El próximo mes de diciembre se cumplirán cinco años desde que las autoridades portuguesas decidieran convertir la autovía del Algarve en una máquina de recaudar.
Paradójicamente, la colocación de estos polémicos peajes ha sido uno de los obstáculos más evidentes para la recuperación económica de esta zona del país, que ha visto impotente como la actividad que venía de la mano de sus vecinos españoles se ha recortado drásticamente.
Hasta el momento, las innumerables protestas ciudadanas y de asociaciones empresariales llevadas a cabo en la región que exigían la supresión del peaje –del sector hostelero, principalmente– habían caído en saco roto. Decimos hasta ahora porque, según hemos podido saber, hay previsto un plan para abaratar sus tarifas, precisamente, para animar un sector turístico castigado por unos ‘portagens’ –que así llaman al invento en Portugal– muy mal vistos al este del Guadiana.
Cuenta ‘La Voz de Galicia’ en su edición de hoy que la autovía del Algarve, la A22, sí está incluida en estas rebajas; como la A23, que comunica con la provincia de Salamanca; no así –lamentan– la que conecta Oporto con la frontera gallega.
Para beneficiarse de esta rebaja habrá que esperar aún hasta el verano, ya que no entrarán en vigor hasta el próximo 1 de julio. No es la supresión de esta antipática medida recaudatoria que todos estábamos esperando y de hecho, lo más probable es que quien ahora opta por el ‘simpa’ cuando cruza al país vecino –muchos más de los que nos imaginamos–, siga haciéndolo a pesar del descuento. Para el resto, sin duda, es una gran noticia.
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