Peajes de entrada a la ciudad, límites de velocidad, priorización de la bicicleta, peatonalizaciones, limitaciones al tráfico... Madrid lleva seis años incumpliendo los límtes legales sobre contaminación que marca la UE, y se encomienda a la lluvia para que se despeje la 'boina' de contaminación que se ha alojado sobre la cabeza de los madrileños. Mientras, Lisboa, siguiendo el ejemplo de otras grandes ciudades como Londres, París o Atenas, ha limitado este jueves la entrada de los vehículos más antiguos al centro de la urbe.
Lisboa puso la primera piedra para bajar sus emisiones con la restricción de los vehículos antiguos, cuya meta es cumplir con los límites de contaminación de la UE, dijo Tiago Farias, director de Movilidad y Transporte de la capital. Con la nueva normativa municipal, la mayoría de coches con más de 15 años —se estima que en torno al 20% de los que transitan por la urbe— no podrán circular a partir de hoy por las calles más céntricas de Lisboa, incluidas las del barrio histórico de la Baixa y la avenida da Liberdade, la arteria comercial más cara.
Las multas para los infractores de la nueva normativa, que se aplicará los días laborables de 7 a 21 horas, serán de 24 euros. La norma responde a las demandas de la UE, después de que la Comisión Europea (CE) llevase en el 2012 a Portugal ante los tribunales comunitarios por sus altos niveles de contaminación y alertase el otoño pasado con volver a hacerlo si no se tomaban más medidas. Farias, no obstante, matizó que la reducción también "depende de factores que no son solo los vehículos, como la meteorología", pues el tiempo seco agrava los niveles de contaminación.
La tercera fase de la Zona de Emisiones Reducidas (ZER) prohibirá que los vehículos fabricados antes del año 2000 circulen por la principal arteria de la capital portuguesa, la avenida da Liberdade, y por las calles del emblemático barrio de la Baixa (zona 1), para cumplir con la norma de emisiones Euro 3.
Comparación con otras ciudades:
- Madrid. En la capital de España se ha optado por una estrategia más laxa a la hora de atajar la contaminación atmosférica, sobre todo si se compara con sus vecinos europeos. Madrid ha aplicado normas menos intrusivas para los conductores, como la ampliación del horario del SER, los parquímetros inteligentes que cobran más a los coches más contaminantes o BiciMad. El pasado julio, además, se aprobó una normativa que permitirá reducir a la mitad el tráfico en el centro en episodios de alerta por alta contaminación. Aún así, el nivel máximo de alerta que prevé cierres al tráfico (que dos estaciones de la misma zona superen durante dos horas seguidas los 400 miligramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno), nunca se ha dado en la capital. Ni siquiera el último pico de contaminación registrado esta semana, o en los dos aún más graves sufridos en 2011, se llegó a tanto. De hecho, la pasada semana, la alcaldesa de la capital, Ana Botella, defendió que hoy los niveles de contaminación en Madrid son menores que hace siete años, por lo que aún parece lejano el día en que Madrid copie las medidas aplicadas en otras urbes.
- París. Se ha propuesto conseguir una ciudad sin vehículos diesel para 2015. La capital de Francia ya ha vivido varios episodios de alertas por alta contaminación en los que se prohibió la circulación de vehículos con matrículas pares e impares en días alternos y de camiones con más de 3,5 toneladas. Estocolmo. Cuenta con peajes de acceso al centro.
- Berlín. En 2007 también se prohibió la entrada al centro de los automóviles más contaminantes. Según un estudio de 2011 de la European Environmental Bureau (EEB), Berlín es la ciudad que más hace por reducir la polución.
- Hamburgo. También ha disminuido, paulatinamente, el tráfico de coches en las calles más céntricas.
- Barcelona. Ha encarecido los peajes y aparcamientos municipales. La Ciudad Condal dispone también de un plan para picos de alta contaminación similar al de Madrid, el cual se tuvo que aplicar en dos ocasiones en diciembre del año pasado, aunque las medidas que se tomaron tampoco fueron muy drásticas: El Consistorio optó entonces por limitar la velocidad en las carreteras del área metropolitana de la urbe.
- Bruselas. Aparte de la prioridad a las bicis, cuando hay episodios de alta contaminación se limita la velocidad a 50 kilómetros por hora.
- Londres. Además de restringir el tráfico rodado al centro por medio de peajes (una de las medidas más famosas y polémicas), se han llevado a cabo iniciativas como la revocación de licencias a los taxis de más de 15 años y la promoción de coches eléctricos.
- Atenas. Desde hace años se permite circular en el centro de la ciudad únicamente a los coches con matrículas pares los días pares y con impares los días impares.
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