Las riadas de marzo del 2015 se llevaron por delante una parte significativa de la autopista pública aragonesa ARA-1 que permaneció cortada al tráfico hasta que el pasado 23 de mayo se abrió de forma provisional. Desde entonces las obras han abordado toda la cimentación del paso elevado y actualmente se está trabajando en la reconstrucción de los dos pasos inferiores en la calzada dirección Villafranca del Ebro, por los coches ya circulan en la calzada dirección El Burgo de Ebro. "Las obras avanzan a buen ritmo cumpliendo con lo previsto en tiempo y forma", indicaron ayer fuentes del departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón. Los trabajos acometidos hasta el momento también han reforzado los accesos al puente sobre el Ebro.
La segunda fase de reconstrucción de la vía derrumbada, que está realizando la unión temporal de empresa concesionaria de la vía, Puente del Ebro, será reconstruir los dos pasos inferiores en la calzada dirección El Burgo de Ebro. La previsión es que los trabajos finalicen definitivamente en el mes de junio.
La carretera, con una longitud de 5,3 kilómetros, tiene la función de comunicar la N-II con la N-232 entre Villafranca de Ebro y el Burgo de Ebro evitando el paso por la ciudad de Zaragoza. Su mantenimiento se lleva a cabo a través del sistema de peaje en la sombra por lo que la empresa concesionaria recibe fondos públicos en función de su uso, que ha sido bastante menor del previsto. En estos momentos está pendiente de dirimir un conflicto de responsabilidad patrimonial para decidir quién tiene que pagar los 45 millones de euros todavía pendientes de la construcción de la autopista.
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