El resultado de la ecuación en la que se desploma la actividad económica y repuntan sin freno los precios del carburante y de los peajes es una evidencia que está a la vista desde hace años en la cada vez mayor fluidez del tráfico de las autopistas gallegas. Solo la AP-9 ha perdido desde el 2007 más de 6.000 vehículos en su media diaria. Pero el recorte de los desplazamientos se ha generalizado también en las autovías libres de peaje, que el año pasado frenaron su crecimiento y registraron menos circulación que en el 2011. En conjunto, la intensidad media diaria de las principales arterias de la red viaria de alta capacidad de Galicia se redujo en 10.801 vehículos en el 2012.
La caída sigue siendo más acusada en las vías con cabinas de pago, con la AP-9 a la cabeza. La primera autopista gallega tuvo 2.791 clientes menos al día el año pasado, cuando trasladó a sus tarifas decisiones del Gobierno que en solo ocho meses encarecieron el trayecto entre A Coruña y Vigo en 1,35 euros. Y su tráfico sigue cayendo, con un 12 % menos de usuarios en el primer cuatrimestre de este año. Tampoco marcha mejor la otra vía de pago de titularidad estatal, la AP-53 (Santiago-Dozón). La intensidad media diaria de una autopista interior que no acaba de arrancar se redujo un 14 %, al perder 903 vehículos y quedarse en 4.967. Entre enero y abril de este año, su tráfico ha descendido un 7,45 % respecto al mismo período del anterior.
Por su parte, las vías de peaje de competencia autonómica cedieron 2.428 vehículos al día. Por las cabinas de la AG-55 (A Coruña-Carballo) pasaron 1.511 usuarios menos; y por las de la AG-57 (Vigo-Baiona), 917. En total, las cuatro autopistas perdieron 6.502 clientes diarios.
Más significativo resulta el retroceso de las autovías, que hasta ahora habían esquivado una crisis que trastoca las cuentas de resultados de las concesionarias de las autopistas. El caso que mejor ilustra este punto de inflexión es el de la AG-56. La autovía que conecta Santiago con Brión, que es de largo la de mayor tráfico de Galicia (20.230 vehículos de media al día), perdió el año pasado usuarios por vez primera. Cedió 545, una cifra que casi cuadruplicó la AG-41 (Curro-Sanxenxo), que pasó de 14.476 a 12.565. También cerraron en negativo el resto de las autovías de la red autonómica. La AG-11 (Padrón-Ribeira) perdió 465 vehículos de media diaria; la AG-53 (el trazado libre de peaje que da continuidad a la AP-53 hasta enlazar con la autovía Rías Baixas en Barbantes), 483; la AG-54 (que enlaza la AG-53 con O Carballiño), 184; la AG-59 (Santiago-Pontevea), 538; y la AG-58 (que conecta la AG-59 con Cacheiras, en Teo), 306. La única excepción fue la AG-64 (Ferrol-Vilalba), que ganó 133 usuarios.
Por las ocho autovías de la red autonómica pasaron el año pasado 4.299 vehículos menos al día.
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