Cuando una ciudad como Nueva York, el núcleo urbano más poblado de todo Estados Unidos y de buena parte del mundo, mejora el tráfico de sus calles gracias a los carriles bici, la noticia cobra especial relevancia. Desde 2007, la ciudad ha estado implantado carriles bici protegidos del tráfico a motor en muchas de sus calles, contando en la actualidad con más de 30 millas (aproximadamente 48 kilómetros) de vías ciclistas y un balance muy positivo: un mejor flujo de tráfico y una reducción del 22% y del 65% en el número de accidentes con peatones o ciclistas, respectivamente.
Después de años recopilando datos, el Departamento de Transporte de Nueva York ha hecho público un informe en el que se demuestra que los carriles protegidos para bicicletas han mejorado el flujo del tráfico en la ciudad, tanto en lo que respecta a ciclistas y peatones como en lo concerniente a los vehículos motorizados. Además de un mejor tráfico, el número de accidentes con ciclistas y peatones involucrados también se ha visto reducido, mejorando tanto la movilidad urbana como la seguridad de los usuarios de las vías.
A pesar de las envidiables cifras presentadas en el informe, muchos neoyorquinos continúan pensando que los carriles bici entorpecen el tráfico: "Creo que hay personas que tienen la percepción de que los tiempos de viaje han aumentado sólo porque visualmente ven la carretera de forma diferente. Esta es una de las razones por la que hacemos una recolección de datos empíricos, ya que tenemos una gran cantidad de comentarios anecdóticos al respecto", explica Josh Benson, Director del Programa para Ciclistas y Peatones del Departamento de Transporte de Nueva York.
Lo cierto es que los carriles bici implantados en Nueva York no sólo están mejorando el flujo del tráfico en la ciudad y reduciendo los accidentes; también están ayudando a los pequeños comercios y empresas locales. Los datos arrojan que en las calles neoyorquinas con carril bici, las ventas al por menor han aumentado gracias a un mayor flujo de turistas, así como las ofertas de trabajo.
Con algo más de 30 millas de carriles para bicicletas protegidos, la ciudad de Nueva York apuesta firmemente por este tipo de vías ciclistas. La ciudad prevee instalar cinco millas (aproximadamente 8 kilómetros) de carriles bici por año, o lo que es lo mismo, unas cien manzanas de la ciudad circundadas por carriles para bicicletas.
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