La Comunitat Valenciana está a sólo unos 106 kilómetros de conseguir una alternativa gratuita al peaje, por el interior, tras cuarenta y dos años de pagar religiosamente por circular a través de la AP-7, la autopista de la costa. La alternativa es la autovía conocida como A-7, que es competencia del Ministerio de Fomento, excepto los tramos Alcoi-Canals y Sagunt-Vilanova d´Alcolea, que pertenecen a la Generalitat.
Estos últimos 106 kilómetros que se resisten a garantizar una autovía libre y gratuita de norte a sur son los que separan las poblaciones de Vilanova d´Alcolea y La Jana (Castelló) y El Perelló (Tarragona). El estudio informativo del último tramo de unos 60 kilómetros, entre La Jana y Tarragona, se aprobó el pasado 28 de abril tras tres procesos de información pública y lograr la declaración de impacto ambiental favorable del Ministerio de Medio Ambiente en 2013.
El desdoblamiento de la CV-10 en los otros 46 kilómetros, entre Vilanova d´Alcolea y la Jana, los tiene el Ministerio de Fomento en «estudio» desde 2011. Estos 46 kilómetros se subdividieron en tres proyectos de construcción, que se adjudicaron por 5,5 millones de euros en abril de 2011 y doce meses de plazo para redactarlos. Pero el cambio de color del ejecutivo central, en noviembre de 2011, provocó que estos proyectos «se aplazaran "sine die" ya que se paralizaron hasta las anualidades previstas para las consultorías e ingenierías adjudicatarias de su redacción», según confirman fuentes de la Cámara de Contratistas de la C. Valenciana.
El desdoblamiento de la CV-10, también conocida como «autovía de la Plana», para convertirse en un futuro en la A-7 (y una alternativa a la AP-7) se incluía en el Protocolo de Carreteras de firmado en 2005 entre Fomento y la Generalitat, en el que ambas administraciones se repartían la ejecución de esta autovía por el interior de Castelló. La Generalitat sí que ha cumplido su parte, ya que ha construido, pagado y puesto en marcha los tramos de la CV-10 entre Villavieja y Cabanes en los últimos nueve años. Pero Fomento ha incumplido claramente su parte del compromiso, al retrasar el inicio de las obras de sus tramos. Cuando toda la CV-10 esté desdoblada, pasará a ser competencia de Fomento y el ministerio, a cambio, cederá la peligrosa N-340 a la Generalitat y los municipios para que se convierta en una «vía parque».
Aunque para llegar a este punto aún queda mucho. Como recuerda la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, «desde que se decide hacer una carretera hasta que salen a licitación las obras para adjudicarse y poder comenzarlas se han de pasar 175 pasos inexcusables». En el caso del estudio informativo entre la Jana y Tarragona, éste se encuentra «en el paso 79, por lo que si todo fuera bien y hubiera voluntad política de ejecutar la obra de verdad, todavía faltarían no menos de cuatro años para su inicio». Por ello reclama al Ministerio de Fomento que «informe a la ciudadanía de los plazos concretos, en lugar de informaciones parciales como la publicación de un estudio informativo al que aún le queda un plazo mínimo por superar entre despachos ministeriales y asignaciones presupuestarias políticas».
En el resto de la A-7, 350 km desde Nules hasta Alicante, ya se disfruta de una autovía gratuita desde hace años. El último tramo en ponerse en servicio fue la variante del Barranco de la Batalla en Alcoi (l´Alcoià), el 28 de octubre de 2011, con el que se completó el itinerario de la también conocida como «Autovía Central» entre Valencia y Alicante. Esta nueva autovía ha permitido evitar el peaje de la autopista por el litoral, la AP-7, para convertirse en la tercera carretera de gran capacidad que comunica Valencia y Alicante (un lujo, en época de crisis). Tras la desaparición de los 6 kilómetros de carretera sinuosa por el barranco de la Batalla, el viaje entre ambas capitales por el interior se puede cubrir en una hora y 35 minutos, respetando los límites de velocidad. Para circular desde Alicante a Castelló sin pagar ningún peaje, por la autovía del interior, aún habrá que esperar un poco más.
Levante - El Mercantil Valenciano.com 06/05/2014
Estos últimos 106 kilómetros que se resisten a garantizar una autovía libre y gratuita de norte a sur son los que separan las poblaciones de Vilanova d´Alcolea y La Jana (Castelló) y El Perelló (Tarragona). El estudio informativo del último tramo de unos 60 kilómetros, entre La Jana y Tarragona, se aprobó el pasado 28 de abril tras tres procesos de información pública y lograr la declaración de impacto ambiental favorable del Ministerio de Medio Ambiente en 2013.
El desdoblamiento de la CV-10 en los otros 46 kilómetros, entre Vilanova d´Alcolea y la Jana, los tiene el Ministerio de Fomento en «estudio» desde 2011. Estos 46 kilómetros se subdividieron en tres proyectos de construcción, que se adjudicaron por 5,5 millones de euros en abril de 2011 y doce meses de plazo para redactarlos. Pero el cambio de color del ejecutivo central, en noviembre de 2011, provocó que estos proyectos «se aplazaran "sine die" ya que se paralizaron hasta las anualidades previstas para las consultorías e ingenierías adjudicatarias de su redacción», según confirman fuentes de la Cámara de Contratistas de la C. Valenciana.
El desdoblamiento de la CV-10, también conocida como «autovía de la Plana», para convertirse en un futuro en la A-7 (y una alternativa a la AP-7) se incluía en el Protocolo de Carreteras de firmado en 2005 entre Fomento y la Generalitat, en el que ambas administraciones se repartían la ejecución de esta autovía por el interior de Castelló. La Generalitat sí que ha cumplido su parte, ya que ha construido, pagado y puesto en marcha los tramos de la CV-10 entre Villavieja y Cabanes en los últimos nueve años. Pero Fomento ha incumplido claramente su parte del compromiso, al retrasar el inicio de las obras de sus tramos. Cuando toda la CV-10 esté desdoblada, pasará a ser competencia de Fomento y el ministerio, a cambio, cederá la peligrosa N-340 a la Generalitat y los municipios para que se convierta en una «vía parque».
Aunque para llegar a este punto aún queda mucho. Como recuerda la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, «desde que se decide hacer una carretera hasta que salen a licitación las obras para adjudicarse y poder comenzarlas se han de pasar 175 pasos inexcusables». En el caso del estudio informativo entre la Jana y Tarragona, éste se encuentra «en el paso 79, por lo que si todo fuera bien y hubiera voluntad política de ejecutar la obra de verdad, todavía faltarían no menos de cuatro años para su inicio». Por ello reclama al Ministerio de Fomento que «informe a la ciudadanía de los plazos concretos, en lugar de informaciones parciales como la publicación de un estudio informativo al que aún le queda un plazo mínimo por superar entre despachos ministeriales y asignaciones presupuestarias políticas».
En el resto de la A-7, 350 km desde Nules hasta Alicante, ya se disfruta de una autovía gratuita desde hace años. El último tramo en ponerse en servicio fue la variante del Barranco de la Batalla en Alcoi (l´Alcoià), el 28 de octubre de 2011, con el que se completó el itinerario de la también conocida como «Autovía Central» entre Valencia y Alicante. Esta nueva autovía ha permitido evitar el peaje de la autopista por el litoral, la AP-7, para convertirse en la tercera carretera de gran capacidad que comunica Valencia y Alicante (un lujo, en época de crisis). Tras la desaparición de los 6 kilómetros de carretera sinuosa por el barranco de la Batalla, el viaje entre ambas capitales por el interior se puede cubrir en una hora y 35 minutos, respetando los límites de velocidad. Para circular desde Alicante a Castelló sin pagar ningún peaje, por la autovía del interior, aún habrá que esperar un poco más.
Levante - El Mercantil Valenciano.com 06/05/2014
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