El Mediterráneo unido por autovía da la espalda al tren ministerio de fomento |
Un coche o un camión ya puede viajar por autovía (con peaje obligatorio en algunos tramos) desde Algeciras hasta La Junquera desde principios de octubre. Este trayecto, sin interrupciones de molestas y peligrosas carreteras nacionales, se ha convertido en una realidad al entrar en servicio el último tramo de la A-7 entre Carchuna y Castell de Ferro, al Este de la provincia de Granada, en el linde con Almería.
Al acabar estos últimos diez kilómetros de autovía se completa la vía de «alta capacidad» de la Autovía del Mediterráneo que se extiende a lo largo de 1.440 kilómetros, desde Cádiz hasta la frontera con Francia. «Un eje estratégico de comunicación no sólo para Andalucía, sino también para el conjunto de la red viaria de España», según destacaron desde el ministerio de Fomento, al inaugurar los últimos diez kilómetros de autovía en presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado 7 de octubre. La inversión en este tramo asciende a 164,54 millones de euros (incluidas las expropiaciones) que permiten evitar las curvas y desniveles de la N-340 a su paso por los municipios de Motril, Lújar y Gualchos-Castell de Ferro.
Aunque los usuarios que comparten la alegría del Gobierno ante la finalización de esta vía de alta capacidad, tuercen el gesto cuando llegan a los tramos de peaje de la Comunidad Valenciana y Cataluña. La A-7 se convierte en AP-7 y no hay quien escape del pago por el uso de esta carretera en los últimos 43 años. La concesión de la AP-7 no finaliza hasta 2019, así que aún queda peaje para rato.
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