Las patronales del transporte de mercancías por carretera no aceptan el plan del Gobierno de prohibir la circulación de camiones pesados en tramos de carretera convencional con "alta intensidad de tráfico". El Ministerio de Fomento les ha presentado un plan para desviar los camiones "de cuatro o más ejes" -unos 100.000 en España, según fuentes del sector- a 16 tramos de autopistas de peaje, con unos 1.360 kilómetros en total.
La administración "compensaría" a esos camioneros con bonificaciones del 50% del coste del peaje, o del 35% para los camiones que ya circulasen por autopista al entrar en alguno de los tramos citados.
Para Fomento el plan supone una "mejora de la seguridad y ahorro de tiempo y de combustible", y para lograrla ha presupuestado ya para este año 10 millones de euros, que se destinarían a la subvención de peajes si la medida se pone en marcha.
Las principales patronales del sector de muestran dispuestas al diálogo. Les parece bien que se reduzca el peaje a pagar por los camioneros para incentivar el tráfico por las autopistas y descongestionar las vías convencionales. Pero condicionan su apoyo a la propuesta del Gobierno a que se mantenga la voluntariedad de esa opción. Si el Gobierno pretendiese imponer la norma sin consenso, se opondrían a ello.
"Nunca descartamos la movilización, pero como último recurso, después de agotar todo tipo de negociación", declara a la Cadena Ser Ovidio de la Roza, presidente de CETM. Para Julio Villaescusa, presidente de Fenadismer, "si el plan se aplica por la fuerza, el sector se va a enfadar. La obligatoriedad del uso de las autopistas -añade- supondría un coste adicional para las arcas del Estado -que pagaríamos entre todos- y para los exiguos bolsillos de los transportistas, que ya estamos pasando por una crisis tremenda".
Ovidio de la Roza cuestiona también aspectos técnicos de la propuesta de Fomento, como el hecho de que se incluyan tramos a los que atribuye una escasa intensidad de tráfico en las vías convencionales. Como el Cartagena - Vera, para el que se plantea como opción obligatoria la AP-7 de peaje. "En ese tramo sabemos que no circula prácticamente nadie -sostiene- y no sabemos por qué se ha incluido en la propuesta de Fomento".
Una circunstancia que cuestiona el objetivo declarado por el Gobierno de "reducir la elevada congestión en determinadas carreteras convencionales que registran altas intensidades de tráfico".
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