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lunes, 23 de mayo de 2016

Así de bien nos vendieron las autopistas de peaje allá por el año 1972


Sobre el apasionante mundo de las autopistas en España hemos hablado en innumerables ocasiones. Que si las hay que quiebran porque hay demasiadas y no las utiliza ni Peter, que si las hay que las utiliza todo quisque porque no existe una alternativa razonable,pagando aunque estén más que pagadas
Sin embargo, lo que todavía no habíamos hecho es trasladarnos hasta aquel mágico momento en el que se decidió dotar de autopistas al entramado circulatorio patrio. España arrastraba años de caminos y carreteras proyectados sobre la marcha, siguiendo la Ley de Carreteras de 1877 —firmada por el Rey Alfonso XII y por el ministro de Fomento Francisco Queipo de Llano— y se puso el acento en crear una red de infraestructuras acorde con el país.


Corrían los años 60 y en pleno desarrollismo España decidió incorporar un total de 7.000 kilómetros de vías de alta capacidad. La primera autopista de España, que unía Madrid y Santa Eugenia antes de poder llegar a Valencia a través de Castilla La Mancha, llevaba en funcionamiento desde 1960, y la Jefatura del Estado fue a por más.
Pero como no había ni un duro en la caja —y como había una buena colección de empresarios dispuestos a dar lo mejor de sí mismos en aras del progreso— se recurrió a un programa de concesiones que permitió acometer las obras necesarias sin cargas las arcas, aparentemente, pero estableciendo una curiosa relación entre lo público y lo privado, por la cual lo público promocionaba lo privado, para que lo privado se nutriera con ayuda de lo público.


La Ley 8/1972, de 10 de mayo, de construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión. se encargó de poner en letra legal lo que era una realidad desde hacía unos años. No en vano el primer tramo de peaje había sido puesto en funcionamiento antes. De hecho, la Ley lo dejaba claro:
Iniciado el Plan de Autopistas, fue preciso arbitrar con carácter urgente una regulación jurídica de las concesiones, mediante la promulgación de Decretos-leyes específicos para cada uno de los concursos que al efecto se convocaron, con la consiguiente dispersión y casuística de las normas sobre concesión de autopistas de peaje, lo que aconseja la elaboración de una legislación que, recogiendo toda la experiencia propia y ajena en este tipo de gestión del servicio público, constituya, por otra parte, un sistema normativo general aplicable a todas las autopistas sin que en cada caso sea necesario acudir a una norma concreta y de carácter excepcional.
“Fue preciso arbitrar con carácter urgente una regulación jurídica de las concesiones” que se hizo de decreto en decreto, y luego el Estado se planteó un marco normativo que diera cobijo a aquel festival de la infraestructura privada.

El 2 de julio de 1969 se inauguró en la provincia de Barcelona (oh, sorpresa) el tramo de autopista entre Montgat y Mataró, que se convertía así en la primera autopista de peaje española. Si bien la concesión inicial venció en 2004, la que se inauguró como A-19 y hoy es C-32, ya en manos de la Generalitat de Catalunya, mantendrá sus peajes a pleno rendimiento hasta, por lo menos, el año 2021.


De aquella época data también la autopista A-17 (hoy, C-33), que enlaza Barcelona y Granollers (1969), así como el tramo de la actual AP-8 que une Bilbao con Eibar (1971-1972). Por su parte, en Madrid el túnel de Guadarrama de la actual AP-6 (1963) fue el precursor de hacer realidad en España la idea del pago por utilización del servicio de carreteras.


Con la reciente ley de autopistas de peaje en la mano, llegamos al siguiente trabajo realizado por Noticiarios y Documentales (NO·DO), un reportaje propagandístico de apenas un cuarto de hora (12:27) donde nos explicaron que las autopistas de peaje eran lo mejor que nos podía pasar. Para muestra, algunas de las perlas que alguien tuvo que redactar para facilitar que las autopistas de peaje fueransocialmente aceptadas —entiéndase como sinónimo de utilizadas—:
“A veces se hace preciso romper el paisaje para podernos acercar a él.”
“El peaje, es decir, el pago por utilizar la autopista, es práctica común en todo el mundo. Se trata de que sea precisamente el usuario quien pague por el servicio que recibe, y no el resto de la comunidad.”
“Por el precio del peaje, el usuario de la autopista obtiene una serie de ventajas. Ante todo, una mayor rapidez de traslado, mayor comodidad y mayor tranquilidad. En la autopista no se producen situaciones como la que estamos presenciando [se contrapone un atasco en carretera y la marcha fluida de un vehículo en una autopista colindante], mayor seguridad, ya que la autopista tiene unos índices de accidente muy inferiores a los de las carreteras ordinarias que llegan a reducirse a la quinta o sexta parte.”
En el Artículo 13 de la Ley 8/1972 de construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión se establecieron los “beneficios económico-financieros” de que podrían disfrutar las concesionarias, como por ejemplo el “aval del Estado para garantizar los recursos ajenos procedentes del mercado exterior de capitales”.
Pero lo más importante, y que en contra de lo que se explicaba hemos acabado pagando “toda la comunidad”, venía reflejado más adelante, en el mismo artículo de la citada ley:
“El Estado facilitará al concesionario las divisas o monedas extranjeras precisas para el pago de las principales e intereses de los préstamos y obligaciones que éste concierte en el exterior, al mismo tipo de cambio de compra vigente el día en que se constituya el depósito o se efectúe la venta al Instituto Español de Moneda Extranjera de las divisas a que se refiere el préstamo.”
Para la construcción de las autopistas de peaje, fueron necesarios créditos internacionales para los que el Estado garantizó un tipo de cambio fijoSegún detalla el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga Rafael Esteve Secall, este tipo estaba en torno a 70 pesetas por dólar concedido. Cuando las sucesivas crisis de los años 70 y 80 dispararon la disparidad entre divisas, la diferencia tuvo que ser sufragada por todos los ciudadanos, por medio de los Presupuestos Generales del Estado.
De hecho, en 2013 el Ministerio de Fomento reconoció que entre 1977 y 2008, España se gastó 4.773,62 millones de euros en garantizar la financiación de las concesionarias de autopistas Acesa, Europistas, Betica, Aumar, Avasa, Audasa, Eurovias, Aucalsa, Vasco Montañesa y Audenasa. Todas, beneficiarias del llamado seguro de cambio, que permitió endeudarse en el extranjero sin preocuparse por el tipo de cambio entre divisas.


Por otra parte, el Estado fijaba también un par de cláusulas absolutamente garantistas para los intereses de las empresas concesionarias, a saber:
“Excepcionalmente, de subvenciones a fondo perdido en los casos en que, por motivos de urgente interés nacional, sea aconsejable la promoción de una autopista antes de alcanzar ésta el umbral mínimo de rentabilidad. Podrán consistir en metálico o en aportaciones no dinerarias, tales como terrenos necesarios para la construcción de la autopista, obras ya ejecutadas que puedan integrarse en la misma o cualquiera otra que contribuya a reducir la inversión.”
“Excepcionalmente, de anticipos reintegrables durante los primeros años de explotación de la autopista en los supuestos en que la recaudación sea insuficiente para atender los compromisos financieros adquiridos.”
Con unas condiciones como estas, ¿quién se habría resistido a construir miles y miles de kilómetros de autopistas de peaje?

miércoles, 30 de diciembre de 2015

El peaje de la AP-1 baja 5 céntimos en su primera caída en 15 años

Los usuarios de la autopista de peaje que comunica Burgos con Vitoria están de enhorabuena. Por primera vez en los últimos quince años la tarifa que se aplica a los turismos, motocicletas, microbuses y furgonetas se verá rebajada.

El ahorro no será mucho ni porcentualmente (un 0,41%) ni en términos absolutos (pues solo baja 5 céntimos) para este tipo de vehículos, pero supone un cambio notable en la tendencia ascendente o de congelaciones que venía manteniéndose en esta vía desde el año 2000.

En aquel entonces sí que se aplicó una rebaja notable del 7% y el trayecto completo entre los peajes de Castañares y Armiñón quedó establecido en 6,79 euros. Desde aquel año, unas veces por la aplicación de la fórmula de revisión acordada por el gobierno y otras por el incremento del IVA, nunca se había abaratado de un ejercicio para otro.

Este 1 de enero, sin embargo, caerá. El precio del recorrido más largo posible quedará en los 12,05 euros frente a los 12,10 que los conductores venían pagando durante todo 2014 y 2015, pues la tarifa se había congelado tal y como ya ocurrió en 2010. Hace cinco años, como recuerdan desde la concesionaria Europistas, hubo además una ligera rebaja para los camiones de dos ejes, pero no para los turismos.

Ahora la rebaja de 5 céntimos para los vehículos de clase 1 se verá incrementada hasta los 10 en el caso de los autocares de dos o tres ejes y hasta los 15 en el de los autocares con un total de cuatro ejes o más.

El ahorro para los conductores que realizan el trayecto completo se aplicará también con la misma cantidad en las tarifas Castañares-Pancorbo (que ahora quedarán en 8,50) y en la Castañares-Enlace con la AP-68. No entrarán en vigor, por el contrario, en los trayectos que parten del peaje más cercano a Burgos y lleguen hasta Rubena, Briviesca y Miranda, que quedarán simplemente con los precios congelados.

La rebaja de buena parte de las tarifas que aplicará la autopista es posible gracias a la variación negativa del IPC. Los precios de los peajes en toda España se calculan aplicando una fórmula de actualización automática que básicamente tiene en cuenta la inflación (o en este caso deflación) aunque también aplica la evolución de los tráficos.

A principios de este año el Ministerio de Fomento dejó de colgar en su página web la evolución mensual de los aforos, así que todavía no están disponibles los datos de 2015. Lo que sí conocimos ayer en las páginas de este mismo periódico es que el peaje bonificado para camiones, que pagaron solo el 50% de la tarifa entre julio y diciembre, no ha funcionado bien en la AP-1.

El tráfico pesado entre los meses de julio y septiembre creció únicamente un 5,4%. Solo la AP-9, en Galicia, ofreció peores cifras.

jueves, 15 de octubre de 2015

Los transportistas creen que el plan para que usen autopistas no funciona y piden datos a fomento

La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) cree que el plan piloto del Ministerio de Fomento para que los camiones circulen por determinados tramos de autopista en lugar de utilizar carreteras congestionadas, cuya implantación se produjo el pasado 7 de julio, no está funcionando.

Así lo explicó a Servimedia un portavoz de CETM, patronal mayoritaria del sector, quien denunció la falta de información por parte del departamento dirigido por Ana Pastor sobre el desarrollo del plan.

A este respecto, recordó que en el momento de su implantación Fomento se comprometió a analizar los datos de tráfico en los 6 tramos afectados, algo que todavía no se ha producido.

De hecho, según explicó, el Ministerio había convocado una reunión con las patronales del transporte para analizar esta iniciativa, encuentro que estaba previsto para el pasado 15 de septiembre y fue suspendido a última hora. Desde entonces, no ha convocado ninguna otra reunión.

Entre los motivos que, según CETM, explican que el plan pueda estar fallando, el portavoz se refirió al hecho de que afecte solo a 6 tramos, de algo más de 300 kilómetros, frente a los 16 planteados inicialmente.

También consideró que la fecha de su entrada en vigor, en pleno verano, y su corta duración, hasta el 30 de noviembre, pueden haber afectado. “En estos meses las condiciones climatológicas y de visibilidad favorecen el uso de carreteras en lugar de autopistas”, afirmó.

Un tercer freno, según indicó, es que en 4 de los 6 tramos el descuento aplicado no alcanza el 50% anunciado ya que finalmente la rebaja se quedó en el 43,45%.

Los tramos que tienen la rebaja del 43,45% son Villalba-Villacastín (Iberpistas), Lleida-Montblanc (Acesa), Rubena-Armiñón (Europistas) y Puxeiros-Porriño-Frontera portuguesa (Autopistas del Atlántico). Por su parte, los del 50% son Dos Hermanas-Jerez Norte (Aumar) y León-Campomanes (Concesionaria astur-Leonesa).

Según los cálculos de Fomento, que cuenta con una partida de 10 millones de euros de los presupuestos para este proyecto, el plan puede beneficiar a 1,3 millones de transportistas. Además, estima que el ahorro de costes de los desvíos alternativos podría alcanzar alrededor de 53.000 euros diarios, lo que representa más de 7,4 millones de euros para la prueba piloto que se prolongará durante 5 meses.