El Ayuntamiento de Oliva exige al Ministerio de Fomento que liberalice «de manera inmediata» y «urgente» la AP-7, al menos en el tramo que va desde Xeresa hasta Ondara, para que sea factible el enlace sur de la variante que se ha proyectado. La nueva infraestructura tendrá un coste de 29 millones de euros y unirá la carretera Nacional 332, a la altura del hostal del Tardà, con la autopista, desde el tramo del cementerio.
Con el nuevo trazado se pretende evitar que miles de vehículos (sobre todo pesados) atraviesen cada día el centro de la ciudad así como desviar el tráfico rodado. Al mismo tiempo, el vial servirá para conectar en un futuro el acceso a los polígonos industriales Jovades, en los sectores 4 y 17 y los nuevos viales a las playas.
La alcaldesa de Oliva en funciones, Ana Morell, fue rotunda ayer al reclamar una solución a la congestión que sufre diariamente la N-332. «No podemos soportar más el tráfico actual, puesto que está poniendo en grave peligro el desarrollo de la ciudad e incluso de los planes estratégicos como el del casco histórico».
La propuesta de construcción de la salida ronda sur de Oliva está en exposición pública desde finales de enero. El consistorio dio a conocer ayer las tres alegaciones que ha presentado, las cuales están condicionadas a la liberalización de la autopista ya que, si no es así, «no tiene ningún sentido construir dicho acceso».
Principalmente, porque según los informes técnicos, los ciudadanos que vengan de Alicante a Oliva «quedarán obligatoriamente introducidos en el peaje de la autopista porque la salida hacia nuestra ciudad quedará como una salida muy secundaria y se producirá una trampa para ellos».
El gobierno aclaró ayer que, antes de que el expediente de obras vaya adelante, debe de haber un compromiso firme del Ministerio de Fomento para que el tramo de la autopista entre Xeresa y Ondara quede libre de peaje. De lo contrario, según Morell, se puede entender que el trazado pretende conseguir una mayor recaudación.
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