La AP-9 sigue siendo un negocio rentable pese a la crisis y el descenso en el número de usuarios que la autopista del Atlántico sufre desde el 2007.
Las cuentas depositadas ayer en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por su concesionaria constata la paradoja de que pese a seguir cayendo en volumen de tráfico, aunque ahora ligeramente, Audasa ha aumentado su recaudación en peajes en la primera mitad del 2014 respecto al mismo semestre del año pasado. El informe de gestión de la concesionaria cifra en un 0,29 % el descenso en su tráfico de pago, mientras que los ingresos por peaje entre el 1 de enero y el 30 de junio se vieron incrementados en un 1,2 %.
El motivo de dicha diferencia a favor de las finanzas de Audasa viene de la mano de la subida de un 1,92 % en las tarifas de peaje autorizada desde el inicio de año por el Ministerio de Fomento.
El incremento le ha permitido a la concesionaria contar en sus cabinas 688.505 euros más que en la primera mitad del 2013, mientras que consignó 9.050 vehículos menos.
El balance presentado ayer indica que Audasa ingresó cada uno de los 181 días del primer semestre 326.522 euros, lo que suma una caja total de 59,1 millones, cantidad que se asemeja a la obtenida entre enero y junio del 2005, pero que queda lejos de los 74 millones recaudados en el 2009 e incluso de los 65,1 del 2012. El aparente descenso registrado desde hace dos años no es sin embargo atribuible en su mayor parte a una drástica reducción de ingresos por peajes, sino que obedece a un cambio en la política de amortizaciones de la concesionaria de la autopista al pasar de destinar una media de seis millones a recuperar las inversiones realizadas en la infraestructura a elevarlo en diez millones más que se restan a sus beneficios.
En el período comunicado ayer, Audasa declara haber ganado, después de impuestos y gastos, 9,88 millones de euros, veinte menos que en el 2009 cuando las amortizaciones no eran tan cuantiosas y la intensidad de tráfico, aunque había empezado a caer, era de 25.262 vehículos, ocho mil más que en la actualidad.
El informe de gestión destaca el hecho de que el pasado invierno y sus intensas lluvias ha agravado la «situación de atonía en los niveles de tráfico», que Audasa achaca a la crisis económica que dice «sigue caracterizando a la economía española». El crecimiento en el tráfico registrado en la Semana Santa (2,61 %) es destacado por la concesionaria como un punto de inflexión, y que en menor medida se ha vuelto a repetir dos meses más.
Mientras los ingresos vuelven a crecer en las cuentas de la filial de Itínere, los gastos asociados a su plantilla experimentan un descenso al reducirse paulatinamente su cuadro de personal hasta los 226 integrantes actuales, frente a los 315 empleos que generaba diez años antes.
Aunque los casi diez millones que beneficio que en la primera mitad del año ha conseguido Audasa hablan por sí solos de la rentabilidad del negocio de la AP-9, el declive que ha venido registrando la concesionaria desde la irrupción de la crisis no auguran según sus analistas ningún tipo de riesgo económico para los accionistas de la empresa. Solo un cambio en la regulación de la concesión o del sector por parte de Fomento, y la irrupción de transportes como el AVE se apuntan como adversidades, pero no perceptibles aún en la actualidad, mantiene Audasa.
Las cuentas depositadas ayer en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por su concesionaria constata la paradoja de que pese a seguir cayendo en volumen de tráfico, aunque ahora ligeramente, Audasa ha aumentado su recaudación en peajes en la primera mitad del 2014 respecto al mismo semestre del año pasado. El informe de gestión de la concesionaria cifra en un 0,29 % el descenso en su tráfico de pago, mientras que los ingresos por peaje entre el 1 de enero y el 30 de junio se vieron incrementados en un 1,2 %.
El motivo de dicha diferencia a favor de las finanzas de Audasa viene de la mano de la subida de un 1,92 % en las tarifas de peaje autorizada desde el inicio de año por el Ministerio de Fomento.
El incremento le ha permitido a la concesionaria contar en sus cabinas 688.505 euros más que en la primera mitad del 2013, mientras que consignó 9.050 vehículos menos.
El balance presentado ayer indica que Audasa ingresó cada uno de los 181 días del primer semestre 326.522 euros, lo que suma una caja total de 59,1 millones, cantidad que se asemeja a la obtenida entre enero y junio del 2005, pero que queda lejos de los 74 millones recaudados en el 2009 e incluso de los 65,1 del 2012. El aparente descenso registrado desde hace dos años no es sin embargo atribuible en su mayor parte a una drástica reducción de ingresos por peajes, sino que obedece a un cambio en la política de amortizaciones de la concesionaria de la autopista al pasar de destinar una media de seis millones a recuperar las inversiones realizadas en la infraestructura a elevarlo en diez millones más que se restan a sus beneficios.
En el período comunicado ayer, Audasa declara haber ganado, después de impuestos y gastos, 9,88 millones de euros, veinte menos que en el 2009 cuando las amortizaciones no eran tan cuantiosas y la intensidad de tráfico, aunque había empezado a caer, era de 25.262 vehículos, ocho mil más que en la actualidad.
El informe de gestión destaca el hecho de que el pasado invierno y sus intensas lluvias ha agravado la «situación de atonía en los niveles de tráfico», que Audasa achaca a la crisis económica que dice «sigue caracterizando a la economía española». El crecimiento en el tráfico registrado en la Semana Santa (2,61 %) es destacado por la concesionaria como un punto de inflexión, y que en menor medida se ha vuelto a repetir dos meses más.
Mientras los ingresos vuelven a crecer en las cuentas de la filial de Itínere, los gastos asociados a su plantilla experimentan un descenso al reducirse paulatinamente su cuadro de personal hasta los 226 integrantes actuales, frente a los 315 empleos que generaba diez años antes.
Aunque los casi diez millones que beneficio que en la primera mitad del año ha conseguido Audasa hablan por sí solos de la rentabilidad del negocio de la AP-9, el declive que ha venido registrando la concesionaria desde la irrupción de la crisis no auguran según sus analistas ningún tipo de riesgo económico para los accionistas de la empresa. Solo un cambio en la regulación de la concesión o del sector por parte de Fomento, y la irrupción de transportes como el AVE se apuntan como adversidades, pero no perceptibles aún en la actualidad, mantiene Audasa.
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