viernes, 11 de abril de 2014

El Rescate de las Autopistas Quebradas


¿Os acordáis de aquella “navallada contra a paisaxe e mailo medio ambente” que suponía la Autopista del Atlántico, que ahora une A Coruña con Portugal? Sí, la construcción de la vía que vertebra el territorio gallego, uniéndolo de norte a sur, fue contestada por la izquierda, esa misma izquierda que hoy no solo la usa a diario, sino que incluso la defiende protestando contra medidas contrarias a los intereses de los ciudadanos, como por ejemplo un posible aumento de tarifas.

Esto ocurrió esta semana y muchos nos unimos al colapso porque nos preocupan dos cosas: que con la disculpa de la quiebra de diez autopistas y autovías estatales nos apliquen otro subidón de peajes y de esta forma, como los tiempos no son precisamente boyantes, tengamos que volver a circular por la vieja carretera nacional de las mil curvas entre Tui y Ferrol.

Es verdad. El tiempo dio la razón a los que pensaban que la Autopista del Atlántico iba a suponer la más importante infraestructura de nuestra historia, por eso los usuarios de la AP-9 agradecemos este tipo de acciones-colapso por parte de partidos que siempre se mostraron contrarios a este tipo de construcciones porque “es de sabios rectificar”. Además, estoy convencido de que si la izquierda nacionalista no da la batalla, los socialdemócratas y la derecha se quedarán a “velas ver”, rezando para que la subida llegue después de las elecciones europeas de Mayo…


Con todo lo que esto preocupa en Galicia, a nivel estatal, el asunto de la posible quiebra de diez autopistas y autovías mantiene desvelada por las noches a la ministra Ana Pastor porque alguien ha pronunciado otra vez la palabra “rescate” en el consejo de ministros. Y la ministra gallega, que es de lo mejorcito que se sienta en Moncloa con Rajoy, no está dispuesta a pagar la mala gestión de las grandes empresas y de los bancos con el dinero de los ciudadanos.

Verás, el asunto es que diez autopistas y autovías han quebrado por falta de uso; unos dicen que por la crisis y otros que por mala planificación; esta se debería, en tal caso, a los ministros Arias Salgado y Álvarez Cascos. Su deuda, en el momento actual, casi roza los cinco mil millones de euros. Son empresas privadas que deben esa cantidad no solo a las constructoras y bancos españoles, sino también a bancos extranjeros.

La ministra sugiere una quita en el proceso concursal del cincuenta por ciento, pero los bancos extranjeros se oponen. De esta forma y si no hay acuerdo, habría que clausurar la empresa, que en este caso es cerrar las autopistas y autovías afectadas.

Ana Pastor dice que la operación no le costará nada a los españoles porque se propone emitir bonos a treinta años para pagar la mitad de la deuda, bonos que pagarán asimismo la reactivación del negocio de los peajes.

Lo que la gente se pregunta es si el Estado será capaz de llevar adelante un negocio que los grandes especialistas llevaron a la quiebra…


También hay otro trasfondo… Miles de empresas privadas, pequeñas y medianas, han quebrado en el año de la desgracia, que fue el 2013, cuando la crisis dicen que tocó fondo… ¿No tienen el mismo derecho esos mismos empresarios a pedir que se les rescate? 

¿Por qué tenemos la misma sensación siempre de que este gobierno solo favorece a sus amiguetes? Algunas de las empresas “favorecidas” figuran en el Caso Bárcenas y los bancos españoles son los de siempre:Santander, BBVA, Popular, Bankia y Caixabank.

Las empresas afectadas dicen que la solución está en cobrar a los ciudadanos peaje en las autovías porque así irían todos los por las autopistas… ¿No les resultaría mejor bajar todos los peajes a precios normales para conseguir un mayor número de clientes? 

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