Se preguntaba hace poco José Manuel Loureda, expresidente de Sacyr-Vallehermoso y vicepresidente del Colegio de Ingenieros, que “qué sería de Madrid sin las autopistas radiales y sin la M-50”. Y se respondía a sí mismo: “Un verdadero caos”.
Habría que responderle a este "Genio" de las finanzas, que Madrid ya es un caos; que ninguno de los gobiernos del Partido Popular de la Comunidad de Madrid, y ¡Ya llevan cerca de veinte años!, han apostado por una verdadera red de transporte público que dinamice y haga fácil la comunicación entre los distintos puntos de la Comunidad, salvo por una mera campaña electoral que ha llevado el metro y cercanías a eriales y a base de ladrillazo de autopistas y autovías que lo único que han provocado es un verdadero laberinto y un inmenso agujero en las arcas públicas.
El mismo Loureda, lamenta la falta de "cultura de pago por circular" y se atreve incluso a añadir que “ir por la radial 4, por ejemplo, es conducir como los señores. Como si fueras con un coche bueno”. Quizás, se olvida el Sr. Loureda si es necesario que la gente "normal" necesita de un coche bueno para moverse, o si, por el contrario, el fin mismo de moverse de un punto a otro, se puede hacer con un coche de menor gama, pero que cubra perfectamente lo que se requiere. Debería dejar de hablar tan a la ligera uno de los grandes aprovechados de la "burbuja inmobiliaria" y más pensar que la quiebra de esta radial, la R-4, la tenemos que pagar entre todos.
A lo mejor habría que cantarle al Sr. Loureda algo como lo siguiente:
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