Con motivo del I Foro Ibérico de la Logística, empresarios de España y Portugal compartieron la semana pasada sus experiencias y preocupaciones sobre el futuro del sector. José Luis Simões tuvo una ponencia y se refirió al potencial de los puertos en la Península y a la necesidad de habilitar autopistas del mar para potenciar este sector. Criticó la excesiva burocracia del negocio, la falta de planes para el tren de mercancías y la posibilidad de que se cobre por el uso de las carreteras. Sin embargo, destacó la intención del Gobierno español de potenciar la logística.
Pregunta. ¿Cómo analiza el momento que atraviesa la logística en la Península Ibérica?
Respuesta. Es un momento crítico para las empresas ibéricas de logística pues están tomando impulso los operadores ingleses, franceses y alemanes. Esto revela una falta de jugadores locales importantes, lo que nos resta competitividad. Es verdad que se están impulsando cambios relevantes, pero pese a esto hay muchos operadores que están cayendo por problemas de solvencia, lo que resta competitividad.
P. Confluyen el alza de combustible, la crisis de consumo y la atomización del sector de transporte de las mercancías...
R. Los tres factores han afectado mucho, pero en formas distintas. El alza de combustible es un problema de demanda y oferta y nos debemos acoplar. La contratación para la logística de materiales de construcción decayó y la posterior crisis redujo el consumo de otros insumos con una afectación también a la logística de los mismos. Otro tema es la proliferación de multicanales y de empresas pequeñas que manejan dinámicas propias, pero esto es un problema que se puede solucionar organizándolos mejor.
P. El Gobierno español ha llegado a barajar el pago por el uso en las carreteras de alta capacidad, como ya ocurre en otros países europeos. ¿Qué impresión le merece?
R. Si eso llega a ocurrir se restaría competitividad a las empresas ibéricas de logística. Los peajes no añaden valor a las autovías, lo restan. Se busca gravar con impuestos algo que podría generar competitividad.
P. El tráfico de mercancías por tren representa el 4% en España mientras que en Europa esa cifra bordea el 17%. ¿Cómo potenciar este medio de transporte en la cadena logística?
R. En diez años el tren ha perdido diez millones de toneladas de carga y cuántas más inversiones se han hecho en el ferrocarril, más cuota de mercado ha perdido. No se trata de un tema de inversión sino de falta flexibilidad. El tren, tal como está planteado actualmente, resta valor a la cadena. Más bien sería necesario alimentar los puertos, que tienen costos de exportación más competitivos. La tendencia es reforzar las funciones marítimas en vez de las ferroviarias.
P. ¿El impulso de las autopistas del mar podría ser una opción para el transporte de carga?
R. Esa posibilidad me entusiasma. Sería una oportunidad para desburocratizar los procesos y convertir a la circulación de mercancías en un elemento que fluya. Además, los puertos serían más funcionales. Los de la península Ibérica han tenido mejoras, pero se necesita hacer algunas inversiones en tecnologías y, sobre todo, es preciso un cambio de mentalidad entre los funcionarios.
P. El Gobierno lanzó un ‘Plan Logístico Nacional’ con una inversión que llegará a los 8.000 millones. ¿Le parece una medida efectiva?
R. Es una propuesta que revela la preocupación del Gobierno por este sector y cómo se puede impulsar la economía desde esta arista. Lo óptimo sería no realizar inversiones absurdas que con el paso de los años queden inutilizadas. Será históricamente relevante en la medida que añada valor a la cadena y sea puesto en marcha de forma racional.
P. ¿Qué posibilidades existen de convertir a la logística en un motor para la economía?
R. Ya lo es, pues las cadenas de distribución son claves para el desarrollo económico. Una cadena bien estructurada puede colocar productos a un valor competitivo, más aun cuando la ubicación de la Península Ibérica resulta clave.
España y Portugal tienen objetivos comunes
La ministra de Fomento, Ana Pastor, viene reiterando que la logística juega un papel fundamental y que el Gobierno de España ha apostado por ella a través de la Estrategia Logística Española, un plan de acción inspirado en los valores del Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (PITVI). “Queremos potenciar la intermodalidad, muy especialmente en los accesos viarios y ferroviarios a los puertos y centros industriales”, suele decir. El presupuesto de inversión previsto en la Estrategia Logística asciende a 7.650 millones, de los que 3.350 millones se destinarán a actuaciones de mejora de las conexiones ferroviarias; 1.300 millones de euros a la mejora de los accesos terrestres a los puertos; y 3.000 millones de euros para terminales logísticas y otras actuaciones.
Pastor recalca que la colaboración entre España y Portugal ha fomentado acuerdos beneficiosos para los ciudadanos y las empresas y ha insistido en que, en materia de infraestructuras de transporte, son muchas las sinergias que se pueden aprovechar.
En la reunión con el ministro de Economía de Portugal, Antonio Pires, se consiguió avanzar en cuestiones de transporte: el Bloque Funcional de Espacio Aéreo Sudoeste, las conexiones ferroviarias, y los convenios sobre puentes internacionales.
Pregunta. ¿Cómo analiza el momento que atraviesa la logística en la Península Ibérica?
Respuesta. Es un momento crítico para las empresas ibéricas de logística pues están tomando impulso los operadores ingleses, franceses y alemanes. Esto revela una falta de jugadores locales importantes, lo que nos resta competitividad. Es verdad que se están impulsando cambios relevantes, pero pese a esto hay muchos operadores que están cayendo por problemas de solvencia, lo que resta competitividad.
P. Confluyen el alza de combustible, la crisis de consumo y la atomización del sector de transporte de las mercancías...
R. Los tres factores han afectado mucho, pero en formas distintas. El alza de combustible es un problema de demanda y oferta y nos debemos acoplar. La contratación para la logística de materiales de construcción decayó y la posterior crisis redujo el consumo de otros insumos con una afectación también a la logística de los mismos. Otro tema es la proliferación de multicanales y de empresas pequeñas que manejan dinámicas propias, pero esto es un problema que se puede solucionar organizándolos mejor.
P. El Gobierno español ha llegado a barajar el pago por el uso en las carreteras de alta capacidad, como ya ocurre en otros países europeos. ¿Qué impresión le merece?
R. Si eso llega a ocurrir se restaría competitividad a las empresas ibéricas de logística. Los peajes no añaden valor a las autovías, lo restan. Se busca gravar con impuestos algo que podría generar competitividad.
P. El tráfico de mercancías por tren representa el 4% en España mientras que en Europa esa cifra bordea el 17%. ¿Cómo potenciar este medio de transporte en la cadena logística?
R. En diez años el tren ha perdido diez millones de toneladas de carga y cuántas más inversiones se han hecho en el ferrocarril, más cuota de mercado ha perdido. No se trata de un tema de inversión sino de falta flexibilidad. El tren, tal como está planteado actualmente, resta valor a la cadena. Más bien sería necesario alimentar los puertos, que tienen costos de exportación más competitivos. La tendencia es reforzar las funciones marítimas en vez de las ferroviarias.
P. ¿El impulso de las autopistas del mar podría ser una opción para el transporte de carga?
R. Esa posibilidad me entusiasma. Sería una oportunidad para desburocratizar los procesos y convertir a la circulación de mercancías en un elemento que fluya. Además, los puertos serían más funcionales. Los de la península Ibérica han tenido mejoras, pero se necesita hacer algunas inversiones en tecnologías y, sobre todo, es preciso un cambio de mentalidad entre los funcionarios.
P. El Gobierno lanzó un ‘Plan Logístico Nacional’ con una inversión que llegará a los 8.000 millones. ¿Le parece una medida efectiva?
R. Es una propuesta que revela la preocupación del Gobierno por este sector y cómo se puede impulsar la economía desde esta arista. Lo óptimo sería no realizar inversiones absurdas que con el paso de los años queden inutilizadas. Será históricamente relevante en la medida que añada valor a la cadena y sea puesto en marcha de forma racional.
P. ¿Qué posibilidades existen de convertir a la logística en un motor para la economía?
R. Ya lo es, pues las cadenas de distribución son claves para el desarrollo económico. Una cadena bien estructurada puede colocar productos a un valor competitivo, más aun cuando la ubicación de la Península Ibérica resulta clave.
España y Portugal tienen objetivos comunes
La ministra de Fomento, Ana Pastor, viene reiterando que la logística juega un papel fundamental y que el Gobierno de España ha apostado por ella a través de la Estrategia Logística Española, un plan de acción inspirado en los valores del Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (PITVI). “Queremos potenciar la intermodalidad, muy especialmente en los accesos viarios y ferroviarios a los puertos y centros industriales”, suele decir. El presupuesto de inversión previsto en la Estrategia Logística asciende a 7.650 millones, de los que 3.350 millones se destinarán a actuaciones de mejora de las conexiones ferroviarias; 1.300 millones de euros a la mejora de los accesos terrestres a los puertos; y 3.000 millones de euros para terminales logísticas y otras actuaciones.
Pastor recalca que la colaboración entre España y Portugal ha fomentado acuerdos beneficiosos para los ciudadanos y las empresas y ha insistido en que, en materia de infraestructuras de transporte, son muchas las sinergias que se pueden aprovechar.
En la reunión con el ministro de Economía de Portugal, Antonio Pires, se consiguió avanzar en cuestiones de transporte: el Bloque Funcional de Espacio Aéreo Sudoeste, las conexiones ferroviarias, y los convenios sobre puentes internacionales.
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