Antonio Garrigues, José María Alonso y Florentino Pérez, protagonistas del arbitraje sobre las autopistas radiales de Madrid. |
El despacho legal resiste a las presiones para que dos de sus socios declaren a favor del árbitro que debía dirimir las diferencias entre ACS y Abertis en las autopistas madrileñas
Hay momentos en los que un despacho jurídico de reconocida trayectoria se la juega. Y, además, lo hace a la vista de la competencia, de sus clientes y de la opinión pública. Es la tesitura en la que se encuentra el bufete fundado en 1941 por los hermanos Antonio y Joaquín Garrigues Díaz-Cañabate y que ahora se halla en el epicentro del polémico arbitraje que los tribunales han anulado en el contencioso que enfrenta a la empresa de Florentino Pérez (ACS) con Bankia y Abertis.
Dos socios de la firma jurídica Garrigues, Carlos de los Santos y José María Anguiano, deberán declarar ante los tribunales si José María Alonso Puig, el letrado que presidió el arbitraje anulado, mantenía o no relaciones profesionales con el dirigente de ACS y del Real Madrid. Esa cuestión es justamente la que ha llevado al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) a dejar sin efecto el laudo que dictó y que resultó favorable a ACS y Sacyr en el contencioso con Bankia y Abertis por las autopistas radiales de Madrid, las llamadas R-3 y R-5.
En el entorno de esa situación emerge la figura de un antiguo abogado del Estado y hoy secretario general de ACS, José Luis del Valle. Medios empresariales de la capital señalan que Del Valle es el hombre fuerte de Floroen las tareas de lobby que la empresa realiza ante las administraciones. Del Valle es conocedor de esos menesteres, no en vano fue diputado de la extinta UCD desde 1979 a 1982, periodo en el que trabó relación con Florentino Pérez.
En el ámbito jurídico mercantil de Madrid se da por descontado que el secretario general de ACS sería uno de los más interesados en que los socios de Garrigues implicados en el proceso judicial abierto declararan a favor de su actual jefe.
Uno de los temores que alberga el entorno del todopoderoso empresario es que en el bufete se aproveche este asunto para pasar cuentas con Alonso Puig. De hecho, el presidente del organismo arbitral había sido socio de la firma hasta que decidió recalar en Baker & McKenzie. Su salida de Garrigues se produjo hace cuatro años, pero como acostumbra a pasar con estasdeserciones profesionales arrastró negocio y talento hacia su nuevo destino. Una situación que no fue nada bien recibida por su antigua casa, ahora determinante sobre un contencioso millonario.
Socios del gabinete admiten, no obstante, que la relación de José María Alonso con el presidente del Real Madrid es antigua. Salvaguardada, eso sí, por la práctica que el propio jurista mantuvo siempre durante el tiempo en que prestó servicios para Pérez, según señalan bajo condición de anonimato. "No era nunca el titular de los trabajos que se hacían para Pérez o sus empresas, eso le permitía mantenerse en el ámbito de los arbitrajes, que impide tener conflicto de intereses con las empresas sobre las que hay que dictaminar", añaden.
Alonso tiene una larga trayectoria en el ámbito del arbitraje. Uno de los cargos que ha ocupado es la presidencia de la Corte Arbitral de los abogados madrileños entre 2009 y 2013. Ese reconocimiento y reputación internacional no ha impedido, sin embargo, que el tribunal haya dejado en suspenso el laudo en el que intervino al considerar los argumentos de la concesionaria de autopistas Abertis, que pone en tela de juicio su independencia profesional en el contencioso que mantiene con Pérez.
"Es tan evidente su vinculación –explican letrados del bufete– que cuando se abrió la oficina de Garrigues en China el gran protagonista fue Alonso, quien se encargó de hacer de anfitrión de Florentino Pérez y de que los abogados del despacho le conocieran de manera personal".
Los hechos conocidos hasta la fecha llevan a suponer que las presiones sobre el papel que Garrigues acabará teniendo en la resolución de este proceso son intensos, a decir de medios empresariales del sector de la construcción. Algunos abogados de otros importantes gabinetes aseguran que la firma que lidera como presidente de honor Antonio Garrigues Walker se juega más que el negocio: "Les va la reputación y la capacidad de demostrar su independencia jurídica".
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