El radar de tramo también está situado en Arteixo, cerca de las obras, y limita a 100 kilómetros por hora la velocidad máxima, además de generar miles de multas. |
El cobro el peaje en la AG-55 puede volver a la actualidad política carballesa con gran fuerza, veinte años después de que comenzara un amplio movimiento social y político reclamando su supresión (más bien, no implantación) y quince después de que esas reclamaciones perdieran fuerza.
El motivo no es exactamente nuevo, pero se ha reactivado estos días, a cuenta de las multas en el tramo de Arteixo de la autopista, más de 3.000 desde que en enero comenzó a funcionar el radar de tramo. Unas sanciones que han generado un hondo malestar entre los conductores, ya que además implica la imposición del límite de velocidad a 100. Un enfado que ya se arrastra desde hace meses por las obras del puerto exterior, que obligan a circular mucho más despacio por un trecho de la vía, pero sin reducción del peaje. Justamente para eliminarlo se unieron en enero los grupos municipales de Arteixo, aunque el motivo de fondo era otro: la construcción de la cuarta ronda para el acceso al puerto exterior, más cara que liberar el peaje.
Entre unos y otros motivos (todos suman), en Carballo podría darse algo parecido. Acuerdo previo hay. El portavoz del PP, Miguel Ferreiro, así lo señaló ayer en Radio Voz, al hilo de los comentarios por el radar y recordando el acuerdo arteixán. Cree que es cuestión de sentarse y de que algún grupo, especialmente el alcalde, lo proponga. Y, a partir de ahí, hablar. Y pedir reducción o eliminación. En el mismo espacio habló Luis Lamas, concejal de Obras e Servizos. Recordó que una limitación a 100 «xa non é autoestrada». Sobre el peaje, señaló que su grupo, el BNG, mantiene la postura de siempre: su eliminación, apoyando cuantas medidas vayan en ese sentido. En cuanto al radar, quiere pensar que lo han colocado «por motivos de seguridade».
El alcalde, Evencio Ferrero, cree que sí se puede adoptar algún acuerdo si existe consenso. Sobre el radar, comentó que está situado en una zona en la que es muy difícil no pasar de 100, y que para ello es necesario controlar el freno constantemente.
Manuel Andrade, de TeGa, señaló que esta iniciativa le parece bien. Echa de menos que no haya llegado antes: «O alcalde de Carballo pasou anos manifestándose constantemente sobre este tema, pero dende que está no cargo non volveu facelo». Dice que el rescate tiene un elevado coste.
José Antonio Viña, del PSOE, cree que las obras del tramo de Arteixo van para largo, así que habría que adoptar alguna medida excepcional, y apoyará lo que se proponga. Pero, en general, cree que el segundo peaje no tiene ningún sentido, ni con obras ni sin ellas.
Los usuarios habituales de la AG-55 mostraron ayer su desagrado por el elevado número de multas que está aplicando el nuevo radar de tramo entre los puntos kilométricos 11,7 y 14,8, en el tramo de Arteixo. y lo hicieron tanto a través de Radio Voz Bergantiños, mediante llamadas en directo, como en las redes sociales, aprovechando los comentarios en los espacios de Radio Voz,de La Voz y otros foros locales.
Una de las oyentes manifestó que este tipo de medidas solo se implantan «para sacar os cartos» a los conductores. Ella también ha sido sancionada. Cree que cuando se ve la señal que avisa ya casi no da tiempo a frenar.
Andrés Castro Fiuza, de Cee,. lamenta que se cobre el peaje en general en algo que se construyó con dinero público, que debe servir para eliminar el tráfico del centro de los pueblos. No le parece bien que si le están cobrando para poder ir a 120, ahora no pueda hacerlo. Criticó el papel de muchos políticos en este asunto. Una tercera oyente llamó para manifestar su total acuerdo con la llamada anterior.
A través de Facebook, un vecino de Carballo explicaba que en estos primeros meses del año ya le han impuesto siete multas, y por tanto sería una más que las que tiene el profesor en de francés A Laracha que ayer hacía patente su enfado en este periódico porque le han caído seis. Para otra lectora, Yolanda Angeriz, el objetivo no es otro que la «caza e captura» de los conductores de la autopista. Paloma Ferro indicaba que ella es una de las 3.000 sancionadas. Para Dolores Pereira, se trata de un «atraco e unha burla». Laura Rojo considera que quien más padece estas multas es la gente obrera que se levanta a las seis de la mañana para ir a trabajar, pero no los «señoritos». Verónica Márquez está de acuerdo en el que el panel que avisa debería estar mucho más visible». Y como estos, muchos más.
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