Evitar el colapso financiero de algunos de los grandes emblemas empresariales españoles, como FCC, Pescanova, Martinsa, Amper y las autopistas de peaje, está saliendo caro a las entidades financieras. Los bancos se han visto forzados a condonar una parte considerable de las deudas de estas empresas, a través de fuertes quitas, para evitar la quiebra de las compañías y, con ello, un mal mayor.
Un análisis realizado por EXPANSIÓN sobre los procesos de refinanciación con quita más relevantes desde 2010, y los que se están negociando, revela que el salvamento empresarial mediante la condonación de parte de las deudas suma ya un coste de más de 10.000 millones de euros para las entidades. Los acuerdos de las empresas con sus acreedores, muchos tras declararse las compañías en concurso y después de largos procesos de refinanciación, han pasado de estar circunscritos a inmobiliarias, como Martinsa, Habitat, Nozar o Reyal Urbis, a extenderse a casi todos los sectores.
Pescanova, Sacresa o Codere ya tienen pactos con sus acreedores que incluyen quitas, mientras que otras empresas, como Amper, grupo Sanjosé y las autopistas de peaje, ultiman sus acuerdos.
En todos los casos, las quitas han sido muy relevantes y siempre se han utilizado como la última alternativa. La horquilla va desde el 20% que se aplicó a la deuda de 2.800 millones de Habitat hasta el 75% de la deuda de más de 1.500 millones que acordó Nozar. La media de los procesos pactados hasta ahora y los que se están negociando se sitúa en el 50%, precisamente la propuesta por el Gobierno a la banca para sacar del concurso de acreedores a la sociedad Accesos de Madrid, que explota las autopista de peaje radiales R-3 y R-5.
Las quitas de la deuda no solo han supuesto un coste para grandes entidades españolas, como Santander, BBVA, CaixaBank o Bankia. También ha afectado a las entidades foráneas. Uno de los principales escollos en las negociaciones de Fomento sobre las autopistas de peaje (el mayor proceso de refinanciación con quita en marcha en estos momentos) han sido precisamente los bancos extranjeros. Las concesionarias de las autopistas en quiebra acumulan deudas por unos 4.000 millones de euros, de las que un 40% corresponden a entidades extranjeras.
En cualquier caso, el tiempo está demostrando que a veces las quitas no son la panacea. Un ejemplo es Martinsa, en cuyo complejo concurso de acreedores se establecieron dos opciones de pago. O el 15% de la deuda se convertiría en préstamos participativos, o se ofrecía un periodo de repago de cinco años y una quita del 70%. Ese acuerdo, aderezado después con daciones en pago puntuales, sigue sin proporcionar una solución de viabilidad completa al grupo.
En algunos procesos de refinanciación se están aplicando fórmulas mixtas muy novedosas, como la emisión de bonos convertibles, normalmente con un descuento implícito. Es una fórmula a caballo entre la quita pura y dura, y la capitalización de deuda, como la pactada recientemente por Codere con sus anteriores bonistas para refinanciar 1.100 millones de bonos, que en la práctica, deja más del 90% del grupo en manos de éstos pero tras asumir una quita del 36%.
Amper renegocia desde abril de 2013 la reestructuración de su deuda, de casi 130 millones, con un sindicato de 23 bancos. El plan prevé canjear 100 millones de deuda por capital con bonos convertibles y mantener los otros 30 millones como préstamo.
Otras empresas han pactado con sus acreedores canjear deuda por capital. En los últimos días, Condesa y GAM han firmado sendos acuerdos en este sentido, que han entregado a los bancos más del 75% del capital de cada una.
Expansión.com 17/11/2014
Un análisis realizado por EXPANSIÓN sobre los procesos de refinanciación con quita más relevantes desde 2010, y los que se están negociando, revela que el salvamento empresarial mediante la condonación de parte de las deudas suma ya un coste de más de 10.000 millones de euros para las entidades. Los acuerdos de las empresas con sus acreedores, muchos tras declararse las compañías en concurso y después de largos procesos de refinanciación, han pasado de estar circunscritos a inmobiliarias, como Martinsa, Habitat, Nozar o Reyal Urbis, a extenderse a casi todos los sectores.
Pescanova, Sacresa o Codere ya tienen pactos con sus acreedores que incluyen quitas, mientras que otras empresas, como Amper, grupo Sanjosé y las autopistas de peaje, ultiman sus acuerdos.
En todos los casos, las quitas han sido muy relevantes y siempre se han utilizado como la última alternativa. La horquilla va desde el 20% que se aplicó a la deuda de 2.800 millones de Habitat hasta el 75% de la deuda de más de 1.500 millones que acordó Nozar. La media de los procesos pactados hasta ahora y los que se están negociando se sitúa en el 50%, precisamente la propuesta por el Gobierno a la banca para sacar del concurso de acreedores a la sociedad Accesos de Madrid, que explota las autopista de peaje radiales R-3 y R-5.
Las quitas de la deuda no solo han supuesto un coste para grandes entidades españolas, como Santander, BBVA, CaixaBank o Bankia. También ha afectado a las entidades foráneas. Uno de los principales escollos en las negociaciones de Fomento sobre las autopistas de peaje (el mayor proceso de refinanciación con quita en marcha en estos momentos) han sido precisamente los bancos extranjeros. Las concesionarias de las autopistas en quiebra acumulan deudas por unos 4.000 millones de euros, de las que un 40% corresponden a entidades extranjeras.
En cualquier caso, el tiempo está demostrando que a veces las quitas no son la panacea. Un ejemplo es Martinsa, en cuyo complejo concurso de acreedores se establecieron dos opciones de pago. O el 15% de la deuda se convertiría en préstamos participativos, o se ofrecía un periodo de repago de cinco años y una quita del 70%. Ese acuerdo, aderezado después con daciones en pago puntuales, sigue sin proporcionar una solución de viabilidad completa al grupo.
En algunos procesos de refinanciación se están aplicando fórmulas mixtas muy novedosas, como la emisión de bonos convertibles, normalmente con un descuento implícito. Es una fórmula a caballo entre la quita pura y dura, y la capitalización de deuda, como la pactada recientemente por Codere con sus anteriores bonistas para refinanciar 1.100 millones de bonos, que en la práctica, deja más del 90% del grupo en manos de éstos pero tras asumir una quita del 36%.
Amper renegocia desde abril de 2013 la reestructuración de su deuda, de casi 130 millones, con un sindicato de 23 bancos. El plan prevé canjear 100 millones de deuda por capital con bonos convertibles y mantener los otros 30 millones como préstamo.
Otras empresas han pactado con sus acreedores canjear deuda por capital. En los últimos días, Condesa y GAM han firmado sendos acuerdos en este sentido, que han entregado a los bancos más del 75% del capital de cada una.
Expansión.com 17/11/2014
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