concreto y que debe calcularse el coste del rescate de los 200 kilómetros de autopistas de titularidad de la Generalitat, que supondría entre 2.544 y 2.770 millones de euros.

‘No Vull Pagar C-32’ cree que no querer afrontar rescates individuales de autopistas busca evitar que las reivindicaciones se extiendan por todo el territorio.

El colectivo, que tiene apoyo del Ayuntamiento de Cunit (CiU-ERC-ECV), también denuncia que «la Conselleria no traslada a la oficina del Síndic de Greuges la documentación y los informes requeridos por las quejas ante la falta de obertura de barreras en el peaje de Vallcarca en días de sucesos en la C-31.

viernes, 28 de agosto de 2015

La Generalitat se niega a dividir en tramos la C-32 para quitar el peaje

Las protestas contra el peaje de la C-32 en el Baix Penedès son históricas. Foto: DT

Eliminar el peaje de la autopista C-32 entre El Vendrell y Castelldefels, costaría a la Generalitat entre 902 y 945 millones de euros para indemnizar a la concesionaria Abertis, según un informe de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) encargado por el departamento de Territori.

La Generalitat se comprometió en el Parlament y con la Coordinadora de Calafell y el colectivo de Cunit No Vull pagar C-32, que piden la eliminación del peaje, a presentar un estudio del coste de quitar el peaje en el tramo entre El Vendrell y Sitges para analizar su viabilidad.

Pero el estudio presentado calcula el coste de liberalizar los 50 kilómetros entre El Vendrell y Castelldefels, (con los túneles del Garraf incluidos), lo que encarece el rescate, y también el precio de retirar los peajes en el resto de autopistas de titularidad de la Generalitat.

El estudio ha molestado a No Vull Pagar C-32 de Cunit que señala que «la promesa era cuantificar el coste entre El Vendrell y Sitges para estudiar cómo afrontarlo». La plataforma cree que «la Generalitat conoce el cálculo pero no lo presenta y lo camufla con el de toda la autopista para decir que es muy elevado».

La C-32 sería la más cara de liberalizar en toda Catalunya y tras ellas están las de los túneles de Vallvidrera y del túnel Cadí con un coste de entre 453 y 585 millones.

La plataforma dice que «es un engaño ya de Sitges a El Vendrell es deficitario por el bajo tránsito y la indemnización no sería elevada. En cambio entre Sitges y Barcelona tiene una gran cantidad de usuarios». Para No Vull pagar el cálculo se ha hecho con la intención de demostrar que no se puede asumir la liberalización.

Según el estudio presentado por la UPC liberar los 200,7 kilómetros de autopistas de titularidad de la Generalitat y que tienen cuatro concesionarias, entre ella la más destacada Abertis, que gestiona la C-32, costaría entre 2.544 y 2.770 millones de euros.

A la cantidad debe añadirse la conservación, el mantenimiento de las vías (237 millones) y las indemnizaciones por despedir a la plantilla de las concesionaris (34 millones) y una posible reducción de la recaudación fiscal. En el estudio no están incluidas las autopistas con financiación con peaje en la sombra por el que la administración paga al concesionario o las AP-7 y AP-2 que son de titularidad estatal.

La Ley de contratos públicos obliga a compensar al concesionario por las obras e instalaciones construidas y por los daños y perjuicios causados, incluidos los beneficios futuros que dejaría de percibir, según cálculo basado los últimos cinco años de la concesión.

El encargo del cálculo de un supuesto rescate no presupone una intencionalidad del Gobierno de asumir la explotación de esas infraestructuras, situación que sus arcas tampoco lo permiten

Ese coste general hace inasumible la eliminación de los peajes en las autopistas de la Generalitat. Y tampoco de la C-32 porque como el coneller Sant Vila ya dijo en el Parlament en el anuncio del encargo del estudio, no habrá liberaciones parciales y que, de acordarse una eliminación de peajes, sería en todas las vías ahora de pago y no sólo en la C-32. La respuesta hace pensar que aún menos en un tramo de una autopista.

martes, 28 de julio de 2015

Aturem la C-32 activa una campaña de 'crowdfunding' para paralizar la autopista

Acto de reivindicación de la 'Plataforma Aturem la C-32' reivindicando alternativas ante la prolongación de la autopista.

La plataforma catalana 'Tot Suma'(herramienta que posibilita la financiación colectiva o 'crowdfounding') difunde en su web 'Aturem la C-32' una movimiento ciudadano que intentaparalizar el proyecto de ampliación de la carretera C-32 que transcurre por los parajes del Vilar(Blanes), y de Les Alegries, l'Angel y Sant Pere del Bosc (Lloret de Mar).

El colectivo denuncia el proyecto de laGeneralitat de ampliar la autopista C-32 hasta el municipio de Lloret (Costa Brava Sud) para paliar los relevantesproblemas de tránsito que sufre este y el municipio de Blanesdurante los meses de verano. Sin embargo entienden que esta medida afectaría significativamente el paraje natural y culturalque albergan estos territorios donde se localizan importantes enclaves de valor histórico como los santuarios del Vilar y St. Pere del Bosc o la Ermita de las Alegrias. 

En contra la plataforma Aturem la C-32 propone medidas alternativas al proyecto, como mejorar las carreteras ya existentes que permiten acceder a los dos municipios, donde transcurre un 70% del tránsito registrado. Una cifra substancial por la que consideran, "resolverían mejor los problemas de movilidad" y asimismo representarían "un menor coste económico y no tendrían ningún impacto medio ambiental" al tratarse de actuaciones sobre infraestructuras ya existentes ni implicanrenovar concessiones de autopistas. 

Sin embargo la Generalitat descarta, dicen, por motivos económicos al poder financiar la infraestructura de la C-32 mediante la concesión de las obras a Abertis -cuyo coste total alcanza unos 77 millones de euros- y a cambio el grupo renovaría la concesión de la misma autopista en el Maresme.

La Plataforma Aturem la C-32 tiene el objetivo de conseguir recursos para informar a los vecinos de los dos municipios implicados, acerca de la reestructuración del impacto que supondría la construcción de la autopista y de las alternativas existentes; para con ello unirse para "reclamar a la administración" que no ceda a las presiones de las grandes empresas concesionarias (como el grupo Abertis en este caso) y respete así la voluntad de los vecinos "salvaguardando el valuosoPatrimonio Natural y Cultural para las generaciones futuras". Para ello ha presentado alegaciones formales al Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, concretadas en el ámbito económico, de mobilidad, además de ambiental y paisajístico.

Además de la campaña en la web 'Tot Suma' también están activos a través de una web oficial y su página de facebook en la que celebraban este lunes los primeros pactos con el consistorio de Blanes para estar presentes en la opertura de la Fiesta Mayor del municipio.



Señalan por otra parte, que el bosque ya ha sido un punto muy afectado en estos parajes por el paso del hombre tras la densidad de urbanización realizada en los últimos años. Un espacio de gran valor lúdico para los habitantes de la zona y de toda la comunidad, donde disfrutar de rutas en bicicleta y los paseos por la naturaleza.

domingo, 26 de abril de 2015

Una autopista infrautilizada

Imagen de la autopista
La autopista C-32 que enlaza el Baix Penedès y Barcelona por la zona del Garraf sufre un descenso continuado de usuarios en los últimos años. Desde el 2012, la también conocida como Autopista Pau Casals ha perdido cerca de 7.000 usuarios diarios, quedándose con los 13.000 al día que tiene ahora.

Por el contrario, su alternativa gratuita, la C-31, sufre un crecimiento que ha hecho que esté prácticamente colapsada. Son cifras que ha dado la Plataforma No Quiero Pagar C-32, que junto con los sindicatos UGT y CCOO, y el Consejo Comarcal del Garraf, reclaman una rebaja del precio de los peajes en esta autopista.

"Sufrimos la consecuencia de tener uno de los peajes más caros del estado", apunta Albert Rodríguez, de Comisiones Obreras. Los dos peajes del tramo El Vendrell - Sitges suman un coste de más de diez euros por los usuarios, que se explica en buena parte por los túneles de Vallcarca. Con la delicada situación económica actual, muchos de los que se desplazan en coche prefieren hacerlo por una vía gratuita.

"El Baix Penedès y el Garraf han sufrido un crecimiento de población muy grande debido a la burbuja inmobiliaria, que ha derivado en un paro elevado", explica Guillermo Eroles, de la Plataforma No Quiero Pagar C-32. "Muchos ciudadanos han encontrado empleo fuera de estas comarcas", con el que deben desplazarse diariamente en coche.

En el momento que el precio del peaje es demasiado elevado, los usuarios se decantan por la C-31, pero esta pasa por el medio de muchas poblaciones como Cunit o Cubelles, y se acabó colapsando. "Es más bien un paseo y además tiene tramos muy estrechos y peligrosos", añade Francisco Rica, de UGT.

Los diferentes agentes hace tiempo que se movilizan y han hecho llegar el problema al Gobierno, con dos resoluciones presentadas por ERC y aprobadas en la Comisión de Territorio y Sostenibilidad. Una de ellas pide la rebaja del precio de los peajes y la otra propone un estudio sobre el impacto que tendría la gratuidad del tramo Sitges - El Vendrell. Deberían haber aplicado el pasado 2014, pero no se ha hecho.

"El Gobierno nos da la razón sobre el problema, pero no aplica las resoluciones ni ha querido hablar con nosotros", afirma Eroles. Dentro de dos semanas han sido citados para una nueva reunión. La intención es que, con un menor coste, vuelvan a aumentar los usuarios de la autopista, y la C-31 deje de estar colapsada.

Desde las plataformas recuerdan que en 2021 termina la concesión de la autopista, con el que creen que es un buen momento para cambiar el modelo."La actual no es sostenible, ya que la Generalitat garantiza un mínimo en la empresa concesionaria, sea cual sea el volumen de vehículos que pasen", concluye Eroles.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Una plataforma pedirá al Constitucional que anule las multas del #novullpagar

Una plataforma que agrupa a un centenar de personas que acumulan multas por valor de 60.000 euros por negarse a pagar peajes, en el marco de la campaña #novullpagar, recurrirá ante al Tribunal Constitucional (TC) para pedir que anule las sanciones.

En declaraciones a Efe, el portavoz de la Asociación de Afectados por las Multas del #novullpagar (no quiero pagar), Emili Roig, ha anunciado que recurrirán ante el TC para este órgano actúe como árbitro, ya que algunos de los casos que han llevado a los juzgados han sido resueltos a su favor, pero otros en su contra.

Si el Constitucional no les da la razón, la intención de la plataforma es llevar el caso al Tribunal Internacional de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo.

Según esta plataforma, las multas que les han impuesto por negarse a pagar el peaje, en el marco de la campaña en la que en 2012 miles de conductores se saltaron los puntos de pago en las autopistas, son ilegales, ya que no cometieron ninguna infracción de tráfico.

En el caso de Emili Roig, hoy se ha celebrado en un juzgado de Barcelona una vista sobre una de las tres multas que le impusieron por participar en la campaña, en este caso la Dirección General de Tráfico (DGT), ya que se saltó el peaje en la AP-2, en Zaragoza.

La campaña #novullpagar se saldó en 2012 en Cataluña con 100.000 denuncias de las concesionarias, que derivaron en 6.058 multas, por las que la Generalitat ya ha recaudado 351.843 euros.

De todas las denuncias recibidas, la Generalitat abrió 21.599 expedientes sancionadores, de los que 6.058 derivaron en multa, por las que se han pagado ya 351.843 euros y quedan por pagar otros 223.700 euros.

Sin embargo, la mayoría de denuncias fueron archivadas ya que la consellería de Interior aplicó la recomendación del Síndic de Greuges, que en una resolución de 2013 defendió que prescribieran las que estaban pendientes de tramitar.

Además, Interior también archivó los expedientes en los que la persona identificada como conductor del vehículo en la denuncia negó la comisión de los hechos, si la concesionaria no lo pudo avalar, lo que en la práctica permitió desestimar la mayoría de las denuncias planteadas.

La Vanguardia.com 02/12/2014

sábado, 1 de noviembre de 2014

Vecinos de Segur piden cambiar la imagen de carretera de la C-31


La Coordinadora de vecinos y entidades de Calafell que reclaman que la autopista C-32 sea gratuita a su paso por el Baix Penedès, piden a la Generalitat que retire la señalización típica de carretera de la travesía de la C-31 a su paso por Segur de Calafell.

El Parlament ya aprobó la moción que pedía que la C-31 a su paso por el núcleo no estuviese en la red básica de carreteras de Catalunya y que pasase a ser considerada como una vía municipal ya que atraviesa por una zona densamente poblada.

La travesía mantiene una señalización de carretera y la Coordinadora pide que se retire para evitar una imagen de vía principal. La coordinadora pide también que el Ayuntamiento comience a dotar a la travesía de una imagen de vía urbana.

El objetivo final es que ya consolidada la travesía de la C-51 como calle, la Generalitat levante las barreras de la autopista C-32. Según explican los vecinos de la coordinadora, la actual travesía no está preparada para asumir el elevado volumen de circulación que tiene en verano y los fines de semana.

Al no ser la C-31 una vía de la red general, debe buscarse una alternativa para los vehículos de paso y ante la imposibilidad física y económica de hacer una variante que salve a Segur de Calafell, la única alternativa sería levantar las barreras del peaje de la C-32.

Miembros de la Coordinadora de Calafell está previsto que mantengan una reunión esta semana con representantes de los diferentes partidos políticos en el Parlament para que agilicen la adecuación de la travesía como una vía urbana y la retirada de los peajes de la C-32 para los desplazamientos internos en la comarca. «Allí donde no hay una alternativa de paso por Ley debe estudiarse la viabilidad de una variante, pero en Segur la alternativa está hecha y es la C-32». La descatalogación de la C-31 como vía de la red principal de Carreteras ya se aprobó hace unos meses en el Parlament.

Diari de Tarragona.com 27/10/2014

domingo, 27 de abril de 2014

La estafa del peaje

Los diputados del PP estatal y gallego están en contra de que se abaraten los peajes. Es lógico, teniendo en cuenta que el de ellos y el de los que nos gobiernan los pagamos entre todos. A la pregunta del BNG, el Gobierno central justificó ayer la subida del 1,85% amparándose en que es "un mandato legal de obligado cumplimiento".

Viajar de Ferrol a Madrid cuesta 16,20 euros y la mordida por el desplazamiento a Vigo sale por 17,65 euros. Súmenle la vuelta y estamos ante la autopista que nos desune. Hay pasta a 'esgalla' para rescatar bancos, autopistas y negocios de amiguetes, pero no para ponérselo algo más fácil al personal que las pasa canutas. A un pobre autónomo si le va mal el negocio tiene que echar el candado, pero si una multinacional no amasa lo que cree conveniente con unas infraestructuras fundamentales para un país, pues se le echa una manita, que después ya devolverán el favor colocando al político de turno cuando las urnas lo mandan para su casa. Incluso se les permite despedir alegremente a cobradores sustituyéndolos por máquinas.

Muchas veces este chófer de anécdotas viaja hasta Ourense recorriendo las costuras de Galicia para no ser partícipe de la estafa. Pero hay que tomárselo con calma, oiga, porque se necesitan dos horitas y conduciendo con alegría por unas carreteras secundarias que llevan años sin que nadie haga el mantenimiento necesario.

Hace unos años, mucha peña, entre la que se encontraba una de las mayores fortunas de Galicia, se hizo insumisa de autopista por considerar un timo lo que cobraban por unas infraestructuras que hemos pagado y repagado. No sólo pusieron las barreras disuasorias, sino que a algunos la Dirección General de Tráfico les envió multas por saltarse el semáforo de la autopista en rojo. Resulta tan difícil evitar el atraco como complicado pagar en una autopista del vecino Portugal. Hay ourensanos que hasta han dejado de acudir a sus fabulosas ferias por el lío. Que si tienes que ir a una oficina de Correios, que si...

No sólo sería necesario abaratar el peaje. Lo ético, "aunque no sea un mandato legal", como argumenta el PP, es que fuesen libres de cobro. Pero ya se sabe que son contados los políticos que gobiernan pensando en el pueblo.

La Región.es 22/04/2014

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Las autopistas de peaje han costado casi 5.000 millones en dinero público


No vull pagar, No quiero pagar. Con este lema centenares de catalanes se rebelaron, en abril de 2012, contra el pago de las autopistas de peaje. La realidad, sin embargo, es algo más complicada: las autopistas de peaje, como ocurre con las otras, las pagan todos los contribuyentes. Impuesto tras impuesto, para garantizar la financiación de las concesionarias de estas carreteras España se ha gastado, entre 1977 y 2008, 4.773,62 millones de euros. Para hacerse una idea de las magnitudes, la cifra representa algo más que un tramo de la ayuda que la 'Troika' inyectó en las arcas públicas griegas para rescatar al país entero. Se trata de un dato cuyo origen se remonta a mediados de los años 80 y que El Confidencial hace público gracias a la colaboración de un ciudadano común. Pedro Egea lo ha obtenido y compartido con este periódico tras realizar una petición de acceso a la información a través de la plataforma tuderechoasaber.es. El Ministerio de Fomento ha hecho pública, por primera vez en un documento único, la cantidad que, año por año, ha sido abonada a las mayores concesionarias del sector como "seguro" por la financiación exterior que tuvieron que buscar hace 30 años. Acesa, Europistas, Betica, Aumar, Avasa, Audasa, Eurovias, Aucalsa, Vasco Montañesa y Audenasa son las concesionarias que recibieron los pagos “con objeto de lograr la más pronta amortización de la deuda del sector”, según reza la ley que regula el procedimiento de revisión de las autopistas de peaje.



Esta deuda exterior provenía del llamado “seguro de cambio”, una fórmula con la que, a comienzos de los años 80, la administración garantizó la viabilidad de la construcción de las autopistas de peaje. El Estado impuso a las empresas concesionarias que buscaran financiación en el exteranjero, liberando a bancos y cajas de ahorro de los posibles préstamos en un periodo de profunda crisis de liquidez. Para no perjudicarlas, se estableció que esas sociedades pagaran los créditos obtenidos en divisas a un tipo de cambio fijo e independiente del valor de la peseta -entonces en vigor- frente a las monedas de fuera.

“Se consideró necesario establecer un mínimo de financiación procedente del exterior que se situaba generalmente en torno al 40 o 45%, de la que el Estado avalaría el 75% y proporcionaría un seguro de cambio”, detallan los académicos Carmen Lozano Gutiérrezy Federico Fuentes Martín en un estudio sobre los efectos de este seguro. “A estas ayudas se sumaban subvenciones a fondo perdido, anticipos reintegrables durante los primeros años y bonificaciones sobre impuestos”, añaden. En otras palabras, manteniendo un valor fijo, el Estado garantizaba con este acuerdo que el valor de las divisas no fluctuara con los altibajos del mercado. Además se comprometía a pagar los vencimientos del capital principal y sus intereses. Año tras año, la cifra ha llegado a los más de 4.000 millones de euros de 2008.

La medida no estuvo exenta de polémica. La hemeroteca de 1984 recuerda cómo el Estado tuvo que desembolsar, hasta ese año, 120.000 millones de pesetas por el seguro de cambio. Según el ministerio, sin esa cifra las autopistas de peaje habrían estado abocadas a la quiebra, hasta el punto de que los críticos con este método hablaron de “subvenciones encubiertas”. Por su parte, buena parte del sector defendió que se había llegado a la situación por la “imposición” de buscar financiación exterior por parte del Gobierno. “Era un periodo de crisis, sobre todo del petróleo, y esa fue la solución que se encontró para las autopistas construidas hasta entonces”, recuerda el experto del sector consultado por este periódico.

En su estudio sobre la aplicación de este seguro, Gutierrez y Martín llegan a una clara conclusión: “Las consecuencias para el Estado fueron evidentes, ya que soportó un fuerte coste debido a las coberturas prometidas”. Un coste que se arrastró hasta 2008.

lunes, 28 de octubre de 2013

«Los nuevos peajes de Gipuzkoa no son un reto tecnológico, sino social»

«La época de las carreteras gratuitas se ha acabado». Así de rotundo se expresa Carlos Griell, ingeniero catalán experto en el desarrollo de sistemas de peaje. Griell ha formado parte del plantel de especialistas contratado por la Diputación para elaborar el plan Arkupe. El especialista afirma que los nuevos peajes previstos por la institución foral no suponen un reto tecnológico, sino social. «Los peajes no son populares, debemos demostrar a los ciudadanos de que si pagan, servirá para algo», afirma el experto catalán.

- Usted explicó en las Juntas el sistema Arkupe, como vio, la oposición planteó muchas dudas sobre su viabilidad.

- Eran dudas razonables. La principal, cómo detectar al conductor que no paga. El sistema lo detecta y existen mecanismos legales que permiten que el infractor sea disuadido de repetir. En todos los países donde se implantan estos sistemas se modifican las leyes de tránsito, de forma que si se usa una carretera sin disponer del Viat o del método de cobro acordado, es sancionable igual que saltarse un Stop.

- Vamos a ver. Un alemán que va de veraneo a Marbella pasa por la N-1 en Gipuzkoa y no paga. El sistema le detecta y le envía la multa a su domicilio en Colonia. ¿Cómo se le obliga a que pague?

- Este señor, si no vuelve a pasar por aquí, probablemente no pagará. Pero esta situación será así hasta el momento en que se pongan de acuerdo las policías europeas y las infracciones de tránsito sean perseguibles internacionalmente. Esto está al caer. En el caso de los camiones, es difícil que haya fraude, tienen que pasar una y otra vez por Irun, así que les conviene estar al día.

- Este sistema va a ser pionero en España. ¿No sería mejor hacer los experimentos con gaseosa?

- Sí, pionero en el Estado, pero no en el mundo. El sistema está inventado. Lo que no está inventado es la incidencia social del mismo. Tecnológicamente, no hay problema para instalar los pórticos que se quiera y que funcionen. Sí es verdad que también hay que hacer un trabajo social para convencer a la gente de que estos planes mejorarán su calidad de vida. Si queremos mejores infraestructuras, implican más gasto. Con este sistema, participan en ese gasto todos los conductores, no solo los guipuzcoanos.

- ¿Por qué es mejor el sistema de arcos que el de barreras fijas en Gipuzkoa?

- Las barreras físicas no caben. Por un carril de autopista pasan 2.500 vehículos por hora, cuando hay tráfico denso. En una vía de peaje se cobra a 200 vehículos cada hora. Por tanto, hacen falta doce cabinas por carril, como tiene dos carriles, 24 cabinas. Cada una ocupa seis metros, por tanto, 120 metros en cada dirección. El impacto sobre el valle es brutal: hay que hacer desmontes, cambiar el curso del río... El coste también es alto, genera contaminación, retenciones y estas áreas de pago son escenario de accidentes.

- Pero paga todo el mundo...

- Sí, eso es verdad. No son un coladero. Ahora bien, paga todo el mundo, hasta que surge un movimiento como el de Cataluña para no pagar.

- El 'no' a los peajes también afecta al sistema de pórticos, como se está viendo en Gipuzkoa.

- Sí, puede haber contestación social.

- ¿Conoce precedentes de instalación de peajes en viales hasta ese momento gratuitos, extendiéndolos a toda la red de alta capacidad?

- Creo que este es el caso de Portugal, pero no estoy muy seguro. En Chile sí pusieron peajes convencionales en carreteras que eran gratuitas y hubo protestas. La gente se queja si ve malversación, si ve que la carretera sigue igual de mal cuando paga que cuando no. Por el contrario, si se anuncia que con lo que se recaude se realizarán mejoras, se van a eliminar puntos negros, se cambiará el asfalto por otro antideslizante, los ciudadanos son receptivos. El que paga tiene que ver que paga por algo. No puede ser que todo siga igual antes que después de poner los peajes.

- De todas formas, es una decisión muy poco popular...

- Un sistema de este tipo no tiene por qué hacer que el gobernante pierda votos, al contrario, si se hace bien, el ciudadano reconocerá las ventajas y premiará al que ha tomado la decisión. La solución técnica es lo de menos. El reto es social. Tenemos que hacer comprender a los ciudadanos que no hay carreteras gratuitas, se pagan vía peajes o vía impuestos.

- ¿Se está acabando la época de las carreteras gratuitas?

- De hecho, aunque todavía no lo sepamos, ya está acabada. En el Estado tenemos un problema serio con la Administración, que se lanzó a construir carreteras mediante peajes en sombra (los paga la institución pública, no el conductor). Este sistema permitió construir muchas infraestructuras y mejorar las comunicaciones. En los peajes en sombra, la Administración abona alrededor de un millón de euros al mes. Antes podía hacerlo, ahora no. Así que van a empezar a recaudar.

- Convénzales a los guipuzcoanos de que es necesario pagar peajes en toda la red de alta capacidad

- Me van a mirar mal... Instalar peajes a cambio de nada no tiene sentido. El dinero que se recauda debe servir para mantener al día la red viaria y, si los ciudadanos comprueban que es así, acaban comprendiendo la necesidad de abonar por su uso. La alternativa es padecer el deterioro de las carreteras, como ha ocurrido estos años atrás, con un parchecito aquí y otro allá. Además, va a pagar el tráfico de paso, que antes no lo hacía. Y, como remate, el dinero que sobre se podrá dedicar a los proyectos que determinen las Juntas Generales.

- ¿Es lógico que una carretera transeuropea como la N-1 siga siendo gratuita?

- Ha sido el gran eje de comunicaciones de la península con Europa. El Estado construyó grandes ejes viarios gratuitos y no se dio cuenta que de aquellos polvos vienen estos lodos. Este esquema se tiene que repensar.

- La gratuidad de la N-1 tiene un efecto colateral, el bajo uso de la autopista Eibar-Vitoria.

- Así es. El sistema Arkupe permitirá redistribuir el tráfico, mejorando la recaudación en el peaje convencional de la Eibar-Vitoria.

Las autopistas han subido desde 2008 un 32 por ciento, el triple que el IPC


Las autopistas que atraviesan la provincia de Tarragona viven ajenas a la realidad. Incluso a la suya propia. A pesar de perder vehículos cada día y de estar más que amortizadas, los precios de los peajes se han incrementado en un 32% desde el inicio de la crisis, en 2008, una escalada que se halla muy por encima del incremento del coste de la vida, y no digamos ya de la evolución que han registrado los salarios en este mismo periodo.

En efecto, tanto el tramo de la AP-7 que va de Barcelona a Tarragona como la AP-2 desde Zaragoza a Barcelona se han encarecido en estos cinco años el triple de lo que ha subido el Índice de Precios al Consumo (IPC), que se ha incrementado desde 2008 en un 11,2%. Por no hablar de los salarios, que, a consecuencia de la caída que han experimentado en los últimos años –mal que le pese al ministro Montoro–, apenas han registrado un incremento del 4,91% con respecto a los sueldos de 2008.

Y es que sólo en muy contadas excepciones los precios se han congelado o han subido por debajo del coste de la vida. Muy por el contrario, la tónica dominante ha sido un ascenso que los usuarios no han tenido más remedio que acatar mientras se debatía eternamente sobre la liberalización de los peajes o la prórroga de la concesión y mientras cada vez que se aproximaban unas elecciones se repetían las promesas –todas incumplidas– en torno a la supresión de los peajes.

Especialmente doloroso fue el año pasado: en julio de 2012 las tarifas se incrementaron un 7,5%, después de que el Estado retirara una subvención a las concesionarias desde 1999. La reacción inmediata de las adjudicatarias de las autopistas fue subir los precios para compensar la retirada de la subvención; apenas mes y medio más tarde, el 1 de septiembre, los peajes volvieron a aumentar otro 3% como consecuencia de la subida del IVA; y con la llegada del nuevo año subieron otro 2,4%. O sea, que los precios de las autopistas subieron un 13% en apenas seis meses, para desgracia del bolsillo de los usuarios.

Así, los 100,4 kilómetros que separan la Ciudad Condal de Tarragona por la AP-7 han pasado de costar 6,10 euros (6 céntimos por kilómetro), a 9,05 (9 céntimos por kilómetro). Por su parte, un viaje entre Zaragoza y Barcelona por la AP-2, que hace cinco años suponía un desembolso en peajes de 19,85 euros (6 céntimos por kilómetro) cuesta ahora 29,20 euros (9 céntimos por kilómetro).

La C-32, que va de El Vendrell a Castelldefels por los túneles del Garraf, se ha incrementado menos, ‘sólo’ un 22%, al pasar de los 7,98 euros del 2008 a los 10,26 actuales. Lo que sucede es que esta vía, propiedad de la Generalitat –las otras dos pertenecen al Estado–, figura como la más cara de España, al salir el kilómetro por 21 céntimos de euro, más del doble (2,3 veces) de lo que cuestan la AP-7 y la AP-2, las autopistas propiedad del Estado.

Sí, las autopistas viven ajenas a la realidad. Y a las leyes más elementales del mercado, las de la oferta y la demanda. La continua subida de los peajes ha tenido un efecto muy disuasorio entre los conductores a la hora de utilizar las autopistas: sus precios se han disparado prácticamente al mismo ritmo que han perdido usuarios. En efecto, si los peajes han aumentado en un 32% desde el año 2008, los vehículos que circulan por estas vías han descendido en la misma proporción, un 30%, aproximadamente.

Así lo confirma la Conselleria de Territori i Sostenibilitat, que asegura que en las autopistas catalanas el descenso del tráfico en estos cinco años ha sido del 30,6%. Sólo entre el 2011 y el 2012 la caída fue del 12,7%.

El tramo de AP-2 que une Zaragoza con Barcelona perdió 5.365 vehículos diarios desde 2007 hasta finales del año pasado, lo que representa una caída del 34,5%. No le ha ido mucho mejor a la AP-7 entre Barcelona y Tarragona, que en el mismo periodo pasó de los 66.217 vehículos diarios a 47.589.

Por lo que respecta a la C-32 entre El Vendrell y Castelldefels, su uso ha caído desde 2007 el 26%, lo que supone 9.000 vehículos menos cada día.

En este sentido, la Conselleria de Territori i Sostenibilitat argumenta el descenso global de la movilidad como consecuencia de la crisis (gente en paro, cierre de empresas, disminución del volumen de ventas...), a lo que se suma la voluntad de las familias de ahorrar, con lo que los vehículos se trasladan a las carreteras que no son de pago.

Lo sabe bien Ramón, un tarraconense que cada día se desplaza a Barcelona para trabajar. «Antes iba en coche, con dos compañeros más. Cada semana llevaba uno su coche, de forma que no era tan costoso. Pero luego, entre la subida de la gasolina y el aumento de los peajes ya nos salía por un pico. Alguna vez nos aventuramos por la N-340, pero fue una odisea para no repetir. Desde hace un año vamos los tres en el tren. Nos es más incómodo, pues luego tenemos que coger el metro y hacer varios transbordos, pero por autopista no podíamos seguir, nos dejábamos medio sueldo en los trayectos».

Pero, si llamativos son los incrementos de precio que han experimentado las autopistas, en Tarragona el agravio es aún mayor, por la inexistencia de una vía alternativa con capacidad suficiente para realizar los trayectos que discurren entre esta provincia y la frontera francesa. «Lo peor es que si quieres ir en coche de Tarragona a Barcelona no tienes otra opción que pagar peajes», se queja Ramón. «¿Qué vía alternativa tenemos? ¿La N-340?», se pregunta mientras sonríe con socarronería.

No le falta razón. El déficit de infraestructuras que padece Tarragona hace que salir de la autopista signifique circular por una carretera sinuosa, estrecha, tercermundista y llena de peligros. Es, no obstante, a lo que se enfrenta tres días por semana Albert, un camionero que dice que «prefiero ir por la N-340 para ahorrarme dinero y porque tampoco puedes aprovechar la autopista para correr. Lo que pasa es que sufres mucho, he de salir de casa o de la empresa una hora antes, y conduces con mucho estrés. Pero si tuviera que pagar el peaje cada vez que viajo a Barcelona estaría en la ruina. Ya tendría que haber vendido mi camión».

Tampoco tienen mucha escapatoria los habitantes del Baix Penedès. La alternativa a la carísima C-32 –«por la que encima no puedes correr, pues tienes que ir a 90 km/h», se queja un usuario de esta vía– es una carretera saturada, llena de semáforos y cruces por el medio de pueblos.

Quizá sea esta falta de opciones la que explique por qué las autopistas catalanas están amortizadas más que de sobras mientras en el resto del Estado se declaran en concurso de acreedores. En efecto, las autopistas en Catalunya son un oasis de rentabilidad. «Lo son –decía recientemente al Diari Josep Lluís Aymat, presidente de la Federació d’Autotransport de Tarragona (Feat)– porque no hay alternativa. Así es muy fácil tener un negocio en el que cuadren los números».

Mientras, los consumidores aseguran que «no es de recibo tener que pagar la autopista dos veces, con impuestos para su construcción y mantenimiento y con peajes por circular por ella». Y critican a todos los partidos porque «incluyen en sus promesas electorales la supresión de peajes y el fin de las concesiones para luego, cuando gobiernan, subir el precio de los peajes».

Un alivio: La Generalitat ha llegado a una cuerdo con Abertis mediante el cual se rebajará la astronómica cifra de 6,42 euros que se pagan actualmente por pasar por la barrera de Vallcarca, en los túneles del Garraf. Así, desde el 1 de enero de 2014, cualquier conductor que tenga un Teletac que use de lunes a viernes este peaje pasará a abonar 4,49 euros. A este descuento se añadirán, además, los porcentajes de descuento por recurrencia (si se circula más de 16 veces al mes en días laborables), con lo que el recibo puede llegar a bajar hasta los 3,14 euros. Un pequeño alivio para los conductores habituales de la autopista más cara de España.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Gipuzkoa no implantará por ahora peajes en las carreteras que conectan con Navarra

El consejero de Fomento del Gobierno de Navarra, Luis Zarraluqui, ha mostrado su "alegría" por que de momento la Diputación de Guipuzkoa no vaya a implantar peajes en las carreteras que conectan con Navarra al no contar con el apoyo de los grupos de la oposición y ha añadido que "esta decisión nos ayuda mucho porque nosotros no tenemos intención de implantar en este momento ningún tipo de peaje".
 
A su juicio, "se produciría una distorsión en nuestras carreteras si las que van a través de CAV son objeto de peaje". "Nos alegramos de que hayan tomado esta decisión, que ya preveíamos por reacciones que se estaban produciendo", ha dicho.

No obstante, Zarraluqui ha manifestado que la normativa de la Unión Europea "va en una dirección clara y probablemente dentro de unos años se empiecen a implantar este tipo de instrumentos para recaudar de aquellos usuarios los dineros necesarios para mantener correctamente las carreteras".

Según ha dicho, "en un futuro iremos viendo". "La realidad es que en muchos países, en casi todos los países de la UE, en determinadas carreteras existen esos instrumentos recaudatorios para destinarlos a estas mejores de conservación".

Noticias de Navarra.com 18/09/2013

La ‘misión imposible’ de Ana Pastor para rescatar las autopistas de peaje sin dinero público

Bancos, constructoras y concesionarias están detrás del capital de las nueve autopistas quebradas en España, que acumulan un agujero que ronda los 3.800 millones de euros. Aún está por ver qué hará el Gobierno, pero la idea del Ministerio de Fomento es crear una empresa pública, similar a la extinta Empresa Nacional de Autopistas (ENA), que asuma esa deuda, a la que habría que sumar otro crédito nuevo de 1.200 millones para hacerse cargo del coste de las expropiaciones de las autopistas, todavía sin pagar. 

La ministra Ana Pastor ha insistido en repetidas ocasiones que el rescate de las autopistas no costará nada a los contribuyentes, aunque no es la primera vez que el Gobierno hace una afirmación similar y luego toma una dirección en el sentido contrario. Véase como ejemplo el caso de la banca.

La oferta inicial del departamento que dirige Ana Pastor a los socios privados de las autopistas consiste en trasformar sus inversiones y la deuda subordinada en un 20% de la nueva sociedad, lo que equivale a unos 120 millones de euros porque valoraría la futura empresa nacional en 608 millones.

La oferta no ha sido del agrado de las constructoras, que piden un 40% del capital de la nueva sociedad, algo a lo que el Ministerio de Fomento se ha cerrado en banda. El riesgo es que en caso de liquidación de las sociedades que operan las radiales, el Estado se enfrenta a la ejecución por parte de los bancos de la responsabilidad patrimonial de la Administración, tal y como estipula la ley para los contratos de concesiones.

Las negociaciones de Fomento también se han extendido a la banca acreedora, que estaría dispuesta a reestructurar el pasivo para facilitar la creación de la empresa estatal y a recomprar la deuda de las entidades extranjeras con quitas, que algunos medios han cifrado en el 50%. Pero no todos los bancos foráneos estarían dispuestos a aceptar esta fórmula. Además, otro de los problemas es que los bancos nacionales han pedido al Gobierno que la nueva deuda tuviera como garantía al Estado, algo que podría forzar al Gobierno a consolidar ese pasivo como deuda pública.

Las autopistas, dueños y deuda de las autopistas que entrarían en la empresa pública serían los siguientes:
  • La R-4, propiedad de Ferrovial, Sacyr y CCM no fue capaz de refinanciar 550 millones de euros.
  • Las radiales 3 y 5 de Madrid fueron a concurso de acreedores con 650 millones. Sus accionistas con Abertis, Bankia, ACS y Sacyr.
  • La M-12 madrileña, controlada por OHL acumula una deuda de 227,4 millones de euros. 
  • La AP-41 (Madrid-Toledo) abrió la avalancha de suspensiones de pagos con 336 millones de deuda. Sus accionistas son Isolux, Comsa, Sando, Azvi y BES.
  • En el caso de la autopista Ocaña-La Roda, de Ferrovial, Sacyr y Kutxa, la deuda asciende a 521 millones de euros.
  • Los dueños de la circunvalación de Alicante, ACS, Abertis y Globalvía, deben 242,7 millones.
  • La última en quebrar, la R-2, acumula 421 millones de deuda. Sus dueños son ACS, Abertis, Acciona y Bankia.
  • La deuda de la autopista Alicante-Cartagena asciende a 210 millones de euros. Está en manos de Ploder, Cajamar, Grupo Fuertes, Unicaja y Caja Murcia.
  • En la Cartagena-Vera la deuda asciende a 651,2 millones de euros. Sus accionistas son Ploder, Globalvía, Unicaja, Grupo Fuertes, Cajamar y Caja Murcia. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Un juzgado de Valencia anula una multa por no pagar el peaje


El juzgado de lo contencioso-administrativo número nueve de Valencia ha anulado una multa de 100 euros impuesta a un ciudadano por no pagar un peaje en el marco de la campaña 'No vull pagar' ('No quiero pagar').

En una sentencia con fecha del 31 de julio a la que ha tenido acceso Europa Press, la jueza determina que la señalización establece la obligación de detenerse en el peaje, pero "no de detenerse y pagar el peaje".

Por ello, sostiene que "no hay motivo para pensar que el recurrente no respetara la señal de detenerse", con lo que anula la sanción y condena a la parte demandada --la Jefatura Provincial de Tráfico de Valencia -- a pagar las costas del juicio.
 
La multa había sido recurrida por la abogada Anna Oliver, coordinadora de Solidaritat Catalana del País Valenciano y miembro de la ejecutiva nacional del partido, según ha informado éste en un comunicado este domingo.

El movimiento 'No vull pagar', que defiende el impago de los peajes en Catalunya, registraba en marzo 100.000 casos de impago y mantenía abiertos procesos sancionadores en 20.000 de ellos, según la 'Plataforma Catalunya Diu Prou'.

La Provincia.es 08/09/2013

martes, 13 de agosto de 2013

El PR urge a alegar contra el peaje en carreteras de Guipúzcoa

El Partido Riojano (PR+) hizo pública su preocupación porque, al contrario de lo que ya han hecho otras comunidades autónomas, el Gobierno de La Rioja no haya presentado alegaciones contra la nueva norma que la Diputación Foral de Guipúzcoa a establecido para cobrar peajes a los vehículos de gran tonelaje no guipuzcoanos, que circulen por algunas de sus carreteras, según indicó el diputado, Rubén Gil Trincado.

Según los regionalistas, los peajes se instalarían en 14 puntos de la N-1 (Madrid-Irún), A-15 (Navarra-Guipúzcoa), N-121-A (Pamplona-Irún) y GI-632 (Beasaín-Durango), «con la cual esperan recaudar, aproximadamente unos 26 millones de euros, aplicándolo a partir del 2014».

El diputado señalaba que las comunidades de Navarra, Asturias, y Castilla-La Mancha ya han presentado sus alegatos contra la norma, y adelantaba que presentarán una iniciativa parlamentaria para instar al Gobierno regional a que también las presente. Además anunciaron que ellos sí presentarán alegaciones, ya que consideran que «cientos de transportistas riojanos sufrirán una decisión injusta y arbitraria, que supondrá una carga económica más».

El Correo.com 07/08/2013

domingo, 11 de agosto de 2013

"El coste de los peajes es inasumible"

"La sociedad guipuzcoana tenía la sensación de que Bildu iba a luchar por una fiscalidad social, más equitativa, en la que el que más tiene más iba a pagar, en la que se iba a ayudar al autónomo, al pequeño empresario, al pequeño comercio... Pero se está viendo que en cuanto se han sentado en el sillón, han cambiado de idea". Iñigo Aldalur, Juan Zabaleta, Ramón Román, Isidro Fernández, José Antonio Conti, Javi Barbadillo, Jesús Mari Otermin, Paco Iraola y Luis Juantorena son solo algunos de los transportistas autónomos guipuzcoanos defraudados con el proyecto de financiación de carreteras propuesto por la Diputación.

Llevan toda la vida al volante de sus camiones, recorriendo Gipuzkoa de cabo a rabo varias veces al día, transportando mercancías desde Irun y el puerto de Pasaia hasta Beasain, Zumarraga o Bergara.

En los últimos años han visto cómo la crisis se ceba con el sector: el precio del carburante se ha disparado, el precio de los portes ha disminuido hasta no cubrir casi los gastos de transporte y ahora llegan los peajes, medida que consideran va a suponer "la puntilla" para trabajadores como ellos.

NOTICIAS DE GIPUZKOA se reúne con ellos en el área de descanso de Ihurre, en Olaberria, donde se contrasta que los transportistas guipuzcoanos se encuentran realmente alarmados por la situación.

"El coste de los peajes es inasumible. No podemos pagarlo. Nos va a suponer el hundimiento total, el cierre definitivo", denuncian impotentes. Saben que la propuesta foral no es concluyente todavía, que requiere de su aprobación en las Juntas Generales, pero no esconden su descontento con la clase política. "Lo que tenemos claro es que todos los partidos políticos están de acuerdo en que hay que poner peajes. De una forma o de otra, pero están todos de acuerdo. Y sobre todo, están de acuerdo en que hay que poner peajes a los camioneros, que son los que estorban, los que estropean las carreteras", señalan. Sienten que han sido "abandonados". "No hay ninguna institución que haga nada por nosotros, ni en Gipuzkoa, ni en Euskal Herria ni a nivel estatal. Estamos completamente vendidos", lamentan.

La preocupación es más que evidente: las cuentas no cuadran. Según sus estimaciones, los camioneros que hacen una media de tres viajes al día por la N-I van a tener un gasto adicional de entre 750 y 1.500 euros solo en peajes, lo que supone entre 8.000 y 10.000 euros al año por transitar por una vía por la que circula "el 70% de los transportistas del territorio" que no tienen "ninguna alternativa gratuita".

"Es que es un coste que no podemos asumir", reiteran. "Es mejor estar contra la pared que trabajar así. Todo son dificultades y llega un punto en que vamos a tener que parar. ¡No vas a hipotecar la casa para poder pagar el camión!", explican.

Pese a que el Departamento de Movilidad e Infraestructuras Viarias que dirige Larraitz Ugarte defiende que tan solo "el 25%" de los vehículos que transitan entre Irun y Etxegarate son guipuzcoanos, los transportistas no dudan en matizar este dato. "Los peajes los vamos a pagar los guipuzcoanos, que nadie lo ponga en duda. El camionero que viene de fuera, pasa un día por Gipuzkoa y en tres o cuatro días no vuelve a pasar. Nosotros, hacemos tres y cuatro viajes diarios", advierten.

Saben que son los principales perjudicados de la medida, pero avisan de que no serán los únicos en caer. "Nosotros no estamos paseando con el camión. Hacemos un trabajo, damos un servicio a las industrias, moviendo sus mercancías. ¿Se ha parado alguien a pensar que si no hay camiones la industria también se para? Como paremos nosotros, a ver qué hacen las industrias", exponen. "Ni la clase política ni los ciudadanos se han parado a pensar que, si los camiones no andan, cuando vayan al supermercado no se van a encontrar con 20 clases de yogures o 30 tipos de leche. Todo eso llega por carretera", recuerdan. Por ello, advierten de que la industria guipuzcoana también se va a resentir con la nueva medida.

"Nos gustaría saber a qué conclusión quieren llegar. ¿Qué es lo que pretenden? ¿Con quién van a trabajar? Esa es la cuestión. ¿Van a recurrir a empresas extranjeras? Al final, parece que es eso lo que buscan", denuncian los transportistas, que temen no poder hacer frente tampoco a la competencia extranjera. "Hay empresas que están haciendo verdaderas barbaridades con los precios y con los contratos. Hay transportistas que están trabajando por debajo del coste del porte y contra eso no podemos competir", reconocen.

Y es que, en estos tiempos de apretarse el cinturón, también los cargadores están reduciendo los gastos al máximo, por lo que entienden que es "inasumible" cargar al cliente estos sobrecostes. "El cliente lo que quiere es que el porte le salga más barato y se están bajando mucho las tarifas como para decirles que nos paguen el peaje", indican.

Por ello, exigen a la Diputación que no siga adelante con su plan de financiación de carreteras. "No queremos peajes. No lo podemos asumir. Que busquen financiación de otra manera", instan. Y recuerdan que no fueron ellos quienes contrajeron la deuda de Bidegi -sociedad pública que gestiona las carreteras guipuzcoanas-. "Ni es justo, ni es equitativo, ni es nada que seamos nosotros los que tengamos que pagar la deuda que han firmado otros", exclaman.

Sin embargo, las nuevas tasas a las que estarán sujetas las carreteras guipuzcoanas no es el único frente abierto al que se enfrenta el sector. Madrid está revisando la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres (LOTT) y se prevé que con su reforma, se produzca una drástica liberalización del sector, dejando a los transportistas locales "vendidos" frente a la competencia extranjera.

"Lo que quieren es abrir este sector a todo el mundo que quiera acceder a él. Hasta ahora se necesitaban numerosos requisitos: tener la tarjeta de transporte, renovarla cada dos años, estar al corriente con Hacienda, tener un domicilio fiscal... Ahora no van a exigir nada a nadie, lo que va a provocar que cualquiera con una furgoneta, pueda realizar el transporte", se quejan.

Consideran, asimismo, que esto va a repercutir en la seguridad de las carreteras. "A trabajo más precario, más inestabilidad y más riesgos para el propio transportista y para el entorno", aseveran.

Además, la reforma de la ley va a permitir a las empresas cargadoras bajar las tarifas. "No va a ser obligatorio que cubran los costes. ¿Qué quieren, que trabajemos gratis?", preguntan.

La gravedad de la situación ha llegado a tal extremo que diferentes sindicatos del sector han anunciado que llevarán a cabo diferentes movilizaciones a partir de septiembre para exigir a la Diputación que no ponga en marcha los nuevos peajes. "Es lo único que nos queda, hacer ruido", señala este grupo de transportistas.

Prevén organizar movilizaciones, manifestaciones e incluso paros durante los últimos fines de semana de septiembre, aunque todavía "no hay nada decidido".

Muchos temen que esta situación les lleve por delante. "¿Qué vamos a hacer, cambiar de trabajo? La mayor parte de los que estamos aquí tenemos entre 50 y 60 años y al ser autónomos, no tenemos ni subsidio por desempleo ni nada. ¿A dónde vamos a ir? Al final, vamos a tener que ponernos en la puerta de la Diputación a pedir trabajo", sostienen.

El consejero de Fomento, Luis Zarraluqui, reiteró ayer el rechazo del Gobierno de Navarra a los peajes que quiere instalar la Diputación de Gipuzkoa en carreteras con conexiones con la Comunidad foral y le instó a mantener sus infraestructuras con sus presupuestos. Zarraluqui afirmó que la postura del Gobierno navarro "es no a ningún peaje" y subrayó que los "problemas presupuestarios" que pueda tener la Diputación de Gipuzkoa "para el mantenimiento de sus carreteras deberían resolverlos con sus presupuestos". "Otra cosa sería si ese peaje obedeciera a la necesidad de hacer una nueva obra, que en este caso cabría planteárselo", manifestó Zarraluqui a los periodistas antes del Pleno del Parlamento de Navarra. El consejero señaló que la Diputación de Gipuzkoa pretende llegar a un consenso sobre los peajes e indicó que, en principio, se reunirán en septiembre. "Entiendo que están buscando un consenso porque ellos tienen la intención de presentar su proyecto a las Juntas Generales de Gipuzkoa para ese mes y yo creo que entienden que si la cosa tuviera menos conflictividad con las CCAA iría bien", dijo.
"En cuanto se ha sentado en el sillón, Bildu ha cambiado de idea"

Iñigo aldalur

Transportista

"Vamos a tener que parar. No vas a hipotecar tu casa para pagar el camión"

Juan Zabaleta

Transportista



Noticias de Guipuzkoa.com 07/08/2013