Los vehículos diésel deberán pagar un nuevo peaje para entrar en el centro del Londres, según anunció el martes el alcalde Boris Johnson, en el lanzamiento del “Manifiesto de la Calidad del Aire”.
Johnson ha sido criticado duramente por el empeoramiento de la contaminación en Londres, achacable sobre todo al aumento de la flota de vehículos diésel en la última década.
Según mediciones efectuadas recientemente por expertos del King's College de Londres, los niveles de dióxido de nitrógeno de Oxford Street figuran entre los más altos del mundo, con una concentración de 135 microgramos por metro cúbico (frente a los 40 microgramos de máxima recomendada por la Unión Europea).
El dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión son dos subproductos del tráfico. Los motores diésel los producen en cantidades mayores a los de los motores convencionales de combustión.
“Tenemos que desincentivar la circulación por la ciudad con vehículos diésel”, ha reconocido el asesor municipal de Medio Ambiente, Matthew Pencharz, en declaraciones a The Times. “No hemos estado a la altura de los requisitos europeos sobre emisiones, y gran parte de la culpa es por la última generación de vehículos diésel”.
Según el nuevo plan anticontaminación, los vehículos diésel que circulen por la ciudad se verían obligados a pagar 10 libras adicionales (12 euros) para poder entrar en la futura zona de “bajas emisiones”, más las 11.50 libras (14 euros) que tienen ya que pagar los vehículos convencionales como “peaje de congestión” para poder circular por el centro de Londres.
Otras seis grandes ciudades británicas –entre ellas, Birmingham y Leeds- están muy por encima de los máximos fijados por la Unión Europea. La Agencia de Salud Pública estima que se producen 29.000 muertes prematuras al año por la contaminación en las zonas urbanas.
Ria Novosti.ru 30/07/2014
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