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sábado, 14 de marzo de 2015

Aguirre sólo se acuerda de los despilfarros de Gallardón

Esperanza Aguirre junto a Alberto Ruiz-Gallardón

El hecho de que Esperanza Aguirre se haya estrenado en campaña dando hachazos a Alberto Ruiz-Gallardón y su Madrid faraónico, -diciendo que no pisará la sede de Cibeles y que cambiará la sede municipal al más modesto edificio de la Plaza de Cibeles- no ha pasado inadvertido y los más 'veteranos del lugar' critican que la lideresa vea solo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Estos madrileños de toda la vida recuerdan que Aguirre, siendo presidenta de la Comunidad también tiró de la chequera, no de la propia sino de la regional, y hubo proyectos e infraestructuras caras e innecesarias y, que en muchos casos, como el de la famosa Ciudad de la Justicia, se quedaron en nada. 

El caso mas emblemático que citan es precisamente, este del Campus de la Justicia, el proyecto estrella que planteó Aguirre en la primera legislatura de su mandato y que consistía en reunir en 15 edificios en Valdebebas todas las sedes judiciales de la capital convirtiéndose en el mayor complejo europeo. Un proyecto que comenzó en 2004, pero del que después de una década solo se ha podido finalizar uno de los 15 edificios que se quería construir: el Instituto de Medicina Legal, una operación fallida cuyo coste superaría los 100 millones de euros, según los medios. 

La autopista fantasma MP-203 es otro de los fiascos que le recuerdan a la 'lideresa' como ejemplo de despilfarro público, una autopista que tenía como objetivo descongestionar el tráfico entre Alcalá de Henares y Madrid pero que lleva ocho años abandonada, y a medio terminar tras una inversión de 70 millones de euros.

Siguiendo con las infraestructuras de transportes, tampoco hay que olvidar el fracaso sonado del tren a Navalcarnero. Una conexión ferroviaria que Esperanza Aguirre prometió crear en 2003, cuando como ahora era candidata, para conectar Navalcarnero y Móstoles, una línea que estaba prevista inaugurar para 2007, que después se retraso a 2011 y que a día de hoy aún no ha sido inaugurada a pesar de que se construyeron cerca de 15 kilómetros de vías y siete estaciones, con unas pérdidas que los medios estiman entre 120 y 190 millones de euros.

Tampoco fue un gran éxito que se diga el Metro Ligero Oeste que une Pozuelo y Boadilla del Monte, un proyecto que Aguirre presentó como proyecto estelar en 2004 y que se inauguró en 2007 con la promesa de llegar a los 22 millones de viajes . Pero resulta que, al final, el Gobierno autonómico paga a las concesionarias por viajes que no se hacen, una media de 70 millones, que salen del bolsillo de los madrileños.


martes, 3 de marzo de 2015

Un juez permite a Ferrovial rescindir el contrato de una autopista "por incumplimiento de la Administración"

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha emitido una sentencia en la que reconoce el derecho de FERROVIAL (FER.MC) a rescindir el contrato de una autopista que la Comunidad de Madrid le adjudicó en 2005 y aún no está terminada de construir ni en servicio "por incumplimiento de la Administración concedente".

En su sentencia, con fecha del pasado 12 de febrero, el tribunal reconoce además el derecho del grupo que preside Rafael del Pino a recibir una compensación económica por dicha resolución del contrato.

No obstante, la sentencia aún no es firme, dado que contra la misma cabe recurso ante el Supremo, según indica la compañía de construcción, servicios y concesiones en su informe anual correspondiente a 2014.

Ferrovial logra de esta forma el aval de los tribunales para anular el contrato, anulación que solicitó mediante la presentación de una demanda ante este Tribunal en abril de 2014.

La Comunidad de Madrid adjudicó a Ferrovial en 2005 el contrato de construcción y posterior concesión durante treinta años de la M-203, una vía de unos 12 kilómetros de longitud que conecta Alcalá de Henares y Mejorada del Campo, con la previsión de que se pusiera en servicio en 2008 y canalizar parte del tráfico de la A-2.

El Gobierno regional no promovió la construcción de una conexión entre esta vía con la radial de peaje R-3, tal como estaba previsto, por lo que las obras de la M-203 quedaron en suspenso.

Tras una fase previa de negociación con la Comunidad, Ferrovial finalmente decidió el pasado año pedir la anulación del contrato por vía judicial.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid emite ahora este fallo reconociendo el derecho a suspender el contrato mientras actualmente la Administración central, a través del Ministerio de Fomento, trabaja en un proyecto para rescatar ocho autopistas de peaje en quiebra.

En este caso, la situación que atraviesan las vías deriva de los sobrecostes de las expropiaciones y de la caída de los tráficos.

El proyecto diseño por el Departamento que dirige Ana Pastor para solventar la situación de estas vías está pendiente de un acuerdo con la banca para reestructurar la deuda de 3.400 millones que suman las vías y de sendas sentencias emitidas por dos Juzgados de lo Mercantil de Madrid esta semana.

Una de ellas rechaza el plan de rescate que el Departamento que dirige Ana Pastor ha presentado como propuesta de convenio de acreedores en los procesos concursales de las vías, y la otra pide que lo subsane.

El Ministerio de Fomento ha recurrido la primera de las sentencias, que en caso de llevarse a efecto supondrá la liquidación de la autopista AP-36 Ocaña-La Roda y la activación de la responsabilidad patrimonial de la Administración, y poder salvar su plan de rescate, que pasa por integrar todas las vías en una sociedad pública para gestionarlas conjuntamente.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Ferrovial da un valor en libros negativo de 124 millones a las autopistas en concurso R-4 y AP-36

Ferrovial concede un valor en libros consolidados negativo de 124 millones de euros a las autopistas R-4 y AP-36 (Ocaña-La Roda), ambas en suspensión de pagos, según informó el grupo a la Comisión Nacional el Mercado de Valores (CNMV).

En un requerimiento del supervisor bursátil, el grupo constructor y de servicios señala que sigue consolidando las pérdidas de ambos proyectos en sus estados financieros, por lo que el valor en libros consolidados de ambos proyectos es negativo.

Así, al pasado 30 de junio, el valor para la R-4 es de -69 millones de euros, mientras que en el caso de la AP-36 asciende a un importe negativo de 55 millones de euros.

Las dos autopistas suman una deuda que supera los 1.100 millones de euros, con los escenarios posibles para ellas de un acuerdo para que el Gobierno rescate a las autopistas en problemas integrándolas en una empresa pública o el de la continuación del proceso concursal, que salvo que se llegue a un acuerdo entre todos los acreedores, posiblemente terminará en un proceso de liquidación. En ambos escenarios, Ferrovial subraya que terminará perdiendo el control de los proyectos.

La autopista AP-36 Ocaña-La Roda, controlada por Ferrovial y Sacyr, aplazó el pasado mes de julio otros tres meses, hasta el próximo 19 de septiembre, la celebración de su junta de acreedores a petición de la Abogacía del Estado.

Para tratar de evitar su liquidación, la sociedad concesionaria de la autopista presentó a su junta de acreedores una propuesta de convenio que plantea a sus entidades financieras aplazar 43 años, hasta 2057, el pago íntegro de su deuda de 522 millones de euros.

Respecto a la autopista M-203, vía adjudicada al grupo pero cuyas obras están paralizadas desde hace años, Ferrovial indica que, a 31 de diciembre del año pasado, el valor neto contable de este activo era de 48 millones de euros, neto de una provisión de 15 millones de euros.

La compañía subraya que este valor en libros es el importe que "considera como recuperable de la Administración ajustado por el riesgo de ejecución de determinadas garantías aportadas en relación con este proyecto".

El pasado 24 de abril, la concesionaria formuló una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por la concesión de la autopista.

Europa Press.es 10/08/2014

domingo, 15 de diciembre de 2013

El 'tren Warner' y otras seis infraestructuras en las que Madrid ha tirado 600 millones


La Comunidad de Madrid ha pedido que se desmantele el trazado y las estaciones de la antigua línea de Cercanías Renfe C-3a que llegaba hasta el Parque Warner. La Consejería de Transportes e Infraestructuras argumenta que las instalaciones de la línea, que está en desuso desde abril de 2012, están sufriendo episodios de "robos y vandalismo". Adif, dependiente de Renfe, ya está desmontando las vías, según ha adelantado El Mundo.

El tren de Cercanías, que costó 85 millones de euros, fue inaugurado en 2002 por el entonces presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón. Estaba pensado para dar servicio a las miles de personas que acudirían al parque de atracciones. Pero el boom de visitantes esperado no fue tal y los 15 kilómetros de línea ferroviaria y las dos estaciones de esta ampliación se convirtieron en un lastre por el que se escapaban "más de tres millones de euros al año", según cálculos oficiales. Así las cosas, en 2012 la Comunidad decidió suspender el servicio por falta de viajeros y sustituirlo por autobuses interurbanos. En ese momento usaban el tren unas 190 personas al día, frente al "aproximadamente millón de usuarios" que tiene toda la red, según Transportes.

Tras más de año y medio en desuso y sin ninguna vigilancia, las estaciones Parque de Ocio y San Martín de la Vega han sido objeto de robos y actos vandálicos que afectan a las vías, postes, cableado y otros materiales.

Pero esta no es la única inversión que le ha salido rana al Ejecutivo madrileño. Hay otras igual de escandalosas. O incluso más. Infraestructuras por las que los madrileños han desembolsado en conjunto más de 600 millones de euros. Y por las que, en algunos casos, siguen pagando. Algunas directamente no se han acabado, como la MP-203 o el tren a Navalcarnero. Otras están infrautilizadas, como el metro ligero oeste o el auditorio de San Lorenzo del Escorial. Y algunas más están terminadas pero permanecen cerradas, como la sede del Instituto de Medicina Legal en la fallida Ciudad de la Justicia o el hospital de Collado Villalba, que generan gastos aunque no se utilicen.

1. Hospital de Collado Villalba 
 
El hospital de Collado Villalba es uno de los cuatro centros de gestión privada proyectados por la Comunidad de Madrid. Comenzó a construirse en 2010 con la idea de abrir sus puertas al año siguiente. Las obras, en efecto, terminaron en 2011. Pero sus "140 habitaciones individuales, 9 quirófanos, 12 puestos de cuidados intensivos, 12 puestos de diálisis, 12 de neonatología, 85 de urgencias, 87 consultas y gabinetes de exploración y 44 puestos de hospital de día", como se vendía en las notas de prensa, siguen sin entrar en funcionamiento.

Las cuentas oficiales de 2014 atribuyen 9.780.000 euros a la empresa adjudicataria, IDCSalud (exCapio Sanidad) mientras no haya actividad médica. Y es que ahora, con el centro acabado y aunque la apertura se había retrasado a mediados de 2013, Madrid dice que no puede permitírselo: "Costaría 4,5 millones al mes si funcionara", aseguran en la Consejería de Sanidad. Así que gasta unos 900.000 euros mensuales para mantenerlo cerrado.

2. El tren a Navalcarnero
 
En 2003 la flamante presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, decide crear una conexión ferroviaria para conectar Navalcarnero, donde iban a levantarse más de 5.000 viviendas, con la cercana localidad de Móstoles. La inauguración estaba prevista para abril de 2007. Sobre la marcha, en 2006, se cambió el proyecto para que fuera una línea de Cercanías en lugar de un tranvía. La inauguración se retrasaba a 2008, con un coste de 190 millones de euros.

Finalmente, en mayo de 2007, a escasos días de las elecciones, la Comunidad saca a concurso la infraestructura y OHL se la queda por 366 millones de euros, más del doble de lo presupuestado inicialmente. La concesión le obligaba a construir y mantener, durante 20 años, este ramal de seis estaciones.

A finales de 2009 y con las obras muy avanzadas, OHL se queda sin financiación para concluir las obras y da orden de cerrar todos los tajos, dejando incluso una tuneladora enterrada en Móstoles. La Comunidad suma a Fomento a sus planes para ejecutar finalmente las obras en mayo de 2013. Aún no hay noticias. Este lunes trascendió que OHL ha presentado documentación técnica, económica y financiera para solicitar a la Comunidad de Madrid una modificación del contrato.

3. La sede del Instituto de Medicina Legal en la Ciudad de la Justicia
 
 En 2004 los mejores arquitectos del mundo veían Madrid como la ciudad prometida. Más de 300 estudios de arquitectura de todo el mundo participaron en el concurso internacional de ideas para el megaproyecto de la Ciudad de la Justicia: 15 edificios de todo tipo, color y forma, con un presupuesto que rondaba los 500 millones de euros.

 
El complejo, que se haría realidad en 2007 (luego se retrasó a 2011), sería el conjunto de órganos judiciales más estético y vanguardista de Europa, con más de 200.000 metros cuadrados. Las principales sedes estarían firmadas por dos premios Pritzker: el británico Norman Foster y la irakí Zaha Hadid. De todo aquello que se había proyectado apenas se levantó un edificio, y no de los más importantes: el Instituto de Medicina Legal. Alejandro Zaera-Polo, el arquitecto que diseñó el edificio (conocido popularmente como donut por su forma esférica con un agujero central) abandonó el proyecto por falta de presupuesto. Costó 19,3 millones de euros y lleva más de tres años sin usarse. Hoy está vacío y vigilado las 24 horas para evitar el vandalismo. En 2010 incluso liquidó la sociedad Campus de la Justicia, que impulsaba el proyecto.

4. La autopista MP-203
 
La autopista MP-203 se sacó a concurso en 2005. La idea era aliviar los atascos en hora punta en la A-2 entre Alcalá de Henares y Madrid. Conectaría la M-203 y la A-2 por un extremo (Torrejón de Ardoz) y por el otro, con la M-208 y la R-3, a la altura de Mejorada del Campo. Pero los problemas de conexión con la radial R-3 y los obstáculos que plantean las vías del AVE paralizaron las obras hace ya seis años, cuando la concesionaria, Cintra, ya había construido el 70% de sus 12,5 kilómetros. Esta filial de Ferrovial ganó el concurso de construcción y explotación por 30 años.

Hoy la autopista acaba en un páramo polvoriento, y el asfalto se pierde en una montaña de tierra. La MP-203 ya ha costado 70 millones de euros, aunque UPyD calcula que su coste se puede disparar hasta los 100 millones.

5. El Metro Ligero Oeste 
 
En 2004 la presidenta Esperanza Aguirre presentó uno de sus proyectos estrella junto a la entonces consejera de Transportes e Infraestructuras, María Dolores de Cospedal. El Metro Ligero Oeste (MLO), el tranvía que uniría Aravaca (Madrid) con Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte fue también enérgicamente aplaudido por los alcaldes de la época en esas dos localidades: Jesús Sepúlveda y Antonio González Panero, ahora imputados por el caso Gürtel.

El MLO se inauguró en 2007 con la promesa de llegar a los 22 millones de viajes al año. Una Unión Temporal de Empresas (UTE), encabezada por OHL, había invertido 600 millones. Sin embargo, la ocupación no estuvo ni cerca de ser la prevista. En 2012 se registraron siete millones de trayectos. A pesar de ello, la Comunidad de Madrid pagó un canon a la concesionaria por 8 millones de viajes que nunca se produjeron. Ante la escasez de usuarios, la Comunidad llegó a un acuerdo en 2011 con los empresarios para pagar por el 68% de los viajes previstos, independientemente de si se realizaban o no. En 2012 eran 5,22 euros por trayecto. Unos 75 millones de euros.

6. Auditorio de San Lorenzo del Escorial 
 
Alberto Ruiz-Gallardón tuvo siempre fama de melómano. Y, según muchos, también de megalómano. En su época de presidente de la Comunidad de Madrid proyectó y construyó un espectacular auditorio en la pequeña localidad de San Lorenzo del Escorial (población: 18.000 habitantes), en plena sierra madrileña. El edificio costó casi 100 millones de euros: 35 por los terrenos expropiados y 65 por la construcción y el equipamiento. El centro ha albergado 300 espectáculos en seis años, con un total de cerca de 133.000 espectadores, según datos de la Comunidad de Madrid. Con una capacidad de 1.324 butacas, podría decirse que ha colgado el cartel de "aforo completo" unas 100 veces en seis años, según una denuncia de UPyD. Esto es, un millón de euros invertidos por cada lleno.

El Diario.es 11/12/2013

lunes, 12 de agosto de 2013

Ferrovial lleva a los tribunales a Madrid por una autopista de peaje fantasma


El pulso de la familia Del Pino, dueña de Ferrovial, con la Comunidad de Madrid por la construcción de una autopista sin terminar ha llegado a los juzgados. La compañía de infraestructuras ha presentado un recurso en la Sala de de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid por el que solicita la resolución de la concesión de la carretera de peaje M-203 que exige una inversión de casi 100 millones y por el que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha llamado la atención a la sociedad.

La decisión de acudir a los tribunales se debe a la callada por respuesta que la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid dio a la compañía cuando solicitó que se anulase la concesión otorgada en 2005. Ferrovial pidió la rescisión del contrato el 31 de octubre de 2012 y esperó tres meses a que el organismo dirigido por Ignacio González se pronunciase. Al no hacerlo, el pasado 20 de febrero optó por acudir al Tribunal Superior de Justicia, según consta en la documentación sobre los resultados del primer semestre remitidos a la CNMV.

Ferrovial detalla esta información porque la institución que supervisa los mercados de valores le pidió el 15 de junio una explicación muy pormenorizada sobre la contabilización de distintos activos que no aparecía en su auditoria de 2012. La compañía de los Del Pino contestó el 8 de julio punto por punto a todas las aclaraciones de la CNMV, entre las que se encontraba la situación de la autopista 203 que une Madrid con Alcalá de Henares. El grupo expone que esta concesión tiene una provisión por deterioro de 10 millones de euros, pese a que la inversión inicial era de 70 millones.

La MP-203 estaba destinada a ser una autopista relevante, ya que con su construcción se pretendía descongestionar el tráfico de la A-2 (carretera de Barcelona) que une Madrid con Alcalá de Henares. Un trayecto de 30 kilómetros en el que se pueden llegar a emplear 60 minutos en plena hora punta. Cintra, la filial de Ferrovial, se adjudicó dicha concesión en 2005 por los siguientes 30 años y empezó a construir los 12,5 kilómetros del recorrido. Era la primera autopista de pago directo por los usuarios que uniría la A-2 por Torrejón de Ardoz y la M-208 a la altura de Mejorada del Campo.

Sin embargo, en 2007, Ferrovial paralizó las obras al estimar que el Gobierno regional presidido en aquel momento por Esperanza Aguirre modificó sustancialmente el plan económico y financiero de la concesión, lo que suponía un incremento adicional del 20% de la inversión. La Comunidad de Madrid tiene otro punto de vista, ya que acusa a la compañía de no obtener los permisos para ejecutar una parte de la obra que pasaba por debajo del AVE a Barcelona y la conexión de la R-3. Ante estas circunstancias, los Del Pino y la Comunidad empezaron a negociar cómo resolver un conflicto que tras muchas discusiones, como la carretera, no iba a ninguna parte.

El destino final ha sido la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que tendrá que resolver la disputa. Ignacio González ha amenazado a Ferrovial con la imposición de sanciones, la ejecución de la garantía y hasta la incautación de la concesión.

Un problema que se añade a los procesos concursales en los que se encuentran inmersas otras dos autopistas de peaje R-4, que transita por el sur de Madrid, y la que une la capital con el Levante. Hasta el pasado año, Ferrovial había contabilizado una provisión de 345 millones de euros por todos los posibles sobrecostes de esta inversión, que el Ministerio de Fomento intenta reparar mediante la creación de un banco de carretera de pago en bancarrota.

Sin embargo, después de los informes de los administradores concursales, emitidos el pasado mes de mayo, Ferrovial reconoce en la documentación remitida a la CNMV que las pérdidas esperadas por la R-4 y la Madrid-Levante se han elevado en 99 millones, hasta los 444 millones. La sociedad explica que, en su opinión, este incremento de los costes adicionales “deberá ser asumidos por la Administración, habilitando préstamos participativos que se devolverán con incrementos de tarifas futuras

El Confidencial.com 08/08/2013

sábado, 27 de julio de 2013

Tú construye, que ya nos pagarán



La comunidad de Madrid acaba de abrir al tráfico una nueva conexión por autovía entre Torrejón de Ardoz y Loeches, más bien, lo que ha hecho es un desdoblamiento de unos 5 km de la M-206. Durante la inauguración, el presidente (no-electo) de la Comunidad de Madrid, el mismo del ático en Marbella, hizo referencia a que esta vía contribuiría a mejorar la seguridad vial y la fluidez circulatoria de los más de 13 millones de vehículos que la utilizan anualmente.


Según el gobierno de la Comunidad de Madrid, esta renovada infraestructura en la que se han invertido un poco más de 42 millones de euros, beneficiará a los municipios del Corredor del Henares y a cerca de un cuarto de millón de madrileños de Loeches, San Fernando de Henares, Coslada, Mejorada del Campo, Rivas-Vaciamadrid y Alcalá de Henares, y a los más de 4.500 camiones diarios que utilizan esta vía para acceder a las zonas industriales de la zona y con el ahorro de hasta 20 minutos diarios en hora punta para los usuarios de esta vía.


Sin embargo, ahora me asalta la duda ¿Por qué prosigue la Comunidad de Madrid en su política de ampliación de la red de carreteras si, por otro lado, expresa su preocupación por el poco dinero que tienen para hacer frente al mantenimiento de estas? ¡Y claro está! Sobre esta duda, planean las políticas de las empresas constructoras, de la CEOE y de el Partido Popular de implantar peajes a autopistas, autovías y vías rápidas públicas. ¿Veremos en breve como carreteras como la M-206, la M-100 o la M-607 con puestos de peaje?¿O nos encontraremos que dentro de poco con un impuesto por utilizar las vías públicas?

sábado, 15 de junio de 2013

Top Gear graba en la autopista abandonada de Madrid con... cinco cabras

De las cosas que se entera uno en Facebook... Los que seáis o frecuentéis Madrid y sus alrededores conoceréis bien la historia de la autopista abandonada que está sin terminar entre Alcalá de Henares y la propia Madrid (la MP-203).

Pues bien, los chicos de Fauna y Acción Animales de Cine han publicado en su Facebook una serie de fotos, donde han comentado que han estado grabando "con cinco cabras" en lo que, claramente, parece ser el peaje abandonado de la MP-203.

No. No tenemos ni idea de lo que el trío calavera puede preparar por ahí, pero con nuestra fama europea de país con infraestructuras abandonadas y crisis, mezclar cabras en un peaje abandonado ya nos da una idea bastante clara de la imagen que podemos esperar...

Así que si estáis por Madrid estos días y veis un convoy de Range Rovers, atentos, puede que Clarkson y compañía estén por ahí sueltos.


domingo, 2 de junio de 2013

M-203. La carretera que pagaremos todos


Nuestra historia de hoy arranca hace 12 años, en pleno boom de la construcción y cuando las radiales de peaje crecían como setas por Madrid al amparo de los planes del Ministerio de Fomento. Una época en la que algunos creían que los coches crecerían de los árboles y que necesitaríamos prácticamente duplicar nuestra capacidad viaria con unos peajes que sólo contribuirían a mejorar las arcas del concesionario de turno ya que iban de ninguna parte a ninguna parte. Este es el caso de la MP-203

La Carretera M-203, de Vallecas a Alcalá de Henares era una carretera secundaria, de doble sentido, que atravesaba las vegas del Jarama y del Henares conectando pequeñas pedanías y huertas y dando servicio al municipio de Mejorada del Campo. Como vemos no estamos ante una carretera que genere grandes demandas de tráfico. A pesar de todo esto, en 2001 la Comunidad de Madrid decide que hay que duplicar esta carretera para crear la MP-203. Con los mismos estudios de demanda que ya estaban llevando a la ruina a la R2, situada a escasos kilómetros de la A2 y atajo natural de esta, la administración regional concede en 2005 esta carretera a Cintra, una filial de Ferrovial, como el gran atajo de la A-2. Y empiezan los problemas

Una de las claves cuando se hace una infraestructura es que no se ha de poner una piedra hasta que no se culmina el periodo de actividad administrativa, es decir, la aprobación de las licencias y concesiones necesarias para construirla. Bien, en el caso de la MP-203 este principio de precaución nunca se llevó a cabo. Entre 2005 y 2007 la concesionaria se lanzó a hacer la carretera sin que el Ministerio de Fomento autorizase su conexión con la R3 y su paso por debajo del AVE Madrid-Barcelona.

Concretamente Fomento desestimó la conexión con la R-3 porque la concesionaria Accesos a Madrid (propiedad de un grupo de empresas distinto) manifestó que dicha conexión supondría una reducción de tráfico de vehículos a compensar según los pliegos de la R-3. Y Fomento no estaba dispuesto a ello, tendría que ser la Comunidad de Madrid quien pagase la compensación si quería conectar con la R-3. A pesar de tener una resolución tan clara encima de la mesa, ni la Comunidad de Madrid ni la Concesionaria se dieron por enterados y siguieron construyendo. En menos de dos años habían hecho el 70% de la carretera cuando llegaron al callejón sin salida de la no conexión con la R-3 y la imposibilidad de pasar bajo el AVE, esto ultimo resuelto finalmente desviando la carretera 350 metros al oeste para usar el puente de la M-206. Pero sin la conexión con la R-3 la obra entró en vía muerta y 6 años después, así sigue.

Insistentemente desde la Comunidad de Madrid se ha afirmado en las últimas fechas que la MP-203 no costaría un euro a los madrileños. Osada afirmación si nos atenemos a los pliegos.

A pesar de que en el artículo 28.1.6 del Pliego de Cláusulas Administrativas del Contrato de Concesión de la M-203 el concesionario se compromete a obtener cuantas licencias sean preceptivas para ejecutar la obra. Es necesario recordar que desde el proceso de información pública, realizado en 2001, la concesionaria de la R-3 había manifestado su negativa a la conexión. A pesar de esto, la Comunidad de Madrid sacó a concurso la carretera sin modificar el proyecto e incluso, después de que el Ministerio de Fomento notificase a la Administración y a la Concesionaria que no iban a conectar con la R-3 se siguió la obra. ¿Por qué? ¿Qué esperaba el Gobierno de la Comunidad de Madrid?¿Que buscaba la concesionaria al seguir levantando una carretera que llevaba de ninguna parte a ninguna parte?

Pero continuemos con los pliegos. Según el artículo 56.2.1.1 si la Administración rescindiese la concesión por culpa de este incumplimiento del concesionario, como es la no consecución de las licencias del artículo anterior, esta se vería obligada a abonar

Una compensación por el Valor Patrimonial de la Inversión, equivalente al valor de:

  • Las obras ejecutadas conforme a lo definido en los proyectos aprobados por la Administración.
  • Adquisiciones de bienes necesarios para la explotación autorizadas por la Administración
  • En el caso de que el proyecto hubiera sido aceptado por la Administración, el coste del proyecto y gastos de dirección de la obra capitalizados, en el año anterior al que se acuerde la resolución por la Administración.
  • De lo anterior, se deducirían las amortizaciones respectivas contabilizadas si las hubiera.
Sólo en obras estaríamos hablando, conforme el grado de ejecución de la autopista, de una deuda a asumir cercana a los 65 millones de euros. Y este sería el caso de mayor beneficio para la administración. En el caso de que la concesionaria decidiese judicializar el asunto y si el juez estimase causas de fuerza mayor o incumplimientos por parte de la administración los madrileños podríamos tener que pagar hasta los intereses de la deuda que se suscribió para construir la carretera.

Incluso podría darse el caso de que, aun llegando a un acuerdo político con Fomento para desbloquear el paso del AVE y la conexión con la R-3, tocase resarcir al concesionario por la modificación del equilibrio financiero de la concesión que se ha ido produciendo en los últimos años: las perspectivas de tráfico actuales no son ni de lejos las planeadas en 2005.

Sea como fuere sólo hay una cosa clara, por mucho que se empeñe en negarlo el Gobierno de la Comunidad de Madrid: Ferrovial va a cobrar los millones invertidos y a los madrileños nos tocará pagar la MP-203.

Ecomovilidad.net 21/05/2013

sábado, 25 de mayo de 2013

MP-203, la autopista de Madrid que no va a ninguna parte

Madrid tiene mucho que aportar al museo de los horrores de la burbuja inmobiliaria. En la sala dedicada a los esqueletos millonarios de infraestructuras inútiles o inacabadas están el hotel de Barajas -construcción proyectada sobre en un solar de 13.700 metros cuadrados propiedad de AENA, junto al parking de la T-2 del aeropuerto de Barajas- cuyo encofrado abandonado la bienvenida a los turistas que llegan a la capital- y la MP-203. Hablamos de la autopista que debía servir para descongestionar la A-2 a su paso por Alcalá de Henáres.

El proyecto se aprobó en 2005 y su gasto ha superado con creces los 70 millones de euros. Una vía recién asfaltada y de doble carril, pero con un pero difícil de pasar por alto, que no lleva a ninguna parte. Una metáfora de la época de los excesos que sobredimensionó el parque de autopistas madrileñas que hoy se encuentran, en la mayoría de los casos, en concurso de acreedores dada la duplicidad del kilometraje.

La MP-203 presenta, además, un fallo importante en su planteamiento inicial. Al sobrecoste económico se suma la necesidad de ejecutar un paso por debajo de la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona. La excusa mantenida durante años por el entonces Gobierno de Esperanza Aguirre hablaba de un boicot de Adif, dependiente en esas mismas fechas del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Puestos a buscar culpables el Ejecutivo regional también señaló al Ministerio de Fomento, en este caso por frenar la conexión de la carretera con la R-3.

Sin embargo la excusa solamente se sostuvo mientras gobernó el PSOE. Llegado el relevo en Moncloa, y ya con un gobierno de mayoría absoluta popular, el proyecto sigue estancado. Solamente 10 de los 12,5 kilómetros que debía presentar la MP-203 están construidos, y no hay señales de que la construcción se vaya a acabar. La apuesta de Aguirre por la primera autopista de peaje duro (pago directo de los usuarios) de Madrid ha caído en el olvido y sus responsables se excusan acusando a la otra parte.

Cintra, filial de Ferrovial, y ganadora del concurso se niega a desembolsar ni un euro más hasta tener los permisos pertinentes. La respuesta del Gobierno de Ignacio González ha sido desempolvar un convenio por el que asegura que, de acuerdo con la cláusula número 28 del pliego que rige la concesión, la firma concesionaria es la responsable de obtener todas las autorizaciones y licencias.

A la espera de una resolución, la carretera MP-203 permanece medio erguida, como rampa de salida a la nada.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Una autopista lleva abandonada seis años tras una inversión de 70 millones


La MP-203 estaba destinada a ser una autopista muy transitada. Pero algo se torció. Su objetivo iba a ser descongestionar la autopista de Barcelona (A-2) entre Alcalá de Henares y Madrid, un trayecto que en hora punta puede suponer hasta una hora de viaje para cubrir solo 30 kilómetros, ya que este tramo está afectado diariamente por grandes retenciones. Pero la MP-203, tras un desembolso de unos 70 millones de euros entre 2005 y 2007 por parte de Cintra, la empresa concesionaria, hoy en día no es más que una carretera a ninguna parte, finita, en la que el asfalto da paso al secarral frente a un terraplén de arena.

Los últimos seis años han convertido el trazado, abandonado a su suerte, en un páramo futurista. “Estamos ante un nuevo ejemplo de falta de previsión y planificación alarmante, en el que una infraestructura de la que ya estaban construidos el 70% de sus 12,5 kilómetros finaliza de repente ante un cúmulo de arena. Spain is different”, denuncia el portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco.

Con el fin de resolver uno de los nudos gordianos de la red de carreteras madrileñas, el Gobierno de Esperanza Aguirre sacó a concurso en 2005 la concesión de la construcción, conservación y explotación de la carretera. Cintra, filial de Ferrovial, ganó el concurso, por 30 años, de la que iba a ser la primera autopista de peaje duro (pago directo de los usuarios) que la Comunidad licitaba sin poner un euro por delante. Su misión consistiría en conectar la M-203 y la A-2 por un extremo (término de Torrejón de Ardoz) y por el otro, con la M-208 y la R-3, ya a la altura de Mejorada del Campo.


Pero todo cambió en mayo de 2007, cuando la concesionaria paró la obra. El viceconsejero de Transportes, Infraestructuras y Vivienda, Borja Carabante, lo explica. “Esta infraestructura era importante para articular la red viaria de carreteras, e hicimos todo lo posible para subsanar dos deficiencias que se encontraban en el proyecto, que tenían que ver con autorizaciones y permisos. Uno, ejecutar el paso por debajo de la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona y el otro, la conexión con la R-3”.

El representante del Ejecutivo autonómico critica, además, “los permanentes boicots” por parte del Estado y el Ministerio de Fomento para obtener las autorizaciones necesarias para rematar la MP-203. El PP gobierna la Comunidad desde 1995, y desde hace año y medio también lo hace en España. “No encontramos ninguna colaboración por parte de Adif, que era quien gestionaba la línea ferroviaria o quien debía de autorizar esa conexión, y ni por la R-3, que es una concesión del Ministerio de Fomento. Más bien al contrario”, recalca Carabante.

De Velasco, de UPyD, lo confirma: “Es una obra que, en su proceso de construcción, se encuentra con dos importantes escollos: el paso por las líneas del AVE y la conexión de la radial 3. El de las líneas del tren de alta velocidad se consigue solventar con una variación del proyecto inicial, desviando a la MP-203 al trazado de la M-206 para salvar la vía ferroviaria. Pero no hay conexión posible con la radial 3”.

Loreto Ruiz de Alda, que es diputada regional de la formación magenta, añade: “Lo peor es que el conocimiento de este escollo existe desde el minuto uno. Ya en el proceso de información pública del proyecto, en 2001, la concesionaria de la radial R-3 puso objeciones”. En concreto, Fomento no tramitó la preceptiva autorización para su enlace con la MP-203. Adujo la negativa de Accesos de Madrid —concesionario de la radial 3 y propiedad de Iberpistas y de Sacyr— porque entendía que la conexión de ambas autopistas produciría, según UPyD, “un deterioro económico de la R-3, que debería abonar la Comunidad de Madrid”.

Pese a todo, las obras se iniciaron. La cuestión es que la obra se paralizó finalmente por sendas cuestiones administrativas que nadie resolvió de antemano pese a que ahí estaban, a la vista de todos: el citado paso inferior de la línea de alta velocidad y la fallida conexión con la R-3.

Para realizarlas, desde Cintra manifiestan que se necesita un convenio que entra dentro de las competencias de la Comunidad. El Gobierno de Ignacio González argumenta, a su vez, que de acuerdo con la cláusula número 28 del pliego que rige la concesión, la firma concesionaria es la responsable de obtener todas las autorizaciones y licencias. Fuentes de Cintra explicaron escuetamente que habían pedido la resolución del contrato “porque desde hace seis años las obras están paralizadas, sin que se pueda avanzar en ellas por distintos trámites que impiden cumplir el contrato”.

La petición de resolución del contrato por parte de la filial de Ferrovial se produjo a raíz de una carta del viceconsejero Carabante el 31 de octubre del año pasado. En ella, le daba a la concesionaria dos meses de plazo para iniciar las obras. De lo contrario, se iniciaría un expediente de imposición de penalidades de la garantía e, incluso, la resolución o incautación del contrato. En respuesta, Cintra solicitó precisamente la resolución del contrato.

El pasado febrero, la Comunidad le volvió a dar a la compañía un mes de plazo para que reanudase las obras, “entendiendo que son responsabilidad única exclusivamente del concesionario”. Además, se inició un expediente de imposición de penalidad e incautación de la garantía provisional, que es de cinco millones de euros.

Estamos ante un problema que lleva años enquistado sobre la mesa de diferentes directores generales y consejeros, y sobre el que nadie ha sido capaz de tomar decisión alguna. Ha tenido que ser, de hecho, la propia empresa concesionaria quien finalmente le ponga fin”, lamenta Ruiz de Alda. UPyD teme que los madrileños tengan que pagar los 70 millones que Cintra invirtió hasta 2007. “Esta infraestructura no va a costar ni un solo euro a las arcas públicas”, rechaza el Gobierno de Ignacio González.

A la espera de ver por qué intereses se inclina la balanza, la MP-203 será una lengua de asfalto de 70 millones de euros en tierra de nadie.

El País.es 13/05/2013

viernes, 29 de marzo de 2013

Relato de la fiesta


“El proyecto de las radiales de Madrid es la inversión más importante en infraestructuras de los últimos años en España. Surge como respuesta a la creciente masificación del tráfico en las arterias de entrada y salida de Madrid.”
Esta es la descripción que leemos en la web de la Radial 2, una de las cinco autopistas de peaje construidas en los accesos a Madrid. Esta en concreto se encuentra con nada más y nada menos que 421 millones de euros de deuda. Accedemos a la web de las Radiales 3 y 5, gestionadas por la misma concesionaria. Sorpresa: virus.
Advertencia: este sitio puede ser dañino para tus impuestos.
Empezamos bien… bueno, empezamos representativos. Las Radiales de Madrid son uno de los ejemplos más evidentes de locura en la fiesta, de despilfarro sin medida, de neoliberalismo untado de su denostado Estado y de infraestructuras electoralistas. Pongámonos en situación.
Mapa de los accesos a Madrid.
El proyecto de construir autopistas de peaje paralelas a los accesos a Madrid surge en los años 90 como solución para los atascos en las autovías radiales tradicionales (A-1, A-2,…, A-6). España, en contra de lo que se piensa habitualmente, es uno de los países con mayor tendencia a la concesión de autopistas, con algunos éxitos derivados de la falta de alternativa real por carretera (como la AP-6 cruzando Guadarrama) y con algunos fracasos que acabaron en un rescate similar al que nos ocupa ahora en los años 80 (AP-66 León-Asturias, por ejemplo).
Abiertas en 2004, las Radiales se han convertido en un pozo sin fondo de dinero para sus propietarias. Los fallos se han sucedido en su concepción:
1. El trazado pésimo, algo que se puede ver fácilmente en el mapa superior. Las radiales acaban en los anillos de circunvalación, igual  o más congestionados que las carreteras que pretenden evitar. Algunas, como la R-4 o la R-2 acaban muy lejos de la zona a la que pretenden llevar a sus usuarios, el equivalente al abono B2 en transporte público.
2. La falta de tráfico, derivada de la aversión española por el peaje (se prefiere, por lo general, no pagar y tardar algo más) y de la crisis económica que sobrevino producto precisamente de actitudes que nos han llevado a proyectos como este. De hecho, muchas de ellas ya están en los niveles de IMD (Intensidad Media Diaria) que tenían en su apertura en 2004, lo que trastoca fuertemente los planes de retorno de la inversión basados en crecimiento sostenido del número de usuarios.
3. La especulación con el suelo rústico, que ha llevado a las concesionarias a pagar mucho más de lo que se esperaba para la expropiación de terrenos. A pesar de atravesar auténticos secarrales, estos se revalorizaban a precio de suelo urbano. La permisividad legal en temas urbanísticos que desarrollaron las autonomías, con Madrid o Valencia a la cabeza, permitían estas prácticas. Ahora que el dinero escasea, vienen las prisas por buscar explicaciones. La propia Ana Pastor, ministra de Fomento del Gobierno Rajoy, reconocía algunos días que algunos propietarios se llevaron indemnizaciones 20 o 30 veces superiores a las calculadas por los técnicos del ministerio, hasta alcanzar montantes totales cercanos a los 2.000 millones de euros. Por cierto, los mismos que costaron las expropiaciones para la T-4 de Barajas. Algunos casos se detallan en este artículo.
4. El fracaso de proyectos inmobiliarios, típicos de la fiesta, que se basaban en una supuesta cercanía a Madrid para vender pelotazos, basados de nuevo en esa nefasta Ley del Suelo de 1998. Ahí están en el mapa la ciudad del Pocero en Seseña o el despropósito deValdeluz, más ligado al AVE pero también vendido como magníficamente comunicado mediante la R-2.
Esto ha llevado a las empresas que participan en las concesiones a querer deshacerse de ellas lo antes posible. Entre ellas destacan las constructoras más importantes del país (ACS, Sacyr, Acciona) además de las concesionarias de infraestructuras líderes, como Cintra o Abertis. Nos falta algo tan invariante en la fiesta como los ladrillos. Las cajas de ahorro, invariantes en la fiesta, también vieron el negocio redondo en estos pasteles. Bankia (controlada por el Gobierno Regional de Madrid y el PP) está presente en la sociedad que más deudas presenta, Accesos de Madrid, dueña de la R3 y de la R5. CCM, Caja Castilla-la Mancha (controlada hasta 2011 por el PSOE desde la Junta), está presente en la R4, que termina en suelo toledano. Ambas cajas están ahora intervenidas y han disfrutado de inyecciones de dinero público en modo barra libre, sin apenas consecuencias para sus gestores.
Composición de las sociedades concesionarias de las radiales madrileñas. No faltan Bankia o Caja Castilla la Mancha

Neoliberalismo: beneficios para mí, las pérdidas entre todos

Como nadie quiere comprar un negocio ruinoso, adivinen quién ha de comprarlo. Los ciudadanos: se ha hablado mucho en estos meses del rescate bancario, pero se ha hablado poco del otro gran rescate al sector privado: el de las concesionarias de autopistas.
La deuda aún a finales de 2010 ascendía a más de 1600 millones de euros, y hablamos de que han pasado casi dos años desde entonces. Hay que añadir las maltrechas autopistas M-12 (acceso al aeropuerto, 227 millones de deuda) y AP-41 (supuesta alternativa a Madrid-Toledo por A-42, 366 millones de deuda). En el peor de los casos, el de las radiales R5 y R3, los ingresos anuales no suponen más del 3,25% de la deuda acumulada a lo largo de la fiesta y resaca. Un total superior a 2.200 millones de euros en las autopistas madrileñas: este es el resultado de los desmanes que hemos diseccionado. ¿Qué hace una concesionaria cuando le va tan realmente mal?
Ante el riesgo de impago permanente al que se han visto sometidos los acreedores de los proyectos, los Gobiernos no han dudado en salir en su apoyo a pesar de no participar en el beneficio generado. Así, por ejemplo, ya se concedieron préstamos en octubre de 2010por valor de 200 millones de euros para evitar la quiebra. Curiosamente en ese momento, desde el lado más liberal (Comunidad de Madrid) se proponía un bono peaje, al estilo del Abono Transportes, para incentivar el uso de las autopistas. Un bono peaje que sería subvencionado por el Estado.
En diciembre de 2010 se alegaban motivos de “seguridad vial” y “movilidad” para “compensar a las concesionarias de autopistas por la reducción de peajes en entornos urbanos y periurbanos”. De esto derivaron 80 millones de euros de nuestros bolsillos durante el año 2011.
Estos préstamos participativos (a pesar de los recortes en I+D, educación y becas, sanidad, dependencia, ayuda al desarrollo, cultura; y de las subidas de impuestos) continúan hasta en los austeros presupuestos de 2013, con otros 200 millones de euros al agujero.
Tras meses de bandazos y limosnas en forma de créditos preferentes, las radiales R-3 y R-5 (Accesos de Madrid) solicitan el concurso de acreedores ante la profundización de la caída de los ingresos. También lo hacía la R-4, tras el cuarto aplazamiento de la deuda por parte de los bancos (aquí no hay desahucios). Estas autopistas llevan más de un 15% de pérdida de viajeros desde las cifras de 2011, ya de por sí maltrechas.
Se barajan distintos medios de rescate desde el Estado. Cobró fuerza al inicio del verano la compra por parte de la sociedad pública Seittsa: un euro más la deuda. Pero en los Ministerios hay miedo de que el montante total suba el déficit público más de medio punto. Es decir, más deuda ilegítima que no elegimos contraer.
Esta es la situación de las tres concesionarias. ¡Al rescate!
Pero en Madrid hay más autopistas de las que se ven sobre el papel de los mapas. El modelo del llamado “peaje en sombra” se extiende a lo largo de la comunidad autónoma. ¿En qué consiste? Una Administración Pública quiere realizar una obra pero no tiene dinero para ello, o no quiere endeudarse. Para ello, concede a una empresa privada la construcción y la explotación a lo largo de un tiempo. Hasta aquí como una autopista normal. Sin embargo, los usuarios no pagan, paga la Administración a la empresa concesionaria un canon por cada coche que usa la vía. Es decir, el Estado paga el peaje que en autopistas convencionales paga el conductor. En este régimen hay muchas autovías en España, por ejemplo la A-601 Valladolid-Segovia. Pero Madrid se lleva la palma: M-407, M-45, M-511 y M-501, que suman cánones por valor de 103,6 millones de euros en 2012. El Gobierno Regional pretende ahora deshacerse de esas cargas convirtiéndolas en peajes “duros”. Pero es más, extiende la amenaza a todas las autovías autonómicas (pintadas en verde en el mapa de arriba), muchas de ellas realizadas con dudoso criterio (como el caso de la Warner, otro proyecto en fracaso que lleva a niveles de circulación irrisorios a la autovía que le sirve, y con la línea de Cercanías que llevaba al parque ya cerrada). Otro de los globos sonda es el cobro de una tasa a los automovilistas. Las ideas no caen en saco roto, y lo de extender los peajes a carreteras que no lo tienen hoy en día ya ha dejado caer el ministerio de Hacienda por los despachos de Ana Pastor en el Gobierno Central, a ver si se podía rascar algo.

Esperpento M-203


La carretera M-203, cuyo nombre no oficial es “carretera de Vallecas a Alcalá de Henares”, viene siendo remodelada en su conjunto durante la última década. Sin embargo, es un único tramo de 2 kilómetros que parte de la R-3, entre Mejorada del Campo y Alcalá de Henares, el que supone el mejor ejemplo de la locura constructiva de esta época. Precisamente, es el único tramo diseñado como autopista de peaje y fue dado en concesión a Cintra, presente como ya hemos aprendido en la R-4.
El tramo lleva paralizado ya al menos dos años a causa de severos desacuerdos entre la Comunidad de Madrid y dicha concesionaria. Sin embargo, la excusa permanente del Gobierno autonómico es el bloqueo del Ministerio de Fomento al puente que debe atravesar la vía del AVE Madrid-Barcelona. Ya saben, que una administración era del PP y otra era del PSOE, ninguna de los ciudadanos. En consecuencia, ¿no deberían haberse solucionado las tensiones con el PP al frente del ministerio? Pues no, sigue sin haber avances. El dinero se dilapida al sol y a las inclemencias meteorológicas, con capas de asfalto ya dadas a ambos lados del lugar de la discordia.
Nadie se hace cargo del puente.
No sólo la M-203 es ejemplo clamoroso de falta de previsión. En el norte de Toledo está la Autovía de la Sagra, que acaba abruptamente en una carretera local por falta de presupuesto para terminar el tramo que enlazaría con la carretera Toledo-Aranjuez cruzando el Tajo.

¿No tenían donde gastarse todo esto?

Mientras estas infraestructuras inútiles son ejecutadas en Madrid, tenemos una lista de proyectos cruciales para el transporte público y de mercancías esperando a ser ejecutados:
  • Duplicar las vías de San Cristóbal a Pinto pasando a cuatro vías para mejorar las frecuencias en la línea C-3 de Cercanías y hacer competitiva a la recién cerrada C-3a.
  • Terminar las obras eternas de la línea Móstoles-Navalcarnero.
  • Acondicionar definitivamente la vía de contorno Chamartín-O’Donnell-San Fernando de Henares que tanto ayudaría a mejorar los tiempos de acceso por tren desde el corredor del Henares.
  • Conectar el corredor del Henares con las líneas hacia la zona sur de Madrid mediante el enlace Vallecas-Villaverde.
  • Resolver los problemas de circulación en la línea 6 de Metro.
  • Apertura del enlace entre la estación de metro de Gran Vía y la estación de cercanías de Sol.
  • Centralizar las instalaciones de ferrocarril de mercancías dispersas entre Coslada y Abroñigal.
  • La estación de Cercanías de Alonso Martínez en el túnel Atocha-Sol-Chamartín.
  • Terminar los carriles bus VAO en todos los accesos a la capital por las radiales tradicionales.
  • Sistemas de prioridad semafórica para las líneas de la EMT más concurridas.
  • Reordenación del nudo de la A-6 y M-40.
  • Integración tarifaria completa del Cercanías y de la red de Metro.
  • Crear una red eficiente y lógica de carriles bici a lo largo de la ciudad.
Un largo etcétera, muchas veces consistente en pequeñas actuaciones, que mejoran mucho la capacidad de movilidad urbana pero que no interesan porque no suponen cortar alguna cinta unos pocos días antes de las elecciones de turno. Nada cambia si les seguimos permitiendo vivir en la fiesta… porque ya anuncian la R-1, la M-60 y el cierre de la M-50 bajo el Pardo (M-61). Más asfalto, más robo.