Rubén Ayensa en las puertas del hotel Zenit de Calahorra. :: m.f. |
Incertidumbre y pesimismo. En esas dos palabras se puede resumir el sentimiento de todos los trabajadores de los restaurantes que pueblan la N-232 a su paso por La Rioja que se verán afectadas por la medida que pretende llevar a cabo el Ministerio de Fomento de vetar estas vías a los camiones. Son sus clientes del día a día, los que les dan de comer.
Rubén Ayensa es el director del hotel Zenit de Calahorra. Allí la noticia ha caído como un jarro de agua fría. «Lo hemos comentado esta mañana en la mesa de trabajo y todos nos tememos que nuestros puestos de trabajo pueden peligrar porque los camioneros suponen más del 50% de nuestros ingresos y sin ese porcentaje no hay negocio que se pueda mantener», comenta explicando que todos se han llevado las manos a la cabeza al conocer la noticia.
Se remonta a la creación de las circunvalaciones y lo que pasó con los hostales de carreteras secundarias para ejemplificar lo que puede pasar en estos momentos. «Nosotros somos 23 familias y sabemos a la perfección que sin las paradas de los camioneros sobramos más de la mitad del personal cuando no todos», asegura.
Y es que en torno al 70% de sus clientes son transportistas. «Los tenemos a la hora del desayuno, en los almuerzos, a tomarse un café en la parada de descanso, a comer, a cenar e incluso, aunque en menor medida, a dormir», comenta.
No se explica muy bien el por qué de esta decisión en estos momentos. «Hace unos años te costaba subir a Logroño una hora y ahora lo puedes hacer en 35 minutos porque se ha invertido mucho dinero en mejorar las infraestructuras a lo largo de los años», comenta.
En plena cuesta de la gata asegura que «la siniestralidad que había hace años con camiones implicados en esta carretera no tiene nada que ver con la que hay ahora, creo que el peso de vehículos ha podido bajar incluso el 260% con respecto a hace ocho años», dice mientras intenta recordar cuál fue el último accidente en el que estuvo implicado un camión en la zona sin conseguirlo.
«Si se termina tomando esta medida puede que estemos hablando de la pérdida de decenas de empleos en La Rioja sin olvidar los puestos indirectos como nuestros suministradores o las gasolineras de carretera que viven de llenar depósitos de los camiones», asegura desde el restaurante donde trabaja.
La medida aún le genera muchas dudas. «Además la carretera no va a quedar libre de camiones porque por algún sitio tendrán que ir los que vayan a los municipios en los que no hay salida de autopista», se pregunta. Otro problema que se plantea es la situación en la que queda la autopista. «Tendremos una vía de doble sentido y una autopista llena de camiones». Para él esta medida es un «desastre».
La Rioja.com 06/02/2015
Rubén Ayensa es el director del hotel Zenit de Calahorra. Allí la noticia ha caído como un jarro de agua fría. «Lo hemos comentado esta mañana en la mesa de trabajo y todos nos tememos que nuestros puestos de trabajo pueden peligrar porque los camioneros suponen más del 50% de nuestros ingresos y sin ese porcentaje no hay negocio que se pueda mantener», comenta explicando que todos se han llevado las manos a la cabeza al conocer la noticia.
Se remonta a la creación de las circunvalaciones y lo que pasó con los hostales de carreteras secundarias para ejemplificar lo que puede pasar en estos momentos. «Nosotros somos 23 familias y sabemos a la perfección que sin las paradas de los camioneros sobramos más de la mitad del personal cuando no todos», asegura.
Y es que en torno al 70% de sus clientes son transportistas. «Los tenemos a la hora del desayuno, en los almuerzos, a tomarse un café en la parada de descanso, a comer, a cenar e incluso, aunque en menor medida, a dormir», comenta.
No se explica muy bien el por qué de esta decisión en estos momentos. «Hace unos años te costaba subir a Logroño una hora y ahora lo puedes hacer en 35 minutos porque se ha invertido mucho dinero en mejorar las infraestructuras a lo largo de los años», comenta.
En plena cuesta de la gata asegura que «la siniestralidad que había hace años con camiones implicados en esta carretera no tiene nada que ver con la que hay ahora, creo que el peso de vehículos ha podido bajar incluso el 260% con respecto a hace ocho años», dice mientras intenta recordar cuál fue el último accidente en el que estuvo implicado un camión en la zona sin conseguirlo.
«Si se termina tomando esta medida puede que estemos hablando de la pérdida de decenas de empleos en La Rioja sin olvidar los puestos indirectos como nuestros suministradores o las gasolineras de carretera que viven de llenar depósitos de los camiones», asegura desde el restaurante donde trabaja.
La medida aún le genera muchas dudas. «Además la carretera no va a quedar libre de camiones porque por algún sitio tendrán que ir los que vayan a los municipios en los que no hay salida de autopista», se pregunta. Otro problema que se plantea es la situación en la que queda la autopista. «Tendremos una vía de doble sentido y una autopista llena de camiones». Para él esta medida es un «desastre».
La Rioja.com 06/02/2015
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