el nuevo informe de la
Cámara de Comptos sobre el pago del peaje en sombra ratifica lo que ya
dijo este órgano público de Navarra en 2007, que este sistema de
ingeniería presupuestaria y contable puede encubrir el uso de la obra
pública como una vía de negocio para entidades privadas a costa de los
contribuyentes.
El análisis de los costes presupuestarios de esta
fórmula para Navarra desvela en todo su alcance el coste del despilfarro
y el amiguismo que oculta, bajo una supuesta medida de eficiencia, el
uso del dinero público. Basta repasar el escándalo que supone todo el
entramado de los costes de la Autovía del Camino: una empresa creada
para la gestión exclusiva de esta vía que tiene beneficios cada año,
reparte dividendos a sus socios cada año y aplica las deducciones y
exenciones fiscales para evitar pagar impuesto alguno en Navarra. Es
decir, un negocio redondo: gana millones de euros de dinero público por
la gestión de un tramo de carretera entre Pamplona-Iruña y la muga con
Logroño y no paga impuestos porque se beneficia del un sistema
oscurantista de privilegios fiscales.
Sin olvidar que esta Autovía del
Camino ya fue denunciada anteriormente, en tiempos de Miranda como
consejero de Obras Públicas -incluso por la misma Cámara de Comptos-,
por el sobrepago de 55 millones de euros tras una renegociación
innecesaria de los precios y un adelanto de las obras para inaugurarla
antes de las elecciones de 2007. Una construcción que no alcanzó los 400
millones de euros de coste, se puede disparar hasta los 1.500 millones
en los próximos 25 años para las arcas de Navarra.
No es de extrañar que
ante semejante pufo -por muy legal que parezca tenga toda la
operación-, el actual presidente de la empresa concesionaria del chollo
este, curiosamente ex consejero de un anterior Gobierno de UPN, Ignacio
Martínez Alfaro, haya remitido unas intolerables alegaciones en las que
arremete, con tono amenazante incluido, contra la Cámara de Comptos y
sus técnicos por fiscalizar estos hechos.
El ejemplo de la Autovía del
Camino es, con matices por los diferentes convenios, extensible a la
Autovía del Pirineo y a la privatización de las zonas regables del Canal
de Navarra. Miles de millones de euros públicos pasan a los bolsillos
privados sin ningún riesgo empresarial y apenas costes económicos y
fiscales a costa del dinero público. Una vez más, ejemplos de
irresponsabilidad clientelar por parte de los gobiernos de UPN. Falta
que tal apaño económico, presupuestario y fiscal tuviera repercusiones
judiciales.
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