La banca acreedora le ha doblado el pulso al Ejecutivo, concretamente a la ministra de Fomento,Ana Pastor (en la imagen). ¿Recuerdan?: “El Gobierno puso sobre la mesa una propuesta (acerca de las radiales) sobre la mesa y se sigue trabajando con una sola finalidad, que pasa por que la solución nunca suponga un rescate, ni suponga un solo euro para los españoles”. Lo dijo Pastor el pasado 10 de febrero. Y no era, ni mucho menos, la primera vez que lo hacía.
Pues va a ser que no. Al final, lo de las radiales va a ser un rescate que nos va costar a todos los españoles la friolera de 2.000 millones de euros en intereses.
¿Qué ha pasado para que el Ejecutivo haya cedido? Muy sencillo. La liquidación judicial de las autopistas deficitarias supone que el Gobierno tiene que hacer frente a la Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), más cara todavía que el rescate. Por eso ha cedido a las pretensiones de la banca acreedora y está dispuesto a pagarle un bono al 3% -no al 1% como quería Pastor- durante 30 años.
Es decir, sobre una deuda de más de 2.200 millones de euros –tras la quita del 50%-, estamos hablando de unos intereses que rozan los 2.000 millones. El total de la ‘factura’ a pagar alcanza los 4.200 millones de euros.
Todo esto suponiendo que la banca acepte esta oferta del Gobierno, realizada in extremis. Efectivamente, puede que haya llegado demasiado tarde, ya que las entidades acreedoras tienen provisionadas las pérdidas desde hace tiempo. A estas alturas del partido, ya no se juegan nada y prefieren que liquide el juez. Algo cobrarán. Aunque si el bono es a 30 años y, sobre todo, a un interés fijo del 3%...
Otra circunstancia que frena a la banca: la condición impuesta por la ministra de que debencomprar la deuda que está en manos de las entidades extranjeras. El problema es que esas entidades han dado un paso más y ya están litigando en los tribunales. La cosa se complica.
Y todo por unas autopistas sin sentido alguno, hechas por unos chiflados en un momento de euforia económica, cada vez más alejada de la realidad.
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