Venga ya mujer, no nos cuente cuentos chinos, ahora dice que el tráfico de las Radiales se recuperará en 20 años. Eso se lo cuenta a otros, que aquí no cuela, Señora Ministra. Y no cuela porque ya se lo dijimos en los 90, cuando se pusieron a hacerlas, con pico y pala decía la Seña Aguirre, con pico y pala y los dineros de todos los madrileños, extremeños e incluso catalanes y vascos.
Ni son necesarias. Ni solventarán ningún problema. Ni engañarán a nadie para que las use y nos llamaron agoreros y contrarios al progreso. Bonito progreso.
El primer gran error en la construcción de las Radiales parte de su propia concepción. No son carreteras concebidas para el uso diario sino para los fines de semana, vacaciones y fiestas de guardar. Solo en esos momento el tráfico resulta razonable, pero desde 2009 ni por esas, pero vaya, que antes tampoco.
Las Intensidades Medias Diarias (cantidad de vehículos que utilizaban estas vías todos los días) antes de la crisis eran paupérrimas, en 2006, año de vacas gordas donde los haya, donde ni Golman Sachs ni el FMI de Rato, ni nadie (bueno algunos agoreros izquierdistas y ecologistas sí) vaticinaba la que se nos venía encima, los datos eran de pena:
Estuve hace un par de años en un curso sobre Infraestructuras del nada sospechoso de alternativo, ecologista o izquierdista, Instituto de Empresa, en el que los “dueños” de las Radiales echaban la culpa a la mala planificación del Ministerio de Fomento (del ínclito Cascos, el mismo de “que se lleven esa barco, coño” que acabo chapapoteando media Europa), que abultó las cifras previstas de usuarios y les endiño a las constructoras, luego travestidas en gestoras de autopistas, un gasto imposible de recuperar. Eso decían los que se metieron libremente en ese enredo, como dice la Ley “a riesgo y ventura” y que ahora lloran a Papá Estado (esto lo dicen los Neoliberales de ONGs, Sindicatos y cualquier otra entidad que recibe subvenciones públicas, pero que no aplican a sus empresas mal gestionadas y peor dirigidas). Es absolutamente vergonzoso, por lo tanto, que ahora vengan a llorar y sobre todo, que el Gobierno de Rajoy acepte un “rescate” más que injustificado.
“Si esas empresas no se pueden mantener, que cierren” (esta frase es de Esperanza Aguirre, no mía) y entonces sí. Entonces que se haga cargo el Estado (que para algo servirán: de lanzaderas de autobuses, para vehículos de alta ocupación o simplemente, carriles bici de interconexión entre el área metropolitana y la capital del reino, que seguro que más bicicletas circularían por ellas que coches en la actualidad).
Pero además de vergonzoso, es indignante que con menos de la mitad de lo que nos van a sangrar para recuperar estas vías inservibles, se pudiera curar la pobreza extrema de varios millones de españoles y españolas y nos los gastemos en asfalto y en seguir quemando gasolina y gasóleo. Seguir contaminando nuestro ya muy contaminado aire (os recuerdo que según la Organización Mundial de la Salud, en Madrid esta año morirán más de 3.000 personas por enfermedades ocasionadas o agravadas por la contaminación atmosférica) y seguir haciendo más pobres a los que ya casi no tienen nada y más ricos a los que lo tienen todo (bancos y grandes constructoras).
Desde este rincón del mundo, esta Sandía pide a la Ministra de Fomento que deje de gastar dinero en pensar cuándo y cómo podrá recuperar las Radiales. Que cada palo aguante su vela (como hacen lo que no pueden pagar la letra de su piso) y que se ponga a pensar cómo recomponer la inversión pública para genera empleo, sin jorobarnos el medio ambiente y atendiendo a los débiles y no a los poderosos.
Diario Progresista.es 01/04/2014
Ni son necesarias. Ni solventarán ningún problema. Ni engañarán a nadie para que las use y nos llamaron agoreros y contrarios al progreso. Bonito progreso.
El primer gran error en la construcción de las Radiales parte de su propia concepción. No son carreteras concebidas para el uso diario sino para los fines de semana, vacaciones y fiestas de guardar. Solo en esos momento el tráfico resulta razonable, pero desde 2009 ni por esas, pero vaya, que antes tampoco.
Las Intensidades Medias Diarias (cantidad de vehículos que utilizaban estas vías todos los días) antes de la crisis eran paupérrimas, en 2006, año de vacas gordas donde los haya, donde ni Golman Sachs ni el FMI de Rato, ni nadie (bueno algunos agoreros izquierdistas y ecologistas sí) vaticinaba la que se nos venía encima, los datos eran de pena:
- R-2: IMD 9.141 Vehículos
- R-3: IMD 15.888 Vehículos. La mejor, porque es la única que permite acceder directamente a Madrid, a O’donnell.
- R-4: IMD 7.185 Vehículos.
- R-5 IMD 9.6.950 Vehículos
Estuve hace un par de años en un curso sobre Infraestructuras del nada sospechoso de alternativo, ecologista o izquierdista, Instituto de Empresa, en el que los “dueños” de las Radiales echaban la culpa a la mala planificación del Ministerio de Fomento (del ínclito Cascos, el mismo de “que se lleven esa barco, coño” que acabo chapapoteando media Europa), que abultó las cifras previstas de usuarios y les endiño a las constructoras, luego travestidas en gestoras de autopistas, un gasto imposible de recuperar. Eso decían los que se metieron libremente en ese enredo, como dice la Ley “a riesgo y ventura” y que ahora lloran a Papá Estado (esto lo dicen los Neoliberales de ONGs, Sindicatos y cualquier otra entidad que recibe subvenciones públicas, pero que no aplican a sus empresas mal gestionadas y peor dirigidas). Es absolutamente vergonzoso, por lo tanto, que ahora vengan a llorar y sobre todo, que el Gobierno de Rajoy acepte un “rescate” más que injustificado.
“Si esas empresas no se pueden mantener, que cierren” (esta frase es de Esperanza Aguirre, no mía) y entonces sí. Entonces que se haga cargo el Estado (que para algo servirán: de lanzaderas de autobuses, para vehículos de alta ocupación o simplemente, carriles bici de interconexión entre el área metropolitana y la capital del reino, que seguro que más bicicletas circularían por ellas que coches en la actualidad).
Pero además de vergonzoso, es indignante que con menos de la mitad de lo que nos van a sangrar para recuperar estas vías inservibles, se pudiera curar la pobreza extrema de varios millones de españoles y españolas y nos los gastemos en asfalto y en seguir quemando gasolina y gasóleo. Seguir contaminando nuestro ya muy contaminado aire (os recuerdo que según la Organización Mundial de la Salud, en Madrid esta año morirán más de 3.000 personas por enfermedades ocasionadas o agravadas por la contaminación atmosférica) y seguir haciendo más pobres a los que ya casi no tienen nada y más ricos a los que lo tienen todo (bancos y grandes constructoras).
Desde este rincón del mundo, esta Sandía pide a la Ministra de Fomento que deje de gastar dinero en pensar cuándo y cómo podrá recuperar las Radiales. Que cada palo aguante su vela (como hacen lo que no pueden pagar la letra de su piso) y que se ponga a pensar cómo recomponer la inversión pública para genera empleo, sin jorobarnos el medio ambiente y atendiendo a los débiles y no a los poderosos.
Diario Progresista.es 01/04/2014
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