En teoría, seguir pagando peaje para circular por la autopista AP-7
se acabará en poco más de un lustro. La pasada semana, el secretario de
estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, confirmó a la Xarxa de
Alcaldes de la Marina Alta lo que con anterioridad ya habían anunciado
otros responsables del Ministerio de Fomento: que en 2019, cuando
concluya la actual concesión, la AP-7 dejará de ser de pago entre
Valencia y Tarragona después de casi medio siglo. La Conselleria de
Infraestructuras también lo ha dado por hecho. No obstante, falta saber
si este anuncio, por el que llevan suspirando tantos años las
poblaciones de la Marina, será o no un brindis al sol. Para empezar,
Abertis, la concesionaria que en la actualidad explota tan vital eje de
comunicaciones, opina que la liberalización no será factible.
Así,
el presidente de Abertis, Salvador Alemany, declaró a la agencia EFE
que no ve posible a medio plazo restringir peajes debido a las
«necesidades presupuestarias y sociales» del Estado. O en otras
palabras: que con la actual crisis que atenaza las arcas de las
administraciones públicas, el Ministerio no contará con fondos
suficientes para sufragar los costes de mantenimiento de la autopista
porque tendrá que dedicar recursos a otras cuestiones más urgentes.
Evidentemente, Alemany no es un novato en esto. Sabe de lo que habla. Y
sus palabras han enfriado un tanto la satisfacción causada por el
anuncio de Fomento, para cuya concreción aún falta además mucho tiempo. Y
dos elecciones (generales y autonómicas) de por medio hasta 2019.
Eso sí, el presidente de Abertis admitió que en cualquier caso
rescindir los peajes es una cuestión de las administraciones. Y dejó la
puerta abierta a otras posibilidades: por ejemplo, a que el Estado siga
manteniendo la concesión pero negocie con esta y con otras
concesionarias una rebaja en los peajes: «Abertis entraría en esa
negociación», ratificó Alemany.
No obstante, otros expertos consultados por La Marina Plaza
consideran que en todo este asunto se está utilizando un doble lenguaje
que incita a confusión: «una cosa es que en 2019 no se renueve la
concesión y otra que la autopista sea gratis», señaló uno de ellos,
quien añadió que «en el caso de que el Estado no tenga fondos para
mantener la AP-7 como dice Alemany, Fomento siempre tendría la opción de
rescatar la autopista y aplicar un peaje mucho menor que el actual, ya
que no habría que soportar el beneficio industrial y la recaudación iría
a parar a las propias arcas públicas».
CRONOLOGÍA DE LA AP-7 A LO LARGO DE CASI MEDIO SIGLO
AÑO | LA AP-7 |
1971 | Nace la sociedad Autopistas del Mare Nostrum (ahora integrada en Abertis) para construir y explotar la autopista Tarragona-Alicante |
1976 | Construcción del primer tramo entre Sant Joan y Altea |
1978-79 | Movilizaciones en Ondara y Pedreguer contra el paso de la autopista y la construcción de una planta asfáltica para las obras |
1985 | Culminación del itinerario Valencia-Alicante con la inauguración del último trámo entre Ondara y Xeresa |
1997 | Los gobiernos de Aznar y Zaplana deciden prorrogar la concesión hasta diciembre de 2019 |
2014 | Los gobiernos de Rajoy y Fabra anuncian que no habrá más prórrogas a partir de 2019 |
Paradojas y atascos
Otra paradoja de este asunto reside en que este mercantiles como la de Alemany hablen de problemas para el Estado a la hora de pasar a gestionar aquellas autopistas que siguen aportando dividendos y en cambio no para las que se encuentran en quiebra, como las nueve vías que Fomento está a punto de rescatar y entre las que se incluye la segunda circunvalación de Alicante, en la que participa precisamente Abertis.
Eso no es óbice para indicar que la crisis también le ha pasado
factura a la propia AP-7. Por ejemplo, el tramo comprendido entre
Valencia y Alicante ha perdido desde 2007 prácticamente la mitad de su
tráfico: ese año transitaron por el vial 29.411 vehículos; en 2013,
16.273.
Como para el resto de las comarcas que se encuentran en el litoral entre Valencia y Alicante, la liberalización de la AP-7 es un asunto crucial para la Marina Alba y Baixa. Un sólo dato: cada día sufren atascos 53.000 vehículos en Altea, Benissa y Gata, tres municipios donde está pendiente la ejecución de las variantes de la Nacional 332, pero para los que una autopista gratis supondría un alivio considerable.
La Marina Plaza.com 02/04/2014
Como para el resto de las comarcas que se encuentran en el litoral entre Valencia y Alicante, la liberalización de la AP-7 es un asunto crucial para la Marina Alba y Baixa. Un sólo dato: cada día sufren atascos 53.000 vehículos en Altea, Benissa y Gata, tres municipios donde está pendiente la ejecución de las variantes de la Nacional 332, pero para los que una autopista gratis supondría un alivio considerable.
La Marina Plaza.com 02/04/2014
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