Autopista al infierno es el final anunciado por el Gobierno mediante la creación de una sociedad pública que aglutine todas las autopistas que están en concurso de acreedores. Esta empresa pública, negocia una quita con los acreedores, obviamente las entidades financieras, para reducir en principio la deuda de 3.700 millones que arrastran.
El objetivo de esta nacionalización es realizar una quita que llega a casi el 50% de la deuda acumulada y que estructura los pagos en bonos con vencimientos a 30 años. ¿Se pueden dejar caer las autopistas en concurso de acreedores? Si, claro pero si las dejamos caer, también pagaremos la quiebra con dinero público por los avales estatales que tienen.
Las concesionarias de las autopistas tienen un aval con la responsabilidad patrimonial de la administración; aval que tiene su origen en la hipotética desviación que puede tener el valor del suelo en el procedimiento de expropiación forzosa y pago del justiprecio establecido a las posteriores revisiones de precio que pueda sufrir dicha expropiación a instancias judiciales.
El importe garantizado por el Estado en este RPA supera los 4.000 millones y por si la madeja está poco enredada, las propias concesionarias aportaron dicho aval como garantía pignorada ante las entidades financieras para financiar la construcción de las autopistas.
Es decir, lo hagamos como lo hagamos, se han diseñado autopistas privadas que cuentan con un aval público por el riesgo de valoración del suelo que se ha usado para garantizar el pago de la construcción. Si a este cóctel le sumamos, los desastrosos diseños de algunas autopistas, el poco o casi inexistente volumen de tráfico que tienen la mayoría y las sombras de corrupción que hemos visto en todo el procedimiento de contratación y concesión de las autopistas, está claro que no nos escapamos de pagar un verdadero dineral con dinero público.
Como siempre ocurre, esto lo pagamos entre todos y tenemos el mismo número de responsables que hemos tenido en todo el procedimiento de ayudas a la banca, que asciende a cero responsables en todos los casos. Al menos, podrían tener la decencia de dejarlas quebrar a todas y que paguemos tarde por la ejecución de los avales si no hay más remedio.
El Blog Salmón.com 26/03/2014
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