Dicen los expertos que la evolución del tráfico en las carreteras es un buen indicador de cómo se encuentra una economía. Que cuantos más camiones circulan, mayor actividad hay. Y que si está aumentando el número de particulares que cogen el coche, es síntoma de que sus economías familiares van mejor porque la inmensa mayoría de estos desplazamientos son por trabajo o para pasar unos días fuera. Pues bien, siguiendo esta tesis, se podría decir que la economía regional está creciendo, como también apuntan indicadores como el PIB. Porque lo cierto es que el tráfico en las autopistas, autovías y carreteras nacionales está subiendo por primera vez desde que empezó la crisis y, aunque los datos del Ministerio de Fomento dejan claro que los aforos siguen aún muy lejos de los previos a la recesión, sí que se aprecia -por fin- un cambio de tendencia.
Las autovías A-23 y A-68 son buenos ejemplos de todo ello. En la primera, la estación de aforo que hay en el término municipal de Almudévar constata que por este punto están pasando este año 14.407 vehículos de media diaria (contando turismos y camiones). Un ejercicio antes, solo lo hacían 13.867. Representa una subida de casi el 4% que, en cualquier caso, se queda a mucha distancia de los 17.036 automóviles que circulaban por allí en 2007. Pero también supone romper con una tendencia de seis años consecutivos de caídas.
En cuanto a la A-68, ocurre algo similar. Este año pasan mil vehículos más que el anterior. Sin embargo, son 5.000 menos que antes de la recesión. La medición se hace en la parte desdoblada de la N-232 cuando está llegando a Zaragoza y esta es una de las vías estatales que discurren por Aragón que registra en la actualidad más tránsito de vehículo (23.351 al día).
El delegado de Stop Accidentes en Aragón, Miguel Ángel Bernal, apunta que esta subida del tráfico puede tener algo que ver con el aumento de la siniestralidad en la Comunidad (este año ya van más fallecidos en carretera que el ejercicio pasado), aunque aclara que hay otros factores que están afectando más. El primero es la falta de mantenimiento de los vehículos y, en especial, la no sustitución de las ruedas. "Cuando paseo y veo coches aparcados, me fijo a veces en cómo llevan los neumáticos y la verdad es que hay muchos desgastadísimos. Tenerlos bien es la primera medida de seguridad que deberíamos tomar. Yo entiendo a la gente que lo está pasando mal, que está en el paro y no cobra nada. Pero este es un gasto que hay que hacer, aunque cueste. Porque si no puedes pagar los neumáticos, se supone que tampoco podrás pagar la gasolina", argumenta.
Añade que en los talleres también dicen que las reparaciones se están retrasando hasta que se convierten en imprescindibles. "Si no te preocupas por tu seguridad, ¿cómo vas a cuidar la de los demás?", se pregunta.
Como segundo factor relevante del aumento de la siniestralidad, menciona el estado del asfalto de algunas carreteras. Bernal pide "sentido común" a los conductores para adaptar la velocidad a la situación de la vía, de la misma forma que se hace con las condiciones meteorológicas. "Luego ya habrá tiempo de exigir a los políticos que arreglen la carretera. Pero lo primero es la seguridad", defiende.
Este aumento de aforos también se percibe en carreteras nacionales de menor uso. Como botón de muestra, la N-123 registra una importante subida que hace que esté cerca de igualar su registro ‘precrisis’. Pasa de 3.616 vehículos a 3.874 (en 2007, tenía 3.958).
También hay que mencionar el caso particular de las N-II y N-232 y sus autopistas paralelas, la AP-2 y la AP-68, ambas bonificadas en distinto grado por el Gobierno de Aragón para reducir su siniestralidad. El efecto de esta rebaja de los peajes parece percibirse en ambas nacionales, ya que la N-II es la única que registra un descenso de aforo en el último año (baja de 8.221 a 8.190 vehículos diarios en el medidor de Bujaraloz); mientras que la N-232 se recupera pero muy levemente (de 11.031 a 11.362). Por su parte, ambas autopistas mejoran sus registros: 700 vehículos más en la AP-2 y 336 más en la AP-68.
Además, esta subida del tráfico se está traduciendo en un aumento del consumo de gasolina, que registra repuntes también leves. Zoilo Ríos, vicepresidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (Aesar), apunta que en el segundo trimestre del año empezaron a notar un aumento de la facturación, aunque luego se frenó. "Seguimos creciendo, pero poco", explica.
Por su parte, los transportistas dicen que por el momento no han notado este cambio de tendencia y señalan que en el sector hay mucho pesimismo, sobre todo entre los más jóvenes, que están pensando en cambiar de negocio porque ven el futuro complicado, explica María José Pardo, gerente de Tradime. Según su datos, la actividad del sector ha caído un 40% en los últimos años.
El Heraldo.es 21/11/2014
Las autovías A-23 y A-68 son buenos ejemplos de todo ello. En la primera, la estación de aforo que hay en el término municipal de Almudévar constata que por este punto están pasando este año 14.407 vehículos de media diaria (contando turismos y camiones). Un ejercicio antes, solo lo hacían 13.867. Representa una subida de casi el 4% que, en cualquier caso, se queda a mucha distancia de los 17.036 automóviles que circulaban por allí en 2007. Pero también supone romper con una tendencia de seis años consecutivos de caídas.
En cuanto a la A-68, ocurre algo similar. Este año pasan mil vehículos más que el anterior. Sin embargo, son 5.000 menos que antes de la recesión. La medición se hace en la parte desdoblada de la N-232 cuando está llegando a Zaragoza y esta es una de las vías estatales que discurren por Aragón que registra en la actualidad más tránsito de vehículo (23.351 al día).
El delegado de Stop Accidentes en Aragón, Miguel Ángel Bernal, apunta que esta subida del tráfico puede tener algo que ver con el aumento de la siniestralidad en la Comunidad (este año ya van más fallecidos en carretera que el ejercicio pasado), aunque aclara que hay otros factores que están afectando más. El primero es la falta de mantenimiento de los vehículos y, en especial, la no sustitución de las ruedas. "Cuando paseo y veo coches aparcados, me fijo a veces en cómo llevan los neumáticos y la verdad es que hay muchos desgastadísimos. Tenerlos bien es la primera medida de seguridad que deberíamos tomar. Yo entiendo a la gente que lo está pasando mal, que está en el paro y no cobra nada. Pero este es un gasto que hay que hacer, aunque cueste. Porque si no puedes pagar los neumáticos, se supone que tampoco podrás pagar la gasolina", argumenta.
Añade que en los talleres también dicen que las reparaciones se están retrasando hasta que se convierten en imprescindibles. "Si no te preocupas por tu seguridad, ¿cómo vas a cuidar la de los demás?", se pregunta.
Como segundo factor relevante del aumento de la siniestralidad, menciona el estado del asfalto de algunas carreteras. Bernal pide "sentido común" a los conductores para adaptar la velocidad a la situación de la vía, de la misma forma que se hace con las condiciones meteorológicas. "Luego ya habrá tiempo de exigir a los políticos que arreglen la carretera. Pero lo primero es la seguridad", defiende.
Este aumento de aforos también se percibe en carreteras nacionales de menor uso. Como botón de muestra, la N-123 registra una importante subida que hace que esté cerca de igualar su registro ‘precrisis’. Pasa de 3.616 vehículos a 3.874 (en 2007, tenía 3.958).
También hay que mencionar el caso particular de las N-II y N-232 y sus autopistas paralelas, la AP-2 y la AP-68, ambas bonificadas en distinto grado por el Gobierno de Aragón para reducir su siniestralidad. El efecto de esta rebaja de los peajes parece percibirse en ambas nacionales, ya que la N-II es la única que registra un descenso de aforo en el último año (baja de 8.221 a 8.190 vehículos diarios en el medidor de Bujaraloz); mientras que la N-232 se recupera pero muy levemente (de 11.031 a 11.362). Por su parte, ambas autopistas mejoran sus registros: 700 vehículos más en la AP-2 y 336 más en la AP-68.
Además, esta subida del tráfico se está traduciendo en un aumento del consumo de gasolina, que registra repuntes también leves. Zoilo Ríos, vicepresidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (Aesar), apunta que en el segundo trimestre del año empezaron a notar un aumento de la facturación, aunque luego se frenó. "Seguimos creciendo, pero poco", explica.
Por su parte, los transportistas dicen que por el momento no han notado este cambio de tendencia y señalan que en el sector hay mucho pesimismo, sobre todo entre los más jóvenes, que están pensando en cambiar de negocio porque ven el futuro complicado, explica María José Pardo, gerente de Tradime. Según su datos, la actividad del sector ha caído un 40% en los últimos años.
El Heraldo.es 21/11/2014
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