Siempre escucho con precaución a Salvador Alemany, presidente de Abertis (en la imagen). Es el típico catalán con sentido común y con mucha experiencia en infraestructuras y de la CPP, penúltimo invento de siglas que significan ‘colaboración público-privada’. El martes 1 de abril cumplía su décimo quinta junta general de accionistas en la empresa de infraestructuras.
Y es entonces cuando Alemany justifica que sea el Estado quien corra con el coste de la quiebra de las autopistas radiales; ya saben, esos monstruos colocados, al menos la mayoría, en paralelo a autopistas gratuitas, monstruos que nadie quiere utilizar. Ahí va su argumentación: la titularidad de las autopistas es de la Administración. Si la Administración recupera este activo antes de tiempo, está previsto, desde el principio, que sea la Administración quien adquiera la responsabilidad patrimonial de la Administración (RPA), que es la que permite que los bancos financien. Pues que no financien.
En definitiva, que si gana, gana la concesionaria que, además, no arriesga, y si pierde, pierde el Estado. Pues para eso que las carreteras sean públicas y que se cobre un canon público para circular por ellas. No hay privatización del beneficio y socialización de las pérdidas.
Sí, don Salvador, eso es justamente lo que hay: socialización de las pérdidas y aprovechamiento de las ganancias. Pero sobre todo, lo más grave es que no hay riesgo. Y los negocios sin riesgo son como los periodistas millonarios: nunca son honrados.
No, esta vez no estoy de acuerdo con Alemany. Comprendo que, como presidente de una constructora, tiene que defender esa postura peor no la pueod aceptar. La mejor salida sería la liquidación y, ojo, nunca más la titularidad individual con responsabilidad colectiva.
Hispanidad.com 02/04/2014
Y es entonces cuando Alemany justifica que sea el Estado quien corra con el coste de la quiebra de las autopistas radiales; ya saben, esos monstruos colocados, al menos la mayoría, en paralelo a autopistas gratuitas, monstruos que nadie quiere utilizar. Ahí va su argumentación: la titularidad de las autopistas es de la Administración. Si la Administración recupera este activo antes de tiempo, está previsto, desde el principio, que sea la Administración quien adquiera la responsabilidad patrimonial de la Administración (RPA), que es la que permite que los bancos financien. Pues que no financien.
En definitiva, que si gana, gana la concesionaria que, además, no arriesga, y si pierde, pierde el Estado. Pues para eso que las carreteras sean públicas y que se cobre un canon público para circular por ellas. No hay privatización del beneficio y socialización de las pérdidas.
Sí, don Salvador, eso es justamente lo que hay: socialización de las pérdidas y aprovechamiento de las ganancias. Pero sobre todo, lo más grave es que no hay riesgo. Y los negocios sin riesgo son como los periodistas millonarios: nunca son honrados.
No, esta vez no estoy de acuerdo con Alemany. Comprendo que, como presidente de una constructora, tiene que defender esa postura peor no la pueod aceptar. La mejor salida sería la liquidación y, ojo, nunca más la titularidad individual con responsabilidad colectiva.
Hispanidad.com 02/04/2014
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