martes, 5 de mayo de 2015

Cifuentes quiere una autovía gratuita y alternativa a la A-1

Cristina Cifuentes, el lunes en Torrejón de Ardoz. / ÁLVARO GARCÍA
Descongestionar el tráfico de la A-1, con una afluencia diaria de 150.000 coches a la altura de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, es una de las grandes infraestructuras pendientes en la Comunidad de Madrid. De entrada, porque la falta de carreteras alternativas a la autovía de Burgos deriva en las horas punta de cada jornada en unos atascos imposibles de eludir para miles de conductores. 

Cristina Cifuentes, candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid, se comprometió ayer a construir una vía alternativa. A diferencia de la radial RM-1 que Esperanza Aguirre proyectó esta legislatura cuando todavía era presidenta regional, no sería de peaje de pago directo o en sombra —fórmula ya aplicada en cuatro carreteras regionales, según la cual una o varias adjudicatarias construyen y gestionan la vía sin que lo haga directamente el Ejecutivo, que a cambio abona un canon anual por el tráfico de vehículos—, sino gratuita.

Los atascos son terroríficos, la A-1 es una ratonera de entrada y salida de la capital a cualquier hora del día”, resume Cifuentes el colapso de la autovía, que al revés de la A-6 no dispone de un carril bus VAO. La aspirante, que ayer contó con el respaldo del presidente de Extremadura, José Antonio Monago, tiene previsto reunirse hoy con la ministra de Fomento, Ana Pastor, también del PP, para plantearle la construcción de un tramo paralelo a la A-1, que tendría una longitud de 24 kilómetros. Los estudios previos y las obras tendrían una duración de entre dos años y medio y tres años. El coste de la inversión sería de 120 millones de euros a repartir a lo largo de la legislatura, una cifra asumible, dice la candidata, cuando la Consejería de Transportes tiene este ejercicio un presupuesto anual de 1.441 millones.

El coste de la alternativa a la A-1 sería similar al de dos kilómetros de metro, según distintos expertos consultados. Fuentes del PP de Madrid prácticamente descartan que Cifuentes incluya en el programa electoral para las elecciones del 24 de mayo una ampliación de la red del suburbano, sobre todo después de la extensión que experimentó con Aguirre al frente de la Comunidad.

Para construir la nueva variante y resolver el colapso perenne de la A-1, Cifuentes necesita el permiso de Fomento, ya que la carretera proyectada se encuadra en teoría dentro de las competencias del ministerio, pues entraría y saldría de una autovía responsabilidad de este. El acuerdo otorgaría autonomía a la Comunidad para desarrollar el proyecto y desatascaría uno de los grandes nudos gordianos de tráfico de la región.

Aguirre ya inició en noviembre de 2011 los trámites para construir una autopista radial de peaje alternativa a la A-1, tal y como figuraba en el programa electoral con el que concurrió en las elecciones de mayo de ese año. El tramo discurriría entre la M-50 y la A-1 a la altura de El Molar. El Consejo de Gobierno incluso sometió a información pública el estudio de impacto ambiental de la nueva autopista, que contaría con dos carriles por sentido y discurriría entre la M-40, a través de la M-12 (la vía de pago que conecta con el aeropuerto de Adolfo Suárez-Barajas), enlazaría también con la M-100 y llegaría hasta El Molar, a 40 kilómetros de Madrid.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional tumbó el plan de Aguirre para construir la RM-1 —la presidenta del PP de Madrid ya se topó con el Constitucional en 2006 por intentar hacer la carretera por su cuenta—. Entendió que invadía las competencias del Estado al iniciar la construcción de una autopista radial al margen de la R-1 ideada por el Ejecutivo central. En 2006, con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno (PSOE), el Ministerio de Fomento reactivó el proyecto de la R-1, licitada un año después en 210 millones. El concurso quedó desierto, como el de 2009, por 240 millones. Cifuentes pretende retomar el proyecto de la alternativa a la A-1, para lo que espera contar con el visto bueno del Estado.

2 comentarios:

  1. El problema de la A1 no se soluciona con otra carretera que muera en la M40.
    Es necesario continuar los anillos incompletos de la M45 y M50 hasta la carrtera de Colmenar Viejo (M607), ya que el Monte del Pardo impide continuar hasta a A6 Descargar así la A1 puede dar un respiro al flujo que discurre de Alcobendas/San Sebastian de los Reyes a Cantoblanco/TresCantos y viceversa. Obligando a los vecinos del norte de Alcobendas a salir a la A1 para luego abandonarla por el la salida sur de Alcobendas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El principal problema de la A-1 ha sido la mala gestión y planificación urbanística. Por un lado, los centros empresariales sin ningún medio de llegar a ellos salvo por la autovía, lo que hace que prevalezca el uso del coche privado sobre el transporte público (autobús) ya que la eficiencia de éste se ve mermado por los atascos.

      La creación de grandes áreas urbanas de viviendas unifamiliares, lo que implica una extensión de terreno muy amplia a diferencia de zonas de viviendas en vertical que concentra mucho la población y que hace al transporte público más eficiente.

      También la falta de otras alternativas de transporte como servicios de cercanías que, en este caso llegan a Alcobendas y San Sebastián de los Reyes pero no al resto de municipios del norte que podrían tener por población este medio como Algete o San Agustín de Guadalíx. Además, tampoco, y esto fue una promesa electoral de Esperanza Aguirre, la creación de plataformas separadas para el transporte público por carretera que aumentarían la demanda de éste frente al transporte privado.

      La solución de la zona norte no es crear más carreteras como sigue planteando el Partido Popular y que en este blog hemos tratado de argumentar, si no, gestionar mejor lo que hay y fomentar y crear más medios alternativos de comunicación no sólo norte-centro, si no, también norte-este y norte-oeste.

      Eliminar