La autopista AP-53, que une Santiago con Alto de Santo Domingo en Dozón, acaba de vivir en este inicio de año una amarga excepcionalidad: de toda la red de autopistas de peaje dependiente del Ministerio de Fomento en toda España, solamente cinco de ellas han visto incrementadas sus tarifas. Y de esas cinco, tres son salidas de Madrid: la R-3 que une la capital española con Arganda del Rey; la R-4, que discurre entre Madrid y Ocaña; y la R-5, que va de Madrid a Navalcarnero. De fuera de Madrid, solo han roto la tónica general de mantenimiento de peajes la AP-53 que cruza la comarca dezana, y la AP-7 entre Alicante y Cartagena.
El incremento de peajes en la autopista gallega ha sido del 0,5 %, según confirmaba el Ministerio de Fomento al informar de que excepcionalmente se habían revisado al alza las tarifas de estas autopistas. Es, por tanto, la aplicación del real decreto aprobado en junio del 2011 en consejo de ministros, para modificar la concesión administrativa de la AP-53 para «restablecer el equilibrio económico financiero de la concesión, alterado por la ejecución de un mayor volumen de obra derivado del proyecto constructivo aprobado en el año 2000». El cambio supuso un incremento de tarifas extraordinario del 0,5 % anual acumulativo desde el año 2012, hasta compensar los 643.351,78 euros que supusieron aquellas obras adicionales: capa de rodadura con propiedades drenantes entre Silleda y Alto de Santo Domingo, y paso elevado sobre el acceso a la autopista en Catasós (Lalín), como principales.
Es una excepcionalidad que eleva los peajes de un vial de pago que hasta el momento no ha conocido ninguna medida como las que sí han tenido otras autopistas dependientes del Ministerio de Fomento para abaratar costes de peaje y favorecer su utilización por parte de los usuarios. Por el momento, las excepcionalidades son para estar en el reducido grupo de viales con subida en 2015: eso sí, en menor porcentaje que sus cuatro compañeras.
El incremento de peajes en la autopista gallega ha sido del 0,5 %, según confirmaba el Ministerio de Fomento al informar de que excepcionalmente se habían revisado al alza las tarifas de estas autopistas. Es, por tanto, la aplicación del real decreto aprobado en junio del 2011 en consejo de ministros, para modificar la concesión administrativa de la AP-53 para «restablecer el equilibrio económico financiero de la concesión, alterado por la ejecución de un mayor volumen de obra derivado del proyecto constructivo aprobado en el año 2000». El cambio supuso un incremento de tarifas extraordinario del 0,5 % anual acumulativo desde el año 2012, hasta compensar los 643.351,78 euros que supusieron aquellas obras adicionales: capa de rodadura con propiedades drenantes entre Silleda y Alto de Santo Domingo, y paso elevado sobre el acceso a la autopista en Catasós (Lalín), como principales.
Es una excepcionalidad que eleva los peajes de un vial de pago que hasta el momento no ha conocido ninguna medida como las que sí han tenido otras autopistas dependientes del Ministerio de Fomento para abaratar costes de peaje y favorecer su utilización por parte de los usuarios. Por el momento, las excepcionalidades son para estar en el reducido grupo de viales con subida en 2015: eso sí, en menor porcentaje que sus cuatro compañeras.
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