Un año y medio después de que la autopista de peaje AP-41 que conecta Madrid con Toledo fuese declarada en concurso de acreedores al no poder afrontar sus deudas, la creación de la nueva sociedad pública de autopistas en la que integrar las vías con problemas económicos está cada vez más cerca.
A pesar del acercamiento de posturas entre el Ministerio de Fomento, las sociedades concesionarias y la banca acreedora, las partes implicadas continúan negociando los detalles de la creación de una entidad similar a la extinta Empresa Nacional de Autopistas (ENA).
Inicialmente, estaba previsto que el valor residual de estas concesiones representase el 20 % del capital de la empresa, que podría estar valorada en más de 600 millones, en tanto que el 80 % restante será controlado por la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seittsa), un reparto que en un primer momento no gustó a todas las partes.
Es el caso de las constructoras y concesionarias, que llegaron incluso a reclamar una participación del 49 %.
Sin embargo, las reticencias de las sociedades concesionarias Ausur y Aucosta, participadas en su mayoría por la constructora Ploder, han obligado a ajustar la propuesta inicial.
En este contexto, se están estudiando las consecuencias, las ventajas o los inconvenientes de esta propuesta, todo ello en el marco de un proceso que se está negociando desde el principio con el Ministerio de Hacienday que se busca que tenga el menor impacto posible en el déficit público.
Mientras se despeja el panorama se han dejado de conceder a estas compañías los préstamos participativos, una figura que fue creada por el Ejecutivo anterior para hacer frente a los desajustes en las autopistas de peaje.
La actual coyuntura económica, la existencia -en muchas ocasiones- de vías paralelas libres de peaje y el sobrecostes de las expropiaciones ha llevado a varias autopistas de peaje al concurso de acreedores al no poder hacer frente a sus compromisos financieros.
De hecho, las cuatro autopistas radiales de Madrid proyectadas durante el gobierno de José María Aznar se declararon en concurso de acreedores, presionadas por una deuda conjunta de 1.700 millones de euros y una caída de los tráficos que supera el 48 % desde los máximos que registraban en 2007, antes de la crisis.
Junto a las radiales R-2, R-3, R-4 y R-5 y el Eje Aeropuerto, la AP-41, que conecta Madrid y Toledo; la AP-36, que discurre entre Ocaña (Toledo) yLa Roda (Albacete); y la Cartagena (Murcia) y Vera (Almería) se han visto abocadas al concurso.
Desde enero a noviembre, el tráfico en las autopistas de peaje españolas cayó un 5,2 % con respecto al mismo periodo de 2012 y registró una media de 16.073 vehículos al día.
A pesar de este descenso, el descenso en los tráficos se ha moderado tras el verano. Este indicador, que empezó el año con una bajada del 10,6 %, y que incluso llegó a caer un 15,1 % en abril, aumentó incluso un 2,15 % interanual en agosto, mes a partir del cual los retrocesos fueron moderándose hasta el 1,3 % del mes de noviembre.
Sin embargo, comparado con los máximos que registraban en 2006, antes de la crisis económica, la intensidad media diaria (IMD) de las autopistas de peaje es ahora un 33,5 % inferior, según los datos del Ministerio de Fomento.
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