La mitad de los usuarios de las autovías del norte de Portugal han dejado de utilizarlas desde que hace tres años el Gobierno luso implantó en ellas los polémicos peajes automáticos. La A-28, la autovía que enlaza Oporto con Viana do Castelo, y es por tanto la más cercana a la frontera de Tui, pasó de contar con 29.066 usuarios diarios cuando era gratuita a solo 19.011 ahora que cuesta en su recorrido completo 3,70 euros, después de que este año registrase una rebaja en el precio de 40 céntimos.
La complicación que supuso sobre todo para los conductores extranjeros adquirir un sistema de pago comprensible además de asequible, redujo sensiblemente desde octubre del 2010 los viajes al desde Galicia al norte del país vecino, cuantificando el sector comercial de ciudades como Viana las pérdidas por el descenso de visitantes en un 50 %.
Superior a la bajada de la autovía más próxima a la frontera resulta incluso el desplome de las dos circunvalaciones de Oporto, al descender en conjunto de 40.999 vehículos cada jornada del 2010 a los 19.397, actuales, según los datos aportados por el Instituto de Movilidad y los Transportes.
Estradas de Portugal, empresa pública de la que dependen las carreteras del país, achaca la fuga de usuarios únicamente a la crisis, al argumentar que toda la red del país, incluida la gratuita, está registrando un comportamiento similar, admitiendo además solo que al principio de la instauración de los peajes se produjeron problemas a causa del método implantado, cuyo mantenimiento supone además a las arcas lusas el desembolso de 54 millones de euros anuales.
La autovía entre Viana y Oporto generó la recaudación en los tres años de funcionamiento de los peajes de 72 millones de euros, mientras que las circunvalaciones de Oporto obtuvieron otros 64,8 millones y 87,3 más el vial que une Oporto con Mira, localidad en la que se ubica la planta de acuicultura de Pescanova. Dicha autovía pasó de contar con 38.425 vehículos diarios hace tres años a solo 19.843 en la actualidad.
Las otras cuatro autovías a las que se le instalaron los pórticos de peajes automáticos a finales del 2011 recaudaron otros 182 millones de euros, con lo que Estradas de Portugal ingresó en total 406 millones en las autovías que habían sido diseñadas y construidas como viales exentas de pago.
Desde el 1 de septiembre la treintena de firmas españolas que explotan dispositivos de telepeaje los tienen ya operativos en las carreteras lusas, por lo que sus usuarios ya no tienen necesidad de suscribir ningún otro método de pago de los nueve que ha habilitado la Administración portuguesa. El sistema easy toll sigue siendo el más fácil para los conductores que no dispongan de telepeaje. En un cajero ubicado a la salida de Viana se puede vincular la matrícula del vehículo a la tarjeta a la que se cargan los peajes.
El conjunto de las autovías con peaje automático del país han recaudado 406 millones.
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