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| FOTO: ALEJANDRO MARTINEZ MOLINA |
Las bonificaciones que el Ministerio de Fomento comenzó a aplicar el pasado mes de julio de forma experimental a los camiones que se desvíen voluntariamente por la AP-9 no están dando los resultados esperados. La Federación Gallega de Transporte de Mercancías estima que menos del siete por ciento de sus asociados se han acogido a estos descuentos. La consecuencia es que la autovía A-55 continúa soportando a diario un intenso tráfico de camiones.
Largas filas de vehículos de alto tonelaje ralentizan el tráfico en su lento ascenso desde Sanguiñeda, por las curvas de Tameiga y el alto de Puxeiros, en Mos. Las retenciones que se producen en determinados momentos punta son causa habitual de choques por alcance que provocan heridos y movilizan a los servicios de emergencia.
La A-55 continúa saturada porque las bonificaciones propuestas por el Gobierno no convencen a los transportistas. El presidente de la Federación Gallega de Transporte de Mercancías, Ramón Alonso, afirma que no les compensa porque tomar la autopista en O Porriño implica una subida continua de ocho kilómetros hasta llegar a Puxeiros que les obliga a consumir más combustible que el ahorro pretendido por el Ministerio de Fomento. «Con un camión cargado, el consumo es una barbaridad», señala Alonso. En dirección contraria, el abono tampoco resulta ventajoso. «Si vienes de Redondela, para ir a O Porriño no vas a salir de la general para andar en contra siete u ocho kilómetros para tomar la autopista», afirma el representante de los transportistas.
Los camioneros tampoco están satisfechos con que las bonificaciones se apliquen solamente a los vehículos de cuatro o más ejes. Más del 60 por ciento de los vehículos que cubran la ruta que atraviesa los polígonos de Tui, Salceda y O Porriño llevan hasta 20 toneladas de peso y no alcanzan los cuatro ejes. «De haber querido aligerar el tráfico en la autovía tenían que haber incluido a estos vehículos», afirma el presidente de los transportistas, para quien la propuesta de Fomento «nació coja».
Otra de las desventajas de las bonificaciones es que para poderse beneficiarse de las mismas hay que tener incorporado el sistema de telepeaje. Cuando el pasado mes de julio el Consejo de Ministros aprobó los descuentos, calculaba que en Galicia se podrían beneficiar más de 278.000 vehículos. El descuento es de un 50 por ciento sobre el precio del peaje si se circula por autopista entre O Porriño y Puxeiros, mientras que si ya se va circulando por la autopista en un trayecto más largo la rebaja asciende al 35 por ciento. Los camioneros, en cambio, prefieren seguir circulando gratis por la autovía.
Los transportistas creen que la única forma de fomentar que los vehículos de alto tonelaje circulen por las autopistas y aligeren el tráfico en las carreteras convencionales es que Audasa rebaje en un 50 por ciento el precio del viaje para todos los vehículos de mercancías. Y una buena negociación, en opinión del presidente de la federación gallega de transporte, Ramón Alonso, sería que estos descuentos no repercutan después en las arcas del estado. «Hay políticos muy cucos que dicen que hay descuentos pero luego resulta que la diferencia la paga la Xunta, o es gratis, o no es gratis», afirma el portavoz de los transportistas.
La federación estima que estos descuentos serían incluso muy rentables para la explotación de la autopista. «Los conductores van a ir por inercia y van a generar mucho más dinero que les ayudará a paliar las pérdidas», afirma. Mientras tanto, experiencias piloto como la que puso en marcha Fomento el pasado mes de julio no les resultan factibles y en líneas generales los transportistas no las están aprovechando. Estas bonificaciones se están aplicando en un total de 318 kilómetros de autopistas de España. Ramón Alonso afirma que en otros puntos del país la medida ha tenido una fría acogida entre los profesionales de la conducción. Afirma que donde más repercusión está teniendo es en Asturias, donde el 20 de los transportistas aprovechan los descuentos.
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