El Ministerio de Fomento opta por construir una carretera convencional para prolongar el acceso del puerto exterior pese a que la alternativa de asumir el peaje de la autopista AG-55 sería la opción más económica y la que tendría un menor impacto ambiental. Fomento calcula que abonar el coste de las tarifas de la autopista desde 2018 hasta el fin de la concesión en 2045 sería de 6.789.562 euros. El Gobierno central asumiría el coste del trayecto entre el puerto exterior y la autovía A-6. El presupuesto del trazado escogido en el análisis para construir una prolongación del acceso a la dársena que llegase a la tercera ronda costaría 32.335.743 euros.
Fomento justifica la elección de este itinerario debido a que presenta una "menor captación" de tráfico motivada por la "mayor longitud" de los itinerarios, por su "facilidad de programación" y por tener más "zonas de adelantamiento". Y tampoco aprecia impactos "relevantes" en espacios naturales de la zona.
Asumir el peaje de la autopista (denominado alternativa 0 en el estudio realizado por el Ministerio de Fomento) evitaría la construcción de una nueva infraestructura y también aparece como la opción mejor valorada a la hora de analizar el criterio ambiental. "Al mantenerse la situación actual, únicamente se mantiene el impacto acústico por el paso del tráfico por la red existente. El resto de impactos serían nulos", señala el estudio. El Gobierno también destaca que pese a que esta alternativa presenta "la mayor longitud de adelantamiento y mayor facilidad de programación" está penalizada por los "tiempos de recorrido del itinerario", en el que toma como referencia el trayecto desde que termina el acceso a Langosteira hasta el enlace la A-6 en Ledoño. El tráfico que procediera de la autovía del puerto exterior tendría que recorrer tres kilómetros por la autopista autonómica AG-55 hasta llegar al desvío para entrar en la A-6.
El otro criterio que aplica el organismo encargado de construir y mantener carreteras es el territorial. "Mantener la situación actual no genera ningún valor adicional a la vertebración del territorio", indica. La otra razón en la que se basa para descartar este itinerario es debido a que "mantiene todo el tráfico portuario" por vías existentes en la actualidad y eso podría generar problemas de congestión y reducción de "seguridad vial" ante el "importante" número de vehículos pesados del tráfico del puerto exterior. Y también explica que incumple el objetivo de dotar a un Puerto de Interés General del Estado de un acceso a través de la "red nacional". El objetivo de realizar una prolongación del acceso a punta Langosteira es el de conectar el puerto con las principales vías de España que conforman la Red de Interés General del Estado.
El estudio que realizó el Ministerio de Fomento calcula el coste del peaje en la sombra (indemnización a la concesionaria para anular el pago en el tramo) en base a las tarifas del año 2012 con un incremento anual de un 4%. El análisis abarca desde 2018 hasta 2045, que es el año en el que finaliza la concesión que le otorgó la Xunta a Autoestradas de Galicia por gestionar la autopista que comunica A Coruña con Carballo.
Una vez descartada la opción de indemnizar a la concesionaria de la AG-55, el Gobierno se decantó por construir una carretera convencional que prolongase el acceso del puerto exterior por los laterales de los polígonos de Vío y de Pocomaco hasta que estuviese conectado con la tercera ronda, que a su vez desemboca en la A-6. El Ministerio de Fomento argumenta en el estudio que el coste de esta alternativa es "muy inferior" y que la longitud es "menor" al de las otras dos opciones que barajaba. Y en el apartado ambiental, asegura que el número de viviendas de la zona es reducido.
La Opinión A Coruña.es 29/11/2014
Fomento justifica la elección de este itinerario debido a que presenta una "menor captación" de tráfico motivada por la "mayor longitud" de los itinerarios, por su "facilidad de programación" y por tener más "zonas de adelantamiento". Y tampoco aprecia impactos "relevantes" en espacios naturales de la zona.
Asumir el peaje de la autopista (denominado alternativa 0 en el estudio realizado por el Ministerio de Fomento) evitaría la construcción de una nueva infraestructura y también aparece como la opción mejor valorada a la hora de analizar el criterio ambiental. "Al mantenerse la situación actual, únicamente se mantiene el impacto acústico por el paso del tráfico por la red existente. El resto de impactos serían nulos", señala el estudio. El Gobierno también destaca que pese a que esta alternativa presenta "la mayor longitud de adelantamiento y mayor facilidad de programación" está penalizada por los "tiempos de recorrido del itinerario", en el que toma como referencia el trayecto desde que termina el acceso a Langosteira hasta el enlace la A-6 en Ledoño. El tráfico que procediera de la autovía del puerto exterior tendría que recorrer tres kilómetros por la autopista autonómica AG-55 hasta llegar al desvío para entrar en la A-6.
El otro criterio que aplica el organismo encargado de construir y mantener carreteras es el territorial. "Mantener la situación actual no genera ningún valor adicional a la vertebración del territorio", indica. La otra razón en la que se basa para descartar este itinerario es debido a que "mantiene todo el tráfico portuario" por vías existentes en la actualidad y eso podría generar problemas de congestión y reducción de "seguridad vial" ante el "importante" número de vehículos pesados del tráfico del puerto exterior. Y también explica que incumple el objetivo de dotar a un Puerto de Interés General del Estado de un acceso a través de la "red nacional". El objetivo de realizar una prolongación del acceso a punta Langosteira es el de conectar el puerto con las principales vías de España que conforman la Red de Interés General del Estado.
El estudio que realizó el Ministerio de Fomento calcula el coste del peaje en la sombra (indemnización a la concesionaria para anular el pago en el tramo) en base a las tarifas del año 2012 con un incremento anual de un 4%. El análisis abarca desde 2018 hasta 2045, que es el año en el que finaliza la concesión que le otorgó la Xunta a Autoestradas de Galicia por gestionar la autopista que comunica A Coruña con Carballo.
Una vez descartada la opción de indemnizar a la concesionaria de la AG-55, el Gobierno se decantó por construir una carretera convencional que prolongase el acceso del puerto exterior por los laterales de los polígonos de Vío y de Pocomaco hasta que estuviese conectado con la tercera ronda, que a su vez desemboca en la A-6. El Ministerio de Fomento argumenta en el estudio que el coste de esta alternativa es "muy inferior" y que la longitud es "menor" al de las otras dos opciones que barajaba. Y en el apartado ambiental, asegura que el número de viviendas de la zona es reducido.
La Opinión A Coruña.es 29/11/2014
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