Con la autopista de peaje entre Ocaña y La Roda (AP-36) en quiebra, a nadie se le ocurre hablar ya de prolongar esta carretera de pago hasta Chinchilla, tal y como llegó a barajar el Ministerio de Fomento antes de que esta vía de peaje llegase a acumular una pérdida del 50% de los coches que por ella circulan.
En época de bonanza, los atascos en la A-31 se hacían casi inevitables cada vez que llegaban vacaciones o puentes. «Recuerdo bien aquellas colas kilométricas cuando sobrevolaba la carretera en el helicóptero», precisa la que es ahora jefa provincial de Tráfico, Cruz Hernando.
Hoy es más difícil ver aquellos embotellamientos. Algunos datos ilustran el desplome del tráfico: en julio del 2013 pasaron por la A-31 poco más de un millón de coches, un 17% menos que en julio del 2008. Aún así el volúmen de tráfico que circula por la autovía a su paso por Albacete es considerable, por ejemplo, en agosto del año pasado más de 1,3 millones de coches pasaron por la variante.
En el año 2009, bajo la batuta del ministro socialista José Blanco llegó a encargarse a la empresa Eptisa, por 1,13 millones de euros, que hiciese un estudio de viabilidad de la prolongación de la autopista AP-36 entre La Roda y Chinchilla. Unos 50 kilómetros, también de pago, que construiría una empresa a la que se encargaría la concesión, para evitar las importantes retenciones que se daban en coches que viajaban con destino a Murcia y Alicante.
La Tribuna de Albacete.es 07/04/2014
La Tribuna de Albacete.es 07/04/2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario