domingo, 29 de mayo de 2016

Un día de vida al año perdido metidos en un atasco


Si un conductor armado de paciencia decidiese ponerse al volante y transitar por las diez peores carreteras del mundo debido a su elevada densidad de tráfico perdería 110 horas al año. O sea, se dejaría 4,5 días de su vida en retenciones en esas vías que se encuentran en las ciudades de Los Ángeles, Moscú, Londres, Bruselas y Múnich. En España, el barcelonés o quien trabaja en Barcelona y accede a la ciudad condal desde el área metropolitana, a través de las vías B-10 y la B-23, pierde metido en un atasco 28 horas de vida, tres horas más que un año atrás. Presos siempre de la falta de tiempo, parece que en algunas ciudades no importa o no queda más remedio que asumir que el trayecto de casa al trabajo y de trabajo a casa requiere mucho más sosiego del que a veces se tiene.
Por término medio, cada español perdió 18 horas en 2015 mirando el maletero del coche que le precedía, una hora más que en 2014, de acuerdo con los datos del medidor INRIX del Tráfico publicados en su último Informe Anual de Medición de Tráfico (2015 Traffic Scorecard). En el conjunto del país, las ciudades más congestionadas por el tráfico siguen siendo Barcelona, Madrid (aunque en este caso ganó media hora de tiempo, rebajando el promedio de 22,5 a 22 horas anuales), Sevilla (empeoró respecto a 2014 en 35 minutos hasta las 18 horas de retención por conductor), Bilbao (también restó 11 minutos a su tiempo de espera al volante hasta estar 16 horas atascado al año), Valencia (recortó 36 minutos, pero cada valenciano pierde 12 horas) y Zaragoza (cada ciudadano reunió para sí 10 minutos más, aunque se dejó 11 horas al año).
Para la Fundación Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), no es de extrañar que Barcelona sea líder en el dato agorero, ya que «no ha invertido en infraestructura y sistemas de transporte público». También ha repercutido negativamente en los accesos a la metropoli «la expansión de autopistas de peaje durante los últimos doce meses», objeta RACC. Y eso pese a que, como incide para ABC José María Riaño, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), la ciudad condal ostenta la mayor tasa de motos por habitantes de toda Europa. En concreto, explica Riaño, hay 173 motos por cada 1.000 habitantes y ni aún así logra desactivar esas largas colas de entrada cada mañana a la ciudad por la B-10 (la Ronda Litoral, una de las dos vías rápidas de circunvalación de la ciudad, por el sur, tocando al litoral) y la B-23 (Molins de Rei-Barcelona), justamente las dos rutas más congestionadas de España.
El portavoz de Anesdor defiende que la fórmula idónea para desarticular los avisperos de coches que se forman en estas ciudades es la generalización de las motocicletas y ciclomtotores que, además, no desperdician energía, son un medio más económico y consiguen, a la postre, «la movilidad eficiente». Como ejemplo, Riaño añade que, en Madrid, la densidad de motos se elevó de un 6 a un 9% entre 2011 y 2014, mientras se mantuvo en el mismo dato (un 0,2%) el total de emisiones contaminates atribuido a este parque de las dos ruedas.

Riaño también trae a la memoria cómo la capital belga estudió en 2011 qué pasaría si reemplazase un 10% de los coches que atraviesan la ciudad por el mismo porcentaje, de motos. La conclusión fue demoledora: cada ciudadano perdería un 40% menos de su tiempo hastiado en atascos. Además, también se recortarían las emisiones de tráfico rodado en un 6%, en términos de partículas contaminantes (óxidos de nitrógeno NOx, CO2 y partículas 2,5 micras, pm 2,5).

El balance que hace INRIX, proveedor internacional de inteligencia de transporte y servicios para coches conectados, no es del todo negativo, ya que por países, España no aparece hasta la decimoprimera posición. El ranking lo encabeza Bélgica, donde los conductores se dejan nada menos que casi dos días de vida (44 horas) resignados en el habitáculo del turismo, si bien ha logrado aliviar el tráfico de entrada a sus ciudades en más de 6 horas en solo un año. Países Bajos es el segundo de la tabla y Alemania, tercero. Ambos han mejorado sus ratios de 2014 a 2015, pero siguen pasando al albur de un atasco 41 y 39 horas, respectivamente.
El informe sí da un «tirón de orejas» a España por ser de los pocos países que, lejos de mejorar, suma horas en la congestión vial. Y es que el 70% de los 13 países y 96 municipios revisados en Europa combaten sus angustiosas retenciones con inversión en infraestructura y en la mejora del transporte público, mientras que los niveles de tráfico en nuestro país aumentaron por segundo año consecutivo.

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