La paulatina recuperación de la actividad económica incrementa el tráfico en la red viaria gallega y nutre el negocio de las empresas que explotan las autopistas y autovías en régimen de concesión. En el caso de las dos vías de pago que dependen de Fomento, la AP-9 está atravesando su mejor año desde el 2011, y en la AP-53 (Santiago-Dozón), sus resultados de tráfico son los más elevados de los últimos cuatro ejercicios.
Por vez primera desde el inicio de la crisis, la vía que vertebra el corredor atlántico registra cada mes cifras de circulación más altas que las del año anterior. Según el cómputo del ministerio, la AP-9 alcanzó en agosto una media de 26.259 vehículos diarios. Este dato es el mejor de la autopista en ese mes, tradicionalmente el de mayor tránsito del año, desde el 2011, una tendencia que ya se observó en julio. Durante los ocho primeros meses de este ejercicio, la AP-9 registró incrementos de circulación respecto al 2014 que oscilan entre el 2,4 y el 7,6 %.
Esta dinámica alcista consolida el cambio de ciclo que ya avanzó el año pasado, cuando la autopista del atlántico rompió con un ligero incremento del tráfico (0,4 %) seis años de caídas continuadas que la situaron entre las más penalizadas por la crisis. De hecho, la AP-9 llegó a colocarse durante la primera mitad del 2014 como la vía de peaje que perdió más clientes en España, después de las autopistas radiales madrileñas en situación de quiebra.
La crisis de esos viales que comunican Madrid con Guadalajara, Arganda, Ocaña, Navalcarnero y Toledo han enfrentado a Fomento con las grandes constructoras. El ministerio ya ha recurrido en lo que va de año dos sentencias judiciales que le obligaban a liquidar tramos de algunas de esas autopistas, con desembolsos millonarios. De este modo, pospone un problema que puede costarle a las arcas del Estado más de 4.000 millones.
No es, desde luego, la situación de la AP-9, que sigue dando jugosos beneficios a su concesionaria: más de 2.200 millones desde la apertura de su primer tramo hace 36 años. Aunque, a pesar de la progresiva recuperación del tráfico, la autopista está todavía lejos de las cifras de usuarios que tenía antes del 2008. Por la AP-9 circulan en la actualidad entre 4.000 y 5.000 vehículos menos cada día que hace ocho años. Pese a ser el mejor resultado desde el 2011, los 26.259 vehículos que en agosto pasado marcaron el tráfico medio diario en los 219 kilómetros de trazado que conectan Ferrol con la frontera portuguesa son 5.647 menos que los que transitaron por la vía en ese mismo mes del 2007.
La reactivación económica también impulsa el tráfico en la autopista interior. Después de incrementar su intensidad media diaria en 700 vehículos durante el 2013 y el 2014, la AP-53 vive su mejor año de los últimos cuatro. Los 7.452 usuarios de media que tuvo en agosto superan la media del mismo mes del 2010 (7.387) y representan el mejor resultado del vial que conecta Santiago y Lalín desde su entrada en servicio a finales del 2002.
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