El negocio de la autopista de peaje de Las Pedrizas queda en entredicho. Al menos en los primeros peldaños de una andadura con más de 35 años de concesión. Los datos económicos dados a conocer en la memoria anual de Unicaja, que posee el 30% de la sociedad explotadora de la carretera de pago, prevén al cierre del ejercicio de 2013 unos resultados negativos de 7,2 millones de euros. Una situación, no obstante, extensible también a la otra autopista de la provincia, la de la Costa del Sol, en la que Unicaja tiene una participación del 20% y en la que se consignan unos números en rojo de 9,6 millones. Todo ello según las previsiones a final de año incorporadas por la entidad financiera y publicadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Estas cifras vienen a sumarse a los balances igualmente negativos de 2012 y 2011. En el primero de ellos, de nuevo según la documentación oficial de Unicaja, las previsiones a final de ejercicio indicaban un cierre de ejercicio con menos 1,5 millones de euros, cifra que se disparaba en el caso de la autopista de la Costa del Sol a menos 5,8 millones. En 2011, cuando la vía de pago de Las Pedrizas empezó a funcionar, concretamente a finales de esa anualidad, la rémora fue de 141.000 euros, frente a los 2,8 millones de la autopista costasoleña.
El desglose de la documentación, recogida en el anexo III de las cuentas anuales de la entidad financiera bajo el epígrafe Sociedades Asociadas al 31 de diciembre de 2013 , incluye un resultado de explotación en ambas vías en positivo. De 640.000 euros en el caso de Las Pedrizas y de 20,2 millones en el caso de la autopista del litoral malagueños. En ambos casos, no obstante, se precisa en el informe que se trata de una previsión al cierre de 2013.
A la espera de la aprobación definitiva de las cuentas de la Autopista del Guadalmedina, Concesionaria Española S.A., de la que es accionista mayoritario Sacyr, lo que tendrá lugar en el mes de junio, los números ponen de manifiesto el efecto que la actual crisis económica tiene sobre esta carretera de pago, en la que se invirtieron del orden de 400 millones de euros. El contrato de adjudicación a Sacyr fue firmado a finales de 2006, con un periodo de explotación de 36 años.
Los inicios del proyecto han coincidido con un desplome significativo con los tránsitos de vehículos, relacionado, a su vez, con la crisis económica. Muestra de ello es que desde que se abriese la vía al paso de vehículos, en noviembre de 2011, no hay una sola mensualidad en la que se hayan alcanzando las previsiones de intensidades medidas diarias calculadas en los orígenes de la iniciativa. Ni siquiera en verano, cuando se estimaban del orden de 20.000 vehículos día se ha rozado ese horizonte, situándose, en el mejor de los casos, en unos 13.765, correspondientes a agosto de 2013. Quitando el periodo estival, las intensidades previstas se situaban en unos 15.000 diarios, mientras que los números reales se sitúan, en el mejor de los casos, en torno a los 8.000.
Siendo evidente el alejamiento entre el comportamiento real de la infraestructura y el horizonte marcado antes de iniciarse su explotación, en etapa de bonanza económica, los números parecen mejorar paulatinamente. En este sentido, los últimos datos oficiales dados a conocer por el Ministerio de Fomento muestran una subida del 7,28% y del 12,91% en las intensidades registradas en los meses de enero y febrero de este año respecto a los mismos periodos de 2013. No obstante, estas medidas siguen por debajo de las de 2012.
Algo semejante ocurre con la autopista de la Costa del Sol, donde el tráfico de paso crece en un 1,34% y en un 1,12% en los dos primeros meses del ejercicio sobre 2012. Pero al igual que ocurre con Las Pedrizas, las intensidades son inferiores a las de 2012.
Los expertos en la materia señalan claramente la repercusión que el momento económico tiene sobre los desplazamientos y el uso que se hace de las vías de pago. Incluso, apuntan que un incremento del Precio de Interior Bruto (PIB) repercute claramente sobre aumentos exponenciales en las cifras de viajeros de las carreteras de pago. Una muestra de ello es que lejos de lo que venía siendo una tónica en meses anteriores, en febrero hubo un aumento del tránsito en 16 de las 27 autopistas de peaje. Y de todas ellas, el crecimiento más considerable se localizó en vía de Las Pedrizas. En el otro lado de la moneda se encuentra la Madrid-Toledo, que registró un descenso en la intensidad media diaria del 53,21% en febrero (51,42% en enero); seguida de la Madrid-Navalcarnero, con un 19,5% menos, y de la Madrid-Ocaña, con un 15,3% de caída.
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