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| FOTO: Un peaje de la AP-9 en Pontevedra. |
El empresariado del transporte gallego está convencido de que Galicia está discriminada en materia de peajes respecto al resto del Estado, tanto por la duración de sus concesiones, como por las tarifas de sus peajes, la carencia de precios en función de los horarios, y la falta de alternativas viarias competitivas. El hecho de que tres autopistas de otras comunidades y de la misma generación que la del Atlántico vayan a pasar a ser gratuitas en cuatro años mientras la AP-9 seguirá teniendo peaje hasta el 2048, es considerado por la Federación Empresarial de Transporte por Carretera (Fetram) como «un agravio» que exige sea compensado para nivelar el hecho de que la comunidad gallega «sufra» -dicen- dos de las tres únicas autopistas de toda España que serán de pago durante 75 años.
«La AP-9 está de sobra amortizada y que las autopistas de Galicia tengan los plazos de concesión más largos es un agravio comparativo que no se puede asumir», señala el presidente de la organización empresarial, Fernando Teijeiro.
El colectivo que representa mantiene que además de la longevidad de las concesiones de la AP-9 y la AP-53 (Santiago-Dozón), Galicia soporta los peajes para camiones más altos de la red estatal. «Un camión que haga todos los días el viaje de ida y vuelta entre A Coruña y Vigo se gasta al mes 1.992 euros (1.569 en los de menor tamaño)», recuerda Teijeiro, que advierte que ese coste es inasumible al representar más de un tercio de la facturación a cobrar por dicho trayecto, teniendo que añadir a mayores el precio del combustible, desgaste del vehículo y salarios. «Es una barbaridad que el 70 % de la población de Galicia se vea sometida a 75 años de peaje y sin una vía alternativa posible», expone el presidente de la federación empresarial.
Fruto de esa reflexión, el sector del transporte de Galicia presentará ante el Ministerio de Fomento y el Comité Nacional de Transporte por Carretera la petición de que los camiones pasen a pagar la mitad de los peajes en la comunidad «para nivelar el agravio» que estiman significan los tres cuartos de siglo de concesión frente a la media estatal que no supera los 50 años. Fetram planteará que la rebaja del 50 % no conlleve la obligatoriedad para todo el sector de abandonar las carreteras convencionales del entorno de las autopistas gallegas, pero consideran que la bajada además de «una cuestión de justicia para Galicia» lo es también para los únicos usuarios de las autopistas gallegas que no cuentan con bonificación alguna, ni siquiera la que tienen los vehículos ligeros por pagar con telepeaje.
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