Aucalsa ya considera «complejo valorar cuál puede ser la evolución económica general y del entorno geográfico de influencia de la autopista en el futuro». Pero sí tiene clara una cosa: «Factores adicionales, como el desarrollo de medios de transporte alternativos, pueden llegar a reducir a medio y largo plazo la cuota de mercado de la autopista».
La puesta en servicio de la línea de AVE pone una dura competencia a la autopista, que realiza previsiones «conservadoras sobre lo que puede ser su futuro». Aunque también lanza el guante al Gobierno: al ser un sector regulado, tiene poco margen ante los cambios legales. Advierte de que pueden tener repercusiones sobre los ingresos o por la obligación de asumir costes o inversiones. Reclama que antes de tomar decisiones calcule el «respeto al equilibrio económico-financiero de la concesión».
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