La subida del 1,85 % que los peajes de la autopista del Atlántico experimentarán a partir del día 1 de enero y que hará que el viaje entre Ferrol y Tui supere los 20 euros para los vehículos ligeros y 44 para los pesados, será el segundo más bajo de lo que va de milenio. Pero esa minoración en la evolución de las subidas, fruto de la situación económica general, apenas servirá para recortar la distancia que se ha abierto desde el 2003 entre los precios de la AP-9 y el poder adquisitivo de sus usuarios.
Mientras el IPC varió al alza desde dicho ejercicio hasta hoy un 31,1 %, según los cálculos oficiales de la Administración central, el precio de los peajes en la principal vía de comunicación de Galicia experimentaron un encarecimiento de un 49 %. Es decir, los peajes en la AP-9, así como en el resto de las concesiones de autopistas estatales, subieron en once años un 57 % más que el IPC, lo que le ha garantizado a la empresa que explota el vial un margen de maniobra cómodo y con beneficios blindados, incluso llegando a perder volumen de tráfico como le viene sucediendo de manera continuada en los últimos años a partir del 2007.
Salvo en el 2010, que el Ministerio de Fomento ordenó una congelación tarifaria al marcar la fórmula de revisión de precios de las autopistas una variación de tan solo un 0,07 %, los peajes de la autopista gallega han sufrido en lo que va de siglo incrementos todos los años. Estos han ido desde el 1,47 aplicado en el año 2011, al 4,46 % que se aprobó en el 2009 y que es el más alto en casi década y media.
Las subidas ni pueden ser aplicadas de manera discrecional por las concesionarias, ni el Gobierno central decidir una variación de precios distinta a la que determine el IPC interanual entre noviembre de un año y el mismo mes del siguiente más, eso sí, un porcentaje de corrección que se fija en función de los tráficos obtenidos en cada autopista estatal en el año en curso.
Pero la actuación del Gobierno sí ha sido determinante en el actual mandato al disparar el precio de los peajes de la AP-9 durante el 2012 al sumar a la actualización de enero pasado, de un 3,29 %, los tres puntos de incremento por la variación del IVA decidida por Mariano Rajoy y otro 7,5 % sumado al ordenar Ana Pastor que Fomento dejase de pagar la parte de los peajes que asumía desde el año 2000, cuando la UE advirtió a España que estaba aplicando un tipo impositivo a los precios de las autopistas inferior al vigente para toda Europa.
A tenor de los balances presentados por la propia Audasa ante sus accionistas, la concesionaria ha recaudado en la autopista del Atlántico por la vía de los peajes algo más de 1.434 millones de euros entre el 1 de enero del 2003 y el 30 de junio del presente año. Las sucesivas subidas en los precios de los peajes le han permitido a la concesionaria recaudar en el 2008 y 2009 más dinero que en años precedentes pese a que en ambos ejercicios ya había caído su volumen de tráfico. El balance de hace cuatro años, con dos ejercicios de crisis ya registrados, es de hecho el que ha marcado el récord de ingresos por peajes en la autopista gallega, al sumar en sus cabinas 153,8 millones de euros.
A falta de conocer el cierre del presente ejercicio, Audasa garantizaba a sus accionistas, al hilo de la última emisión de obligaciones, tranquilidad financiera para el 2013, sobre todo en base a las tres subidas de precios aplicadas un año antes, lo que no ha impedido que se reduzca en once millones la recaudación en peajes en el primer semestre respecto al mismo plazo del ejercicio precedente.
La Voz de Galicia.es 19/12/2013
Mientras el IPC varió al alza desde dicho ejercicio hasta hoy un 31,1 %, según los cálculos oficiales de la Administración central, el precio de los peajes en la principal vía de comunicación de Galicia experimentaron un encarecimiento de un 49 %. Es decir, los peajes en la AP-9, así como en el resto de las concesiones de autopistas estatales, subieron en once años un 57 % más que el IPC, lo que le ha garantizado a la empresa que explota el vial un margen de maniobra cómodo y con beneficios blindados, incluso llegando a perder volumen de tráfico como le viene sucediendo de manera continuada en los últimos años a partir del 2007.
Salvo en el 2010, que el Ministerio de Fomento ordenó una congelación tarifaria al marcar la fórmula de revisión de precios de las autopistas una variación de tan solo un 0,07 %, los peajes de la autopista gallega han sufrido en lo que va de siglo incrementos todos los años. Estos han ido desde el 1,47 aplicado en el año 2011, al 4,46 % que se aprobó en el 2009 y que es el más alto en casi década y media.
Las subidas ni pueden ser aplicadas de manera discrecional por las concesionarias, ni el Gobierno central decidir una variación de precios distinta a la que determine el IPC interanual entre noviembre de un año y el mismo mes del siguiente más, eso sí, un porcentaje de corrección que se fija en función de los tráficos obtenidos en cada autopista estatal en el año en curso.
Pero la actuación del Gobierno sí ha sido determinante en el actual mandato al disparar el precio de los peajes de la AP-9 durante el 2012 al sumar a la actualización de enero pasado, de un 3,29 %, los tres puntos de incremento por la variación del IVA decidida por Mariano Rajoy y otro 7,5 % sumado al ordenar Ana Pastor que Fomento dejase de pagar la parte de los peajes que asumía desde el año 2000, cuando la UE advirtió a España que estaba aplicando un tipo impositivo a los precios de las autopistas inferior al vigente para toda Europa.
A tenor de los balances presentados por la propia Audasa ante sus accionistas, la concesionaria ha recaudado en la autopista del Atlántico por la vía de los peajes algo más de 1.434 millones de euros entre el 1 de enero del 2003 y el 30 de junio del presente año. Las sucesivas subidas en los precios de los peajes le han permitido a la concesionaria recaudar en el 2008 y 2009 más dinero que en años precedentes pese a que en ambos ejercicios ya había caído su volumen de tráfico. El balance de hace cuatro años, con dos ejercicios de crisis ya registrados, es de hecho el que ha marcado el récord de ingresos por peajes en la autopista gallega, al sumar en sus cabinas 153,8 millones de euros.
A falta de conocer el cierre del presente ejercicio, Audasa garantizaba a sus accionistas, al hilo de la última emisión de obligaciones, tranquilidad financiera para el 2013, sobre todo en base a las tres subidas de precios aplicadas un año antes, lo que no ha impedido que se reduzca en once millones la recaudación en peajes en el primer semestre respecto al mismo plazo del ejercicio precedente.
La Voz de Galicia.es 19/12/2013
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