Un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Heart Association y realizado por científicos de la Universidad de Brown (EEUU) ha revelado que vivir cerca de una autopista puede aumentar el riesgo de tener presión arterial alta o hipertensión arterial, una enfermedad crónica asociada a elevadas tasas de morbilidad y mortalidad, por lo que se considera uno de los problemas más importantes de salud pública, sobre todo en los países desarrollados.
El análisis se basó en datos de 5.400 mujeres posmenopáusicas que vivían en el área metropolitana de la ciudad norteamericana de San Diego.
Reveló, más concretamente, que aquellas mujeres que vivían a 100 metros de una autopista o carretera principal importante tenían un riesgo de hipertensión arterial un 22% superior al de las mujeres que vivían por lo menos a 1.000 metros de distancia de este tipo de vías.
En un rango de distancias intermedias, el riesgo de la hipertensión aumentó con la proximidad a las carreteras, informa la Universidad de Brown en un comunicado.
El elevado riesgo informado en esta investigación siguió contando estadísticamente, incluso tras considerar una amplia gama de factores que también afectan a la salud cardiovascular como la edad, la demografía, la salud o el estilo de vida.
Los investigadores creen que estos resultados deberían tenerse en cuenta, e inclinar la balanza a favor de la preocupación por el medio ambiente urbano y la forma en que se desarrollan las ciudades y los sistemas de transporte.
En 2011, otro estudio llevado a cabo por investigadores del Children's Hospital Los Angeles, de la Escuela de Medicina Keck de la University of Southern California (USC) y del Instituto MIND de la UC Davis (en Estados Unidos), relacionó las autopistas con otro trastorno: el autismo infantil.
En este caso, se descubrió que los niños nacidos de madres que vivían a menos de 309 metros de una autopista parecían ser el doble de propicios a sufrir autismo, un trastorno del desarrollo que ha sido atribuido durante mucho tiempo a factores genéticos.
Estos resultados, según los autores de la investigación, señalaron que los factores ambientales –en este caso, la contaminación de los coches que circulan por las grandes carreteras-, combinados con un riesgo genético de padecer autismo, podrían ser una explicación para el incremento en la incidencia de este trastorno.
Tendencias21.net 02/10/2014
El análisis se basó en datos de 5.400 mujeres posmenopáusicas que vivían en el área metropolitana de la ciudad norteamericana de San Diego.
Reveló, más concretamente, que aquellas mujeres que vivían a 100 metros de una autopista o carretera principal importante tenían un riesgo de hipertensión arterial un 22% superior al de las mujeres que vivían por lo menos a 1.000 metros de distancia de este tipo de vías.
En un rango de distancias intermedias, el riesgo de la hipertensión aumentó con la proximidad a las carreteras, informa la Universidad de Brown en un comunicado.
El elevado riesgo informado en esta investigación siguió contando estadísticamente, incluso tras considerar una amplia gama de factores que también afectan a la salud cardiovascular como la edad, la demografía, la salud o el estilo de vida.
Los investigadores creen que estos resultados deberían tenerse en cuenta, e inclinar la balanza a favor de la preocupación por el medio ambiente urbano y la forma en que se desarrollan las ciudades y los sistemas de transporte.
En 2011, otro estudio llevado a cabo por investigadores del Children's Hospital Los Angeles, de la Escuela de Medicina Keck de la University of Southern California (USC) y del Instituto MIND de la UC Davis (en Estados Unidos), relacionó las autopistas con otro trastorno: el autismo infantil.
En este caso, se descubrió que los niños nacidos de madres que vivían a menos de 309 metros de una autopista parecían ser el doble de propicios a sufrir autismo, un trastorno del desarrollo que ha sido atribuido durante mucho tiempo a factores genéticos.
Estos resultados, según los autores de la investigación, señalaron que los factores ambientales –en este caso, la contaminación de los coches que circulan por las grandes carreteras-, combinados con un riesgo genético de padecer autismo, podrían ser una explicación para el incremento en la incidencia de este trastorno.
Tendencias21.net 02/10/2014
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